Relato: Los hombres de mi casa
Para empezar, desde peque�a nunca tuve una figura paterna, y crec� viendo como mi madre se mol�a la espalda trabajando en la limpieza de casas ajenas y sirviendo a personas con mejor suerte econ�mica. Siempre me educ� bajo el precepto de hacer lo que te piden, no pelear ante un trato injusto y tratar de agradar a la gente, por muy desagradable que esta sea.
Viv�amos en la casa de servicio de nuestro patr�n en turno, un licenciado que ten�a dos hijos un par de a�os mayores que yo, opulentos y orgullosos, que no ten�an reparo en mostrar desprecio por jugar con la hija de la criada. Yo, siendo inocente, no reparaba en hacer lo que fuera necesario para agradarles y ellos, sobre todo el mayor, ideaba varias formas de humillarme y de juego en juego, experimentar con mi creciente cuerpo, que a esa temprana edad me dejaba un mar de sensaciones nuevas para m� y supongo que para ellos tambi�n.
Sus �juegos� consist�an en jugar al doctor, yo era por supuesto la paciente. Les gustaba acostarme en el piso y levantar mi falda escolar para que pudieran �revisarme�. Despu�s me quitaban mis calzones y met�an y sacaban sus dedos de mi vagina, uno y despu�s el otro mientras yo pasivamente resist�a la intromisi�n de sus dedos. Ellos me quitaron la virginidad con sus dedos y al cabo de un mes ya no se conformaron con manosear mi vagina, ahora lo hac�an tambi�n metiendo sus dedos en mi culo, y eso si me dol�a pero conforme pasaban sus �revisiones� me acostumbre a la intromisi�n de sus dedos.
Aunque a esa edad nunca lo relacion� con sexo supongo que eso molde� mi car�cter haci�ndolo m�s complaciente y sumiso y eso explicar�a lo que pas� m�s adelante.
Ya entrada en la adolescencia por razones econ�micas fuimos a parar a casa de un t�o hermano de mam�, donde viv�a con su esposa y sus 2 hijos adem�s de otros 2 t�os solteros. La gente siempre iba de prisa, ya sea a trabajar o a estudiar y por la tarde me quedaba a menudo a solas en la casa con un primo 3 a�os mayor que yo. �l fue mi confidente y mi amigo en �pocas dif�ciles, aunque �l ten�a a su novia y siempre fue muy respetuoso, lo tom� como modelo para el novio que un d�a so�aba con encontrarme.
Apenas iba a terminar el sexto a�o de la primaria cuando me encontr� con el hermano de mi mam�, se ve�a amenazador por su forma de ser con todos y siempre me daba miedo cuando estaba enojado en casa. Me detuvo me pregunt� algo que me dejo helada: -�a ver escuincla, traes calzones para salir a la calle?- yo con timidez s�lo mov� mi cabeza en se�al de que s�, pero insisti� en verlo �l mismo.
Me orden� que levantara mi falda y sin resistencia lo hice, mostr�ndole mis calzones blancos. Llev� su mano a mi vagina y la empez� a sobar encima de mi ropa interior. Yo cerr� los ojos mientras me sobaba de manera lenta e insistente, y cuando su dedo se detuvo cerca de mi cl�toris, eche hacia atr�s mi cuerpo, cosa que aprovecho para sobarme las nalgas y decirme: -est�s bien rica sobrina, pero no llegues tarde a casa- y dio la vuelta y se fue.
S�lo atine a bajar y acomodar mi ropa y sal� a toda prisa al colegio; la mayor parte del d�a estuve pensando en lo que hab�a pasado en casa de mi t�o pero despu�s trate de dejar de pensar en ello.
Desde ese d�a, antes de ir al colegio, se repet�a esa misma acci�n: mi t�o sob�ndome la concha sobre la ropa y las nalgas, despu�s de sus manoseos me iba al colegio. Pero no qued� en eso, cada que ten�a oportunidad me sobaba o me palmeaba el culo, y yo no dec�a nada ni me opon�a a que lo hiciera, pues con los d�as me parec�a algo normal en esa casa.
Un d�a que no tuve clases en la escuela me quede en casa para ayudar con las tareas del quehacer, y mientras estaba lavando la ropa en el patio mi t�o llego y sabiendo que est�bamos solos se sent� en una silla a observarme mientras lavaba.
Estando de espalda a �l, imagine que me estaba observando, y despu�s de un rato se acerc� y solo me dijo: -hoy te voy a ense�ar para que sirven las mujeres, h�ncate y haz lo que te diga- no me negu� y as� lo hice. Mientras ten�a la mirada clavada en el suelo escuche un sonido que me hizo levantar la cabeza: estaba bajando el cierre de su pantal�n y sacando su pene.
-Esto se llama verga y te la vas a comer y me vas a hacer una paja, porque no vas a vivir gratis de ahora en adelante- me indic� que lo tocara y cuando lo hice sent� un calor en mi mano, y puso su mano sobre la m�a y comenz� a hacer un movimiento de adelante hac�a atr�s. Estuvo haciendo eso unos segundos hasta que me orden� que yo lo hiciera sola. Empec� a mover mi mano y como a�n segu�a mirando al piso me dio un golpe en la cabeza mientras levantaba la voz �mientras pajeas debes ver al macho a la cara, escuincla babosa- y con algunas l�grimas en los ojos lo mire a la cara.
Ahora ya s� que lo estaba masturbando y pod�a ver en su rostro satisfacci�n, estaba alegre de poderme usar y humillar a su antojo, claro ten�a a su disposici�n a una est�pida y sumisa sobrina.
Cuando se cans� de que lo estuviera pajeando me dijo que abriera la boca y que me quedara quieta, pero sin dejar de verlo a la cara. Y sin compasi�n meti� su falo en mi boca e inici� un movimiento de atr�s hacia adelante, sujet�ndome del cabello y haciendo que entrara y saliera su pedazo de carne. �Ahora hazlo t� sola escuincla y cuidado con morderme porque te muelo a palos- y ah� comenc� a dar mi primera mamada a mi t�o, sin usar ninguna parte de mi cuerpo que no fuera mi boca. Fue una mamada torpe pero lo suficiente para hacer que eyaculara. Ni se preocup� en hacerlo dentro de mi boca y no me dejo escupir su semen, -tr�gate la leche, no dejes nada- y un sabor amargo me inundo el paladar.
As� como llego se fue, sin decir nada y me quede en el piso, con las rodillas sucias y adoloridas por estar tanto tiempo hincada, limpiando con mi falda el resto de semen que hab�a quedado en mi cuerpo.
Esa escena se repet�a cada vez que ten�a oportunidad y claro, con el tiempo me fui haciendo experta en mamar y pajear a mi t�o. Ya no hab�a necesidad de que me dijera algo, yo sola me hincaba y le bajaba el cierra para sacar su polla y jugar con ella hasta que se corriera en mi boca o en mi cara.
Era l�gico que alg�n d�a alguien nos descubriera y fueron mis primos, lo que aprovecharon m�s adelante.
Fue hasta mi entrada a secundaria cuando empec� a salir con un chico, era tierno y atento, aunque nunca pasamos de algunos besos en la oscuridad. Sus caricias eran torpes y no me produc�an excitaci�n, �pero me sent�a deseada y amada! Luego de un par de meses, el termin� conmigo para salir con otra chica, yo estaba deshecha. Llegu� a casa llorando, cuando mi primo me vio, me pregunt� que me pasaba y yo le cont�.
El sonriendo amablemente, me dijo que el chico deb�a ser un est�pido, por dejar ir a una chica tan bella como yo.
A modo de consuelo a�adi�. � Ellos no te saben valorar, porque eres hermosa, y no soporto verte sufrir por eso, yo voy a ser tu novio de ahora en adelante � y dicho esto, me dio un beso que me dej� de piedra. Desde ese instante, qued� enamorada de mi primo.
Fueron semanas m�gicas, donde las tardes con mi primo se volvieron un acostumbrado intercambio de besos y caricias. Al ser �l mayor que yo, me ense�� cosas que ninguno de los chicos de mi curso sab�a, y a la semana de andar de novios me foll�, pensando que era quien me hab�a quitado la virginidad, pero sin dejar de tener mis encuentros con mi t�o cada vez que nos qued�bamos solos en casa.
Alguna vez est�bamos en mi cuarto y nos pusimos a escuchar m�sica y bes�ndonos como de costumbre cuando de repente sin darnos cuenta, �l me estaba acariciando mis pechos, me desabrocho el corpi�o ya que a�n ten�a mi busto en desarrollo y al ver que no hice nada por detenerlo se par� y fue a cerrar bien la puerta. Seguimos quit�ndonos prenda tras prenda hasta que nos quedamos desnudos, me tom� las piernas y me estuvo penetrando poco a poco.
Como sent�a mucho dolor le comenc� a morder la oreja y a pedirle que lo hiciera despacito, �l me fue tranquilizando hasta que de un solo golpe me dej� ir toda su polla hasta el fondo, me doli� y mis l�grimas sal�an involuntariamente, me dej� llevar y empez� a darme m�s fuerte, yo lloraba pero a la vez estaba excitada por primera vez. Sigui� as� hasta que, en un momento de lucidez, sac� su pene de mi vagina y me ech� su semen en mi cuerpo. Luego nos quedamos dormidos hasta que lleg� mi t�o, que si se dio cuenta cuando mi primo sali� de mi cuarto.
Desde ese d�a, esper�bamos a que mi primo se colara en mi cuarto despu�s de que mi mam� se fuera a trabajar y cogi�ramos como dos adolescentes locos. Las variantes no eran muchas y le rechazaba el sexo anal por miedo, siempre est�bamos dispuestos a experimentar otras posiciones. Yo era una loca chica enamorada que buscaba complacer a su novio, aunque no me gustaba que mi primo siempre me tuviera como en secreto y cuando estaba con su novia, yo ten�a que soportar verlo abrazarla y besarla, ni siquiera hacerme caso. Siempre ten�amos peleas porque por muy amoroso que fuera en la intimidad, cuando est�bamos con alguien apenas me pon�a atenci�n. Luego de una pelea m�s fuerte que tuvimos con respecto a eso, d�as despu�s, a modo de disculpas me dijo, - bueno, el s�bado tengo fiesta con mis amigos, si quieres vamos y te presento como mi novia -
Yo estaba feliz. Para demostrarle lo contenta que estaba con la noticia ese d�a le hice sexo oral hasta que termin� como lo hac�a m� t�o. Mi primo sali� con sus amigos antes de ir a la fiesta y para que me diera permiso mi t�o de salir con mi primo lo busque en la sala, y sin que me lo pidiera, me puse de rodillas para mam�rsela pero me detuvo: - qu�tate la ropa primero, quiero verte y admirar como has crecido- el ans�a de ir a la fiesta con mi primo no me dejo pensar bien las cosas y bastaron segundos para que estuviera delante de �l desnuda, y sin pena alguna, al fin y al cabo ya me hab�a visto desnuda un hombre de la familia.
-Ahora si sobrina, a mamar se ha dicho- y volv� a hincarme y comenc� a chupar ese pene que no ten�a nada que ver con el de mi primo pues era m�s grande y no lo pod�a meter todo en m� boca. Mi t�o a provecho para acariciar mis pechos mientras segu�a con mi labor, y cuando se corri� no deje ni una gota sin tragar como a �l le gustaba.
Me vest�, no sin antes sentir sus manos por todo mi cuerpo mientras lo hac�a. Lo que paso en la fiesta lo contar� m�s adelante, si as� lo quieren ustedes.
Sobrina sumisa