Caramba con mi prima Nieves, lo
primero que me hizo prometer, para no contarles nada a mis padres fue que
tenía que hacerle lo mismo que a su hermana o que a Carry. ¡caray!
Pensé yo aturdido, sí que vienen fuertes estas dos ...
A pesar de acabar de cumplir los
17, ya que en verano es cuando llega mi cumpleaños, y a pesar de
haber follado recientemente tanto con Carry como con mi prima M.ª
José, yo seguía considerándome un "inculto"
sexualmente hablando y el empuje de la mayor de la familia, mi primita
Nieves, la verdad es que me había pillado por sorpresa.
Pero no tenía otra elección
o la satisfacía... o me arriesgaba a que mis padres y sobre todo
mis tíos... se enteraran de todo.
Bien mirado mi prima no estaba nada
mal, para sus escasos 21 años, qué digo, estaba pero que
muy bien. Era bajita, con mucho culo, un rubio de bote, tetas enormes...
y una sonrisa especial en los labios... como de salida incontenible.
En ese momento recordé que
mi prima y Carry, digamos que se entendían en la cama, lo cual me
ayudó a dibujar rápidamente la estrategia...
Le pedí a Carry que saliera,
para hablar con Maria José de forma que yo pudiera hablar... y actuar
con mi prima sin ningún tipo de problema, ella accedió a
regañadientes, propinándome un soberano estirón en
mi pollita y explorándole la laringe a Nieves con un morreo de tornillo,
digno de las mejores películas lésbicas que yo había
visto.
Una vez solos mi prima se abalanzó
sobre mí y comenzó a masturbarme rápidamente mientras
que me besaba con autentico frenesí y en ese momento fue ella la
que me decía que haría lo que fuera pero que quería
tenerme dentro y disfrutar de mí, como parece ser nos había
visto a Maria José y a mí.
Comencé a acariciarle el
clítoris pero en cuando paré me preguntó por qué
paraba, y le dije que era hora de darme placer y le dije que me chupara
la polla, al principio le daba un poco de asco, pero entre lo caliente
que estaba y las caricias que mis dedos le daban a su conejito, acabó
metiéndosela toda y comenzando la mamada.
Sus labios y dientes, poco expertos,
me hicieron más daño que placer, pero rápidamente
la puse en posición de 69, y guiando con mi lengua sus movimientos,
conseguí un nuevo orgasmo suyo y el mío propio, acabando
en su boca.
Pero ella pegó un respingo
y el semen le cayó por la cara, cuello y pechos. Se lo tomó
todo y recogió el que se le había caído por entre
el cuello con sus dedos,... diciéndome que era la primera vez que
lo hacía con un chico y que le estaba resultando delicioso
Entonces me decidí a penetrarla,
apoyé mi polla en la punta de su coño y comencé a
empujar lentamente mientras nos fundíamos en un frenético
beso. Fui aumentando mis embestidas, poco a poco, cada vez más fuerte.
Ella se estremecía y yo amarrándola bien por la cintura,
y besándola comencé un mete saca... realmente rápido.
Cuando se corrió entre grandes
espasmos y alaridos... decidí que era el momento de llamar a Carry
y a M. José, ya que me iba a poner las botas con las 3.
Primero entró Carry, y se
dedicó a limpiarle el semen del coño de Nieves, mientras
que Maria José entraba y se quedaba asombrada de lo que veía
y se puso muy nerviosa...
Yo salté de la cama, la tomé
en los brazos y mientras la besaba y la desnudaba, le fui contando que
nos lo podíamos pasar muy bien todos juntos y que no tenía
por qué preocuparse, que eran su hermana y su amante, y no había
motivo para estar tan nerviosa...
Pero como se había hecho
la hora de comer, cada cual fue a su cuarto a vestirse... y quedamos en
gozarla esa noche, ya que eran fiestas en el pueblo y nuestros padres seguro
que no regresarían hasta la madrugada más cocidos que unos
cangrejos.
La tarde la pasamos planeando qué
íbamos a hacer por la noche, cómo, cuántas veces,...
pero la excitación nos jugó una mala pasada... Y nos quedamos
medio adormilados... en su habitación medio desnudos... (bueno la
excitación o los cigarritos que se empeñó Carry que
nos fumáramos)
El sueño nos venció
y nos quedamos dormidos, abrazados en su cama. Al día siguiente,
me despertó alguien, que me movía, y al abrir los ojos me
encontré con mi tía, la madre de Nieves y Maria José
mirándome muy seria.
Me asusté y le pedí
que no se lo contara a sus padres, y ella me prometió que así
sería pero... bajo ciertas condiciones.
Muy lejos de mi mente estaba el
pensar lo que mi tía me tenía reservado...
(continuará)
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