SPANKING
Voy a poner que me llamo Emilia.
Dec�a Balzac en una de sus novelas, que a las mujeres nos
gustan los hombres fuerte, capaces de destrozar a otras personas. Nos enamoramos
de ellos porque pensamos que a nosotras no nos lo va a hacer, pero es un error.
Tambi�n nos destroza a nosotras. Pero no es el caso de mi marido.
Vivo en Valladolid. Mi marido Arturo es un hombre fuerte, muy
viril; es una mala bestia para los que le rodean pero a m� me ha tratado siempre
muy bien. Es un hombre de negocios y estamos bien situados en la vida. Deseaba
que un d�a me diese una paliza. Pensareis que soy la t�pica burguesita al estilo
de Catherine Deneuve en "Belle de jour", quiz� sea as�. Incluso me parezco a
ella f�sicamente. Atractiva, fr�gil.
Me gustar�a que hiciera conmigo una sesi�n de spanking es
decir de cachetes y bofetadas en mi trasero y en todo el cuerpo.
No soy tan burguesa. En la cocina no tenemos la foto del Papa
sino la del Che. No somos buenas personas pero s� �ticos. Creemos en la
solidaridad.
Mi marido tiene un amigo y compa�ero del trabajo que es un
c�nico y le hace la vida imposible. Una noche sab�a que mi marido llegar�a a
casa muy enfadado porque tendr�a una fuerte discusi�n con �l.
Lleg� a casa hecho una furia. Pero miento. Se tra�a a una
negra con �l. Entonces va y me dice:
- Te voy a meter una hostia que te se van a caer los mocos al
suelo.
Arturo estaba imitando a un t�o burro y me ca� al suelo de la
risa.
La chica negra iba vestida con un abrigo de pieles. Era muy
atractiva. Con mucho cuerpo. Piernas interminables y gran busto. Los pechos no
eran de silicona. He tocado muchas tetas y no me gusta llevarme sorpresas
desagradables porque cuando estoy metiendo mano no toco carne y s� algo
artificial
- Perd�name que sea pol�ticamente incorrecta � me dirig� a la
negra � �pero has le�do alguna vez a Lord Dunsany o a Proust?.
- �Qu� vulgar la novela!- me respondi� en un perfecto
castellano-. A mi s�lo me gusta la poes�a y el teatro.
- Ni siquiera has le�do el "Ulises" de James Joyce- le dije.
- No. Pero tu marido si que lee a un tal...
- James Ellroy, maestro de la novela negra- acot� Arturo.
- Ese Ellroy no escribe malos folletines como Eugenio Sue-
precis� yo.
- �Por qu� no leemos la p�gina de .com?- dijo
Arturo.
A mi marido le gusta mucho leer los relatos de esa p�gina y
sobre todo los de un tal Cunegundo. �Es horroroso!
- Le escrib� una vez a Cune- dijo mi marido-. Me dec�a que
las lectoras piensan que el tipo que escribe estos relatos tiene un pene de 25
cent�metros pero cuando se escriben con �l y ven que es escritor entonces
piensan que es impotente y no le escriben m�s.
Me fije en los dientes de la negra y eran como perlas
blancas.
La chica meti� la mano en su bolsillo y sac� un polvillo. Era
coca. Nos la esnifamos toda.
Pusimos m�sica techno. Eran como los latidos de mi coraz�n.
Lo que me apetec�a era "extasis".
Quitamos la m�sica y comenzamos la sesi�n de porno duro.
- Me gusta el olor a co�o- dije yo.
- Aqu� donde la ves- dijo mi marido se�alando a su amiga-.
Esta se va encargar de castigarnos.
- Despota ilustrado- dije yo que ya estaba muy colgada.
- Nooo. Es lucha de clases- respondi� �l.
La chica negra se llamaba Laura.
Abofete� a Arturo en la cara, que se agach� a lamerle el
cl�toris. Mi mano se dirigi� a su polla pero Laura me dio un manotazo que me la
dej� roja. A�n as� agarr� el falo de mi esposo y se lo menee.
La negra comenz� a darme palmetazos en mi trasero. Arturo me
la meti� toda por el culo. He de decir que en �l caben hasta dos manos. Al mismo
tiempo Laura no dejaba de atizarme llen�ndome de cardenales. Me llenaban de
placer y de dolor. M�s de lo �ltimo.
- Vamos jodela bien- dec�a ella-. Jode a esta puta que s�lo
es una viciosa. Una fornicadora como las del Antiguo testamento.
Arturo me la sac� toda, esperando que se la chupase. Y es lo
que hice. Tuve una arcada pero resist� y me la volv� a meter en la boca. No me
gustaba su sabor.
Nos tumbamos en la cama y Arturo me foll�. Laura le azotaba
el culo y �l gritaba y jadeaba. Le encanta. Me la met�a y le castigaban.
- Arturo eres un mierda- le dije yo-. Es esta chica la que
sabe poner a la gente en su sitio. Hace tiempo que estaba deseando que supieras
decirme cuatro cosas.
- Zorra del demonio- dijo �l.
Entonces me la sac� y me bre� a tortas y tambi�n a Laura. Nos
puso perdidas. Mi coraz�n lat�a y lat�a. La chica se mosqueo y se march�
diciendo.
- Yo doy. No recibo.
Al salir peg� un portazo.
Me tir� a por la polla de Arturo y se la chupe hasta que se
le qued� flaccida de tanto correrse.
Luego se march� a otra habitaci�n todo enfadado.
Me qued� en la cama. Masturb�ndome. Deseando que alguien me
arrastrase por el fango. Tengo todo y lo consigo todo. �Joder que mierda de
vida!.