Un excitante tr�o tiene lugar entre mi madre, su amiga Elena y yo. En el transcurso de la caliente sesi�n de sexo Elena reconoce impl�cita y expl�citamente que el sexo incestuoso le excita y atrae terriblemente.
El primer relato que os ofrec� hace unos meses creo que no termin� al gusto de los lectores o al menos eso me hicieron llegar 6 o 7 de vosotros, que me solicitaron que efectuase la continuaci�n del mismo, bien, ha llegado el momento que le demos una nueva perspectiva a mi relaci�n veraniega con mi t�a. Ah� va, espero que os guste.
Como mi madre ya hab�a supuesto, su amiga Elena es mucho m�s cachonda y lanzada de lo que pens�bamos. Sin duda se trata de otra madre cincuentona con ganas de sexo. Y sus sensibles y enormes tetazas dan buena fe de ello.
Elena, la amiga de mi madre, y su hijo Jos� se acercan a nuestro c�rculo incestuoso. Mi madre y yo iniciamos la conquista de su amiga Elena con una pensada estrategia.
Una vez introducido en el fascinante mundo de las relaciones incestuosas las sopresas no acaban. M�s cerca de nosotros de lo que pensamos pueda haber m�s madres incestuosas y m�s hijos deseosos de hacer gozar a sus cachondas madres.