Relato: El joven mozo de mi casa Gracias por leer mi relato� No omito los nombres reales pero no dir� apellidos, soy Brenda una mujer de 47 a�os, Sayra una de mis 2 hijas vive a�n conmigo es la �nica soltera y la mas peque�a, tiene 28 a�os, hasta hace 3 a�os atr�s viv�amos con mi marido, pero nos hemos separado por sus infidelidades, lo sorprend� con su asistente, pero solo fue la gota que derram� el vaso pues ya sab�a de otros romances en su vida.
Tuve que recurrir a terapia para sobrellevar mis traumas y la recomendaci�n de mi doctora fue que aceptara alguno de los pretendientes que me acechaban desde mi separaci�n, para distraer mi mente, pero me negaba, fue mucho el tiempo que me resist�, pues tengo algunos valores que me inculcaron desde mi ni�ez que me impiden entregarme a otro hombre, adem�s, como pr�cticamente no manten�a vida intima con mi marido, yo no ten�a necesidad de un hombre conmigo que no fuera para platicar.
As� pasaron 3 a�os hasta que una de las muchachas del servicio domestico me dejo el trabajo, tuve que hacer un poco el aseo yo misma pues no me conf�o en nadie para que entre a mi casa� hace tres meses mi hija trajo a la casa a un muchachito de 19 a�os para que lavara los autos, regara los jardines, barriera e hiciera algunos quehaceres en la parte externa de la casa, al principio no estuve de acuerdo pues lo agarr� literalmente de la calle, se lo llev� de un mercado en el que el joven vend�a paletas para ayudarse en sus estudios, ella le ofreci� trabajo y lo puso a prueba.
Despu�s de reprenderlo y corregirlo por su limpieza y su forma de vestir le fui tomando confianza pues adem�s su trabajo era muy bueno, se portaba responsable y dedicado, respetuoso y demostraba mucha honestidad� as� marchaban las cosas, hab�a cumplido 4 meses trabajando con nosotras en la casa, poco a poco le fui dando mas actividades y le permit� entrar a la casa para limpieza que requer�a, casi no platicaba con nadie, lo ve�a siempre o con aud�fonos escuchando su m�sica o bien con alg�n libro o cuaderno intercalando actividades de trabajo y estudio, me causaba ternura y respeto.
Hasta aqu� todo era armon�a, �l no pintaba en mi vida, no era mas importante que la ni�a que nos cocinaba� pero un S�bado mientras hacia el aseo dentro de casa, mi hija salio de su recamara en su camis�n de dormir, muy transparente por cierto, con una tanga diminuta que se notaba perfectamente adem�s de unos senos muy lindos que nada los sosten�a, ella se paseaba de una pieza a otra, de la cocina a la sala, del ba�o al estudio etc., y pasaba constantemente junto a Juan� era evidente que una chica como ella ser�a atractiva a cualquier hombre, mide 1.73 y es delgadita, muy pompudita, es una mu�eca disciplinada en el GYM, el tenis y la nataci�n. Fue ah� que tuve que reprender a Sayra por andarse exhibiendo ante el mozo� pero ella solo dijo �no manches mam�, Juan es un ni�o y a mi no me preocupa si me ve o no�. As� que como mi hija no me hizo caso, decid� pedirle a Juan que hiciera labores fuera de la casa, lo llam� y not� que cubr�a el frente de su cuerpo con una cubeta que bien podr�a cargar a un lado, adivin� que ese cochino ten�a una erecci�n provocada por mi descocada hija, el morbo empez� a rondar en m� y quise ver que tan excitado estaba por lo que le orden� que dejara esa cubeta en el piso y me acompa�ara para encargarle unas tareas� �l caminaba tras m�o y me preguntaba yo misma, si ese joven se excitar�a con una mujer madura como yo, pues tambi�n ten�a lo m�o� yo mido 1.68, soy delgada y con senos copa 34C, piel tersa, firme auque un poco pecosa, labios carnosos, cara bonita aunque lo sensual no era lo m�o� en fin llegu� al jard�n y di vuelta hacia �l para indicarle que necesitaba que arreglara de las jardineras, �l segu�a tap�ndose enfrente ahora con un trapo que usaba para la limpieza, le orden� que pusiera los brazos a los lados cuando le estoy hablando y quietara esa pose de indito con las manos juntas al frente� obedeci�, y no pudo disimular una erecci�n que se notaba enorme� me hice la disimulada como que no v� nada y entr� a la casa� desde ese momento ese joven me perturb� la cabeza, empec� a fantasear mil cosas y me dispuse a querer verlo nuevamente en su estado de excitaci�n, as� que cada que estaba mi hija en esas ropas hac�a que Juan entrara a la casa provocando que pudiera verla, le encomendaba tareas que le permitieran tenerla a la vista, cuando ella ve�a televisi�n, al levantarse del sill�n se le met�a su bata entre sus preciosas nalgas y yo disimuladamente lo observaba a �l, mi hija realmente no le importaba que la viera, pareciera que estuviera frente a un mueble mas, hab�a d�as que ni una braguita se pon�a bajo la bata semi-transparente, yo estaba consciente que normalmente dorm�a desnuda y auque contaba con algunas 6 batas diferentes, todas eran por de mas sexys, as� que su escaso pudor ten�a a Juan en la cima de la excitaci�n. Hubo un d�a en que Sayra estaba en el estudio preparando una informaci�n que presentar�a en su trabajo, se sentaba en la silla en posici�n de loto, est�bamos ella y yo solas en el sal�n y pude notar que desde el librero pod�a verse el rinconcito de su vagina desnuda bajo la corta bata que usaba ese d�a, sal� para llamar a Juan y solicitarle que limpiara libro por libro, �l sab�a y yo tambi�n que no correspond�a ese d�a el aseo del librero, pero �l nunca me contradec�a en mis �rdenes, as� que mientras yo le�a en el sill�n, Sayra trabajaba en la mesa del estudio y del otro lado, sentado en el piso, Juan limpiando los libros y librero� seguramente pronto not� la desnudes de esa vagina porque por encima de mi libro alcanzaba yo a notar su erecci�n en un pans azul que se elev� luego de unos minutos.
Yo me excitaba mirando su deseo y me retir� a ba�ar despu�s de unos minutos, para calmar mi ansiedad, termin� masturb�ndome en la tina pensando en Juan e imaginando el enorme miembro que guardaba en su pantal�n� despu�s de ello me sent� una mujer muy sucia, sent� que estaba utilizando a mi hija y a Juan para atender una lujuria que despertaba en mi de una forma irracional e incontrolable, pero el arrepentimiento me duraba muy poco, cuando estaba en mi habitaci�n con una bata de ba�o un tanto anticuada, le ped� a Juan que subiera para que secara el ba�o, �l subi� sin reclamos para atender mi petici�n� cuando entr� not� que ten�a semejante bulto que �l pretend�a cubrir con sus manos, se dedic� a la nueva tarea y yo comenc� mi aplicaci�n de crema corporal dando especial atenci�n al masaje de mis piernas, gl�teos y senos, Juan mientras tanto, desde el espejo del tocador en el ba�o, observaba el ritual con la boca abierta y a pesar de que yo ten�a plena conciencia de ello no lo interrump�a, solo deseaba vehementemente que la excitaci�n que le provocara fuera como las que mi hija le causaba� pasaron unos 10 minutos cuando v� que sali� casi corriendo como si algo se estuviera quemando� aunque le habl� no contest�, pienso que no escuch�, me acomod� la bata y la toalla del cabello sigui�ndolo para saber que suced�a, que sorpresa me llev�, se hab�a retirado al Garaje y oculto tras una de las camionetas se estaba masturbando con un �mpetu que pareciera que pretend�a arrancarse su pene, lo observe un par de minutos en su gozo fren�tico pero no perd� la oportunidad y me par� frente a �l, lo encar� para que me explicara que estaba pasando� solo baj� la mirada cubriendo con sus manos su intimidad desnuda y me dijo con mucha humildad �Usted sabe que pasa� su hija y usted me provocan, no soy de madera se�ora, ustedes son muy bonitas, no resisto esta excitaci�n, PERDONEME no me vaya a despedir�, solo atin� a decir, �No hay nada que perdonar Juan, disc�lpame t� a m� lo siento� perm�teme que te ayude� no supe que me impuls� a tomar sus manos y a la vez su grand�simo pene, no pod�a creer lo que ten�a en mis manos, ignoro cuanto le mide pero de algo si estaba segura, en mi escasa vida sexual jam�s vi o sent� un miembro tan grande, duro y gordo, estaba caliente y sent�a sus latidos en las palmas de mis manos, no pod�a rodearlo con mi mano, hubiera necesitado tres manos para ponerlas una seguida a la otra y cubrir su bonito pene� un nuevo impulso me llev� a masturbarle torpemente, pues nunca intent� hacerlo con mi esposo, ni con el �nico novio que tuve antes de casarme, eso era lo que hac�an las rameras �pensaba yo- me arrodille frente a Juan y con mi lengua intent� tocar la cabeza de ese brillante miembro, procur� meterlo a mi boca sin embargo con solo la cabeza llenaba toda ella, as� que lam� su punta mientras a dos manos sub�a y bajaba la piel de su linda dureza� tal vez mi labor dur� 10 minutos gloriosos cuando me dijo que estaba a punto, que iba a terminar, me retir� sin dejar de masturbarle y el torrente de semen que arroj� llenaba mis manos� estuve tentada a beber aquel l�quido pero me contuve, ya era demasiada la ramer�a que hab�a manifestado como para rematar de ese modo.
Escuch� un ruido cerca del garaje as� que corr� hacia la cajuela y la abr� como si estuviera buscando algo en ella, apareci� mi hija y me pregunt� que estaba haciendo� puesto que Juan se qued� oculto a un costado de la camioneta, solo le dije a Sayra que estaba segura que un arete se me hab�a ca�do en la camioneta y lo estaba buscando, ella un poco incr�dula y desconcertada me dijo que porque los buscaba yo en bata y no mandaba a Juan que lo buscara? Cierto �dije- le pedir� que lo busque, donde est� Juan? Se lo encargar� entramos a casa me vest�, comimos y el resto de la tarde me dediqu� a maquinar la forma de estar a solas con Juan y al caer la noche ya ten�a claro como llegar�a ese momento.
Pero eso se los contar� en un siguiente relato.
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Relato: El joven mozo de mi casa
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