De costa a costa: West Virginia
Mi amigo DesConocido:
Simplemente tom� la carretera equivocada. Seguramente me iba
durmiendo en el tim�n pues cuando me d� cuenta ya estaba en el fango a la par de
un r�tulo que dec�a "Ruta 28. Cherry Grove, 2 millas". Intent� salir del lodo,
pero lo �nico que mi Cherokee hizo fue patinar sin moverse m�s que un par de
cent�metros. Quise retroceder, pero el resultado fue el mismo. Entonces decid�
poner la doble tracci�n y d� gracias al cielo cuando �sta fue colocada
autom�ticamente por el microchip que el vendedor del veh�culo me hab�a ofrecido
hac�a un a�o m�s o menos. Sal� del fango y enmedio de la densa niebla que cubr�a
la espesura del bosque trat� de seguir las l�neas blancas de la carretera. No
iba a m�s de unas 15 millas por hora pues no se distingu�a nada. A los pocos
minutos v� por el espejo retrovisor un par de faroles que se acercaban. Se
mantuvieron muy cerca de m� pero sin sobrepasarme.
Finalmente, apareci� un peque�o r�tulo desquebrajado donde se
le�a "Cherry Grove". Me hice a un lado del camino y el veh�culo que me segu�a
pas� de largo, pero se detuvo luego a unos cuantos metros. Un hombre se baj� y
me grit�:
"�Necesita ayuda?"
"Bueno, la verdad es que no se donde estoy"- le respond�
desde dentro de mi Cherokee mientras buscaba el mapa que llevaba conmigo en el
asiento del pasajero. V� que el hombre se acerc� a m�.
"Est� enmedio de las monta�as Monongahela"- me dijo cuando ya
estaba a la par de mi ventana. Era un hombre mayor, quiz� de unos 70 a�os, con
una barba blanca y sin cuidar, camisa a cuadros y unas manos grandes que se
posaron en mi ventanilla.
"�Eso es en West Virginia?"
El hombre se tir� una carcajada que reson� en el bosque.
"�De verdad est� perdido! Si, por supuesto...est� en West
Virginia..."
"Creo que he viajado mucho y estoy cansado..."- le expliqu�
mientras pon�a el mapa sobre el tim�n del carro tratando de encontrar el lugar.
"�New York?"- me pregunt�.
Con extra�eza le respond� que si.
"Es que v� la placa"- me explic�. "�Por qu� no vienes a mi
casa? Est� muy cerca, si quieres puedes dormir esta noche para que contin�es
ma�ana...vivo con mis dos nietos..."
Segu� la camioneta Dodge de Mr. Keefer hasta su amplia casa
en la vera de la carretera. La neblina estaba m�s espesa que nunca. El me
explic� que esto era normal en las primeras semanas del verano cuando el aire
comenzaba a ponerse caliente pero los �rboles permanec�an fr�os por la
temperatura de la primavera reci�n finalizada.
Entramos juntos a la casa. Su piso de madera y un olor
persistente a canela fue lo primero que me llam� la atenci�n. En la sala, donde
me hizo sentar, hab�a fotograf�as y cuadros con temas religiosos.
"All� vienen los ni�os"- me indic� mientras se escuchaba el
ruido de una puerta trasera que se abr�a.
Primero apareci� un muchacho de unos 15 a�os de edad, flaco,
blanco, con unos preciosos ojos azules. Detr�s ven�a el otro "ni�o" quiz� un par
de a�os mayor que �l pero un poco m�s bajo y menos flaco pero con los mismos
ojos azules vivaces que iluminaban la habitaci�n.
"Hijos, este es Diego, se quedar� a cenar con nosotros y
dormir� antes de que contin�e su viaje"- dijo el abuelo a los nietos mientras
estos me daban la mano muy respetuosamente.
Durante la cena, un rico estofado de ternera con pur� de
papa, Lou y Jim me hicieron toda clase de preguntas sobre New York y mi viaje.
Eran muchachos campesinos que no hab�an viajado m�s all� que la feria del
condado, quiz�, pero con una curiosidad (bien pronto la descubrir�a) enorme.
Luego de agradecer por la hospitalidad, se me mostr� la habitaci�n donde pasar�a
la noche.
"Lou, mu�strale donde est� el ba�o..."- le dijo el abuelo
mientras me volv�a a ver- "Me imagino que quieres darte un buen ba�o tibio..."
Le sonre� y volv� a agradecerle.
"Yo me retiro, voy a dormir"- dijo el abuelo mientras
encend�a una pipa e inhalaba el oloroso contenido.
Lou, el mayor, camin� delante de m�. All� fue donde not� que
los pantalones viejos y casi rasgados del muchacho era lo �nico que llevaba
puestos, las nalgas se le dibujaban perfectamente y no hab�a se�ales de
calzoncillo. Mi verga se comenz� a parar de solo tener aquel pensamiento en mi
mente. Lo desech� en beneficio del pudor.
"Abres la llave hacia la izquierda...aqu� acostumbramos
echarle un poco de agua tibia y all�"- me se�al� un bote bastante grande de
vidrio -"est� madera de canela para que le eches a la tina... te ayuda a
relajarte".
"Gracias...nunca me he ba�ado con canela..."- Lou no me
permiti� terminar.
"Si quieres, te lo preparo..."- su tono fue bajo pero lo
suficientemente alto como para que yo lo escuchara.
"�Est�s seguro? �Tu abuelo...?"
Otra vez me interrumpi�.
"El se va a dormir en los pr�ximos 5 minutos... Jim y yo
podemos ayudarte..."- su mirada estaba clavada en la tina, no en m�. Pero yo, el
experto citadino, no pod�a obviar aquella invitaci�n.
"De acuerdo... me voy a preparar..."- le contest� mientras
Lou sub�a su mirada y hac�a contacto conmigo por s�lo un segundo. Sali� del
lugar. Yo no sab�a exactamente que pensar, pero como en tantas otras ocasiones,
decid� dejarme llevar por las circunstancias.
Me quit� mis Reebok negros, mis calcetas, mi jeans, mi
calzoncillo, mi camiseta. Busqu� la toalla para pon�rmela alrededor de la
cintura y mientras lo hac�a me v� en el espejo de cuerpo entero que hab�a en la
puerta. El agua del chorro de la tina, que Lou hab�a dejado abierto, ca�a
libremente. Observ� que mis pezones estaban parados y que aunque mi verga estaba
fl�cida y envuelta en el prepucio, segu�a vi�ndome viril. Mis vellos abundantes
y mi piel morena de latino, me daban una �urea ex�tica enmedio de aquella tierra
pobladas por "gringos" con piel tan blanca como una hoja de papel bond.
Entr� al servicio para orinar, y al terminar de descargar, me
puse la toalla a la cintura.
"�Lou?"- pregunt� mientras escuchaba dos toquidos en la
puerta.
"Entramos al cuarto porque no nos contestaba"- me dijo Lou
mientras yo abr�a la puerta del ba�o.
"Con el ruido del chorro y mi orinada, no los escuch�"-
expliqu� mientras miraba que Jim, ven�a sin camisa puesta, dejando ver un par de
tetitas diminutamente rosadas y un pecho falto de vellos y rosado.
"El abuelo ya est� roncando"- me dijo Lou.
"Trabaja mucho"- me explic� Jim entrando directamente hacia
la tina. Tom� el bote y una peque�a medida dentro de �l. Lo abri� y ech� 4
medidas en el agua. De inmediato un olor fuerte a canela inund� la habitaci�n.
"�Qu� rico!"- exclam� espont�nemente mientras dejaba que mis
fosas nasales se refrescaran con aquella fragancia.
"Nosotros mismo cortamos esta canela..."- me dijo Jim
mientras cerraba el bote.
"Te va a gustar... podemos..."- Lou dud� un instante -"darte
un masaje... si quieres..."
Tener aquellos dos muchachos tan cerca de m� me estaba
poniendo nervioso, y cachondo. Sab�a que se me echar�a de ver en pocos segundos,
y no pod�a ya detener la erecci�n que estaba a punto de comenzar. As� que no
perd� tiempo.
"No desaprovechar�a esa oportunidad por nada"- le contest�.
"Entonces, lo mejor ser� que te metas a la tina antes que el
agua se enfr�e"- me dijo Jim quien, aunque era el menor, obviamente era el m�s
atrevido. Me vi� atentamente mientras mi mano se posaba en la toalla y me la
quitaba r�pidamente cayendo al suelo. Mis 16 cent�metros de carne estaban ya
tomando su posici�n de ataque y sin disimular ambos hermanos me volvieron a ver,
pero no dijeron palabra antes que yo me sumergiera en la ba�era.
El agua tibia con aquel olor tan penetrante era una verdadera
delicia despu�s de casi 9 horas de manejar. Met� la cabeza brevemente en el
agua, y cuando me quit� mi cabello casta�o de la frente, y pude abrir mis ojos
vi a Jim que estaba de rodillas a un lado m�o con una esponga en la mano y a Lou
a la par de �l quit�ndose la ropa.
"�No te importa que nos quitemos la ropa?"- me pregunt� Lou.
"No queremos mojarla, y adem�s as� estamos iguales..."- me
dijo Jim con una sonrisa cargada de picard�a.
"Por favor"- les dije mientras observaba como se desnudaban
frente a m�. El cuerpo de Lou estaba mejor desarrollado que el de su hermano
menor, pero ambos ten�an un par de tetillas rosadas, delicadas. Lou ten�a unos
cuantos vellos que le rodeaban el ombligo y bajaban hasta su verga, rosada,
larga y ya erecta. Jim, por el contrario, era lampi�o y su piel suave, tersa
casi brillaba con la luz de la l�mpara que incandesc�a frente a nosotros. Su
verga era larga pero un poco menos gruesa que la de su hermano. Ambos ten�an
piernas flacas, pero atractivas y nalgas redondas, peque�as, pero paradas.
"Te queremos preguntar algo"- me dijo Lou.
"�Ya lo has hecho con hermanos, como nosotros?"- una vez m�s
comprob� que Jim era el m�s atrevido de los dos. Sonre� antes de contestar.
"No, la verdad que no..."
"Pero, �lo haces con muchachos?"
"Si no, no estuvi�ramos todos en pelotas, �verdad?"- fue mi
respuesta mientras sent�a como la mano de Lou se posaba en mi rodilla que estaba
fuera del agua.
"Nos encant� tu piel desde que te vimos... nos encanta tu
acento..."- me dijo Jim colocando la esponga en mi pecho -"y estas tetas se ven
hermosas"- agreg� mientras su dedo se deslizaba hacia mi pez�n.
Sent� aquel dedo como si fuera un tiz�n que calentaba mi piel
y simplemente decid� disfrutar de aquel momento tan er�tico.
"�Puedo meterme contigo?"- la voz de Lou era ahora menos
cohibida. Asent�. No pude dejar de observar a aquel hombre esbelto, varonil,
entrando en la misma tina donde yo estaba. Se puso de rodillas abri�ndome las
rodillas. Con s�lo el roce de su piel en los vellos de mis piernas me puso a mil
y cuando, dentro del agua, busc� con sus manos mi verga ya parada, la sensaci�n
fue sencillamente fenomenal. Tom� aire y sin decirme nada se sumergi�. Sent� sus
labios que se abr�an como una flor para tragarse a mi colibr� que deseaba
aquella mamada. Era una sensaci�n �nica, especial, ser mamado en el agua tibia y
olorosa a canela, mientras Jim soltaba ahora la esponga y se inclinaba un poco
para mordisquearme los pezones.
No pod�a creer en mi suerte. Hac�a s�lo un par de horas
estaba perdido enmedio de una calle rural de un bosque desconocido y ahora
estaba teniendo sexo con dos adolescentes que estaban hambrientos por mi carne.
�Eso es suerte!
Aquellas bocas, aunque j�venes eran expertas. De eso no cab�a
la menor duda. Se mov�an a un mismo comp�s y succionaban como profesionales. Lou
sali� de debajo del agua y se puso en pi� acercando su verga rosada y mojada a
mi boca.
"�Te la tragas?"- me pregunt� mientras yo levantaba mi vista
a aquel m�stil hermoso que ten�a a unos cent�metros de mi rostro.
"Se ve tan deliciosa que la considero mi postre"- le
contest�. Me levant� un poco para alcanzarla mejor. Jim aprovech� esos segundos
y se meti� como pudo enmedio de mis piernas y de las de su propio hermano que
qued� arriba de �l con sus piernas abiertas. Jim se agach� y siendo que mi verga
ahora quedaba fuera del agua no le tom� ning�n esfuerzo poner su lengua en mi
glande y hacer c�rculos sobre �l. Mientras tanto mi boca saboreaba el sabor a
canela que se hab�a impregnado ya en la cabeza de la verga de Lou. Este puso sus
manos en la pared del frente de la tina y comenz� a moverse r�tmicamente
mientras me cog�a la boca. A m� me encantaba aquella danza sensual, era m�s de
lo que pod�a pedir: yo mamando y alguien mam�ndome a m�.
En un momento pens� que Lou iba a terminar, as� que me detuve
y le lam� los huevos. Sus vellitos cortos y mojados eran una delicia al paladar.
Yo los lam� una y otra vez, mientras Jim imitaba mis movimientos y se tragaba
mis huevos. Levant� mis piernas mientras �l bajaba de mis huevos a mi culo que
permanec�a bajo agua. Sent� como su lengua se pos� brevemente en mi raja
haci�ndome estremecer de placer.
"Ah.. que rico...ahhh..."-dije mientras Lou sacaba su verga
de mi boca.
"Creo que es hora de secarte y que te acuestes"- me dijo
mientras pon�a su mano sobre mi frente.
Jim se detuvo y permiti� que su hermano pasara encima de �l
al salir de la tina. Luego lo hizo �l y por �ltimo me levant� yo. El agua hab�a
rebalsado con nuestros tres cuerpos dentro de la tina. Nos secamos levemente y
de la mano de Jim camin� hasta la amplia cama.
"Acu�state"- me dijo Lou mientras yo miraba las dos vergas
paradas frente a m� como si fueran dos caramelos que quer�a tragarme.
"�Me van a dar de mamar?"- les pregunt� al sentarme en el
borde de la cama.
Se volvieron a ver.
"�Te puedes tragar las dos al mismo tiempo?"- pregunt� Jim.
"Lo intentar�"- fue mi respuesta mientras ambos se acercaban
y pon�an sus vergas calientes, duras y paradas delante de m�.
Abr� mi boca lo m�s que pude y me tragu� de una sola vez la
verga m�s delgada de Jim; la sabore� tanto como pude. Su sabor hac�a un claro
contraste con la canela que ya estaba impregnada en la de su hermano. Ten�a un
sabor agridulce, entre sudor y jab�n. Era exquisita. Lou se acerc� y como pude
la acomod� a un lado de mi boca. Sab�a que no ser�a capaz de trag�rmelas
completamente, pero por lo menos, morir�a en el intento. Era aquella una
experiencia in�dita en mi vida. Ten�a dos menores de edad, quienes adem�s eran
hermanos, y que les gustaba coger con hombres. Los mam� lo mejor que pude
mientras sus l�quidos se licuaban con mi saliva en una poci�n libidinosa m�s
all� de la descripci�n.
"Lo hace rico..."- le coment� Jim a Lou mientras yo volv�a a
ver hacia arriba y miraba como los hermanos se manoseban sus tetas, sus nalgas,
sus espaldas, entre s�. Al poco rato ya estaban bes�ndose mientras sus lenguas
se entrelazaban.
Saqu� mi boca de aquellas dos vergas y me par�. Ellos me
abrazaron y se toparon contra mi pecho velludo d�ndome un beso lleno de pasi�n.
Sus lenguas se dedicaron a buscar la m�a mientras nuestras manos se paseaban por
nuestros cuerpos de una manera intermitente entre los tres. Nuestras piernas
topaban y a veces se entrelazaban hasta hacerme tumbar a la cama. Jim se puso
encima de mi verga abriendo sus piernas, mientras Lou se colocaba frente a �l
con sus piernas abiertas abriendo su culo sobre mi cara. Ten�a a un culo a unos
cent�metros de mi lengua, mientras el otro estaba a unos mil�metros de mi
glande.
"�Hacen esto a menudo?"- no pude dejar de preguntarles.
"Casi todas las noches... lo hacemos entre nosotros..."- me
contest� Lou.
"Y a veces con el abuelo".
Esta �ltima frase rebot� en mi cabeza.
"�Con su abuelo?"- pregunt� con extra�eza.
"�Por qu� te sorprendes?"- la voz ronca de Mr. Keefer desde
el dintel de la puerta me sobresalt� pero no pude hacer nada: los dos muchachos
estaban encima de m� y pr�cticamente no pod�a moverme. "Desde que muri� mi
esposa, y mi hijo, el pap� de estos muchachos, no he tenido ninguna
mujer...alguien ten�a que quitarme la calentura...y estos muchachos, mis nietos,
lo saben hacer bien"- me dijo entrando a la habitaci�n mientras fumaba su pipa
con olor a menta.
"Pero..."- yo no sab�a que decir enmedio de aquella situaci�n
tan extra�a.
"Abuelo"- le dijo Jim -"�vas a venir?"
"�Me vas a dar tu vergota?"- le pregunt� Lou que ten�a su
culo encima de mi cara.
"�La quieres hijo?"- le dijo el abuelo mientras daba un par
de pasos hacia m�. S�lo llevaba puestos unos boxer. Su pecho amplio y cubierto
de vellos canosos terminaba en una pronunciada barriga. Se notaba que estaba ya
caliente pues no dejaba de tocarse su paquete. "�Y t�, quieres probarla?"- me
pregunt�.
Yo permanec�a en estado de shock, de hecho mi verga estaba
ahora fl�cida por aquella impresi�n. Hasta yo tengo escr�pulos, de vez en
cuando.
"Oh, vamos, no es para tanto... "- me dijo el abuelo mientras
se bajaba su boxer dejando ver una verga rechoncha, grande, apetitosa. "Esto es
lo que les doy a mis nietos...�quieres probarla?"- la cabezota brillaba con el
l�quido que ya la lubricaba. La acerc� a m�, y no pude resistirme ante la
tentaci�n de met�rmela en la boca que hac�a s�lo unos segundos hab�a probado las
vergas de sus nietos. El sabor de �sta era m�s amarga que dulce, y ten�a un
fuerte olor a tabaco en todo su contorno. La baba preseminal facilitaba la
mamada y a m� me encantaba trag�rmela. Mi verga volvi� a la acci�n y deposit�
mis escr�pulos en alg�n lugar lejano del bosque que nos rodeaba.
Succion� aquellos 18 cms. como si me los fueran a quitar. El
viejo se revolv�a de placer. En un instante Lou se levant� y comenz� a lamer mi
m�stil lubric�ndolo a la perfecci�n,
"Vamos hermanito, si�ntate en ella...si�ntate"- le dec�a a
Jim mientras le tomaba de las caderas flacas y lo colocaba en posici�n de ser
penetrado.
"Oh...oh..."- dec�a Jim mientras yo sent�a como mi verga
taladraba el culo aun socado del muchacho.
"Dale...dale...as� le gusta"- dec�a el abuelo en una escena
que parec�a subrealista.
"Dejame comerme tu verga"- le dijo Lou a su hermano mientras
se colocaba siempre con las piernas abiertas sobre m� para mamar la verga que
sub�a y bajaba por encima de mi cuerpo. Levant� la vista mientras Lou le mamaba
la verga a JIm y este se devoraba mi verga con su culo. El abuelo permanec�a de
pi� frente a m� con su verga hinchada, imponente dentro de mi boca.
"Ahora dejame cogerte"- le dijo a Lou quien de inmediato se
baj� de la cama, puso sus manos en el borde y abri� sus piernas. El viejo sac�
su verga de mi boca y se coloc� detr�s de su nieto. Escupi� sobre la palma de su
mano tosca y la unt� en el esf�nter de Lou quien cerr� los ojos al sentir aquel
toque.
"Culito rico... como el de tu pap�"- ahora sab�a que hab�a
ido a parar a casa de un sic�pata sexual que seguramente cog�a hasta con las
gallinas que se le pon�an delante.
Jim se arque� hacia m� para darme un beso. Realmente se lo
devolv� solamente porque lo estaba culeando, pero miles de cosas me pasaron por
la cabeza. �Qu� clase de personas eran aquellas?
"Ahh..."- dijo el abuelo volvi�ndome a la realidad. Hab�a
penetrado a Lou y lo cog�a con furia, con tanta fuerza que el muchacho apenas
pod�a mantenerse de pi� ante las embestidas del viejo.
"Dale mi amor...que rico lo haces...dale, as�, suave..."-
dec�a por contraste Jim a mi o�do. Lo tom� por la cintura, le d� media vuelta y
me puse encima de �l mientras le abr�a aun m�s las piernas. Volv� a meterle mi
verga en el culo dilatado y lo perfor� lentamente, como �l me lo hab�a pedido.
"Ahh...ahh..."- dec�a el abuelo mientras entraba en los
espasmos del orgasmo. Lou se masturbaba con premura mientras su abuelo se
encorvaba encima de �l depositando su viejo esperma dentro de �l.
De pronto sent� un chorro de l�quido caliente que se me
pegaba en la mano: era el semen de Jim que estaba terminando mientras yo le
masturbaba su verga hinchada.
"Ay...ay...ohhh"- la voces de los tres se confund�an en la
agitaci�n del �xtasis. A los pocos segundos mi verga explot� dentro de los
intestinos del muchacho, pero yo no hice ning�n sonido.
Aquella experiencia hab�a sido demasiado para m� y realmente
no sab�a qu� hacer. Mr. Keefer sac� su verga, estaba untada con sangre.
"Ah...todav�a tienes el culo sabroso...mira est� socado
porque te he sacado sangre...ah que rico"- le dijo d�ndole una palmada a su
nieto mayor.
"Que delicioso estuvo abuelo"- le contest� Lou mientras se
incorporaba y miraba que un chorrito de sangre bajaba por su pierna derecha. "Me
voy al ba�o, a asearme".
Jim por fin sali� de mi verga y sin decirme nada me vi� con
ojos de agradecimiento y sali� de la habitaci�n tomando su ropa.
"Por supuesto que te puedes quedar el tiempo que quieras"- me
dijo el abuelo mientras se acercaba a m� que permanec�a acostado -"S�lo hazme el
favor de no pagar mal mi hospitalidad"- al decir esto me puso su mano pesada en
mi verga que poco a poco ca�a en letargo.
"No se preocupe... no dir� nada, yo s�lo estoy de paso"
"Que bueno...porque quiz� ma�ana me comer� esta verga...
ser�a una l�stima que no lo hiciera, �verdad?"- me dijo esto mientras apretaba
mis huevos contra la verga fl�cida.
"Claro, claro..."- le contest�. Mr. Keefer me solt�, agarr�
su boxer y se encamin� hacia el pasillo.
"Que duermas bien...hasta ma�ana"- me dijo desde el umbral
mientras agregaba -"mis chicos est�n sabrosos, �verdad?"
No se qued� para escuchar mi respuesta. Sali� de la
habitaci�n y a los pocos segundos escuchaba como abr�a la puerta de la
habitaci�n de Lou y Jim. Me levant� de un salto y de puntillas camin� hasta
poner mi o�do en esa puerta.
"�Puedo meterme con ustedes en la regadera mis ni�os?"- les
dec�a mientras el sonido del agua imped�a que escuchara la respuesta de los
muchachos.
D� media vuelta y me dirig� a mi habitaci�n. Me vest� lo m�s
r�pidamente que pude, tom� el �nico malet�n que hab�a bajado de mi Cherokee, me
asegur� que no dejaba nada, y pas� por el ba�o, por la sala y sal� literalmente
corriendo de la casa. Encend� el motor de mi carro, y enmedio de aquella espesa
neblina dej� el lugar.
Por unos minutos me cost� identificar donde estaba, pero
realmente no me importaba hacia donde me dirig�a siempre y cuando me alejara m�s
y m�s de aquella familia, tan, tan especial...
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