T�tulo: Diana, una buena madre 2: un simple deseo

Querido lector/a, ante todo quiero aclarar que esta historia
es producto de la imaginaci�n del escritor, los hechos aqu� narrados son
demasiado sorprendentes para ser verdad. Si tienen alguna duda, quieren dar un
consejo o solo pretenden hacer alguna que otra amistad no duden en escribir a mi
correo.

Quiero puntualizar ante todo que esta segunda parte tiende a
algo m�s amplio que la anterior. Como seguramente sabran, la primer parte estaba
redactada de modo que el lector s�lo se excitase a leerla. Aqu� tuve que
concentrarme m�s que nada en los sentimientos de los protagonistas (sobre todo
la protagonista), el renacimiento de la relaci�n entre ellos y el desenlace de
la historia.

Hab�an pasado ya 3 a�os desde que sucedi� esa tarde tab� con
mi hijo. Las cosas se pusieron m�s relajadas en casa, nuestro humilde hogar.
Javier ya ten�a 15 a�os y se estaba convirtiendo en un hombre, muy guapo por
cierto. Desde aquella vez en que nos masturbamos mutuamente nada habia pasado
entre �l y yo. Al principio yo estaba deseosa de tener sexo con Javier, pensando
que no faltar�a mucho para que lo hicieramos. Pero a medida que pas� el tiempo
�l no abord� el tema y yo tampoco. Lo que hab�a pasado fue por un momento de
calentura que no pude aguantar y yo ya no esperaba que se vuelva a repetir,
est�bamos bien as�. De vez en cuando Javier me ped�a uno que otro consejo sexual
con un trato de broma, que yo respond�a gustosa sin salirme de mis estribos.

Pero como todos saben, nada dura para siempre y tarde o
temprano las cosas vuelven a ser lo que eran. Los d�as pasaban r�pido y yo me
sent�a cada vez m�s nerviosa, ansiosa por as� decirlo. De noche me encontraba
imaginando (en contra de mi voluntad) que mi hijo me hacia suya con su gran
miembro. Escuchaba en mi mente el ruido de la cama rechinando, golpeando contra
la pared cuando me penetraba y nuestros cuerpos resbalando por el sudor, con ese
pensamiento me masturbaba casi todas las noches. Llegue a creer que lo que pas�
con Javier no me hab�a afectado, pero all� estaba yo, una madre deseando a su
hijo por ser justamente eso, su hijo. Luchando contra mis pensamientos llegaba a
la cuenta de que la idea no me parec�a tan mala, pero enseguida nublaba mi mente
al pensar en las cosas que sobrellevar�an hacerlo de nuevo con �l... no! era
inconcebible, ni pensarlo.

Casi sin darnos cuenta, el invierno hab�a llegado y junto a
�l la necesidad de buscar calor en los brazos de un amor. En esta �poca siempre
me sent�a sola, desolada y triste porque no hab�a nadie que me dijese que me
quer�a, ni que limpiase las lagrimas de mis ojos. Estoy segura que esa fue la
raz�n por la que sucedi� lo sucedi�... Las hojas de los �rboles ya hab�an ca�do
y el paisaje se notaba vaci�. No hab�a nada que hacer en la casa ni nada que
pudiese remediarlo. Javier estaba viendo en la televisi�n. Me puse a observarlo
sin que me viera para entender lo que hab�a en su cabeza, era un adolescente
tranquilo y eso era bastante raro. En ese momento record� todo lo que hab�a
disfrutado con �l, y todo lo que podr�amos hacer todav�a, m�s que nada ahora que
esta m�s crecido. De repente las ganas de tener sexo con mi hijo se hicieron
insoportables, quer�a probar de nuevo su miembro, hacerle probar mi vagina para
que sepa lo que era el verdadero placer. Trate de veras de apaciguar ese deseo
que estaba emergiendo de nuevo, pero por mas que hac�a cualquier otra cosa para
distraerme no perd�a las ganas de cogerme a mi hijo. Me decid� finalmente por
hacerlo, para que aprenda como la primera vez (sabia que me ment�a a mi misma
pero era la �nica forma de pensar que todo eso estaba permitido para nosotros).

La noche cay� r�pido, la luna se alzaba gigante sobre el
cielo negro, rodeado de estrellas que iluminaban mi rostro y mi cuerpo. Estaba
vestida con una camiseta verde oscura y con un pantal�n vaquero, no estaba
maquillada, solo tenia el pelo atado hacia arriba (ya que me lo deje largo) y
unos aritos de color dorado. Era el momento adecuado, deb�a hacerlo como lo
hab�a pensado o me quedar�a siempre con la duda, pensando como hubiese sido.
Para estar m�s c�moda en el momento me quit� el pantal�n y fu� a la habitaci�n
de mi hijo (que reci�n se hab�a acostado) solo con mi braga puesta. Me encamin�
a mi destino, preparada o no, pero sin dudar. Antes de abrir la puerta pens� que
ten�a manejada la situaci�n, que podr�a inventar una excusa tonta para obtener
lo que quer�a, pero en el segundo que puse el pie en su cuarto las palabras
salieron de mi boca como si no fuese yo quien estaba hablando sino mi coraz�n.

- quiero que me hagas el amor ahora mismo - le dije ante mi
sorpresa

�l estaba recostado en la cama y me miro con asombro. Yo no
sabia que hacer, as� que atine a decirle

- quiero que me sientas por dentro, �no queres...? se que te
gustar�a porque a mi tambi�n me gustar�a, lo necesito... te necesito

Antes de que el dijese algo yo ya me hab�a acercado a la cama
y estaba apretando su pene por sobre el pantal�n de dormir. Lentamente
desabroch� los botonnes y lo saque fuera para verlo de cerca, bast� solo un par
de caricias para que se pusiera duro. Ahora era m�s grande por supuesto, m�s
lindo y varonil. Tenia muchas ganas de chuparlo como la primera vez, vi la cara
de mi hijo y este no hizo ninguna se�a. Pens� que era por lo precipitada que
fu�, pero como no se resist�a segu� con el encantamiento. Mir� su m�stil y le di
un beso en el pajarito, luego otro, luego otro, pas� mi lengua por su alrededor
haciendo c�rculos. Me retire un poco y empec� a masturbarlo, mientras lo miraba
a la cara y me mord�a suavemente los labios.

- �queres que me la trague toda ahora? decime que queres
porque lo voy a hacer de todas formas

El segu�a sin responder, pero a m� me daba igual, le iba a
chupar el pene que tantas noches me hizo desvelar. Me la met� en la boca de un
solo saque y lo empec� a chupar con muchas ganas, como si fuera la primera vez.
Con mi mano libre le acariciaba los huevos sin dejar de lamer ese hermoso falo
que ten�a. Sin previo avisto me eche sobre sus caderas, con las piernas abiertas
y flexionadas, el no se di� cuenta pero yo ya hab�a corrido a un lado la
pantaleta para dejar libre mi chocha. Tome su verga por la base sintiendo que yo
misma temblaba de la emoci�n, all�, en medio de la oscuridad y en el momento en
que iba a meterlo por mi agujero, un repentino miedo me detuvo. No estoy del
todo segura que fue pero les aseguro que me hizo sentir muy mal, quiz�s fue
remordimiento o un ataque de moralidad. Sab�a que no pod�a seguir as�, me
dispuse a terminar con la situaci�n e irme con mucha pena pero sin gloria. En
eso estaba cuando siento que el pene de Javier se desliza suavemente dentro de
m�. Por quedarme sumisa en mis pensamientos no me di cuenta que las manos de mi
hijo se posaron de mis piernas y atrajeron mi vagina a su gran pene, duro pero
suave, caliente pero relajante y muy, muy placentero.

- mmmmmmmmmmm - fue lo �nico que sali� de mis labios
entrecerrados.

En ese momento volv� a ser yo misma, deseosa de tener sexo
con �l, de llenarme de su jugo del amor y de hacerle vivir un momento
inolvidable para ambos. as� fue que deje todo pudor detr�s y lo empec� a montar
con mucha fuerza mientras gritaba de placer y alegr�a

- si si si!! as�, cogeme bien, goza como nunca, disfruta...
disfruta como yo... que hermoso que es, es divino, sos divino...

Yo me sent�a llorar por el enorme placer que me causaba su
penetraci�n. En cambio Javier solo cerraba los ojos y conten�a la respiraci�n
como tratando de aguantar un poco m�s, con cierto miedo por mi actitud
desenfrenada. Con cierto esfuerzo me quite la remera que tra�a por sobre las
tetas para que Javier me las chupara, pero �l segu�a duro como una piedra. Yo
tampoco tuve mucho aguante y a los pocos minutos me vino un orgasmo r�pido, pero
fuerte como ninguno.

- aahhhh ahhhhhh ya me esta saliendo, que rico orgasmooooo,
as�, quedate quieto que yo me muevo... arriba tuyo, damelo todo, vamos!!!! - le
dije fuera de m�

Sent� que la vagina se me apretaba mas de la cuenta, tuve que
quedarme quieta y no respirar por un segundo para poder librar el gran orgasmo
que me estaba dominando, luego explot� en el grito mas fuerte que d� en toda mi
vida, aferrando mis brazos con mucha fuerza al cuerpo de Javier. Despu�s de esto
comenc� a montarlo de nuevo, pero esta vez m�s despacio, sin saber si �l hab�a
acabado o no todav�a, lo mir� y le pregunt�

- �me tiraste tu leche adentro?

- no - me dijo - pero... no falta mucho

No quer�a que acabase dentro de m�, pod�a quedar embarazada y
eso no pod�a permitirlo de ninguna manera. Velozmente me levante, dejando fuera
de m� su pene todab�a erguido y duro como madera, lo tome del glande y
apunt�ndolo a mi vagina empec� a masturbarlo fren�ticamente para que tenga un
lindo y duradero orgasmo.

- ahora si... si!!!, si!!!!, dame tu leche, no aguantes
maaaaas!!!, sacala toda, vaciate a gusto, no la desperdiciesssssss - le dije
casi gritando con furia.

Su semen sali� con mucho poder y choco contra mi vagina
mojada y muy roja. Los dos respiramos fuerte y temblamos por el fuerte orgasmo
hab�amos tenido. De repente todo fue silencio, tan largo como la noche misma.
Ninguno de los pod�a ver al otro a los ojos, parec�a algo malo, algo prohibido.
Me levante de su cama y me acomode la bombacha mientras el se sub�a el pantal�n.
Atrevi�ndome a verlo sin estar segura de porque, le sonre� levemente esperando
alguna respuesta, cualquiera. El tambi�n me sonri� pero luego dejo de hacerlo,
d�ndome a entender que estaba tan incomodo como yo en ese mismo instante.
Entonces, de la misma forma que llegue, me fui de all� sabiendo que ese
encuentro no se volver�a a repetir nunca m�s. As� fue, hasta ahora ninguno de
los dos volvimos a mostrar se�as de querer hacerlo de nuevo y no creo que lo
hagamos mas adelante, sabemos que no podemos dar m�s de lo que ya dimos y con
eso nos basta.

FIN

Espero que hayan quedado conformes con la segunda parte,
nunca pretend� llegar muy lejos con esto pero me gusta el resultado. Muy pronto
voy a publicar otro relato diferente a este, por lo que deseo recibir alguna que
otra idea de lo que ustedes quieren para una historia. As� yo podria generalizar
todo y hacer un gran relato que les caiga bien a muchos.