Encontr� uno en el centro de Santiago, cerca de mi
universidad y de mi casa, por lo que su ubicaci�n me resultaba muy pr�ctica.

La primera vez que fui, pase luego de la universidad. Me
equipe con unos pantalones cortos azules y una polera normal, iba s�lo a hacer
ejercicio, no me importaba lucirme ni nada por el estilo.

Entre a la sala de maquinas y me instale en una bicicleta.
R�pidamente note a un tipo frente a mi. Era de espaldas anchas, sus m�sculos
estaban muy marcados en sus brazos y piernas que estaban al descubierto. Aun no
se que fue l oque me paso en ese momento. Hasta ese d�a, jam�s hab�a tenido
inter�s sexual por otro hombre. A pesar de que en varias oportunidades me hab�a
excitado con la idea de ser penetrado por un hombre, nunca alg�n hombre me hab�a
llamado la atenci�n como ese macho que estaba frente a mi, ni nunca hab�a estado
cercano a la idea de concretar esa idea que alguna vez estando s�lo y caliente
se me hab�a ocurrido. El era alto, casi 1,90 yo creo, de facciones fuertes, todo
en el emanaba masculinidad y virilidad. Estaba sudado por que acababa de
terminar de trabajar en una maquina. Conversaba con otro hombre tambi�n alto,
pero vestido como ejecutivo. Como estaba distra�do aproveche de mirarlo entero,
su paquete abultado, sus brazos gruesos, su ancha espalda, sus manos grandes.
Algo que solo hab�a sentido al observar mujeres muy atractivas me recorri�
entero. Estaba sintiendo algo totalmente nuevo, y no tarde en notar como mi
verga se pon�a dura.

De pronto, la otra persona que estaba con el, y que no estaba
nada mal, pens� maliciosamente, se fue r�pidamente. El se dio la vuelta para ir
a otro lado, pero antes de darme la espalda, me mando una mirada con la que me
hizo entender que se hab�a dado perfectamente cuenta de que lo hab�a estado
mirando con descaro. Me quede parado, estaba completamente avergonzado. Sent�a
una mezcla de verg�enza y arrepentimiento por haberme excitado con solo mirarlo.
�Que estar� pensando de mi en este momento?, �Que le habr� parecido yo?. Ese me
hombre estupendo me hab�a fascinado.

Luego de ese tarde, pase muchos d�as muy excitado pensando en
ese hombre. No me decid�a a tratar de seducirlo, no sab�a bien que hacer.
Finalmente decid� volver a la semana exacta. Pero esta vez me puse unas calzas
cortas apretad�simas que resaltaban mi rico culito. Yo soy delgado y alto, y mi
culito es paradito, lo que en contrastado con mi delgadez lo hace ver muy
apetecible, respingado y redondito.

El estaba en el mismo lugar que la semana anterior. Yo me
instale en una bicicleta que le daba la espalda, as� podr�a tener una muy buena
vista de mi potito. A pesar de mi audacia, estaba hecho un atado de nervios.
Nunca hab�a hecho algo parecido. Ni siquiera sab�a si a e le gustaban los
hombres. Pero estaba tan caliente por el, que olvidaba todas mis aprensiones y
me sent�a dispuesto a cualquier cosa. Por un espejo que tenia enfrente pude
notar que me miraba mucho, sobre todo mi rico culito. Me excite mucho. Cada
cierto tiempo nuestras miradas se cruzaban en el espejo, pero yo nervioso miraba
hacia otro lado. Al parecer eso le gustaba.

Al cabo de un tiempo, me retire a los camarines para darme
una buena ducha.

Las duchas eran comunes, no estaban separadas. Eran cerca de
15 y yo estaba en la del medio. No hab�a nadie mas en ellas ni en el camar�n.
Hasta que vi que alguien entraba en las duchas. Mi cuerpo se estremeci� entero
al ver que era el. Se instalo al lado m�o. Yo no sab�a que hacer, estaba muerto
de verg�enza y de nervios. El trataba de mirarme pero yo me hac�a el tonto. Sin
embargo mi verga delataba mi excitaci�n. Si quer�a tener algo con ese macho
deb�a actuar r�pido. En un arrebato de confianza bote mi jab�n al suelo, hacia
el costado. Me agache mostr�ndole descaradamente mi hermoso trasero. Sent� que
unas manos firmes me tomaban de la cintura y que un bulto duro se frotaba contra
mi ano. Tembl� entero. Una intensa sensaci�n de placer estremeci� de pies a
cabeza. ME pare. El me dio la vuelta, aferr�ndome aun por la cintura y me beso.
Me deshice en sus brazos. Sent� su lengua dentro de mi boca. Sus manos aferraron
mis nalgas. Estaba completamente excitado. Nuestras bocas se separaron.

-Ahora chupamelo- Me dijo. Yo ni siquiera dude en obedecer.

Me agache e introduje esa gran y verga gruesa en mi boca.
Tenia la mitad en mi interior. El agarro mi cabeza, y de una estocada me la
meti� entera. Sent� un ahogo pero no me importo. C�menos a follarse mi boca
mientras sujetaba mi cabeza. Metia y sacaba su deliciosa verga mientras me
insultaba y me trataba de perra y puta.

-Ahhh, sigue as� putita rica-, -eres una perrita caliente.-

A mi excitaba aun mas el que me tratara de esa manera.
Mientras su pene entraba y sal�a por mi boca, yo intentaba darle lamidas con mi
lengua. Le masajeaba las bolas y le acariciaba el pecho. De pronto se detuvo.
�Ahora l�melo perrita rica- Me dijo. Y yo me apresur� a obedecer. Me fascinaba
sentirme sometido a su voluntad. Tome su verga con mis manos y comenc� a lamerla
con la punta de mi lengua. Varias veces. Me detuve en la punta y la bese con
pasi�n. L a besaba y lam�a. El ten�a espasmos de placer. -Ya viene tu premio
putita- me dec�a. Hasta que sent� un chorro de semen en mi rostro. Me meti�
entonces su verga en mi boca y me pidi� que me tragara toda su leche. Lo que
hice encantado.

Luego me dijo �Bien, vete ahora que quiero ba�arme, pasado
ma�ana te doy otra dosis. �Le obedec�.

A la otra semana lo esperaba puntual en las duchas. Escuche
unos pasos y alguien que se desnudaba. Yo esperaba completamente excitado y
totalmente dispuesto a entregarme.

Continu� ba��ndome mientras esperaba. Repentinamente unas
manos me tomaron por la cintura, un cuerpo de hombre se pego al m�o, note con
placer su pene erecto frot�ndose contra mis nalgas. Se me escapo un quejido un
placer.

-Hola preciosa- Me dijo. Me puse nervioso. Esa no era la voz
del hombre que esperaba. �l lo noto, y me tranquilizo con un beso en el cuello y
me dijo:

-No te preocupes, vengo de parte de tu amigo, rel�jate
perrita rica.- Lo que hice de inmediato, por que las manos de este hombre eran
mas grandes y suaves, y me recorr�an de una forma mucho mas excitante. Sus manos
recorr�an mi cuerpo, mi pecho, mi pene, mis nalgas, sobre todo mis nalgas.

Me ten�a abrazado por detr�s, el contacto con su cuerpo me
permit�a sentir como su verga se alargaba y endurec�a, l oque me hac�a
sorprenderme de cuanto pod�a llegar a excitarme. Yo agarre su miembro con una de
mis manos.

-Eso as�, preciosa. Eres tan buena como me dijeron.- Sent�
algo que entraba por mi ano. Era uno de sus dedos.

Solt� un quejido de placer.

-Ahhhh papito que rico sigue.- Su dedo sigui� entrando y mi
mano pajeaba su rica verga.

-Prep�rate rica- Me dijo. �Mira que ahora viene lo bueno-.

Apoye mis manos contra la pared, el me agarro a�n mas fuerte
por la cintura y me estremec� cuando su miembro duro y largo comenz� a entrar.
Un placer intenso me recorri�, volv� a gemir de placer, no me importo el dolor
que sent�a en mi ano, el placer era mucho mas fuerte.

-�Quieres estar en un lugar m�s c�modo?- me dijo.

-aaahhh, si, respond� yo entre gemidos de placer.

-S�gueme entonces- me dijo. Por fin pude ver su cuerpo. Era
aun m�s atl�tico y varonil que el de mi amante del d�a anterior. Sus m�sculos
estaban a�n mas marcados, sin ser sobre desarrollados, solamente estaban
marcados y pod�a sentirse su volumen. Era mas alto, y mucho mas lindo de cara.

Pasamos a los vestidores, nos vestimos y al salir de ellos mi
macho saco una llave del bolsillo, entonces note que est�bamos encerrados en el
ba�o. El me gui�o el ojo:

-Era para asegurarnos que nadie nos molestara amor.- Aclar�.
Yo sonre� picaronamente.

Finalmente llegamos a una escalera que quedaba mas all� de
las salas de ejercicios. Subimos, abri� una puerta y me invito a pasar:

-Esta es mi oficina.

Pasamos. Era amplia y bonita. Tenia un sill�n muy grande y
que se ve�a muy c�modo.

El fue a sentarse. Yo me acerque, el me aferr� por la cintura
y me sent� sobre sus piernas.

-Soy el due�o del gimnasio.- Me cont�, mientras acariciaba
mis nalgas y mi rostro.

-Que bueno- Le coment�. -Debe ser un muy buen negocio-
Agregue a continuaci�n.

-As� es preciosa- Dijo y luego me beso. Fue un beso largo y
delicioso. Disfrute con su lengua movi�ndose dentro de mi boca, y entrelaz�ndose
con la m�a. Luego de besarme, meti� su mano por mi pantal�n de buzo agarrando mi
rico culito.

-Aahhhh, que rico.- Dije yo.

-Que bueno que te guste, por que te tengo una proposici�n.-
Mientras dec�a esto met�a un dedito por mi culo.

Yo apoye mi cabeza en su hombro.

-�Cual? Pregunte, pero mi pregunta pareci� m�s un gemido que
una palabra.

-A cambio de que tu est�s dispuesta a ser m�a siempre que te
lo pida, yo puedo no cobrarte por usar mi gimnasio todo lo que tu quieras.- Yo
en realidad estaba dispuesta a ser suya siempre que �l quisiera totalmente
gratis, por lo que su ofrecimiento lo acepte gustosa. Mis encuentros sexuales en
esos pocos d�as hab�an influido tanto ya sobre mi, que estando con ellos,
pensaba en mi como una mujer... y eso me excitaba mucho, mucho mas.

Yo como respuesta. Me agache, met� mi cabeza entre sus
piernas, desabroche sus pantalones, saque esa verga exquisita que estaba
completamente dura y la bese muchas veces y muy r�pido en su cabecita. El me
acaricio la cabeza mientras yo comenzaba a meterme su pene por mi boca. Me lo
met� hasta el fondo. Lo mantuve un poco adentro, acarici�ndolo con mi lengua. Lo
saque y lo lam� muchas veces de abajo hacia arriba, entre cada lamida lo pajeaba
un poco con mi mano.

Mi macho solo gem�a y me ped�a mas y que se lo chupara.

Comenc� a meterlo y sacarlo, mis manos acariciaban su cuerpo,
sus muslos fuertes, sus bolas sus pectorales. Su verga entraba y sal�a cada vez
mas r�pido por mi boquita.

El agarro mi cabeza y la mov�a al ritmo de mis apasionadas
chupadas. El ritmo se aceleraba cada vez m�s. �l gem�a y gem�a.

-Sigue perrita, sigue.

Yo acompa�aba mis chupadas con movimientos de todo mi cuerpo.
Cuando me met�a su verga, mi cuerpo se cargaba seximente hacia delante, lo
mismo, pero hac�a atr�s cada vez que sal�a.

Estaba vuelta loca, estaba totalmente apasionado mamando su
verga, el gozaba y gozaba, me excitaba pensar que nunca nadie le hab�a dado una
chupada tan buena. De pronto me detuvo. Me pidi� que me parara y me desnudara.
Obedec�. Luego me apoye seximente en el escritorio, mir�ndolo lujuriosamente. El
se paro y me beso. Me voleo y de un solo golpe me penetro completamente. Sent�
que me part�an. Grite de dolor. Pero �l ni se inmuto. Sigui� penetr�ndome
salvajemente. ME aferraba por la cintura y se mov�a como loco, metiendo y
sacando su verga por mi culo. Al rato el dolor dio paso al placer. Comenc� a
gemir y a moverme seximente a su ritmo. Ahora el dolor no importaba, solo me
importaba sentir su verga adentro, quer�a ser suya totalmente. Sent�a como mi
ano se dilataba sintiendo las arremetidas de su verga.

Seguimos hasta que sent� como mi ano se llenaba de leche

Yo me corr� en ese mismo instante. Jam�s hab�a sentido un
orgasmo como ese. El me sent� nuevamente sobre sus piernas. Yo me abrace a su
cuello y me dorm�.

Nuevamente el que quiera comentarme o contactarme que lo haga
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