Relato: Abelardo y su familia (1)





Relato: Abelardo y su familia (1)

Abelardo y su familia. 1: La t�a Mago.


No lo van a creer cuando les cuente todo lo dem�s, pero mis
fabulosas experiencias de incesto adolescente empezaron con un juego que podr�a
parecer homosexual, pero que fue continuaci�n y preludio de los juegos
infantiles o, mejor dicho, salto de ellos a lo siguiente.


Desde ni�o, mi hermana y yo jug�bamos al sexo, Arm�bamos
org�as con sus mu�ecas y, en ausencia de mis padres nos toc�bamos. M�s de una
vez frot� mi peque�o pene erecto con la delicada piel de su cosita. Pero cuando
ella ten�a 10 a�os se neg� a seguir jugando y pas� un tiempo en que yo extra�aba
nuestros juegos. M�s de una vez particip� en nuestros juegos mi primo To�o, tres
meses menor que yo. Pero no voy a hablar aqu� de juegos infantiles sino de sexo
adolescente.


Un s�bado de principios de vacaciones de verano, cuando yo
ten�a 14 a�os y Alicia mi hermana 13, me qued� a dormir en casa de mis primos
Mariana (de 16) y Antonio (de 14), que viv�an a tres calles de la m�a. Mis t�os
y Mariana se fueron y Antonio y yo nos quedamos jugando y hablando de sexo,
hasta que nos empezamos a vestir con la ropa de su hermana. Mariana era una
linda n�nfula, muy bonita, y To�o y yo est�bamos empalmad�simos con sus
pantaletitas y sus faldas. Los tres ten�amos por la �poca de que hablo m�s o
menos la misma estatura (1.64 o 1.65) y, delgados como �ramos, las falditas, los
bodys, las blusas, nos ca�an relativamente bien. Por fin, enormemente excitados
y temiendo la vuelta de mis t�os, nos metimos a la tina para ba�arnos, pero
ah�,. desnudos y excitados, la cosa se puso peor y, no se c�mo, nos empezamos a
tocar. Fue �l quien dijo "siendo agujero, aunque sea de caballero". Creo que yo
estaba m�s caliente que �l porque acced� a ser penetrado primero y fui enculado
con ayuda de la espuma del jab�n. Honestamente me gust�, me gust� por el nivel
de excitaci�n, por la calentura de los cuerpos j�venes, por lo prohibido de las
circunstancias.


Ni siquiera eyacul�: no sab�amos nada, me meti� el pito y lo
dej� inm�vil, quieto dentro de mi, hasta que le dije que ya estaba bien y
entonces lo sac�. Es un milagro que haya podido meterlo, aunque sin duda
contribuyeron mi disposici�n y ayuda.


Cuando me la sac� yo ten�a una erecci�n descomunal y la suya
distaba de haber se apaciguado. Se puso en posici�n y estaba yo por met�rsela
cuando la puerta del ba�o se abri� y apareci� mi t�a Mago. Yo alcanc� a echarme
hacia atr�s, pero no tan r�pido que no fuera casi obvio lo que To�o y yo
hac�amos.


Margarita se sent� en el excusado, frente a la tina:


-Ni�os �dijo-. Llegu� hace veinte minutos porque me llam�
Mariana grande para pedirme que los cuidara, pues regresar�n muy tarde. Y
llevaban tanto tiempo aqu�, y haciendo ruidos tan raros, que decid� entrar a ver
qu� maldades estaban haciendo... �es que son homosexuales, o qu�?


-No t�a -pude decir luego de tragar gordo-. Siempre nos han
gustado las ni�as, pero las ni�as no existen ni quieren darnos nada.


-No t�a �complet� Antonio-. Nos calentamos y sin saber c�mo
llegamos a esto. Es la primera vez... y la �ltima. �No le dir�s a nuestros
padres, verdad?


Margarita siempre hab�a sido la t�a consentidora, la que nos
cuidaba, adem�s de la oveja negra de la familia. Ten�a 27 a�os, once menos que
mi madre, la que le segu�a en edad de los seis hermanos Garc�a, una pudiente
familia de la ciudad de XX. Naci� por un descuido de los abuelos y se cas� muy
joven debido a un embarazo inesperado. Estaba divorciada y viv�a en una casa
heredada de mis abuelos sin dar golpe: la pensi�n del exmarido y la herencia
paterna le permit�an dedicarse a no hacer nada, aunque muchas veces, de ni�os,
nos cuidaba. La quer�amos mucho y era nuestra confidenta.


Y era muy guapa: mis fantas�as favoritas, desde dos o tres
a�os atr�s, consist�an en que mi querida t�a Mago me desvirgaba, me terminaba de
criar, me hac�a su hombre. Delgada y de anchas caderas, de fuertes piernas y
redondos pechos, ojos negros como la pena y cara de mu�eca, era un manjar y,
seg�n supe luego, medio puta o puta y media. Med�a 1.66 y sus medidas (se las
tomamos en su momento) eran 94-62-93: un cromo.


-No, no se los dir� �dijo Margarita-, pero tenemos que hablar
seriamente ustedes y yo. Aunque de momento les voy a hacer un favor, para que
salgan prointo del ba�o, pues no se pueden quedar as�. P�rense �orden�.


Ah� est�bamos los dos mocosos, parados, con tremendas
erecciones y ella, con su vaporoso vestido de algod�n se acerc� a nosotros, tom�
mi verga con la derecha y la de To�o con la izquierda y nos masturb�. No se
To�o, pero yo ve�a estrellas. Su suave mano acariciaba y exprim�a con gran
precisi�n, para mi deleite, hasta que alcanc� el primer orgasmo verdadero de mi
vida. Luego dijo.


-Ahora enju�guense y v�stanse r�pido.


Lo hicimos, mientras yo pensaba: "Se lo pido, se lo tengo que
pedir, debo decirle que es mi m�s ferviente anhelo, que la quiero m�a". Sin duda
To�o pensaba algo parecido, algo acorde a nuestras largas charlas sobre el tema.


Salimos a la sala con nuestras pijamas. Mago nos esperaba
leyendo y cuando nos vio, nos encar�:


-As� que les urge tener sexo... �no son a�n demasiado chicos?


-No t�a querida, ya no. Mi cuerpo me lo exige todos los d�as,
y todos los d�as me gasto, me desperdicio pensando en mujer �le dije.


-Yo, punto m�s que lo mismo �dijo To�o.


- Pero ni tenemos novio ni, aunque tuvi�ramos, acceder�a, por
m�s que le prometi�ramos cuidarla: esta ciudad, querida t�a, y mi ciudad, est�n
a�n en la colonia �dije yo.


-Ellas tambi�n quieren, pero no se dan permiso. He dado besos
y tocado chichis y nalgas, pero aunque est�n ansiosas, aunque su cuerpo les pida
m�s, no se dejan ir m�s all� �dijo To�o.


-Lo hemos platicado mucho, Mago �y era cierto-, pero parece
que no hay m�s remedio que seguir v�rgenes largo tiempo m�s o desquintarnos con
una prostituta, lo que me ser�a horrible.


-Dices, t�a -termin� To�o-, que somos demasiado chicos
todav�a, pero nuestros amigos de 16 y 17 est�n igual que nosotros, y m�s
obsesionados, enfermos ya.


No hab�a mucho que a�adir a este mon�logo a dos voces, as�
que nos quedamos callados, mientras Mago nos ve�a largamente. Yo tambi�n la
ve�a, su bella figura y sus imantados pechos, cuya redondez, cuyos erectos
pezones se mostraban claramente tras la ligera tela del vestido: pens� "no trae
brassiere". Finalmente, dijo:


-Pues s�. Parece que mis ni�os se est�n convirtiendo en
hombres.


Hubo otro largo silencio y pregunt�:


-As� que piensan en mujeres... �a qu� mujeres querr�an tener?


-A muchas, t�a �dije yo, despu�s de pensarlo-, pero, con tu
perd�n, tu eres la primera de mi lista.


-Y de la m�a �a�adi� r�pidamente To�o-, desde hace dos a�os
que fuimos a Acapulco...


-Ten�as un biquini tan breve... �interrump�.


-Y te ve�as tan guapa...


-Y te queremos tanto...


Nos callamos otra vez, hasta que ella empez� a re�rse fuerte,
muy fuerte. Otra vez ten�amos los pitos bien parados, abultando la tela de las
pijamas.


-Vaya, pues, qu� cosa. Qu� valientes y osados mis ni�os... y
a mi en mi repertorio si me falta pervertir a dos adolescentes... a mis queridos
sobrinos, pero �son conscientes del peligro?


-Si... �dije.


-Nadie, nunca, sabr�a nada-, complet� To�o, tan aterrorizado
como yo: �iba a pasar!


-Pues bien, ni�os queridos, echen un volado para ver quien
ser� el primero.


Gan� el volado y Mago dijo:

-To�o querido: metete otra vez a la tina. Ll�nala, esp�rame ah�, en el agua
tibia, sin ver ni o�r, en lo que termino con Abe. Trata de pensar en ovejitas,
en partidas de ajedrez o en los n�meros primos a partir del 2.


To�o se fue y Mago, con su vaporoso vestido, se acerc� a mi y
me bes�. �ramos entonces de la misma estatura y nuestras bocas y cuerpos
embonaron perfectamente. Sent� a trav�s de la franela su fuerte y duro cuerpo, y
cre� que me mor�a: mi t�a amada, la mujer de mis sue�os, estaba en mis brazos.


Me desaboton� la camisa y me sac� el pantal�n mientras mis
manos exploraban sus curvas, la suavidad de su piel, la dureza de sus m�sculos,
su nuca, el cuello, mientras recordaba, muerto de miedo y gozo una letra de
Sabina "y yo que nunca tuve m�s religi�n que un cuerpo de mujer". No tra�a ropa
interior, o m�s bien dicho, se la hab�a quitado mientras nosotros termin�bamos
de ba�arnos y mi mano, bajo su vestido, sent�a sus duras nalgas.


Me sent� en una silla del comedor y me acarici� la verga muy
despacito. Se quit� el vaporoso vestido con un solo movimiento, dejando frente a
mi sus grandes y firmes pechos y la abierta herida de su sexo: no hac�an falta
m�s preparativos, pues mi verga estaba tan firme como una verga puede estarlo y
su sexo escurr�a perfumados fluidos.


Yo la ve�a como un creyente a su dios, como un n�ufrago a sus
salvadores. La vi inclinarse sobre mi sin soltar mi miembro, la vi colocar mi
cabecita en la anhelada entrada de su vagina y mi pene, mi cuerpo entero sinti�
un choque de placer inexplicable. Comprend� la obsesi�n por el sexo y me jur�
que vivir�a para ese placer, para buscarlo y tenerlo. Ser�a un servidor de
venus... me lo juraba mientras ella me acog�a en su c�lida vagina, mientras ese
m�sculo divino se abr�a, se amoldaba a los delicados tejidos de mi pene.


Mago baj� sobre m� hasta que mi verga toda estuvo dentro de
ella, hasta que fuimos uno. Me abraz� llam�ndome "ni�o querido" y, sin moverse,
me dio un largo beso. Luego empez� a moverse despacito, muy despacito hasta
hacerme alcanzar mi orgasmo, hasta hacerme ver estrellas, tras lo cual se qued�
muy quieta sobre mi, abrazada a mi.


Al salirse dijo "hay que limpiar todo, limpiar bien" y ante
mi sorpresa y j�bilo se arrodill�, puso su cabeza entre mis piernas y pas� su
�spera y mojada lengua sobre mi pene semierecto, pringado de sus fluidos y los
m�os. As� recib� la primera mamada de mi vida, porque al sentir su lengua mi
verga se endureci� otra vez y mi amada t�a se aplic� a ella, mientras yo gozaba
y la ve�a, mientras yo sufr�a y la amaba, hasta que se bebi� mis �ltimos jugos.


Entonces se par�, brillante de sudor, magn�fica en su
desnudez, y me dijo:


-Limpia todo bien, muy bien, con algo que mate el olor de lo
que se ha hecho y luego date una ducha r�pida en el ba�o de tus primos: yo
todav�a tengo que hacer.


Y la vi subir las escaleras rumbo al ba�o, rumbo a la verga
de To�o. Y sent� el doloroso aguij�n de los celos. Pero tambi�n me sent� hombre,
me supe nuevo, listo para mi nueva vida. Ella iba a media escalera, meneando sus
nalgas portentosas, cuando le dije:


-Te amo t�a, soy tu esclavo. Te amo...


Ella volte� hacia mi, me gui�� el ojo y sigui� subiendo.
Limpi� y me duch� en chinga, como Mago me hab�a ordenado y, otra vez en pijama,
esper� sentado en la sala a que bajaran To�o y la divina mujer que amaba, que
ahora quer�a tener para siempre. Baj� desnuda, reci�n ba�ada y se visti� delante
de mi. Pronto lleg� To�o, con su pijama.


-Queridos m�os �nos dijo ella-. Yo se que querr�n que se
repita siempre, pero no es posible, por mi bien y por el suyo. Una ma�ana de
s�bado, de cada dos s�bados, cuando Larissa se quede con su padre, si yo les
hablo podr�n visitarme y repetiremos esto, pero ustedes tienen que buscarse
chicas de su edad o amantes en otro lado, para que sean capaces de amar. Ahora
suban a su habitaci�n y duerman, mientras yo espero a los pap�s de To�o y a
Marianita.


No se si To�o durmi�, pero yo pens� toda lo noche, o buena
parte de ella, en lo que hab�a hecho y en mi juramento. A la ma�ana siguiente
nos despert� mi t�o Toribio porque ir�amos a desayunar fuera, pero le dijimos
que prefer�amos quedarnos en casa.


Ya solos, hice a To�o part�cipe de mi juramento y ya que
�ramos hermanos de leche, deb�amos ser tambi�n hermanos de sangre, y bajamos por
un cuchillo para abrirnos heridas en los brazos y mezclar nuestra sangre. Luego
dijimos que no pod�amos esperar quince d�as cada vez para volver a tocar el
cielo y que efectivamente tendr�amos que buscar otras mujeres.


Luego de mucho discutir decidimos construir dos sistemas de
espionaje y un asedio compartido: el espionaje ser�a sobre Mariana y Alicia,
nuestras respectivas hermanas, y el asedio, sobre nuestras queridas primitas
Arcelia y Thelma, que ten�an 14 y 13 a�os.


Si les gust� y quieren m�s, escr�banme a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 0
Media de votos: 0


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: Abelardo y su familia (1)
Leida: 776veces
Tiempo de lectura: 8minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























relatos no podia creer la pija mostruosa de mi noviorelatos incesto lesbiana bdlol.rumujeresmuy zorrSfollando con el abuelitorelatos pendejo haceme la cola abuelasrelato erotico cogiendo a mi prima y a su hijitas chiquitas mamandole la cuquita relatos eróticos mamá me ayudaRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezrelatos de sexo mi compadre y mi comadrecuentos cortos eroticoshistorias exitantesla hijita de mi vecina relatos eroticoaporno gratis de viejosrelatos de nietas folladas por sus abuelosrelatos eroticos el hilo dental de mi primarelatos porno mi pequeña panochitaRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos pornos gay de militares madurosIncesto con la abuela relatadosrelatos porno incesto papa hijabuscador de relatoscuentos porno en familiamadre e hijo relatos eroticosrelatos erotMi hermana i mi prima me hicieron la paja en el cuarto relatomi hijita de 9 añitos relatorelatos porno la gran cuca de mi tíarelato de ama de casa a enculadarelatos erotocosrelatos calientes sofiloa gordaRelatos xxx violando a mi sobrinarelatos pornos papa ya me canse de chuparte la pollarelatos eroticos alumnami prima pilar pornorelatos xxx mi tia culonarelatos gay de hombres maduros con jovenesmi primo daniel y mama follaron salvajementecuentos eroticos de incestos en dibujos animadosporno de indijenteIncesto con la abuela relatadosRelatos pornos mi sobrino me lleno el culo de lecherelatos eroticos mano largaRelatos gay entre callejerosIncesto con la abuela relatadosrelatos xxx mi sobrinita jugandoCuentos eroticos de incestorelatos mi tiasexo con mi madreRelatos eroticos me la cogi dormida y bien borracha y drogadarelatos eroticos cabalgando con papirelatos eroticos enanosrelatos lesbicos filialesRelatos cojiendo con mamá en el ranchomi novia se exita ver coger relatoshistorias de madurasMe coji a mi madre reltRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezme cogo a las dos hijas de mi vecino relatos xxxrelato erótico gay desvirgado por mi tíorelatos eróticos suegra tengo la venga grandesite:bdlol.ru abuelito relatos eróticos mi hermano menor gay porno relatos entregue a mi hijitami suegro me embarazo relatosoy la puta dei yernoRelatos eroticos perdida de virginidadrelato como vestida de mujer me cogieronhija y padre xxxrelatos filiales xxxRelato erotico por el culito a mi hijastraRELATOS ME.COGIO.MI PAPIrelatos porno mi vieja relatos caricias de su jefegordas muy cachondasrelatos por el culito a mama primerisa filialmi hijita de 9 añitos relatorelatos eroticos bdlol.ru familia nudistazoofilia hombre folla perra en celoRelatos mi pequeño hijo me embarazarelatos porno de peque inocentes