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El casamiento estuvo de lo m�s divertido. Los novios estaban
felicisimos. Yo me sent� un poco rid�culo en mi papel de padrino pero la verdad
es que me produjo mucho placer darle ese gusto a Eulogia.
Fu� una fiesta casi intima porque los dos ten�an poca
familia. Casi todos los invitados eran conocidos y amigos. Entre ellos estaban
las chicas de San Luis que tantos momentos gratos nos hab�an proporcionado a
Alejo y a mi.
Casi todas eran discretas en grado sumo, a excepci�n de una
prima lejana de Eulogia que ni me acuerdo como se llamaba, que estaba de lo m�s
zafada y termin� cogiendomela en el ba�o del sal�n para que se tranquilizara.
Una de las invitadas era Julieta, una amiga de Eulogia que no
conoc�a. Era muy linda e interesante, simpatizamos inmediatamente y bailamos
casi toda la noche y terminamos encamados en un hotel disfrutando de su ojete
hasta el cansancio porque, aunque parezca mentira, ten�a la concha intacta
reservandola para el que iba a ser su marido y s�lo me dej� que se la chupara,
cosa que gozaba tanto como sentir el orto o la boca llenos de leche.
Cuando volvieron de la luna de miel, en la primera
oportunidad que tuvimos con Eulogia, nos echamos unos buenos polvos. La verdad
es que, a pesar que fueron solo quince d�as y que estaba Yolanda reemplazandola,
la extra�� mucho.
Me cont� que la hab�an pasado muy bien, la mayor parte del
tiempo cogiendo. Al principio Giovani, que no ten�a m�s experiencia sexual que
los encuentros ocasionales con alguna puta, no di� pie con bola. En el primer
polvo ni lleg� a metersela, estaba tan desesperado que arremeti� con todo y le
vaci� la guasca en la raya de la concha. Eulogia me lo contaba matandose se
risa.
Con su sabidur�a y poder de convicci�n a los dos d�as lo tubo
bailando a su ritmo. Logr� que le chupara la concha a pesar que en un principio
se enojo "porque el no era un viejo para andar haciendo esas chanchadas"
-Pero Giovani, �a vos no te ponen contento las alegr�as que
te da "ella"? �no la quer�s? Yo, por ejemplo, la quiero mucho a la tuya, y as�
como te quiero mucho a vos y te beso, tambi�n me gustar�a darle un beso a
"ella". �Puedo?
El accedi�. Eulogia empez� dandol� unos besitos suaves y de
vez en cuando le rozaba la cabeza con la lengua. Despu�s se meti� la punta en la
boca apretandosel� a medida que la expulsaba. Cuando Giovani le dijo -Besala m�s
gordita, supo que ya se lo hab�a ganado. Se la sigui� chupando hasta que,
suavemente, se fu� acomodando para que la concha quedara cerca de la boca de �l.
Empez� a imprimirle ritmo a la mamada y al instante Giovani se hab�a prendido,
metiendole la lengua en la vagina. Sigui� entusiasmandose hasta que sinti� que
la leche se le escapaba para ir a parar a la boca de ella. El orgasmo de Eulogia
no se hizo esperar y lo llen� de satisfacci�n. A partir de ese momento, cuando
empezaban los jueguitos previos, �l se bajaba solo, sin necesidad de ninguna
sugerencia.
-�Tambi�n te hiz� el orto?
-No, me muero de ganas, quiero tener ese pedazo clavado en el
ojete, pero me pareci� exigirlo mucho, pens� que es ignorante para coger. Nunca
estuvo con una mujer en serio. Con el tiempo ya me voy a arreglar para que me lo
haga, sabes que cuando se me cruza una idea�
-En realidad no quer�s que piense que sos una puta
degenerada.
-El sabe bien que no soy una puta, la puta coge por
obligaci�n y con cualquiera, yo cojo con quien quiero y me gusta.
Nuestras cogidas siguieron, aunque con menos frecuencia ya
que Giovani satisfacia cada vez m�s gran parte de sus necesidades.
Cuando le preguntaba porque segu�amos haciendolo,
invariablemente me contestaba:
-Vos sos mi vicio, sos como el dulce de leche, por m�s que
est� llena y satisfecha, si veo el tarro no puedo dejar de comerme una
cucharada.
La situaci�n era de lo m�s rara. Giovani me ca�a realmente
bien y le ten�a mucho aprecio. A veces ibamos a la cancha a ver a River Plate,
cuadro del que ambos eramos hinchas, o me quedaba charlando con �l en el
negocio, era un amigo y sin embargo no ten�a ning�n remordimiento por cogerme a
su mujer.
Eulogia estaba realmente enamorada del "tano", como lo
llamaba afectuosamente, y se la ve�a feliz complaciendolo en todos sus gustos,
pero gozaba como una loca cuando ten�a mi pija adentro.
Luego de un tiempo me fu� acomodando a la situaci�n y como
todo el mundo estaba contento, se me terminaron los pruritos.
Una noche fu� a cenar a la casa de ellos, en la sobremesa
mientras tomabamos el caf� Giovani me dijo:.
-Jorge, vos sab�s como te aprecio �no?
-Si, lo s� y te aclaro que es reciproco.
-Y lo que la quiero a la gorda, soy capaz de hacer cualquier
cosa con tal verla contenta. -Eulogia escuchaba con atenci�n- Bueno te tengo que
pedir que nos hagas un favor para que ella sea todo lo feliz que se merece.
-Desde y� cont� conmigo, si se trata de que Eulogia est�
contenta me encantar� ayudarlos. -dije intrigado.
-Eulogia me cont� todo lo que pas� entre ustedes, me dijo que
la haces muy dichosa.
El caf� que en ese momento estaba tomando, se me atragant�
saliendo por la nariz, con la sorpresa y el sobresalto que me produjeron las
palabras de Giovani.
-Tambi�n me dijo que no habr�a nada en el mundo que la
hiciera m�s feliz que estar con los dos juntos en la cama, �no es cierto
gordita.
Ella asinti� en silencio con una sonrisa, yo estaba
paralizado. No entend�a nada. Giovani me estaba diciendo que sab�a que cog�a con
su mujer y en lugar de matarme, ese gigant�n me estaba invitando seriamente a
compartirla en una cogida.
-�Nos har�as ese favor?
Como se imaginar�n no me pod�a negar por muchas razones, as�
que repuesto de la sorpresa, nos fuimos a la cama. Al principio, tanto a Giovani
como a m�, nos cost� acostumbrarnos a la situaci�n pero gracias al don que
Eulogia ten�a para manejar todo lo relacionado con el sexo enseguida nos
distendimos decididos a disfrutar del momento. Luego de una sesi�n de chupadas y
besuqueos mutuos, con las vergas a punto, Eulogia se mont� encima de Giovani,
que se la ensart� en la concha mientras me ped�a que le hiciera el orto.
-Soy la mujer m�s feliz del mundo, tengo adentro mis dos
pijas queridas. -dec�a entusiasmada mientras gozaba de la cogida- Chiquito,
cuando me lo abras bien dejalo al tano que me la meta, quiero que me coja por el
orto.
Cuando, despu�s de un acompasado bombeo, consider� que estaba
a punto le ced� el lugar a Giovani. Me qued� mirando como tremenda poronga se
perd�a en el culo de Eulogia que sinti� el primer impacto pero enseguida se
recompuso.
-Despacito, viejo, que la ten�s muy grande y muy gorda.
-Si gordita, quedate tranquila, no te voy a lastimar.
El tano le hizo orto con una suavidad y dulzura increibles en
un hombron de su tama�o, se notaba que ten�a muchas ganas cogersela por el culo.
Eulogia lo disfrut� plenamente, sobre todo cuando le vaci� tal carga de leche
que en cuanto le sac� la pija comenz� a fluir a borbotones.
-Llenamelo vos tambi�n -me pidi�.
Al metersela, mi poronga actu� como un embolo haciendo que la
leche no parara de salir por los costados embadurnandome las pelotas, para mejor
yo tambi�n tuve una acabada interminable convirtiendo al ojete de Eulogia en un
manantial de esperma. Tan c�mica result� la situaci�n que terminamos los tres
abrazados y sin poder parar de reirnos.
Ese d�a comenz� una de las mejores y placenteras etapas de mi
vida. Todas las semanas nos mandabamos una o dos fiestitas donde disfrutabamos
todo lo que hac�amos. Llegamos a concretar un tr�o realmente lindo. Logicamente
tambi�n ten�amos nuestros encuentros privados, pero con el tiempo se fueron
espaciando. La verdad que la pasabamos tan bien los tres que cuando estaba solo
con Eulogia lo extra�aba al tano y a �l le pasaba lo mismo, me coment� una vez.
Pero como todo lo que tiene un principio tambi�n tiene un
final, en este caso feliz. Al a�o, m�s o menos, Eulogia qued� embarazada. No
hab�a dudas sobre la paternidad porque yo le acababa en la vagina s�lo cuando no
estaba ovulando. Contentisima, nos comunic� la noticia pero tambi�n nos dijo que
a partir de ese momento se terminaban las fiestas, que la maternidad era algo
serio y en lo sucesivo s�lo coger�a con su marido como Dios manda,no quer�a que
su hijo tuviera algo que reprocharle en su vida. Iba a extra�ar nuestras
garchadas a tr�o pero que as� deb�a ser. Como todo lo que ella dec�a, as� fu�.
Segu� siendo un amigo bien recibido, a tal punto que bautizo
a su hijo con mi nombre, pero nada m�s. Lo sexual dej� de existir, ni siquiera
se hablaba, entre nosotros.
Al principio me cost� pero, respetuosamente, lo acepte. La
que no acept� tan facilmente la decisi�n de Eulogia de no trabajar m�s para
dedicarse a su hijo, fu� mi madre. Desesperada no atinaba que hacer hasta que,
como siempre, Eulogia le aport� la soluci�n.
-�Porque no toma a mi prima Yolanda? Usted la conoce y ella
conoce la casa, me reemplaz� cuando la luna de miel. Es muy eficiente, seria y
responsable, estoy segura que no va a notar la diferencia conmigo. Adem�s, somos
vecinos, cualquier cosa me consulta. Quedes� tranquila se�ora. -le dijo mientras
disimuladamente, me gui�aba un ojo.
�
(continuar�)
�
PD. Escucho cr�ticas y halagos. Escribanme.