Uno de mis mayores placeres es hacerme la paja mirando un
video porno.
A muchos amigos le parece extra�o cuando lo comentamos y yo
fundamento mi posicion como ahora lo voy ha hacer por si alguien que lea estas
l�neas comparta el criterio de ellos.
A mi me encanta la buena comida, comer en buenos
restaurantes, tomar un rico vino pero por eso no dejo de disfrutar de una
porci�n de muzzarella en el mostrador de Guerrin acompa�ada de un aspero tinto
de la casa o un tentador choripan a la salida de la cancha.
Por otro lado soy un tipo agradecido y no estoy dispuesto a
renegar de mi primer amor porque ahora la ponga en concha de oro.
Desde los doce a�os, cuando me inici� sexualmente por mis
propios medios, la paja me ha acompa�ado en mi soledad, ha calmado acuciantes
momentos de tensi�n, y en muchas situaciones me ayud� a sortear pruebas sexuales
engorrosas. Por ejemplo, cuando ten�a 16 a�os apareci� en el barrio Delfina, una
morocha de 18 que trabajaba de mucama en uno de los departamentos del edificio
donde viv�a Tito. Nosotros, todos ten�amos entre 15 y 17, la veiamos como una
diosa sexual, de grandes tetas y culo redondo (quiz�s para los gustos actuales
s�lo ser�a una gordita).
Delfina result� ser bastante r�pida. Mi amigo Tito era el
hijo del portero y ten�a su pinta, al conocerlo Delfina comenz� a rondarlo y �l
cay�, con placer, en sus redes. Nosotros lo convertimos en nuestro h�roe,
admirado y envidiado, iba a debutar cogi�ndose nada menos que a Delfina, la
mujer m�s deseada en cuatro manzanas a la redonda.
El d�a del evento estabamos ansiosos esperandol� para que nos
contase todos los detalles. Cuando lo vimos llegar a la esquina donde siempre
nos reuniamos, por la cara, nos dimos cuenta que algo andaba mal.
��Y? �preguntamos casi a coro.
�No pas� nada �nos contest� compungido por la frustraci�n.
��C�mo?
�Empezamos a besarnos y nos desnudamos, cuando la vi en bolas
me calent� tanto que apenas me toc� la poronga, acab�.
La desaz�n de Tito se acrecent� cuando Delfina, que
seguramente estaba caliente y frustrada, lo relaj� todo diciendol� que eso le
pasaba a ella por meterse con pendejos pajeros.
A partir de ah�, odiamos a Delfina. Qui�n se cre�a ella para
tratar as� a nuestro amigo. La borramos de nuestra lista de mujeres deseadas.
Bueno, relativamente. Todos los d�as ven�a a comprar a la
fiambrer�a de mi viejo y muchas veces ten�a que atenderla yo.
�Que buena estaba! Adem�s me daba mucha bola, no era pint�n
como Tito pero era de los mayores.
Durante un tiempo me debat� entre la fidelidad al amigo y la
traici�n sucumbiendo a los encantos de la perversa mujer que lo hab�a humillado.
Luego de mucho pensar encontr� una soluci�nque me exim�a de
culpa, me convertir�a en el vengador de Tito. �Poseer�a a Delfina haciendol�
saber que no lo hac�a porque ella me calentaba sino para limpiar la honra de mi
amigo!.
Las cosas siguieron su camino y finalmente lleg� el d�a. Yo
estaba tan nervioso y caliente, porque tambi�n era virgen, que una hora antes de
encontranos no aguant� m�s y me hice una paja. Ya en la calma que produce la
descarga me invadi� el p�nico, �y si ahora cuando estuviera con ella no se me
paraba?
Cuando me encontr� con Delfina me tranquilic�, al verla
desnuda, la pija se me par�. Me empez� a pajear y enseguida se la meti� en la
boca. Cuando consider� que estaba a punto hiz� que la penetrara. Despu�s de
meterla y sacarla durante un largo rato reci�n sent� la certeza de que iba a
acabar. Vaci� mis huevos entre espasmos nerviosos y aullantes gemidos de
Delfina. Descansamos un rato y ella volvi� a la carga. Nuevamente me la par� con
la boca y ya ubicada en la concha me dediqu� a serruchar incansablemente.
�Basta, basta!, suplicaba Delfina entre gemidos. Al fin acab�, me vest� y al
irme le dije �El segundo fu� en nombre de Tito.
Nunca m�s la atend�, en ning�n sentido, a pesar que me
buscaba. Desde ese entonces siempre, antes de todo encuentro sexual que intu�a
de alto voltaje, me hice una paja por las dudas y nunca desilusion� a una mujer.
Quiz�s ahora entiendan que tengo muchos motivos para ser
agradecido y considerar a la pu�eta funente de placer.
Aunque les resulte curioso, no me gusta que me la hagan. Me
encanta que me la soben pero llegado un punto tengo que tomar las riendas yo.
Nunca una mujer me hizo una buena paja. Ni siquiera mi esposa, despu�s de tantos
a�os, logr� encontrar el ritmo, la cadencia y la presi�n justas. Todo va
medianamente bien pero cuando estoy por acabar ella invariablemente tiene un
orgasmo, se descontrola, la mano se le va para cualquier lado y en ocasiones me
lleg� a producir dolor, raz�n por la que prefiere que me la haga yo. A ella le
gusta que yo se la haga pero tambi�n en el �ltimo tramo su mano toma mi lugar.
Nadie, ni hombre ni mujer, conoce mejor su ritmo que uno mismo.
Como dije antes, uno de los momentos m�s placenteros es
hacermel� mirando un video. A veces mi mujer me acompa�a pero no es muy afecta a
los videos y se pajea mirandom� a m�.
Despu�s de probar con muchas pornstars, Ginger y Amber Lynn,
Sandra Scream, Keisa, Chessi Moore entre otras, llegu� a la conclusi�n de que
todas las pel�culas eran iguales hasta que un d�a descubr� a John Stagliano y su
personaje Buttman.
Ah� comenz� una nueva etapa de placer. Los que lo conocen
saben de que hablo y los que no les recomiendo que no pierdan tiempo en
conocerlo. (Alquilen cualquier video de �l salvo las Confesiones I y II porque
son muy densas y aburridas.)
Luego de sobarmel� durante dos horas, tiempo promedio que
duran sus pel�culas, alternando movimientos r�pidos y suaves, momentos de gran
presi�n con otros de suave roce, la pija se me tan dura que hasta me duele y al
acabar el chorro de leche llega a una distancia incre�ble.
Satisfecho despu�s de tan grato momento, me tomo un whisky y
me voy a la cama donde me espera ansiosa mi mujer, que sabe que despu�s de una
porci�n de pizza me gusta disfrutar de una mesa bien servida.
PD: Recibo cr�ticas y elogios, escribanme. Y los fan�ticos de
Stagliano tambi�n para intercambiar comentarios.