Despu�s de la impactante
confesi�n de mi esposa Diana en pleno sexo, me empec� a obsesionar,
d�a tras d�a, buscaba la forma de nombrar el tema del sexo
de a tres, (nosotros dos y un buen perro), pero no ten�amos perro,
la cosa no pod�a quedar as�, la sola menci�n del tema
hacia que ambos acab�ramos simult�neamente y goz�ramos
con "nuestro secreto". Hab�a que encontrar el camino para
hacer realidad nuestro deseo !!
Fue Diana quien trajo un vigoroso
"gran dan�s" a casa, en pr�stamo por unos conocidos
de ella.
El perro se llamaba "d�lar"
y no cab�an dudas que las proporciones eran gigantescas, casi no
quise imaginar el tama�o del "aparato" de "d�lar",
pero seguro que era el doble o m�s de mi miembro.
Esto me excito m�s y apenas
mi mujer sali� de su ducha yo la esperaba en medio de la cama ,
desnudo y con el perro a echado en el piso.
Diana no se hizo esperar, empez�
a besarme despacio, para luego decirme en el o�do que no daba m�s,
lo que confirmaba el estado de excitaci�n general en los pechos
y en la dilataci�n de los labios de la vagina.
La naturaleza es sabia.
Llamo al perro y este obediente
se nos acerco al borde de la cama,
Diana se abri� de piernas
para calentarlo, aproveche ese momento y me fui al ba�o, quer�a
orinar en ese momento o la vejiga me har�a una mala pasada.
Cuando volv� Diana hab�a
logrado que "d�lar" empezara a lamerle la vagina que a
esta altura estaba enrojecida e hinchada, presta para gozar. La cara de
Diana tambi�n evidenciaba que estaba gozando de la carnosa lengua
del perro, cuando me acost� al lado de ella me empezo a besar el
pene, que no necesitaba excitaci�n extra, mientras el perro segu�a
entre las piernas de Diana.
Cuando le manifest� a mi
esposa que estaba muy caliente, ella de una pirueta y se monto de un golpe,
ensart�ndose hasta la ra�z en mi pene,
El movimiento del va y viene empez�
con violencia y con largas y fuertes estocadas que yo ayudaba a hacer mientras
ella me besaba las tetillas. En menos de 5 minutos de furiosa cabalgata
Diana tuvo un largo orgasmo que yo a duras penas pude contener y no acompa�arla.
Cuando el ritmo decay� me
hizo una segunda confesi�n, que solo me hizo enardecer m�s
todav�a.
D�lar no era un amante circunstancial
sino tenia experiencia y conocimiento carnal de mi esposa.
No quise preguntarle nada m�s,
solo me limite a seguir gozando de la cogida, tratando de no llegar y concentrarme
en lo que estaba gozando, empec� a sentir una sensaci�n extra�a
el perro nos estaba leng�eteando en nuestra uni�n !!
Diana tambi�n se dio cuenta
de la maniobra del perro y me dijo que al perro gustan "sus juguitos",
mientras me dec�a esto veo que el perro a nuestro costado mostraba
una indecente "pistola" lista para entrar en acci�n seguramente
prepar�ndose para un fest�n, que era nada m�s y nada
menos que una cogida con mi esposa.
Nunca hab�a visto a un perro
de este tama�o en plena excitaci�n, mientras nuestra cogida
seguia Diana estir� el brazo hacia el "pedazo" que mostraba
el perro y empez� a acariciarla. Yo no pod�a creer que tuviera
semejante tama�o, media m�s de 25 cm y no se cuanto de ancho,
lejos era el doble de ancha que la m�a.
La imagen de mi mujer agarrando
semejante monstruo y las estocadas a fondo de nuestro vaiv�n hicieron
que no aguantara m�s y empec� un orgasmo magn�fico
que en ese momento pens� que era el mejor, pero me equivocaba la
fiestita reci�n empezaba...
continuar�