La vecina (V).
Al volver al dormitorio, nos hicimos el amor hasta quedar
dormidos.....
Al d�a siguiente. Por ser domingo ninguno de los dos nos
inquietamos, por la hora. Minutos despu�s, entra a la habitaci�n Silvita, vest�a
un pijama de lo mas normal.
Puedo ir a tu cama.
No te inquietes Silvita tiene la costumbre que cuando estoy
en casa se cruza por las ma�anas a mi cama.
Si mi amor, pero no ves que hoy tenemos visitas y el se quedo
a dormir con mami, as� no podes venir, vamos a cambiarnos y despu�s te dejo que
estes entre nosotros.
Si vos queres Matilde, me levanto.
No querido, tanto ella c�mo yo, las dos tenemos que ir
acostumbremos a compartir ciertas delicias, c�mo tomar el desayuno en la cama un
domingo contigo.
Como vos digas mi amor. Yo Puedo ir preparando el caf�.
Vos calentar el agua y volve a la cama que yo lo termino.
Puse el agua y volv� acostarme, al rato regresan las dos. No
te parece que ahora esta mas linda y mas presentable.
Mis ojos no pod�an creer lo que ve�an. Ella llevaba puesto un
camisol�n totalmente transparente , sus peque�as tetitas se adivinaban bajo la
tela, pezoncitos todav�a sin estrenar, dejaba caer la gasa casi hasta finalizar
su colita. Debajo una bombachita blanca que en su parte delantera en la zona del
pubis era tambi�n transparente dejando entrever por la falta de bello su hermoso
tajito.
Estas hermosa Silvia.
Bueno dale un beso y metete a la cama que ya traigo el
desayuno.
Despu�s del desayuno.
Silvia le pidi� a su mama si pod�a dormir a lo que Matilde
contesto.
Por supuesto mi amor.
Dicho esto Silvia se acurruco cerca de la mama dej�ndome su
bombachita a la altura justa para que sin esfuerzo pudiera acercar mi pija a su
colita. Mi excitaci�n llego al momento mas culminante cuando Matilde tomo uno de
sus pechos y acerc�ndola a su pez�n se lo ofreci� a su hija que con su boquita
lo reclamaba.
Es una costumbre que le quedo desde chica antes de dormir le
gusta tomarme la teta, aunque ya no tengo mas leche. Bueno yo te dije que no
quer�a que haya secretos entre nosotros y Como te imaginaras a mi me encanta y
nunca des�lente la costumbre de Silvia.
Quiz�s... la alentaste.
En verdad si al principio me dio verg�enza, pero es un
secreto de madre e hija, y ella retribuye con creces su capricho chup�ndomelas,
lleg�ndome a dejar los pezones rosados con los chupones que me deja. Yo te voy a
decir, si he llegado acabar cuando ella me las chupa, tambi�n se transformo en
un sedante para mi y mi soledad.
Yo le di un beso en la boca y tomando su mano se la lleve a
mi verga totalmente parada, y en vos baja me dijo.
Espera un ratito mi amor, que se duerma.
Pero no retiro su mano la cual comenz� a masturbarme muy
lentamente y yo volv� a besarla mas apasionadamente.
Cada d�a me gustas mas, nunca pense que eras tan ardiente.
Las mujeres solas amamos el olor a macho y fantaseamos con
erecciones, c�mo los varones con las bombachitas que cubrieron las intimidades
de alguna mujer.
Matilde no habia dejado de mastubarme mientras me hablaba en
vos baja. Y habia llevado su otra mano a su entre pierna y tambi�n se estaba
pajeando.
Matilde al ver que Silvia ya s� hab�a dormido, corri� la
sabana y levantando el camisol�n.
Ayer me di cuenta de las cosas que te gustan, y esto es una
prueba de que siempre que complacer� mi amor. Acaba m�o amor sobre la bombachita
de mi nena.
Acelerando su paja y alent�ndome.
T�rale toda tu lechita caliente en su bombachita, que dormida
no se da cuenta y por lo caliente de tu pija eso te gusta mucho cochino
asqueroso.
Tres lechazos gigantescos escupi� mi pija y su mano fren�tica
alentaba la salida de mas guasca. As� mi asqueroso enchastrale todo el culito a
tu futura hija, as� mas lechita que despu�s mamita tu puta se la toma todita.
As� papito termina que mamita te Saca hasta la ultima gotita.
Gritando en susurros ella acabo tambi�n. Mamita es tan
degenerada c�mo vos cerdito, d�ndote servido el culito de mi hija. Que madre
puta que soy acabo ...acabo a mi macho todas la conchas...tu puta .. leche..
leche...
Sacando los dedos de su vagina llenos de fluyo me los acerco
para que los chupe los cuales chupe c�mo su fuera su divina conchita. Termino de
limpiarme la puntilla haciendo la pasar repetidas veces por el canal que hacia
la prenda al hundirse entre los cachetitos de la cola de Silvita que segu�a
dormida.
Silvia despertate, mi amor despertate.
Continuara...
Datos del autor
Nombre: Delf�n
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