Era una tarde de agosto, un poco sofocada por el intenso
calor. Me encontraba trabajando en los quehaceres de la casa. Algo en verdad
tedioso, y dado que vivo en la provincia lejos de la urbe, los trabajos que mis
padres me obligan a hacer; si, digo que me obligan porque por lo general de mi
cuenta propia quiz�s no los realizar�a son arduos y tediosos.
Pero este lo estaba haciendo con gusto porque se trataba de
algo que iba a disfrutar despu�s. En fin me encontraba cavando el hueco orificio
para lo que despu�s ser�a mi alberca, digo mi alberca porque aunque se
encontrara en la casa de mis padres, mi hermana y yo la disfrutar�amos a lo
grande. Como dije, me encontraba trabajando gustoso; raro en mi, cuando de
pronto se escucho repiquetear la campanilla que tiene la casa como timbre. Deje
el zapapico y emprend� el largo camino hacia la puerta principal, ya que no
hab�a nadie m�s que fuera a abrir.
Con desgana fui quitando los guantes de mis lastimadas y
doloridas manos, por el arduo trabajo que ya hab�a realizado desde las seis de
la ma�ana. Dude un poco en abrir debido a que Kerchak el perro de la azotea en
ocasiones llega a mover el cord�n de la campanita, y adem�s yo escuchaba a los
Doors a todo volumen, pero observe que Robertino y J�bilo olfateaban en la
entrada. Abr� la puerta y me sobresalte, mi coraz�n, lati� de tal forma que cre�
que saldr�a de dentro de mi, las piernas me temblaron y casi caigo de rodilla al
piso.
Cristel es en verdad una mujer bonita, hermosa, tiene un
cabello casta�o claro, ojos caf�s claros tambi�n, una nariz fina un poco chata
pero fina para m�, su piel es blanca de esa piel que se pone rosa cuando se
ruboriza. Hacia poco, en verdad muy poco que ella me hab�a besado y me pidi� que
anduvi�ramos de manera un poco m�s formal, yo acced� y a ella prometi� visitarme
en vacaciones.
Como te lo promet� aqu� me tienes- me dijo, con esa vos que
aun me sigue embelezando. Me quede at�nito, pero reaccione pronto y la invite a
pasar. Me abrazo y me beso de esa forma que solo ella sabe hacerlo. Entr�, y yo
detr�s de ella. El sol se encontraba en su cenit y se reflejaba en sus
protuberantes y bien formados gl�teos, que iban cubiertos por un pantal�n negro
entallado, de cuero negro, muy negro. Los perros la asustaron un poco ya que son
B�xer y tienen aspecto feroz, pero son muy cari�osos con los invitados. Kerchak
el Rodwailer ladr� solo un poco, desde su prisi�n de muros de aire en la azotea,
solo dejo de hacerlo hasta que entramos en la casa.
Ofrec� un vaso con agua a mi reci�n llegada visita. A lo que
ella respondi� con un acercamiento de sus labios a los m�os, y casi roz�ndolos
me dijo �solo de los tuyos- r�pida fue la maniobra que realizo con sus u�as en
mi espalda al introducir su larga y rosada lengua en mi boca frot�ndola con la
m�a y soltando un peque�o gemido desde el fondo de su garganta, esto me �xito de
inmediato a tal grado que el pantal�n de mezclilla que llevaba puesto, casi me
lastima, a tal grado llegue y fue tan repentina mi excitaci�n que me vi forzado
a hacer un poco hacia atr�s mi cadera para poder mantener el beso y no
interrumpir el momento. Sabiendo muy bien lo que me hab�a ocurrido en ese
momento y con una mirada a la vez maliciosa, a la vez tierna, me dijo � puedes
tocar lo que t� quieras- a lo que respond� con mis manos en su espalda ara�ando
su blusa y atray�ndola hacia m� para dar un beso fuerte y poderoso. En ese
momento pude sentir como sus redondos y hermosos senos se endurec�an restregados
con mi pecho. El solo imaginar sus pezones erectos debajo de la blanca blusa de
seda; me hizo crecer m�s la entre pierna, molest�ndome un poco en realidad pero
me gustaba y ella lo sab�a.
Nunca olvidare aquel d�a en todo lo que resta de mi
existencia. Yo deseaba a esa mujer ya que me encontraba locamente enamorado de
ella. Lo llamo, amor al primer beso porque as� fue como me enamore de ella.
Sab�a de antemano que ya hab�a andado con varias personas desde que llego a la
escuela, adem�s de contar con cuatro a�os m�s que yo. En fin es a lo que la
mayor�a podemos llamar una chica f�cil. Y no es porque crea que todas las chavas
que andan con muchos hombres sean "f�ciles", pero ella es una excepci�n. Y por
Dios que yo la sigo amando.
Ese d�a no sab�a la intenci�n que ella ten�a as� que la deje
unos momentos en la sala de estar y me dirig� a mi cuarto en busca de una
sustancia que hacia ya bastante tiempo ten�a guardada para una ocasi�n de este
tipo. La sustancia son unas pastillas que utilizan los granjeros para poder
aparear a su ganado con mas efectividad. Esta sustancia hace el animal se sienta
excitado, pero como se utiliza en ganado vacuno y equino; yo no sabia como
reaccionaria en una mujer. Razonando de esta manera decid� agregar solo una
peque�a porci�n en el solvente. Procure colocar dos vasos diferentes para as�
identificar el m�o del de ella.
Cuando llegue a la sala con las bebidas, Cristel ya se
encontraba c�modamente sentada en el sof� m�s grande, coloque los vasos en la
mesita de centro, mientras ella me insinuaba con una mano que me sentara a su
lado. Conversamos un rato acerca de la universidad, amor, mis padres, en fin
muchas cosas. Hasta que ella decidida, coloco su dedo �ndice en mi boca para
darme a entender que guardara silencio, y me volvi� a besar.
Tom� mi vaso de limonada invit�ndola a que ella hiciera lo
mismo, a lo que ella respondi� que ya me hab�a dicho como quer�a solamente de
mis labios. En ese momento pens� y me dije � mientras no valla a querer que
tomemos ambos de su vaso porque si no, no se que voy a hacer, no se como sea la
reacci�n de un humano con el psicotr�pico que le ha colocado a la bebida.
Lo peor ser�a que llegaran mis padres. Tome un peque�o sorbo
de mi vaso y segu� bes�ndola mientras sent� como su mano comenzaba a vagar
lentamente por mi pierna derecha y se acercaba cada vez m�s a mi nalga. De
repente no pude contenerme y solt� un gemido a lo que ella separo sus labios de
los m�os y sonri� maliciosamente. En ese momento, monto sobre mi como si subiera
a un caballo. Su cuerpo ten�a una temperatura que calentaba la atm�sfera de la
habitaci�n. Algo que me pareci� extra�o, y aun hasta el momento sigo sin
entenderlo, es que en sus senos; del tama�o de melones medianos; a la altura de
sus pezones que en ese momento se pod�an ver bien definidos debajo de la blusa;
hab�a humedad como si hubieran dejado caer gotitas de agua en ellos. Los
traviesos gemelos quedaron casi en mi cara, los roc� primero solamente con mis
dedos, despu�s los acaricie y jugu� un poco a "karate kid" movi�ndolos en
c�rculos en ocasiones lentos y en otras un poco m�s r�pido.
Observe que Cristel comenzaba a moverse de arriba hacia
abajo, como si fuese una ni�a que va en caballito del carrusel, solo que muy
aprisa. La mire fijamente a los ojos, esos ojos grandes y hermosos. Sus mejillas
comenzaron a tomar un color rojizo, su boca estaba entre abierta y sus labios
pintaban un color rosa muy brillantes. Le dije con voz queda - �te gusta?-
solamente gimi�, me tomo de la nuca y me beso de nuevo. Mis manos torpes aun,
comenzaron a descender por su no tan esbelta cadera y se dirigieron a los
gl�teos, como dos ara�as que han detectado la presencia de presa en la telara�a.
Cuando ambas se posaron en esos dos montes, pude sentir como eran duros y
redondos, comenc� a ara�ar con fuerza desde la parte inferior hasta la superior
de aquellos dos bien formados gl�teos, despu�s con mis dedos medios, trace y
reafirme su forma, para posteriormente ir bajando y tratando de alcanzar su
entrepierna, que ahora tambi�n mov�a hacia atr�s y hacia delante. Con ambos
dedos comenc� a frotar la parte donde imagin� pod�a encontrar el punto que mas
la excitar�, mientras segu�amos fundidos en ese beso ardiente sabor a lim�n.
Despu�s de aquellos acontecimientos como podr�n imaginar mi
cuerpo ya no aguantaba m�s y creo que ella se dio cuenta de ese hecho. Porque
separ� un poco su cuerpo y comenz� a masajear mi pecho, tomando con sus dedos
pulgares e �ndices mis pezones. Acerc� su boca a mi oreja y me dijo casi
gimiendo por el masaje que le estaba proporcionando a sus labios inferiores �
�quiero sentirte dentro de m�!- ante esa insinuaci�n no pude contenerme m�s y
comenc� a buscar con mis manos ciegas y solo dirigidas por el tacto, los botones
de su pantal�n, pero ella se levanto y me pregunt� � �te molesta si lo hacemos
con ropa? � no conteste pero ella ley� mi pensamiento porque de su bolso saco
una navaja para papel, la puso en mis piernas, se dio media vuelta y me mostr�
su hermoso trasero insinuante, en forma de coraz�n, oscuro brillante, y negro.
Saqu� una peque�a punta de la navaja, no sin antes haberla frotado en sus ya de
por si ardientes labios, entre sus piernas. Jal� un poco, para asegurarme de
solamente cortar el pantal�n, y comenc� a rasgar, pod�a escuchar como gem�a
placenteramente con cada cent�metro que cortaba.
Corte m�s de quince cent�metros aproximadamente. Cuando
termine pude ver su cara por encima de su hombro izquierdo, su carita se hab�a
ruborizado. Abr� la ranura reci�n hecha, y pude ver una tela negra de seda, que
era parte de la pantaleta y estaba h�meda, el aire comenz� a llenarse de una
olor extra�o que jam�s hab�a olido, era extra�o paro lejos de molestarme me
agradaba. Con un dedo aparte la pantaleta y toque sus labios, de ellos emanaba
un liquido viscoso que se adhiri� a mi debo, ella solt� un largo gemido que me
estremeci� e hizo que me decidiera a acercar mi boca, olfatee un poco como si
fuese un perrito y sacando, solo un poco mi lengua como una peque�a serpiente,
bese sus labios h�medos y pegajosos. Se me vino a la mente la idea de que era un
ni�o de nuevo.
Comenc� a tratar de succionar como si aquello fuera un
chup�n, de repente sent� como un temblor sub�a desde sus pies, recorriendo sus
pantorrillas, muslos, hasta llegar a sus gl�teos. Entonces comenz� a gemir y a
mover cada vez m�s r�pido el culo, como si estuviera vibrando. Hurgue y busque
el peque�o cl�toris. Cuando lo encontr� concentre todo mi ser en ese peque�o
punto. Ella grito, creci�, gimi� y se desbarat� como loca.
Gracias a que la casa es muy grande sus gritos y gemidos se
perdieron en ella y no llegaron hasta la calle. Duramos en estos mon�tonos
movimientos bastantes minutos, hasta que de repente ella grito - �ya!...�Yaaa! �
Cuando despegue mi boca de sus labios, un hilillo viscoso, como un peque�o
puente colgante se balanceaba desde mi boca hasta su entrada, y resbalaba por su
monte de Venus. Cristel estaba jadeante. En sus ojos hab�a peque�as perlas
transparentes, lagrimas provocadas seg�n ella por la alegr�a de su primer "cenit
pasional". Una vez recuperada, dio la vuelta hacia m� y me susurro � ahora me
toca a m�, mi ni�o � como respuesta, sonre�.
Siempre, por lo que me han contado y por conocimiento social,
es bien sabido que el hombre se desconecta de su parte racional cuando se trata
de seducci�n, y por lo mismo no controla sus impulsos. Pero en ese preciso
momento en el que Cristel comenz� a masajear mi entrepierna buscando el cierre
para tomar con sus delicadas manos mi ya bien erecto miembro viril. Record� que
hab�a estado trabajando desde muy temprano, as� que hab�a sudado demasiado.
Le extern� este nuevo pensamiento a lo que ella pareci� no
tomarle importancia, porque acto seguido, volvi� a montarse en m� y tomando con
su mano izquierda mi pene, me dijo viendo me a los ojos - �peque�o, pero mat�n
he! Supongo que me puse rojo porque la cara la sent� caliente; mientras ella
dirig�a con su mano m� trozo de carne hacia sus labios vaginales. En ese momento
por alg�n motivo comenc� a pensar en que ella anduvo con muchas personas en el
corto tiempo en que hab�a llegado, era mi novia pero no sabia nada de ella.
Pens� en ese momento en las consecuencia ya que no tenia
ning�n preservativo a la mano, eche mano de toda mi fuerza de voluntad, puesto
que era la primera vez que me encontraba en una situaci�n de tal magnitud con
una chica y adem�s tan guapa, pero como sea la detuve antes de penetrarla, y la
quite de encima. Ella muy confundida pregunto porqu� hab�a hecho eso, qu� si no
le gustaba; a lo que le conteste �no me siento bien haciendo esto as�, ya que
estoy todo sudado y creo que no seria placentero tanto para mi como para ti � me
parase que debi� saber que era una mentira porque, sent� que no crey�, as� que
hice lo posible por calmarla y tratar de sacar otro tema, lo �nico que en ese
momento vino a mi mente fue salir de hay.
Despu�s de unos minutos de silencio de ella y un sin fin de
explicaciones tontas de mi parte, me acomode la ropa y le dije que me acompa�ara
a dale de comer a los perros, a lo que acepto con una sonrisa muy artificial.
Dimos de comer a los dos perros del patio y subimos a la azotea para dar de
comer al tercero. Con un poco de indiferencia me pregunto porqu� estaba arriba
ese perro, siendo que la casa es demasiado grande como para albergar a una
docena de ellos; le explique que el perro, aunque joven hab�a resultado muy
precoz y mi padre no quer�a que pre�ara a la perra puesto que eran de razas
distintas. Me encontraba sumido en esa explicaci�n y sirviendo en el plato del
can, cuando Cristel grit� mi nombre, volv� la vista hacia ella y vi a mi perro
abrazarla fuertemente de su pierna izquierda, como queriendo penetrarla,
movi�ndose bruscamente, sacando la un trozo de lengua por el hocico y un trozo
de pene rojo entre sus piernas.
Quite lo m�s r�pido que pude al perro y lo rega�e por su
p�sima conducta. Despu�s volv� hacia Cristel y le pregunte si estaba bien, me
miro, despu�s vio su pantal�n de cuero manchado de secreciones del perro, luego
volvi� a mirarme y ambos echamos re�r.
El agua ca�a en mi cara, mientras enjabonaba, tallaba mi
cuerpo y mi cabello, recordaba los sucesos que acababan de tener lugar, el como
nos re�mos despu�s de lo sucedido con el perro, el como Cris (porque as� la
llamaba yo) hab�a recuperado su esplendor despu�s de aquel incidente tan
repentino, el como le ped� disculpas le dije la verdad y le ped� me dejara darme
un ba�o y luego ya ver�amos. Sal� del ba�o, el sol entraba por la ventana,
observe que Cristel no se encontraba en el, as� que pens� que deb�a estar en el
cuarto de televisi�n. En la ducha tome la decisi�n de masturbarme para as�
evitar caer en la tentaci�n, y si ca�a por lo menos iba a durar m�s tiempo en
eyacular. Cuando ya estuve vestido Sal� de mi habitaci�n, llame a Cristel, pero
no respondi�, vi el pantal�n de cuero que le hab�a cortado en el suelo, fui al
cuarto de TV y ni siquiera hab�a estado hay, llegue a la sala de estar y observe
que el vaso que hab�a servido para ella estaba vaci�.
�C�mo puedo explicar lo que presencie aquella ocasi�n? Desde
el momento en que vi el vaso vaci�, me recorri� un escalofri� por todo el
cuerpo, pero cuando me asome a la ventana quede totalmente petrificado con
aquella escena.
El Boxer yac�a tirado de lomo en el pasto, con las patas para
arriba, solo que de entre sus patas traseras se dejaban ver dos redondos, duros
y bien redondos senos, sosteniendo y saliendo de entre ellos, como si fiera un
l�piz labial rojo encendido y brillante, un genital no humano y por sobre de el
pod�a ver la cara de Cristel, tocando y leng�eteado de vez en cuando, la cabeza
aun m�s roja de aquel falo, mientras que detr�s de ella estaba el Rodwailer, que
de alguna forma hab�a bajado de la azotea. Cristel solo estaba vestida con su
blusa ya que pude ver sus pantaletas humedas en el sof� despu�s. El perro negro
con matices de dorado en algunas partes de su cuerpo; olfateaba y lam�a, pero
despu�s se dedic� solamente a lamer, aquella parte con la que anteriormente yo
ya hab�a jugado, con cada lamida que daba la hembra soltaba un gemido de placer
que me pon�a los pelos de punta y por alguna raz�n, no se si no pod�a o
definitivamente no me quer�a mover y dejar de contemplar esa escena.
Lleg� un momento en el que Kerchak se canso de lamer, as� que
tomo la iniciativa de comenzar el ritual. Es incre�ble como los animales ya
llevamos en la sangre la forma de preservar la especie, porque ambos canes eran
cachorros aun. El perro negro y dorado, apoy�ndose en tres extremidades y
recargando su hocico contra las nalgas de Cristel, trepo sobre ella, mientras
tanto ella cambio de postura, ahora se apoyaba en sus codos tomo con ambas manos
el pene de Robertino, puso la punta entre sus labios y comenz� a meterlo por su
boca. Yo solamente observaba como le entraba y sal�a de la boca.
No se si fue verdad o solo mi imaginaci�n, pero me pareci�
que el genital crec�a mas entre sus labios, tambi�n creo haber escuchado como
gem�a el perro. Mientras tanto, el otro perro trataba de hacer lo que �l
instintivamente sab�a: penetrarla. No se si por falta de experiencia o porque
esa anatom�a no iba con la suya, pero el perro no pod�a dar en el punto de
entrada, hasta que ella tuvo que detenerse en lo que estaba haciendo para guiar
el falo del perro hacia su orificio. Justo cuando su mano hab�a soltado el
canino miembro, Kerchak empuj� con tal fuerza que Cristel tuvo que apoyar las
manos en el c�sped para poder resistir la embestida. Sus ojos caf�s claros se
tornaron blancos completamente, solt�, un fuerte, muy fuerte grito.
De sus ojos brotaron grandes lagrimas, y a mi se me hizo un
nudo en la garganta, pero ella estaba irreconocible, porque una ves acostumbrada
al ritmo de las embestidas, tomo las patas traseras del otro animal, las abri� y
sigui� succion�ndole el miembro solo que ahora, m�s r�pido y con m�s fuerza.
No quise ver m�s, di media vuelta y camine un poco, pero muy
en el fondo sab�a que quer�a seguir viendo, sabia que a mi tambi�n me excitaba
ver, deb� permanecer como cuatro minutos pensando, porque cuando volv� a mirar
el falo del Boxer ya no cab�a en la boca de Cristel, y de la boca se le dejaban
caer hilitos de semen canino.
Lo m�s asombroso fue ver al otro perro pasando la pata
derecha para darse la vuelta, y quedar como quedan los perros. Cristel se sobre
salto, no por la herida que hizo el perro en una de sus nalgas el realizar esta
maniobra; sino por lo que ella cre�a que pod�a pasarles. Intento separase de �l,
pero era demasiado tarde, mi perro y ella se hab�an quedado como vulgarmente se
dice "pegados". Ella forcejeo un poco desesperada y maldiciendo, pero supongo
que viendo que no le quedaba opci�n se dio por vencida y decidi� disfrutar de
aquel enorme polla que ya hacia dentro de si. En ese momento pens� que deb�a ir
a aventarles una cubetada de agua, pero no me mov�. Me voltee. Luego di de nuevo
la vuelta, observe bien el rostro de la mujer y que alcanzaba un orgasmo tras
otro, paso alg�n tiempo, de pronto el can comenz� ha dar varios peque�os
tirones, con lo que Cristel alcanz� un nuevo orgasmo, supongo, ya que gimi� como
loca. El perro logr� salir, y parec�a tener una nueva pierna, roja y babeante.
Por las piernas de Cristel comenz� a correr semen, como peque�os riachuelos. En
ese momento, el Rodwailer se reuni� con el Boxer, que ya hab�a terminado de
limpiarse. Cristel levanto la mirada hacia la ventana donde me encontraba, y
murmuro �que bueno que no son como su due�o - luego se desmay�.
Hola, espero les haya gustado este relato, trat� de
expresarlo lo mejor que pude. Me gustar�a saber su opini�n con respecto a el. Mi
nombre es Quetzalcoatl, vivo en Pachuca, Hgo. Y me gustar�a compartir
experiencias y hacer nuevas. Tengo 23 a�os, y bueno si hay alguna linda chica
que se interese y esta cerca, no dude en escribirme.
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