Relato: El indio Jose EL "INDIO" JOSE
Queridos amigos lectores:
Tratar� de contarles una de mis primeras aventuras, con un tipo que conoc�
acampando hace m�s de 25 a�os. Lo llamo "Indio" aunque en realidad era mestizo,
en el norte de Uruguay en el Departamento de Artigas hay muchas de estas
personas. De all� era �l...
Jorge que era amigo m�o, ten�a ex�menes y no pudo venir, en su lugar vinieron
sus primos y otros amigos. Los primos quisieron dormir en la misma carpa (tienda
creo que le dicen all�).
Estos chicos de unos 17 o 18 a�os, como yo, me arrinconaron o sea que se
acostaron uno a cada lado m�o y me empezaron a fregar la verga hasta calentarme.
Terminamos chup�ndonos todo y paje�ndonos a m�s no poder todas las noches. Hasta
que un d�a se apareci� Jorge con su "amigo" y el "Indio" Jos�.
Sal�mos a otra ascenci�n a unas rocas m�s lejanas, mejor dicho a mayor tiempo en
el trayecto porque hay que ascender y descender varias veces, el esfuerzo vale
la pena y la dificultad en subir en vertical con las cuerdas, arriba uno se
siente un �guila.
Ya he mencionado al otro compa�ero que lleg� con Jorge adem�s del otro ya
conocido, era un hombre joven de cabello largo, alto y bien hecho, varonil,
facciones ind�genas y atractivo, se dis- tingu�a adem�s por vestir de negro casi
en totalidad, una banda en la frente o una cinta en cola de caballo manten�an su
cabello.
Pronto se identific� con nosotros no as� Samuel que pretend�a ser un modelo
posando ropa. Jos� el tipo del cabello negro hizo equipo con Jai, Pepe, Emanuel,
Roge, yo y los otros al mando de Jorge, emprendimos la subida y al dejar los
�ltimos �rboles y ver la imponente roca erecta, alguien dijo vamos a subir a esa
vergo- ta y s�, algo tan alto y parado hac�a pensar en un simil que ca- da qui�n
y en miniatura llev�bamos consigo. En los primeros in- tentos renunci� Samuel y
tres m�s, los dem�s logramos la cumbre sin faltar raspones y magulladuras pero
felices de poder contem- plar desde esas alturas el imponente paisaje. El escaso
lugar ha- c�a que tuvi�ramos que estar muy juntos y otros en otro sitio, un
golpe de viento y Roge por poco cae, decidimos bajar un poco ha- cia el otro
lado a una roca plana de mayor extensi�n, una vez abajo Jorge comenz� a hablar
de la energ�a recibida en ese sitio, de la comuni�n con la naturaleza y sugiri�
que nos quit�ramos la camisa para no tener impedimento de la ropa. Jai, Pepe y
yo con tan s�lo vernos a los ojos nos desnudamos por completo ante la mirada de
los dem�s entre incr�dula-sonriente, sigui� el buen Emanuel y en un minuto
todos. Resultaba muy atractivo ver ese grupo de hombres desnudos tomado el sol y
platicando, lament� no llevar mi cuaderno de apuntes y fotos no quisieron que se
toma- ran, adem�s en esa �poca no estaba permitido revelar fotos as�.
Tu sabes la censura que llevabamos en el cerebro. Ahora la cosa cambi� y la
gente est� mas deshinnibida. Me fui del tema....
De reojo dirij� mi mirada hacia la verga de Jos�, hac�a honor a su due�o era m�s
oscura que su piel, de un color berenjena,la ca- beza no la vi pero me imaginaba
que ser�a rojiza o viol�cea, eso s� me fij� que era de buen tama�o y unas bolas
acordes bien alar- gadas y grandes, ah� me dije tengo que conseguir tener ese
"apa- rato" en mi poder". Amigos, no se �maginan yo con menos de 20 a�os, hab�a
visto pocas vergas, hasta hoy en d�a creo que no en- contr� nada parecido.
�Es m�s grande que la de los primos! pens�, porque uno de los primos estaba muy
bien dotado, pero nada parecido.
Le dije a Jos� "lamento que ac� no tengo mi cuaderno de apuntes, (en esa �poca
me hab�a dado por dibujar y pintar) me gustar�a hacer un dibujo tuyo". Me
contest� que con gusto posar�a para mi cuando yo lo desease. Contestaci�n que me
dej� m�s turbado de lo que estaba, porque nunca me imagin� que me contestara
eso.
Ya en el campamento, cada cual sigui� en lo suyo, y nos divert�mos a granel. No
habl� m�s con Jos� sobre el tema, los primos me te- n�an siempre ocupado y
satisfecho con las noches "c�lidas" que ten�amos dentro de nuestra tienda.
Y efectivamente al terminar el campamento intercambiamos n�meros telef�nicos y
Jos� me di� el suyo si imaginarse lo que preten- d�a yo. A los pocos d�as llam�
a Jorge y le coment� cu�nto desea- ba a Jos�. "No hay problema"- me dijo este- a
Jos� le gustan esas cosas, yo me he acostado muchas veces con �l". Eso me di�
valor para llamarlo y as� lo hice, invit�ndolo a casa para charlar so- bre el
campamento y a tomar un copa. Aprovech� un d�a que no ha- b�a nadie en mi casa.
Porque en esa �poca viv�a con mi familia.
Copa va copa viene, empezamos a sentir calor, �l se desabroch� la camisa y yo
hice lo mismo. Gotas de sudor le corr�an por ese pe- cho oscuro y rizado que yo
conoc�a bien. Se lo hab�a mirado bas- tante en el campamento. "Puedes sac�rtela
si tienes tanto calor" le suger�. Y as� lo hizo. Quizo ir al ba�o a refrescarse
un poco co volvi� con el pantal�n a medio abrochar. Me anim� y le dije que se
sacara el pantal�n, yo ya me estaba sacando el m�o. No se decid�a. En eso me
acord� de su promesa de posar para m� y se la mencion�.
-S�, eso fue en el campamento. Son cosas que se dicen...
Como vi� que yo ya estaba en slip y comenzaba a sac�rmelo, hizo lo mismo. Amigos
no crean que �ramos tan desvergonzdo a los 18 a�o o algo as� se hacen muchas
cosas y m�s si uno esta caliente, que a esa edad se est� todos los d�as y a toda
hora, y adem�s como Jorge me hab�a dicho que se acostaban juntos, no ten�a de
que avergonzarme.
Estaba igual que en el campamento, esa piel oscura ese falo enor- me (que me
enloquec�a) parec�a una berenjena, hasta en el color.
Fui a buscar mi cuaderno y me sent� enfrente para dibujarlo, dem�s est� decirte
que mi excitaci�n y mi placer de estar jun- tos y solos no aguantaba m�s. Me
acerqu� y me sent� a su lado.
Le pellizqu� las tetillas con la excusa de que ten�an que estar paradas para dar
la impresi�n de seducci�n masculina. El me mi- raba y me dejaba hacer sin decir
nada. Ya se habr�a dado cuenta de que mi verga comenzaba a subir...
Trat� de dibujar, pero no pude concentrarme. Nuevamente me acer- qu� a �l y
tom�ndole la "berenjena" entre mis manos le corr� el prepucio para ver que hab�a
debajo. Un hermoso glande viol�ceo con un gran agujero surcado por unas l�neas
gruesas en forma de labios apareci� ante mis ojos.
Amigosa no se imaginan, lo que sent�, era una cabeza de pija her- mosa, pero muy
hermosa y ese color me excitaba al m�ximo.
Suspir�. Esa fue su �nica reacci�n. Yo pens� que se eno- jar�a conmigo por tal
atrevimiento.
-�Chup�mela, por favor!- dijo con un gemido de desespe- raci�n, a lo cual
agreg�- En el campamento me gustaste enseguida que te v�, pero como ibas siempre
con esos "primos" a rastras, no te dije nada porque pens� que no era el momento.
Esperaba tu lla- mado (Jorge me asegur� que lo har�as) y al fin ha llegado el
d�a...
La cabeza viol�cea crec�a dentro de mi boca, tuve que sacarla para tomar aire.
�Nunca hab�a visto ni probado algo as�!.
Ser�an como 26 cent�metros!!! (En ese momento me pareci� eso, pero ahora con el
tiempo creo que me pareci� m�s larga de lo que en realidad era, debido a su
grosor y mi poco conocimiento de las vergas) de verga de indio artiguense toda
para m�. Tragu� todo lo que pude, pero m�s de la mitad qued� afuera de mi boca.
El empuja- ba y logr� meter otro poco, sent� un ahogo y tuve que sacarla.
La cabeza estaba brillosa y a punto de reventar. Me dijo que que ahora quer�a
hacerme lo mismo. No le cost� mucho trag�rsela toda, porque mi verga es
grande,(ya te cont� como es y viste las fotos) pero normal. Sent� que iba a
acabar y le avis�, no me hizo caso y me ofreci� la suya.
Trat� de hacer un 69, lo mejor posible, pero s�lo su cabezota po- n�a en mi boca
y con mis manos lo masturbaba mientras mi leche sa- l�a a torrentes dentro de su
boca y se deslizaba entre sus labios.
-L�stima, que acabaste tan r�pido! - y agreg� con picard�a- Ten�a tantas otras
cosas para hacerte...
Yo estaba tan caliente, y lo deseaba tanto que le dije que siguiera haci�ndome
todo lo que quisiera...
El segu�a con la verga tiesa como una estaca, se�al�n- dome a m�. Me puso boca
abajo, separ� mis piernas y se puso a la- merme el culo. Lo cual me excit�
nuevamente y se me puso dura en un santiam�n. A pesar de estar boca abajo �l lo
not�. Nuevamente me cambi� la posici�n, me puso en cuatro patas y sigui�
lami�ndo- me el culo, las bolas y la ra�z de mi verga. Segu�a ocupado con mi
agujero ya no s�lo pon�a la lengua, pon�a un dedo y lo hac�a girar all�, yo
gem�a de placer y le ped�a m�s y m�s...
Amigos, era impresionante lo lindo qe se sent�a, que me metiera los dedos y los
moviera all� dentro y te la chupase al mismo tiempo.
Cosas de juventud!!! A pesar de que no me gustan las penetraciones, este "Indio"
ten�a una forma de excitarme que no pod�a resistime a nada y lo dejaba hacer. Se
detuvo y me pid� crema lubricante. Pens�: querr� ponerme m�s dedos y se la
traje.
Me coloc� boca abajo al borde de la cama, con las piernas apoyadas en el piso y
se unt� los dedos con la crema. Entraron como cuatro dedos, yo no pod�a m�s de
placer. Y le ped�a que los sacara y pu- siera m�s r�pido. Sin darme cuenta,
mejor dicho no vi lo que hac�a porque estaba boca abajo, �l se lubric� el glande
con la crema y lo apoy� en mi entrada anal. Cuando me d� cuenta de sus intencio-
nes, ya hab�a pasado media cabeza hacia mi interior. Le dije que me dol�a, pero
fue en vano, empuj� otro poco y entr� toda la ca- beza. D� un grito, porque mi
ano no est� acostumbrado a que lo penetren y menos instrumentos de ese tama�o.
La sac� al sentir una contracci�n que lo rechazaba, pero una vez afuera la
coloc� nuevamente en la puerta y la empuj� de nuevo.
Esta vez no hubo problemas, fue recibida con dolor y placer al mismo tiempo, mi
verga me dol�a porque estaba dur�sma.
Me dec�a, vos quer�as pija, tom�la toda, para esto me llamaste as� que no te
quejes.
As� estubo un rato que me pareci� una eternidad, agarrado de mi pija como si
fuera un jinete asido de las riendas de su caballo, me masturbaba mientras la
cabeza de su verga entraba y sal�a de mi culo. No s� como no acab� all� mismo y
en ese momento. Ser�a por el dolor que me lo imped�a.
Sigui� empujando y entr� otro poco de esa pija de indio.
-�No aguanto, m�s me corro!- exclam� al borde de la eyaculaci�n.
-�No, espera un poco, esto est� muy sabroso! Ah� la sac� un poco, pero casi
instat�neamente presion� nuevamen- te su verga y entr� casi la mitad, yo grit�
de dolor y vi cuando sus manos (las cuales sosten�an mi propia verga se mojaban
con mi l�quido blanquecino. Mi pr�stata hab�a sido presionada desde adentro, no
aguant� m�s y expuls� todo su l�quido pros- t�tico mezclado con el contenido de
mis ves�culas seminales.
-�Te dije que aguantaras!, a m� me falta mucho para acabar...
No s� como con lo calientes que estabamos me dec�a eso. Que le faltaba mucho.
Quise protestar, pero no pude me dol�an mucho las entra�as.
Mi pene qued� mustio y mis test�culos vac�os, y �l segu�a con su palo clavado
all�.
Les digo amigos, que no es lo recomendable empezar por las m�s grandes, todos
recomiendan que hay que acostumbrar el esf�nter anal de a poco, pero as� se
dieron las cosas...
-Te portaste mal, no me esperaste! -protest�. Y agreg�- Estoy re-caliente, as�
que te voy a castigar.
Pens� como ser� el castigo que me ofrece. En eso sent� un ali- vio, la hab�a
sacado. Yo segu�a boca abajo en la cama cuando repentinamente sent� algo suave y
fr�o. Eran sus dedos que me pon�an crema nuevamente.
-Que grande te qued�!- coment� antes de presionar y meterla de nuevo. Sent�
mucha suavidad, era la cantidad de crema que se hab�a puesto, entr� m�s que la
otra vez, pero algo en mi interior fren� la penetraci�n, empuj�, la sac�, bombe�
y nada, no pudo introducirla toda. Gem�a y maldec�a, y hasta me daba golpe-
citos yo deseaba que se corriera de una buena vez, realmente me gustaba pero no
aguantaba m�s.
-Maldici�n!, parece que tienes una pared adentro, no la puedo meter toda.
Finalmente se cans� y la sac�, me puso boca arriba y as� pude ver- la. Estaba
toda rojiza, muy hinchada y cubierta de crema blanca y algo marr�n que se le
hab�a pegado al visitar las profundida- des de mi ser.
-No hay caso, me calentaste much�simo pero no puedo acabar.
-dijo mostr�ndome su herramienta.
Despu�s de eso, se sent� sobre mi pubis, y se limpi� la verga en mi pecho y
abdomen. Se masturb� con una mano y mientras la fro- taba contra mi cuerpo.
Yo estaba exhausto y dolorido, s�lo miraba. Me ofreci� su boca y me bes�,
poniendo su verga entre mis piernas y frot�ndola contra mis test�culos. Yo lo
abrac�, me pidi� que jugueteara con su ano y as� lo hice hasta sentir sus
gemidos y notar que mis test�culos se mojaban. Todo mi pubis, test�culos, verga
y la cama tambi�n quedaron empapados por la gran cantidad de semen que expuls�
por primera vez en casi una hora de vaivenes y otras manifestaciones er�ticas.
Realmente no conoc� nunca m�s a alguien con una verga tan grande y que acabara
de esa manera, nunca m�s encontr� a nadie que largara tanta cantidad de leche de
una vez.
Dormimos un rato entre el semen y otros flu�dos corporales, hasta que �l
tel�fono nos despert�. Era un amigo m�o que quer�a juerga, le dije que me
llamara otro d�a...
Jos� la ten�a nuevamente tiesa y ya se notaban los olores carac- ter�sticos del
semen en contacto con el aire.
A m� me dol�a todo, �l me la ofreci�, chup� como pude s�lo la cabeza y un poco
m�s, mientras el trataba de poner la m�a en acci�n.
Volv�mos a hacer un 69, �l tuvo una corrida m�s r�pida y en me- nor cantidad.
Nos ba�amos, �l se visti� dici�ndome que la hab�a pasado muy bien y que cuando
quisiera que "posara" para un dibujo lo llamara.
Le coment� superficialmente a Jorge lo que hab�a pasado y me dijo que Jos� con
�l s�lo hab�a actuado de pasivo, que nunca le propuso penetrarlo y que �l no se
lo permitir�a.
A pesar de que disfrut� mucho, nunca lo llam� nuevamente, mis entra�as quedaron
inflamadas por muchos d�as y hasta sangre me sal�a al evacuar el vientre, lo
cual no me di� ganas de intentarlo nuevamente.
Nunca m�s supe de �l supongo que habr� vuelto a Artigas o tal vez est� en
Brasil. Jorge se fue para New Jersey y se cas� all�.
A veces me escribe y me cuenta que tiene aventuras bi con amigos de all�.
Bueno amigos, me hicieron acordar de este episodio y ya siento mi culo dolorido
recordando eso.
Un abrazo
OMAR
Como siempre espero cartas
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Relato: El indio Jose
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