Baje por la escalera de caracol, llegamos al s�tano donde
av�a una oscuridad tremenda, pues venia de la calle y all� hab�a mucha luz, me
quite las gafas de sol pues no ve�a nada, seguimos andando por un pasillo muy
largo, al lado del ese pasillo av�an unas puertas met�licas, al pasar por la 5�
puerta de golpe sent� una voz.

La voz se callo,

La verdad es yo tambi�n estaba asustado. Seguimos andando
hasta el final, all� encontramos otra puerta de meta, ella la abri�, entramos en
una sala con las paredes llenas de grilletes y l�tigos, era parecido a la
mazmorra de mi Se�ora Angeline.

Salieron unos chicos de la habitaci�n de al lado, eran 10, yo
solo tenia que elegir a 5 pues serian lo que me ayudar�an la subasta de mi Ama,
se pusieron unos al lado de otros, todo llevaban puesto de ropa un uniforme de
criada, con su liguero, sus medias y sus zapatos de charol negros, el traje era
de color rosa, como el que av�a llevado durante mi entrenamiento, incluso no
ten�an bello, les av�an depilado totalmente, en su cabeza llevaban una peluca
rubia, y estaban perfectamente maquilladas, les hab�an puesto pechos postizos,
con un cors� que hacia que su respiraci�n fuera intensa, sus pechos por causa de
su respiraci�n sub�an y bajaban intensamente, eso izo que yo me fijara mas en
ellos

Aquella situaci�n me fascinaba, ya incluso me hab�a olvidado
de lo que hacia yo all�..

Nos sentamos en un sof�, con ellos delante, algunos no
pudieron separa la mirada de mis piernas que quedaron totalmente expuestas a sus
ojos, las cruz� y me los mire, yo tambi�n me estaba excitado, pues con mi cuerpo
hacia que me miraban incluso me mire mi pecho y me toque los pezones con aire
lascivo, algunos de ellos debajo de su falda vi como se les empinaba la polla
haciendo mas pintoresco la situaci�n, me puse bien la falda, el pelo y dije

Empezaron a desfilar por la pasarela como si fueran modelos,
tenia que estudiar cual de ellos seria el mejor, pues mi Ama me hab�a dicho que
quer�a que saliera perfecto, as� que tenia que ver si con tacones andaban bien,
si el vestido le quedaba bien, como eran en total, las estuve estudiando,
despu�s de haberlas estudiado, venia la entrevista, cog� un bol�grafo, un papel
y empece la entrevista.

Yo al o�r el nombre me entro por dentro de m� un cosquilleo,
aquella mujer me hab�a tomado, por una mujer seria y elegante o sea una se�ora,
era la primera vez que ya no era la criada susi, si no la se�ora susi, eso izo
que mi piel se rizara poni�ndose de punta, me levante del sof� y le dije a
todas.

Y as� empezaron a venir

Me sirvi� tirando todo el caf� fuera de la taza

Esta si que me sirvi� el caf� bien

El caf� era delicioso

Me sirvi� el caf� muy bien por cierto

De golpe vino una con unos paso muy bien caminados, se puso
delante de m�, cogi� la falda y me hizo una reverencia, me quede muy inpactada.

Fue impresionante pues me impresion� mucho

A esa no le hice ni caso pues todav�a estaba impresionada con
Argentina, que incluso me miraba desde la fila y sonre�a.

Despu�s de haber visto todas me puse a pensar y salieron
varios los 5 nombre que buscaba.

Subimos arriba y me ense�o cat�logos de ropa, escog� dos
tipos de ropa, el de criada para trabajar, otro para calle, el de trabajo era un
uniforme de criada como los otras, pero de color rojo, lo dem�s era igual menos
el cepillo dental, el vestido de calle era un vestido todo completo, con una
falda estampada larga, de color negro, debajo del vestido tenia que llevar otra
falda para que no pudiera dar pasos muy largos, as� restridia su andar.

Al rato bajo por las escaleras, con su nuevo uniforme.

Subimos al coche y nos fuimos hacia el despacho de mi Se�ora,
para que viera a Argentina y decirle como av�a ido la selecci�n, llegamos al
cabo de dos horas, met� mi descapotable en el parquing, salimos del coche.

Ella asinti� con la cabeza, y subimos al ascensor, cuando
llegamos al piso donde mi Se�ora tenia el despacho, entramos a su oficina, en la
oficina todo eran chicos, al entrar todo el mundo nos miro, yo pase por delante
de ellos con la cabeza bien alta, en cambio Argentina tenia un poco de miedo, de
todos ellos. Nadie dijo nada solo miraban, alguno incluso se tocaba la polla en
se�al de excitaci�n, llegamos a su puerta llam� a la puerta.

-�S�?

Entramos a en su despacho, ella esta con un chico firmando
unos papeles, levanto la mirada y sigui� firmando sus papeles, nosotras no
pusimos a un lado de la pared, y nos quedamos all�, me fije en Argentina que
estaba un poco nerviosa, pues era la primera vez que sal�a de donde av�a estado
transformada de chico a chica, y no sabia bien que tenia que hacer, pues incluso
era la primera vez que llevaba toda la indumentaria fuera de ese sitio, los pies
le hac�an da�o por culpa de los zapatos de tac�n, pero no se atrev�a a sentarse,
y miraba la silla con ganas de sentarse, en cambio yo que ya me av�a
acostumbrado a esos tacones estaba de pie tranquilamente y relajada. Al final mi
se�ora termino de firmar los papeles.

El chico sin mas cogi� los documentos y se marcho, sin antes
mirar a Argentina y a m�, la se�ora se dio cuenta de la mirada.

El chico se miro con asombro a mi se�ora pues aquello, fue
muy fuerte para �l, no sabia que decir, pues nunca av�a estado en esa situaci�n,
as� que no savia que decir

Mi se�ora me miro con sus ojos, por su mirada yo ya sabia lo
que tenia que hacer, as� que sin mas me quite mi blusa, delante del chico, mis
pechos salieron de mi cors�, y empece a toc�rmelos, despu�s le baje los
pantalones al chico, y empece a hacer una mamada al chico y cuando el chico se
excito�..

De golpe par� como la se�ora quer�a, y lo deje excitado.

Yo me levante del suelo mire a mi se�ora y le dije:

A argentina le entro p�nico pues era la primera vez que
alguien le dec�a que se la quer�a follar, nunca la av�an penetrado, as� que
empez� a tirarse hacia atr�s y con una cara que se le ve�a perfectamente que le
av�a entrado p�nico. Mi se�ora se dio cuenta de aquello.

Yo la cog� por la espalda mientras ella gritaba, mi se�ora
cogi� una mordaza que tenia en un caj�n y le pusimos en la boca, as� que no
pod�a chillar mas, cogimos sus manos, y las atamos a las patas de su mesa y los
pies bien separados, a las otras patas de la mesa, as� bien abierta de piernas y
sus manos inmovilizados, Alberto empez� a encularla, ella apretaba el culo, con
fuerza.

No paraba de llorar. La se�ora cogi� un l�tigo y le empez� a
pegar, por cada vez que el chico la quer�a follar, y ella no dejaba que
penetraran un latigazo, asta que la fin pudo penetrarla.

Al fin acabo Alberto, y salido de su culo, se puso sus
pantalones�

Alberto sali� por la puerta sudoroso, cuando ya av�a salido
mi se�ora cogi� por los pelos, le estiro hacia atr�s y le dijo.

El cintur�n era un cintur�n de castidad que yo av�a llevado
cuando empece, pero al abrir el armario, me encontr� un cintur�n nuevo, que era
diferente al que yo av�a llevado, llevaba un pene interior y unas peque�as p�as
por delante, todo ello conectado a un sistema el�ctrico, le di a mi se�ora ese
cintur�n le puso a Argentina, le ato por delante y lo conect�, de el golpe que
le dio ella pego un grito que quedo silenciado por la mordaza, y empez� a
llorar, se o�a un ruido como de zumbido, era el pene que se av�a puesto en
marcha.

Ella emiti� un sonido con la boca.

La desate, y la ayude a caminar hacia el ba�o, no pod�a andar
con eso puesto, pues las piernas le fallaban , no tenia fuerzas ni para andar, y
eso se un�a el cintur�n que llevaba puesto. Llegamos al ba�o que mi se�ora tenia
en su despacho y all� empece a maquillarla y peinarla, al cabo de cinco minutos
dio un peque�o salto, era las p�as que empezaban a funcionar.

Salimos del ba�o, todav�a a Argentina le costaba andar, as�
que iba un despacio, llegamos a la mesa de la se�ora.

Nos fuimos de su despacho al pasar por la oficina estaba
Alberto, explicando lo que av�a pasado en el despacho, la gente nos miraba,
Argentina estaba avergonzada, y andaba mirando hacia el suelo, yo iba con la
cabeza muy alta, incluso me permit� dar un gui�o con el ojo, a los chicos y
tirarles un beso la mano, alguno se giro, de verg�enza pero otros me
respondieron, cuando llegamos al ascensor, Alberto vino corriendo y le pido
perd�n a Argentina, ella se echo a llorar, bajamos hasta el coche, le abr� la
puerta, pero ella no pod�a casi ni sentarse, pues el cintur�n cada vez que se
agachaba se le unida mas y tenia miedo.

Se sent�, al coche, sub� la capota para que nadie la viera, y
nos fuimos a casa, pues la ma�ana siguiente llegar�an los esclavos para la
subasta, y las criadas para empezar la subasta.

Continuara�����.