Relato: Esclavo de mi amo





Relato: Esclavo de mi amo

Siempre hab�a sido muy sumiso y pasivo y he dejado que los otros llevaran la
iniciativa en mis relaciones sexuales. Me gustaba sentirme usado por uno o
varios hombres, ofreci�ndoles todos mis agujeros y habilidades para hacerles
gozar. Poco a poco me di cuenta que realmente me gustaba ser humillado y
maltratado por mis amantes, a los que empec� a buscar en ambientes cada vez
m�s s�rdidos y peligrosos. Necesitaba aut�nticos machos que me usaran buscando
s�lo su placer, sin importarles para nada mi sufrimiento o da�o f�sico. Si
adem�s era tratado como basura, mayor excitaci�n me produc�a la situaci�n y
mis mejores orgasmos ven�an despu�s de una sesi�n de sexo salvaje en la que me
hab�an azotado, meado y follado hasta la saciedad.


Por aquel
entonces viv�a s�lo en Londres, y un d�a decid� formalizar mis tendencias
naturales, por lo que puse un anuncio en una l�nea de contactos que dec�a:


�Esclavo
espa�ol busca polla inglesa para ser usado y abusado. Tengo 28 a�os, mido
1,80, peso 75 kg, 105 cms de pecho, 89 de cintura, musculoso, velludo, pelo
corto, ojos azules, polla de 18 cms, huevos gordos y peludos, culo trag�n y
vicioso.�


Recib�
bastantes respuestas, pero una me atrajo especialmente por lo escueta:


�Esclavo,
llama a tu amo al 123 456�



Intrigado, llam� a ese n�mero, en el que contest� una voz varonil y bien
educada que se limit� a darme instrucciones y colgar despu�s:


�Si
quieres que te considere para se mi vil esclavo, pres�ntate el s�bado a las 5
de la tarde en la calle The Big Cock, n� 99, 1�. Deber�s venir con botas y
vaqueros, sin ropa interior ni camiseta. La puerta estar� abierta, entrar�s en
la casa, en la primera habitaci�n de la derecha, te desnudar�s por completo,
conservando las botas, y te apoyar�s en la pared opuesta a la puerta, con los
brazos y piernas extendidos, all� me esperar�s. De aqu� al s�bado no se te
ocurra correrte ni una sola vez!�.


La verdad
es que me puse muy cachondo tras o�r estas �rdenes y pas� toda la semana muy
nervioso, esperando el fin de semana, haciendo grandes esfuerzos para no
masturbarme pensando en el encuentro, pues me hubiera matado a pajas...


El d�a
se�alado, vestido con unos vaqueros muy ce�idos, sin ropa interior ni camiseta
y con mis botas negras, me dirig� a la direcci�n se�alada. La verdad es que
ten�a un aspecto muy excitante y m�s de uno me mir� descaradamente en el
metro, durante mi camino a la casa de mi futuro amo.


Result�
que desde la estaci�n de metro hab�a una gran caminata hasta la casa indicada,
que estaba en un lugar muy apartado y parec�a estar abandonada. Sin embrago,
la sensaci�n de peligro aument� mi excitaci�n y mi resoluci�n a llegar al
final aument�. Como me hab�an indicado, la puerta estaba abierta, as� que
entr� sin llamar y me dirig� directamente a la primera habitaci�n de la
derecha. Esta estaba a oscuras, pero pude vislumbrar algunas cosas muy
interesantes: cadenas, l�tigos de cuero, y otros objetos similares. Sin peder
tiempo me quit� los vaqueros (la �nica ropa que llevaba) y me puse de cara a
la pared, con las piernas bien abiertas y los brazos extendidos, aguantando mi
peso. Estaba terriblemente excitado, con una gran erecci�n, a la espera de
futuros acontecimientos.


Sin
embargo, durante un buen rato no pas� nada y empec� a sentirme inc�modo en esa
posici�n, aunque no me atrev�a a moverme por si me observaban. Al cabo de lo
que calculo fue casi una hora, empec� a pensar que no iba a aparecer nadie y
que me hab�an tomado el pelo, cuando o� unos fuertes pasos, producidos por
grandes botas, que se dirig�an hacia m�.:


�As� que
este gusano se ha atrevido a venir...�


Al o�r la
voz gir� mi cabeza por instinto, pero entonces recib� una fuerte patada en mi
culo mientras mi amo exclamaba:


�No te he
dado permiso para mirar, esclavo!�


Entonces
decid� quedarme por completo inm�vil y dejar que mi amo tomara la iniciativa.
Lo primero que hizo fue taparme la vista con un casquete de cuero que me
abroch� al cuello, dejando la nariz y la boca libres. Entonces empez� a
examinarme, palpando bien todo mi cuerpo mientras hac�a valoraciones positivas
o negativas y mencionaba lo que habr�a que mejorar. Empez� por mis brazos, que
al estar semiflexionados y aguantando mi peso presentaban unos grandes b�ceps
en pleno esfuerzo. Sigui� con mis hombros, grandes y musculosos, mi pecho, con
mis fuertes pectorales cubiertos de vello, descendi� por mi vientre, que yo
tens� para que pudiera comprobar la firmeza de mis m�sculos abdominales.
Volvi� a mi espalda, ancha y trabajada, magre� mis gl�teos, duros como la roca
y descendi� por mis piernas de atleta. Trabajo regularmente en el gimnasio por
lo que mi cuerpo es musculoso y fuerte, cosa que mi amo supo apreciar y que me
llen� de orgullo. El examen continu� y mi amo empez� a hurgar en mi culo,
separando los cachetes y comprobando mi agujero, en el que introdujo un dedo
sin lubricar, lo que me hizo dar un respingo.


�Buen
culo, esclavo, buen culo, le sacaremos mucho partido...�


Y su mano
se dirigi� a mis huevos, que tras varios d�as de abstinencia estaban muy
gordos y colgaban de mi peludo escroto balance�ndose. Recib� un par de
apretones muy fuertes que me hicieron bastante da�o, pero logr� no decir nada,
adem�s empezo a estirar de mi bolsa hacia abajo, como para comprobar hasta
donde pod�a llegar.


�No est�
mal, pero esto habr� que mejorarlo hasta conseguir una bolsa m�s el�stica�



Finalmente lleg� a mi polla, que con tanto tocamiento andaba totalmente
empalmada, mostrando sus 18 cms en todo su esplendor, y goteaba l�quido
preseminal. Mi amo recorri� mi pene en toda su extensi�n, comprob� que no
estaba circuncidado, �Interesante!�, apunt�, y acarici� mi glande con gran
maestr�a, lo que casi me puso al borde del orgasmo. Mi amo debi� notarlo, ya
que con una h�bil presi�n en la base de mi polla evit� que me corriera, al
tiempo que dec�a �Solo te correr�s cuando yo te lo ordene, sucio esclavo!� y
me dio un apret�n en los huevos que me hizo ver las estrellas, para que me
fuera haciendo a la idea. �S�, amo, como ordenes�, contest� con voz d�bil.


�Bien,
�cu�les son tus l�mites?�, me pregunt�. �Los que t� establezcas, amo�, dije
yo, asumido ya mi papel de esclavo y sinti�ndome m�s excitado que nunca al
decir eso.


�Eso ya
lo iremos viendo, cerdo!, no te preocupes....Ahora veamos qu� sabes hacer!�


Y me gui�
hacia lo que parec�a una mesa sobre la que me inclin�, haci�ndome
recostar sobre ella y estirando mis brazos hacia adelante y los lados,
sujet�ndolos con grilletes situados en las esquinas de la mesa. Adem�s abri�
mis piernas y sujet� los tobillos a las patas de la mesa con otros grilletes
all� dispuestos. De esta forma mi culo quedaba totalmente expuesto mientras mi
polla presionaba fuertemente contra el borde de la mesa, tanta era mi
excitaci�n.


De
repente sent� que algo intentaba entrar en mi culo, algo grueso y caliente que
presionaba mi esf�nter fuertemente. Debido a la excitaci�n y el nerviosismo,
aunque estaba acostumbrado a recibir en mi agujero grandes calibres, no fui
capaz de relajarme, adem�s de que estaba totalmente seco, sin nada de
lubricaci�n, lo que hac�a m�s dif�cil la penetraci�n.


Al notar
resistencia mi amo se contrari� bastante y se enfad� realmente cuando no pude
reprimir un gemido debido al dolor que me estaba causando.


�Est�pido
in�til! Tu culo ha de estar siempre abierto para tu amo! Esta ser� tu primera
lecci�n!�


Not� como
se retiraba de mi retaguardia y en seguida un l�tigo empez� a azotarme
en el culo, en realidad no era un l�tigo sino una fusta, y me propin� 10
fustazos regulares, que me hicieron bastante da�o aunque no resultaron
insoportables, estaba claro que mi amo sab�a muy bien medir sus golpes.


Despu�s
del castigo, mi amo volvi� tras de m� y esper� un poco. El hecho de no poder
ver nada, de estar inmovilizado y totalmente expuesto, a su merced, me
hicieron sentir m�s excitado de lo que jam�s lo hab�a estado. En esa pausa,
que el supo hacer en el momento adecuado, esperando su siguiente acci�n, supe
que hab�a encontrado a mi verdadero AMO, y me sent� capaz de entregarme a �l
por completo, sin reservas ni dudas.


Su
sabidur�a qued� confirmada cuando pude notar sus dedos, perfectamente
lubricados, trabajando mi esf�nter, masajeando, relajando, entrando poco a
poco. Lleg� a meter hasta 4 dedos, con lo que pudo comprobar la elasticidad de
mi ano, y pareci� satisfecho. Cuando consider� que ya estaba bastante
relajado, sin decir una palabra, sac� sus dedos de mi culo y de un solo golpe
meti� lo que deb�a de ser una enorme polla, considerando el esfuerzo al que se
vio sometido mi ano.


Me
follaba de un modo salvaje, me insultaba, me pegaba palmadas en el culo, en la
espalda, sacaba su polla, escup�a en mi abierto culo y me volv�a a embestir
con m�s fuerza. Yo solo pod�a gozar de la follada, e intentaba no correrme, a
pesar de que con cada embestida, mi polla rozaba con el borde de la mesa, por
lo que fue realmente dif�cil no llegar al orgasmo.


La
follada dur� casi 20 minutos, y cuando mi amo estaba ya listo para correrse,
sali� de mi trasero, rode� la mesa y plant� su polla delante de mi boca pues ,
aunque no la pod�a ver, �l la restregaba por mis labios y yo pod�a olerla y
notar su humedad. En cuanto que hizo una ligera presi�n, yo abr� la boca
y me tragu� toda su tranca, saboreando la polla con la lengua. Entonces pude
notar un peque�o aro en la base del prepucio, en el frenillo, donde mi amo
lleva un piercing, lo que me puso m�s cachondo todav�a. Mi amo empez� a
follarme la boca, con tanta fuerza como mi culo, y yo emple� mis mejores artes
para acomodar su vergazo hasta la laringe, por lo que, de nuevo para su
satisfacci�n, pude tragarme hasta el fondo los 21 cms de carne que me estaba
regalando. Al poco rato, sent� los espasmos previos a la eyaculaci�n y me
prepar� para saborear la primera leche de mi amo. Esta vino en abundancia, en
5 o 6 borbotones, que me llenaron la boca de una crema deliciosa, de un sabor
�spero y viril, ligeramente salado, que sabore� tragu� y disfrut�,
apresur�ndome a limpiar bien la polla de mi amo, para que no quedara ning�n
resto de esperma en ella. Cuando la sac� de mi boca, semifl�ccida y reluciente
mi amo pareci� mi entusiasmo y esmero, d�ndome unas palmaditas en la cabeza.


�Para un
cerdo que todav�a no ha sido adiestrado, no est� mal, no se�or. Aunque no
creas que esto va a ser f�cil. Yo soy un amo muy exigente y espero lo mejor de
mis esclavo, est� claro?�


�S�, mi
amo, dije yo�


�Muy
bien, pero para poder aceptarte como mi cerdo aspirante a esclavo, primero
comprobaremos hasta donde llegan tus l�mites con el dolor....Aunque eso lo
veremos m�s tarde�


Y sin
decir m�s, se march� de la habitaci�n dej�ndome all�, atado a la mesa, con el
culo dolorido por los azotes y el sabor de su leche en mi boca, esperando a
que regresara para someterme a la prueba del dolor...






CONTINUAR�....


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