LAS CUCARACHAS II
Sal� de casa que ser�an sobre las 3 de la tarde. No hab�a
comido todav�a, estaba a punto de hacerlo cuando me llamaron pero la excitaci�n
de pensar en lo que se avecinaba, hizo que me importara un bledo el haber comido
o no... seguro que all� iba a comer otros manjares m�s ricos que los que ten�a
en mi frigor�fico. El tr�fico era m�nimo en la ciudad, puesto que est�bamos en
agosto, y no me cost� mucho rato llegar hasta all�. El autob�s urbano recorri�
la distancia muy deprisa y la verdad es que el conductor parec�a que llevara un
cami�n de cerdos... �bamos de lado a lado. Por un momento me re� para mis
adentros pensando si no conocer�a los trabajos que iba a realizar e intentaba
con ello, confabularse a mi favor para que llegase cuanto antes... jaja. Desde
luego no pod�a saber nada y seguramente corr�a pues deb�a estar cerca su hora de
irse a casa.
Sub� las escaleras fatigado, sudoroso, tengamos en cuenta que
a las 3 y pico en agosto hac�a un calor terrible, pero la excitaci�n me ayudaba
a superar f�cilmente las escaleras y reponerme instant�neamente en cuanto estuve
frente a la puerta. Llam� al timbre. No tard� en o�rse como se abr�a el pestillo
de la puerta, pero esta s�lo se desplaz� unos pocos cent�metros, yo intent�
ayudar a abrirla empujando con mi mano, pero la voz de Ana me dijo:
- �No! Espera unos segundos y cuando te diga entras.
Yo esper� unos pocos segundos, me parecieron eternos...
�quer�a entrar ya!
-� Entra!- dijo la que parec�a ser Marta.
Pas�, cerrando la puerta y andando, parad�jicamente a las
ganas que ten�a que me impulsaban a correr, muy despacio esperando alguna rara
sorpresa. Intentando prepararme para que no me impactara demasiado.
-�Va, ven a la cama!- dec�a Ana con insistencia.
Cuando llegu� ante la puerta del dormitorio, lo que vi me
puso ya a mil. Mi verga se puso dur�sima y nota como ya sal�an unas gotas de
fluido preseminal humedeciendo mi glande. Estaban tumbadas en la cama, Ana
debajo y boca arriba, Marta encima. Sab�an bien como hacerse entre las dos un
estupendo 69. Sus caras no se ve�an, ten�an cada una sus bocas profundamente
metidas en la vulva de la otra. Me encantaba lo que ve�a. El bulto de mi paquete
era ya tremendo y me dol�a much�simo, hac�a fuerza por salir de su prisi�n.
Sin embargo, antes de quitarme la ropa, me vino un deseo de
ser dulce con ellas, �c�mo no serlo! Ellas segu�an en sus trabajos, me acerqu� a
la cara de Marta y tuve que hablarle para que su pasi�n disminuyera por unos
segundos y me hiciera caso:
-Marta, hola cari�o- le dije, mientras le acaricie
levemente la cabeza. Ella levant� su mirada, me sonri� y sin dejar que la
volviera a bajar, le di un beso muy cari�oso en la boca, meti�ndole mi lengua.
Ella respond�a con pasi�n frotando su lengua en la m�a y pas�ndome parte de los
jugos que sacaba del co�o de Ana. Le lam� la cara, se la chupaba, limpi�ndole
todas las ambros�as que humedec�an su piel. Ella mir�ndome y en un gesto de
mucha complicidad, abri� bien con sus dedos la raja de Ana, mirando aquellos
jugosos labios para despu�s volver a mirarme dulcemente y dici�ndome sin
palabras lo que quer�a que hiciese, que yo entend� perfectamente. Sin quitar
ella sus manos, manten�a bien abierta la vulva. Se ve�a bien la entrada de la
vagina y yo acerqu� mi boca, abri�ndola bien, abarcando con ella toda la parte
interna de la entrada a la cueva y chupando con pasi�n. Estaba maravillosamente
buena. Met�a mi lengua profundamente dentro de Ana y eso me encantaba. Marta
solo me dijo:
-�Que buena est� amor! �Verdad?.
Por fin me separ� y Marta continuo con su comida. Me acerqu�
entonces Ana, no me hizo falta decirle nada... Nos besamos con pasi�n, le cog�a
con mi boca sus labios y chupaba su boca recogiendo los jugos de Marta. Ana me
sonri� e hice lo mismo, lam�, chup� y succion� del co�o de Marta, esta peg� un
leve gemido. Me separ� de ellas, saboreando la mezcla de jugos de aquellas dos
hembras y mientras ve�a como se com�an me desnud�. Mi polla apareci� tiesa,
dura, llamando a sus agujeros calientes. Entonces ellas dejaron de comerse, se
separaron tumb�ndose una al lado de otra, mir�ndome a m� y a mi polla
lascivamente.
-Nos hemos estado humedeciendo para ti, no quer�amos
corrernos todav�a, tenemos sorpresas para ti- rieron las dos traviesamente.
Entonces Ana se puso a cuatro patas y al lado de ella Marta
en igual posici�n.
-Venga, m�tenos la polla a las dos.
A�n no termin� de decir eso Ana cuando ya estaba detr�s de
Marta cogi�ndola por las caderas para evitar que se escapara, apuntando la punta
de mi picha a su chocho y hundi�ndola de un solo empuje.
-�Follala r�pido!- me animaba Ana.
No me hice de rogar y entraba, sal�a con rapidez, en un
folleteo vertiginoso. Mi placer estaba ya por las nubes cuando Marta me dijo:
-Ahora m�tesela a Ana... �va!
Al co�o de mi Ana me fui meti�ndola m�s salvajemente que a
Marta y comenc� un mete saca r�pido, obsceno. Estaba gozando como un loco y
Marta me hizo un se�al con la cara como diciendo "ahora a m�", all� me fui. Ya
ve�a lo que quer�an, que las follara sin compasi�n pasando de una a otra
constantemente. Pero me equivoqu�...
-Bien, ahora ya tienes la pollita bien untada en nuestros
jugos... As� ir� m�s suave- dec�a Ana. Me separ� de ellas al tiempo que no
s� porqu� me acordaba de sus maridos y les pregunt�:
-Pero y vuestros esposos, �d�nde est�n?
-No te preocupes, s�lo seremos para ti y todo el fin de
semana, de aqu� no te dejamos salir hasta el domingo por la noche. Ellos se
ten�an que ir de viaje, les hemos contado lo que te �bamos a hacer y les ha
encantado la idea, se han despedido de nosotras muy contentos. Por eso, est�n
all� las c�maras, para grabarlo todo- me dec�a Marta mientras se�alaba donde
se encontraban las grabadoras, -queremos que cuando vuelvan puedan ver lo que
hemos disfrutado.
Acababa de decir eso y Marta se puso a caballo encima de Ana,
separ�ndole bien los cachetes del culo y dici�ndome a m�:
-Ven aqu� y m�tesela.
Yo intente apuntar mi polla de nuevo al co�o, pero Marta que
vio donde iba me dijo -�No ah� no!-, al tiempo que separaba mas los
gl�teos haciendo que ahora se viera bien el otro agujerito, que por cierto
estaba muy dilatado, -f�llale el culo, va que entrara bien, m�tesela de una
sola vez.
-Pero eso le va a doler- dije yo un poco apesadumbrado.
- �Olv�date! Y m�temela que la tienes muy lubricada-
grito alterada Ana.
No me entretuve, roce con mi hinchado glande su hoyito y
solt� un profundo suspiro. Marta que separaba todo lo que pod�a para abrir su
culo, me indic� con un movimiento de la cabeza que la metiera de una vez. Empuje
fuerte, fue una maravilla, entr� m�s suave de lo que pensaba y Ana grito por el
dolor que deb� provocarle.
- �Uy! Que rico Ana ya la tienes toda dentro, que bueno!-,
le dec�a Marta a Ana y a m� me mand�:
-�Bombea fuerte, j�dela!
Foll� fuerte el culo de Ana, sus gritos de dolor no tardaron
en convertirse en gemidos de placer que ped�an m�s y m�s. Marta que ya dej� de
separar el culo, de eso ya se encargaba mi polla, comenz� a frotar y chupar el
cl�toris de Ana. Mi placer iba aumentando tanto que no sab�a cuando acabar�a
pero era algo inminente. Entonces Ana comenz� a temblar y moverse con mas
rapidez, apret�ndose a m� para tenerla m�s adentro. Gem�a como una loca y se
corri�. Estaba yo tan a punto que no pude evitarlo y gracias a sus movimientos
org�smicos, me corr� con furia, descargando toda mi leche dentro de Ana.
- �Ana! �Cari�o! �notas su leche caliente dentro de ti? �Ya
se est� corriendo!-, preguntaba emocionada Marta.
- �Siiiiii!- grito Ana de forma ahogada y gimiendo en lo
que estaba siendo el final de su orgasmo.
Continu� con unos pocos m�s empujones, era fabuloso, hasta
que ya no aguantaba m�s y saque la polla del culo. Marta que estaba debajo
esper� ese momento en que la sacaba para lamer y chupar todo el semen que sali�
del culo, lo limpiaba todo, no dej� ni una sola gota en la piel de Ana. Entonces
Marta desmont� de Ana, se puso en posici�n y Ana se levant� dici�ndome:
-Hoy quer�amos que usaras nuestros culitos y ahora te toca el
de Marta, pero espera.
Entonces poni�ndose a mi lado y abriendo con sus dedos la
h�meda vulva de Marta, meti� los de su otra mano libre como intentando sacar sus
jugos, humedeciendo su mano, para luego ponerlos en mi polla. Estaba poni�ndome
un rico lubricante natural en mi aparatito. Se levant� de la cama, fue hacia uno
de los cajones de su tocador y saco un tubo de un lubricante, que abri� y
derram� sobre su mano una gran cantidad.
Tir� el tubo al suelo y unt� sus dedos en el lubricante
d�ndome a m� a probar
-Toma, pru�balo, no te preocupes se puede comer, es glicerina
de sabor a fresa... tenemos que ponerle el culito a Marta listo y muy rico y
dulce.
Yo prob� aquello, al principio con reparo pero era verdad,
estaba muy dulce y con sabor a fresa.
-�Es que sabes qu� pasa? Marta lo tiene muy estrecho, le va a
doler, pero ella me ha dicho que quiere que se lo desvirgues t�, adem�s su
marido esta deacuerdo... As� que empezaremos poniendo esto aqu�...
Y comenz� a untar aquella entrada al agujero con aquella
ambros�a lubricante. Marta soltaba suspiros de placer, le gustaba, eran quiz�
los �nicos suspiros agradables que saldr�an de su boca en mucho rato despu�s.
Abri� el agujerito y met�a levemente la puntita de su dedo, haciendo que entrara
el fluido de fresas.
- �Va! Ven aqu�- me dijo Ana en un tono ya imperativo,
mientras abr�a al m�ximo el virgen culito de Marta con sus manos. Me aproxim�,
puse la punta enrojecida de mi capullo, roce de arriba a abajo y Marta gozaba
ya.
-Empuja fuerte y entra, pero poco a poco- me dec�a Ana,
-es mejor hacerlo as�, cuanto antes se acostumbre a tu polla, antes podremos
gozar todos.
Agarr� con mi mano la verga dirigi�ndola con m�s precisi�n
hacia all� y empuje.
- �Ahhhh, ahhhh!- gritaba ya Marta y aun as� dec�a -
�Continua! �M�s! Empuja, no me duele tanto como pensaba... �Ahhhh!- mientras
yo firmemente la met�a. El roce era tremendo, no sab�a si podr�a yo mismo
aguantar aquella intensidad de gustazo que me estaba empezando a dar.
Finalmente, llegu� al fondo - �Uuufff! �Que gusto!- se me escap� de mis labios
al tiempo que Ana dec�a:
- �Marta amor! �Lo notas? Est� toda dentro de ti, hasta el
fondo como quer�as.
-S�, me gusta y me duele- contestaba.
-Bueno ahora mu�vete pero con movimientos muy cortos y
lentos, apenas salgas un cent�metro, tienes que dejar que su culito se habit�e a
tu polla... luego ya vendr�n las metidas y sacadas r�pidas y amplias- me
indicaba Ana.
-No s� si aguantar�... es muy fuerte el gusto- le dije a
Ana mientras me agachaba hacia la espalda de Marta, bes�ndole en el cuello y
dici�ndole -me encanta, esta muy estrechito... �uyyy! Que bien, �gracias
cari�o por ese culito que me ofreces!-. Ella se gir� hacia m� mir�ndome con
cari�o y d�ndome un beso en la boca al que yo por supuesto respond�, -es para
ti- me dijo con dulzura y a�adiendo -s�lo para ti, ya lo he hablado con
mi esposo, �l est� deacuerdo, s�lo me lo follar�s t�, es s�lo para ti, ni
siquiera �l lo penetrar� nunca.
Ana entonces se alej� de la cama, se acerc� al armario grande
y despu�s de abrir las puertas sac� algo que no pude ver bien, pues estaba de
espaldas, yo estaba en mis movimientos peque�os adaptando el culo, y no por ser
peque�os menos placenteros... gozaba como nunca, al tiempo que Marta pegaba
grititos de dolor.
-Como Marta va sentir dolor ser� justo que t� lo compartas
con ella y sientas ese dolor- dec�a Ana, poni�ndose a mi vista. Yo me quede
horrorizado, dije que de eso nada de nada, pero ella insisti� -s�, esto s�,
es para ti... te gustar� y lo pasar�s mejor todav�a, no te preocupes que solo un
poco de dolor al principio pero luego un gustazo que ya veras.
Os pod�is imaginar lo que llevaba puesto... una de esas
bragas de piel que sujetaban un poll�n de goma y que est� claro que me lo iba a
meter a m�. Se puso detr�s de m�, me peg� un manotazo en culo y me unt� hasta la
saciedad mi tambi�n virgen ojete. Frotaba mi entrada, presionaba hacia dentro
pero sin llegar a entrar. La verdad es que me gustaba y no por ello dejaba de
castigar el culo de Marta con mis cortos movimientos.
-�Te est� gustando verdad?- me dec�a Ana. Yo no le
contestaba, pero ella adivinaba que as� era por mi cara. De repente cogi� con
sus manos mis gl�teos, ardientes por la cercan�a de saber lo que a su hermano el
agujero le iba a pasar, los separ� con fuerza al m�ximo y con un movimiento de
su cadera, parec�a haberlo hecho m�s veces antes, apunt� directa al blanco
"negro". No la meti�, pero s� presion� un poco introduciendo apenas unos
mil�metros en la entrada, lo suficiente para sentir que algo se quer�a abrir
paso dentro de m�, y que el momento iba a empezar en unos segundos. Solt� mis
gl�teos y con una de sus manos agarr� la falsa polla para guiarla con certeza en
su camino a mi interior. Entonces me dijo:
-M�tesela al fondo a Marta, incl�nate sobre su espalda y no
te muevas.
Yo intent� parar aquello, que no lo hiciera, pero ella
advirti�:
-Las dos estamos deacuerdo en esto, si no te dejas, no har�s
nada. La sacas ahora mismo y te vas a tu casa. Si quieres gozar con nosotras y
con m�s sorpresas, �d�jate!
Aquellas palabras resonaron en mi cabeza. En unos segundos
iba a perder aquello que hab�a estado so�ando mientras fui all� y todo lo que
hab�a visto que iba a tener el fin de semana. As� que pens� que ser�a mejor
dejarme hacer para poder conseguirlas a ellas y pesando que a m� me gustaban las
mujeres y que por aquello no iba a ser homosexual. Asent� con la cabeza con una
expresi�n de sometimiento y me incline sobre Marta.
-Ya veras como te gustar� mucho cielo, no te preocupes,
tendr�s un orgasmo de miedo- me tranquilizaba Marta.
Ana comenz� a empujar, la verdad es que con firmeza, pero muy
suavemente. Lo que m�s da�o me hizo fue el entrar. Soltaba unos gritos ahogados,
intentaba parecer un hombre ante aquellas mujeres, pero esos momentos te sientes
todo menos un hombre... estaba sometido.
- �Rel�jate!- me dec�a Ana -no tenses el culete,
cuando haya pasado el esf�nter ver�s como ser� mejor, m�s suave y notar�s que ya
no duele tanto.
As� fue, y aunque segu�a teniendo molestia, todav�a no me
daba placer, la cosa ya iba mejor. Empujaba en varias etapas, cuando ve�a que me
quejaba parada y retroced�a unos cent�metros, intentando que se acostumbrara mi
culo, para volver a continuar despu�s en su camino hacia dentro. Cost� unos
minutos, al menos a m� eternos se me hicieron, pero por fin estaba toda dentro.
No lo pod�a imaginar, pero lo cierto es que aquel poll�n estaba todo dentro.
- �Ves! �Que tal? Ves c�mo no hace tanto da�o... una molestia
al principio pero con delicadeza se hace sin problemas cari�o- me dec�a Ana,
acariciando mi pecho y bes�ndome en la espalda, -ya esta dentro toda Marta,
ya se la he metido. Ahora ya pod�is compartir dolores y placeres. �A moverse
todo el mundo!- acab� gritando alegre Ana. Comenc� a tener ganas de seguir
follando y empuje en el culo de Marta, foll�ndolo con ganas y agarr�ndome a sus
tetas con fuerza para no salirme de aquel culito virgen que iba a ser solo para
m�. Mientras Ana me follaba a m� y su �nico placer estaba en el hecho de verme
penetrado. La verdad es que lo hac�a, aunque fuertemente, con cari�o y no me
dol�a sino mas bien me daba un gusto enorme. Cuando yo penetraba el culo de
Marta el poll�n de pl�stico sal�a de m� y cuando sal�a del culo de Marta, el
instrumento de l�tex se me clavaba. No sab�a hacia donde moverme... las dos
cosas me gustaban. Ellas lo ve�an y les gustaba.
-�Te gusta eh? �Disfrutas eh? �Claro! Ya lo sab�amos nosotras
que lo ibas a pasar de locura.
Yo no pod�a llegar con mis manos al conejito de Ana, pero s�
al de Marta y a la vez que la follaba buscaba esa rica rajita para frotarla,
acariciarla y hacer vibrar esa perlita. Lo consegu�, y a la vez que le daba en
el culo, gozaba a�n m�s. Acab� teniendo un orgasmo, que debi� ser muy fuerte por
los gritos que pegaba diciendo:
-As�, as� as�. ! M�s, m�s, m�s. !- Yo no paraba de
bombear en ese culito reci�n estrenado, hasta que lleg� el momento en que dec�a
que parase, suplicaba que parase, pero mi intenci�n era continuar.
-�No! �Aguanta cari�o! Pero no puedo parar... �Sigue
corri�ndote! Necesito correrme y llenarte de mi caliente leche.
Ana por su parte me animaba y dec�a lo mismo que yo.
- �No pares, ni se te ocurra! Es mejor as� Marta, cari�o,
cuando te venga el siguiente orgasmo ser� estupendo... adem�s tu maridito me ha
encargado que me preocupara porque as� se te follar� el culito. �Venga!
�Desc�rgale! Dentro toda tu cremita-, me dec�a a m�, mientras ella no dejaba
de follarme el culito a m�. La verdad es que me gustaba y ya no me preocupaba
por el hecho de que me estaba enculando... �me encantaba! As� pas�, Marta empez�
a correrse, se convulsionaba, gozaba, se mov�a fren�ticamente. Su esf�nter se
contra�a r�tmicamente y me agarraba con fuerza mi miembro. Yo continuaba
frotando su rajita y su cl�toris. Sus vibraciones anales hicieron que saltara
dentro de m� el orgasmo, fue fort�simo, bombeaba m�s fuerte en su culo y
mientras el poll�n de goma en mi interior me hac�a las sensaciones m�s fuertes.
Sent�a como mi culo era repetidamente penetrado y las contracciones de mi culo
se aferraban al miembro de goma. La descarga fue apote�sica... nunca la hab�a
tenido as�... pensaba que me desmayaba, pero no me ocurri�. Permanecimos as�,
los tres acoplados durante unos minutos y dejando que toda mi leche quedase
dentro de Marta, tal como nos mandaba Ana.
Ana nos animaba,
-�As� eh! �Que bueno, c�mo os hab�is corrido los dos, as� me
gusta, que en mi cama haya mucho y buen folleteo! Vamos, t� y yo al ba�o... y
limpiaremos nuestros miembros- dec�a soltando una carcajada c�mplice.
Fuimos al ba�o, despu�s de sacar mi polla, con algo de pena,
de ese agujerito calientito y acogedor. Y all�, despu�s de que ella limpiara su
goma, agarr� mi polla aun tiesa, la lav� y frot� dulcemente en el lavabo.
Volvimos a la cama, Marta yac�a boca arriba con cara de
satisfacci�n, me miro agradecida y contenta. Nos tumbamos a su lado, yo entre
las dos f�minas. Me qued� boca arriba, mirando el techo y descansando de mi
placer pasado. Ambas se miraron, y como leonas en celo que eran, comenzaron a
masajearme la polla insistentemente... me encantaba aunque pensaba que
necesitaba alg�n descanso m�s largo. Ellas no hac�an caso de eso y pronto
consiguieron poner dura de nuevo mi herramienta. Entre las dos comenzaron a
chup�rmela, primero una luego la otra. Se la iban pasando como un juguete y
mirando cada una con deleite como la otra lam�a y chupaba. Muchos minutos as�
estuvieron hasta conseguir que me corriera, fue estupendo, ver como mi semen
brotaba con furia y ca�a sobre mi cuerpo y sus caras. Ellas lam�an la crema pero
con lentitud y en peque�as gotitas... parec�an querer conservarla el mayor
tiempo posible, como para que no se acabase. Yo ca� en un sue�o repentino y
arrebatador... �despu�s de tanto gustazo!
No s� cu�nto rato permanec� dormido, despert� con una
sensaci�n muy agradable... Me estaban chupando la polla, mir� a mis lados y all�
estaban Ana y Marta, mir�ndome... �Entonces qui�n me com�a la polla? Ellas me
sonre�an dulcemente, disfrutando del espect�culo. Me incorpor� levemente y all�
hab�a una chica muy joven chupando y saboreando mi rabo con deleite, apurando
todos los restos de mi leche derramada. Era bonita aquella ni�a, morena, de
curvas sinuosas y provocadoras. Ella me sonri� al ver que la miraba, no intent�
evitar que siguiese con su trabajo... �me gustaba! S�lo dijo:
-Me gusta tu leche y tu polla, esta muy buena-,
continuando su mamada.
Ana con cara de satisfacci�n me pregunt�:
-�Te gusta como te come la polla?
No pod�a casi decir nada, me daba mucho gusto, me encantaba.
Mis m�sculos se contra�an y apenas pude pronunciar palabra, -S�, s�, que la coma
as�.
-Te presento a mi hija, Susana-, me indic� Ana
continuando diciendo, -Esta es la sorpresa que ten�amos para ti y a�n queda
m�s, pero ya lo ir�s viendo. Tiene 19 a�os muy bien puestos �eh? Ella ten�a
ganas de hacerlo. Lo hab�amos hablado con ella, yo y mi marido..., le encant� la
idea y aqu� est�. Lo debe estar haciendo muy bien �verdad? porque te la est�
poniendo tiesa otra vez. Tiene muchas ganas de que la folles desde que vio las
cintas en las que follas con nosotras. As� que ahora que la tienes como un
palo... �Adentro con ella!
No me dejaron moverme y le se�al� a Susana que se sentara
sobre mi polla y se la clavara hasta el fondo. La hija obediente, as� lo hizo,
abri�ndose su rica almeja muy mojada y poni�ndola sobre la punta de mi verga. Su
madre ayudaba sujetando mi nabo para que no se moviera. Susana empez� a
descender hasta clavarse todo el trozo de carne caliente en su co�o. Gimi�, su
vulva estaba en pleno contacto con mi pubis.
-Venga mu�vete cari�o, ya la tienes como quer�as dentro de
ti. �Follatelo!-, le dec�a con tono lascivo a su hija.
Entre gemido y gemido, con movimientos lascivos Susana dijo:
- �S�! �Por fin! Y quiero que se corra dentro de m�, que
me deje toda su leche dentro de m� como a vosotras.
-Ya lo has o�do cari�o-, dec�a Marta, a lo que Ana
a�adi�:
-S�, d�jale toda dentro, sin problemas, c�rrete bien, haz
feliz a mi chica... con las ganas que ten�a y con lo buena que est� �eh?.
Su madre y la vecina, una a cada lado de m� me acariciaban y
animaban, miraban con placer como follaba con aquella ninfa. Aquella vagina
estrecha y caliente no tard� en hacerme soltar grandes cantidades de semen
espeso dentro. Yo gem�a con placer y acompa�aba los r�tmicos meneos de la ni�a.
- �Uyyy! �Que bien!-, dec�a Ana, -ya tienes lo que
quer�as cari�o, te est� dejando su leche caliente. J�ntate a �l y mu�vete sin
que se salga... que bueno �eh?
La chica se mov�a intentando succionar con su vagina toda mi
carga. Qued� agotado pero feliz.
- �Vamos! Ponte como te dijimos cielo!
La chica a los segundos de vaciar todo mi esperma se levant�
de m�. Apareci� mi verga h�meda, empapada de mis jugos y los suyos, mientras, se
pon�a a cuatro patas separando muy bien sus piernas. Marta por su parte, se
pon�a en la espalda de la chica y separaba con fuerza sus gl�teos haciendo que
quedara a la vista toda su raja todav�a chorreante y observ�ndose bien abierto
su agujero posterior.
Ana me dijo:
- �Venga! Ahora que tienes la polla bien lubricada y dura
todav�a... M�tesela en el culo, de una sola estocada. No te preocupes si le
duele un poco, quiere que la jodas bien, y yo quiero verlo.
Obedec� y coloqu� la punta de mi verga en el agujerito
ardiente mientras Marta recog�a con una mano los jugos y los frotaba en su rico
ano. Como se ve�a mi indecisi�n por el hecho de considerar que le iba a hacer
da�o, Ana se puso detr�s de m� y me empuj� para que la penetrase lentamente pero
con fuerza y hasta el final. Entr� toda mi polla y el gustazo que me dio me hizo
gemir. La chica dio un grito ahogado pero envuelto en placer y lujuria.
-Est� bueno ese agujero �eh? �Qu� estrecho! �Vamos,
f�llala, j�dela!
Empec� a moverme con fuerza y joderla, movi�ndome con
rapidez.
- �Me duele, me duele... pero que no pare! �Por favor!-,
indicaba Susana.
-Haz caso a mi ni�a, que le guste... �As�, as�!- me dec�a
Ana con tono de autoridad.
Obedec� con pasi�n y con muchas ganas de correrme dentro del
culo de su hija llen�ndola de mi leche caliente. La foll� con dureza, metiendo
hasta el �ltimo cent�metro de mi polla. Entraba y sal�a con fuerza... gozaba
como nunca, agarraba con fuerza a Susana por sus tetas sin dejar que escapara y
apret�ndola hacia m�. Ana lo ve�a y en lugar de decirme que parara, me gui�aba
un ojo de complicidad y aprobaci�n disfrutando de lo que ve�a y anim�ndome a que
continuara.
Notaba como aumentaba mi placer acerc�ndose mi momento en el
que descargar toda mi caliente crema...
-Me voy a correr-, le dije a Ana entre gemidos, -�lo
hago dentro del culito de tu hija?
-�S�, claro!- contest� Ana.
-�No le preguntes a mi madre y hazlo!- dec�a Susana
excitad�sima.
-Cari�o... nos han regalado esto tu madre y su amiga, y es
l�gico que sean ellas las que decidan c�mo quieren que nos corramos y sobre todo
d�nde tengo que soltar mi leche... �Se lo debemos!- indicaba yo con tono
servil y entregado a la voluntad de mis preciosas pervertidoras. Me corr� con
furia, penetr�ndola con fuerza, embestidas poderosas la hac�an gritar y gemir.
Mis manos agarraban con fuerza sus tetas, la ten�a bien pillada a aquella f�mina
y estaba siendo m�a. En los segundos �ltimos de la corta vida de mi orgasmo me
desplom� sobre su espalda, sin soltarla y sin sacar mi polla, dejando que hasta
la �ltima gota de mi semen llenara su caliente agujero reci�n desvirgado.
Marta que permanec�a a mi espalda me agarr� de los hombros e
hizo que saliera de dentro de su vecinita. Cuando casi acababa de salir mi polla
la cogi� y ayud� a que terminara de salir, movi�ndola y frotando la punta de mi
rojo capullo en el culo de la chica. Comenzaron a derramarse flujos del interior
del culo de la ni�a y Marta no pudo evitar lanzarse con pasi�n a lamerlos y
recogerlos con su lengua.
-�Uy! �Qu� buena est� esta leche! cari�o-, me dec�a.
-�Bien! Esto nos va gustando-, dec�a Ana, -Y a ti
tambi�n... �Verdad Susana?
-S� mam�, me gusta mucho... me lo estoy pasando muy bien.
-Bueno, ahora t�mbate boca arriba- me dec�a Ana al
tiempo que empujaba mi pecho para que yo cayese sobre la cama, y continuaba
diciendo, -como lo has pasado tan bien con mi chica, ahora lo justo es que la
hagas disfrutar m�s... �C�mele el co�o! Y todo el jugo que te ofrezca esa rica
vagina reci�n follada, pero... �t� ah� abajo para que te lo comas todo!...
�Quieres verdad?- me preguntaba con tono autoritario y con �nimo de no
aceptar una negativa por mi parte, cosa que por supuesto yo no iba a hacer.
-�S� claro!-, contestaba yo mientras me tumbaba
boca arriba, -ven cari�o, �dame ese co�ito!- le dec�a a Susana.
Ella sin pronunciar palabra pero con sonrisa p�cara y
lujuriosa, dando a su madre una mirada c�mplice, se desplaz� hacia m� avanzando
sobre sus rodillas. Lleg� a la altura de mi pecho y se par� a mi lado. Yo
acerqu� mi mano derecha a su conejito, estir� los dedos �ndice y medio, y los
pas� por toda la raja de su vulva, moj�ndolos en el rico n�ctar. Al rozar
aquella vulva y entreabrir los labios, el ambiente se llen� de un excitante olor
a sexo femenino caliente y cachondo. Llev� los dedos a mi boca y los chup�
disfrutando el rico sabor, preludio de todo lo que me iba a comer.
-�Est� buena eh?-, preguntaba su madre mientras la hija
gem�a y disfrutaba del roce de mis dedos en su chochete. Avanz� hacia mi cabeza,
caminando sobre sus rodillas, rode�ndome y situ�ndose en la parte superior de
m�. Miraba yo hacia el techo y ella comenz� a separar lentamente sus piernas
situando su raja encima de mi cara. Me llegaba f�cilmente el aroma de su sexo
h�medo y caliente, eso me excitaba enormemente. Com�, chup� y lam�
fren�ticamente aquel dulce sexo. Met�a mi lengua en lo m�s profundo de ella,
lam�a su hendidura en toda su longitud, brotaba su jugo cada vez m�s abundante.
Su cl�toris cada vez m�s hinchado empezaba a asomar por s� solo, parec�a buscar
las h�medas caricias de mi lengua, caricias que no se hac�an esperar y que le
proporcionaban profundos y roncos gemidos de placer. Su aroma me excitaba, mi
rabo se pon�a erecto y aunque Ana ten�a ganas de montarlo no quer�a perderse le
cercana visi�n de mi boca mamando del joven sexo de su hija, as� que orden� a
Marta que me montara ella. A�n no tuve tiempo de acabar de o�r la orden de Ana y
el co�o ya conocido por m� escond�a dentro de su m�s profunda caliente oscuridad
mi polla, subiendo y bajando con furia. Los jugos de Marta no se hicieron
esperar y ca�an por mis test�culos alcanzando mi culo. Susana empez� a alcanzar
su orgasmo, gemidos y mas bien gritos dejaban escapar su boca, su vulva se
contra�a atrapando mi lengua y su rico n�ctar ya m�s viscoso y sabroso flu�a
hac�a mi. Aquello me enerv� de tal manera que mi cuerpo no pudo esperar ni un
segundo m�s en descargar mi leche dentro de Marta.
-�Ohhhhh! Que bien, que bonito, �c�mo ha disfrutado la putita
de mi hija! �Ohhhh! Martita pobrecita, no has llegado a correrte... pero al
menos tienes dentro una rica raci�n de leche calientita �no? Jaaaa jaa ja ja ja-,
dec�a Ana contenta.
Me despert� desnudo en la cama oliendo a jugos de ricas
hembras por mi cuerpo, pero solo. No sab�a d�nde estaban pero desde luego no en
la casa. Me hab�an dejado en el suelo al lado de la cama mi mochila con los
artilugios que us� para matar bichos. Me vest� tranquilamente, con lentitud,
recordando los momentos pasados intentando grabarlos en mi mente de forma
permanente. No pod�a dejar que aquella experiencia se me olvidara... algo as�
seguro no lo iba a volver a vivir. Me fui de la casa.