Los asistentes a aquel curso la bautizamos como La Tetona,
era una muchachita gorda, redonda por todos lados. Y pese a que su gordura le
ahuyentaba cualquier aspirante a novio, ese enorme par de chichotas hizo que yo
me fijara en ella. Rebeca por su parte andaba en busca de novio y solita se fue
acercando a mi, nos hicimos amigos y un buen d�a se me ocurri� invitarla al
cine. Por supuesto que en cuando empez� la pel�cula empezamos a caldear, mi
lengua traviesa pronto logr� que ella abriera la boquita para darnos ricos y
apasionados besitos. Mi objetivo eran sus grandes melones y ah� fue a parar una
de mis manos, pero Rebe al sentir mi mano apretando una de sus grandes gl�ndulas
mamarias al momento quit� mi mano diciendo "no, no me toques ah�", la dej� en
paz unos minutos pero seguimos en pleno faje durante el cual intent� meterle
mano a sus grandiosas ubres, pero no, ella protestando "ay, no seas tent�n".

Cuando salimos del cine fue obvio para Rebe que yo estaba
enojado: --"�por qu� vienes tan serio?, te enojaste porque no te deje tocarme?,
yo no se nada de eso, adem�s me haces sentir mal, siento mucha pena, tan gorda
como estoy y tu queriendo manosearme ah�, ni siquiera comprendo c�mo es que
quieres que sea tu novia, soy fea, gorda y con todo esto tan grande...", dijo la
tetona se�alando sus gloriosas mamilas.

--"No digas tonter�as Rebeca, me gustas mucho, para mi no
tienes nada mal, me gustas como est�s, y si te quiero acariciar pues siento que
es algo normal entre novios...

--"Pues si, pero me da mucha pena, me gusta mucho como me
besas, pero cuando me quieres tocar mis senos..., no se..., d�jame pensarlo...",
la dej� en la parada de su autob�s y nos despedimos con un beso.

En la siguiente ida al cine avanzamos bastante. Llev� a La
Tetona a ver una pel�cula caliente, "Cuentos de Canterbury", y la pobre chichona
nom�s pelaba tama�os ojotes con las escenas calientes donde hab�a parejas
haciendo sexo o cachondeandose sabroso. Como no queriendo la abrac� y tomando
una de sus manitas se la llev� delicadamente hasta la protuberancia que formaba
mi erecci�n bajo el pantal�n. Cuando Rebeca sinti� aquello un ligero
estremecimiento recorri� su cuerpo, pero no quit� su mano, m�s bien apret�
aquello como para sentir y comprobar su dureza a�n por encima del pantal�n,
luego acerc� su rostro a mi y en voz muy baja me dijo: "ay, �mira c�mo est�s?,
lo tienes parad�simo chiquito".

Sin soltar su nueva adquisici�n, Rebeca volvi� a pegar la
vista en la pantalla, donde una pareja de campesinos hac�an furiosamente el amor
recostados sobre el pasto, entonces me lanc� al ataque, la apret� m�s a mi y de
manera imperceptible puse mi mano izquierda sobre una de sus chichotas, al darse
cuenta de aquello Rebeca s�lo dej� salir un "huujjjmmm" de su boquita, fue todo.
Ahora si, por fin ten�a en mi mano su teta, grand�sima, ni siquiera pod�a
abarcarla toda con la mano, acariciando por encima de su blusa notaba aquella
carne firme, por efecto del brasier, no importaba, me estaba dando un atrac�n de
chiches fenomenal, la chiquilla se estaba dejando manosear a gusto y por el
ritmo de su respiraci�n se estaba calentando, pero cuando intent� meter mi mano
bajo la blusa y sacarle la teta del chichero, ella me contuvo, con voz bajita me
dijo "ya, ya te dej� hacerlo, ya me agarraste lo que quer�as, ya est�te quieto
que alguien puede vernos...", de mala gana solt� la teta y ella dej� de
acariciarme el pito. Cuando por fin la dej� en la parada de su cami�n, todav�a
nos abrazamos un poquito, le di dos o tres besitos de leng�ita y luego ella
agradecida me dijo: "gracias chiquito, por ser como eres, en el cine te sent�
muy rico, ahora por tu culpa voy a tener sue�os muy raros, ma�ana nos vemos y te
dejo que me toques eso que tanto te gusta"...

El siguiente caldo fue en un parquecito cercano al instituto,
ya era de noche y la Tetona nada renuente se dej� conducir, obediente me sigui�
hasta unos frondosos arbustos, la recargu� en un �rbol y empezamos a fajar, ella
se colg� de mi cuello con sus brazos, nuestras bocas se unieron y mis manitas
empezaron a buscar por d�nde llegar hasta sus senos. En esta ocasi�n Rebeca
llevaba puesta una amplia playera de cuello alto, por arriba no se podr�a meter
mano, pero por la cintura si. Por ello ah� estaban mis manos, buscando por donde
meterse bajo la playera, lentamente le saqu� la orilla de su prenda de la
cintura de la falda y cuando por fin mis manos llegaron a la carne desnuda de su
abultada panza un apagado "huuujjjjummm" de Rebeca fue la se�al de que ella
estaba dispuesta.

Con ambas manos recorr� de abajo hasta arriba de su pecho y
por fin las tuve entre mis manos, sus dos maravillosas chichotas, y mientras
intercambiabamos besos de lengua ya le estaba bajando el sost�n, quer�a sacarle
las tetas y si se pod�a hasta darles unas mamaditas. Ella se percat� de mis
intenciones y suspendiendo el beso intent� detenerme: "no hagas eso, mira que me
vas a romper el brasier", pero nada me detuvo pues logr� sacarle los dos
inmensos melones del sost�n. Ahora pod�a acariciarlos mejor, era incre�ble, pero
con la teta en una mano me percat� de que eran tan grande que cada uno no me
cab�a en la mano.

En cuanto Rebeca sinti� mis manitas sobre sus melonzotes,
empez� a gemir m�s, a calentarse m�s y m�s. Ya su bajo vientre se repegaba a mi
erecci�n tratando de frotar su sexo sobre aquel bulto parado bajo mi pantal�n,
segu� sobando y acariciando sus tetas, ya los enormes pezones estaban erectos,
dur�simos a causa de las caricias de mis dedos. Pero en cuanto intent� subirle
m�s la playera y darle unos besitos en las tetas, la Tetona de inmediato me
contuvo, con ambas manos se cubri� las chiches diciendo: "ay no, eso no!, �c�mo
crees?, ya te dej� hacer tus cosas, pero eso que intentas no debe ser, adem�s
estamos en un lugar p�blico... nos pueden ver, mira ya mejor v�monos".
Suspendimos el faje y ya de camino hacia su cami�n la volv� a abrazar junto a un
poste de luz y le di otra tanda de besos a la vez que la intentaba convencer:
"hummm Rebe, quiero tus tetas, las deseo con ansia, las quiero besar, chupar,
mucho, anda acepta".

--"No papacito, no me pidas eso, yo no se como dices que te
gustan mis senos si estoy tan gorda, los tengo muy gordos, est�n feos y me da
pena que t� los agarres, �qu� no ves c�mo estoy de fea?, adem�s estamos en plena
calle, ya te dije que nos pueden ver...

--"As� me gustas, ya lo sabes, adoro tus tetas, y no s�lo
eso, tengo tantas ganas de hacerte m�a, quiero hacerte el amor. Te deseo
Rebeca...

--"Pero �por qu�?, si estoy tan fea y tan gorda, adem�s nunca
he hecho eso que dices, nunca me he acostado con un hombre. Nunca he estado a
solas con nadie. S�lo de pensarlo me muero de la verg�enza, me morir�a de pena
si me vieras desnuda...

--"Eso no importa, ya te dije que te deseo much�simo, anda
acepta...

--"No, ni siquiera puedo imaginar eso, no sabr�a c�mo. Adem�s
me podr�as embarazar, �te imaginas?...

--"De eso no te preocupes, podr�amos tomar precauciones para
que no te embarazaras, yo te ense�ar�a, lo intentar�mos poco a poco, como un
acto de amor y pasi�n. �Qu� tu no sientes lo mismo que yo?

--"Ni me preguntes, nunca antes me hab�a pasado esto. Yo
tambi�n te deseo, mucho, cuando me abrazas siento aquello que tienes y siento
cosas muy raras, como mucho calor y hasta siento que el aire se me va...

--"Ah� tienes, tambi�n tu lo deseas...

--"Pues si, pero una cosa es que te desee, que nos besemos
rico y hasta que me acaricies, pero de ah� a que lleguemos a acostarnos, hummm,
no, no se. Me sentir�a muy mal despu�s, tal vez cuando me veas desnuda me dejes,
o cuando ya lo hayas logrado lo que quer�as me abandones...

--"No pienses en eso. Yo te quiero mucho y quiero que seas
m�a, que hagamos el amor, muy rico...

--"No lo s�, dejame pensarlo, ma�ana te digo...

Al d�a siguiente al terminar las clases y cuando ya la iba a
dejar en su cami�n, le volv� a preguntar: "�entonces qu� Rebe, aceptas?".

--"Ay chiquito, pens� que ya se te hab�a olvidado eso, no lo
se, es algo tan fuera de lo com�n..., nunca lo he hecho..., ya te dije, pienso
que me doler�a much�simo..., adem�s tan s�lo de pensar en entrar contigo a uno
de esos lugares, me muero de verg�enza, la gente me ver�a entrar contigo...,
imagin� que pensar�an mal de mi..., pienso que cuando llegue a mi casa mis
padres se dar�n cuenta, hasta se me puede ver en la cara lo que acabo de
hacer..., t� a lo mejor sabes m�s, �ya te haz acostado con otras?...

--"No preguntes eso, me gustas t� y lo quiero hacer contigo,
buscar�amos un lugar adecuado y procurar�a que no tuvieras que ver a nadie
cuando entremos al hotel...

--"Hummm, no lo s�..., me pones nerviosa, me siento como en
un predicamento, a lo mejor te r�es de m� cuando me veas encuerada, de lo fea
que soy..., no s�, dej�moslo as� mejor, ya no me preguntes sobre eso, tal vez un
d�a sin pensarlo me animo. Oye por qu� no vamos a pasear por ah� el domingo
pr�ximo...

--"Si claro, podr�amos ir a alguna parte..., o a la mejor
buscamos un lugarcito donde estar solos...

--"No lo se, tal vez, ya no me preguntes nada, t� te dar�s
cuenta si acepto o no.

Al menos hab�a una posibilidad, tal vez el domingo se la
sepultar�a a la tetona, si se confirmaba aquello ten�a yo que ir preparado. Si
�bamos a Chapultepec checar si por ese lugar habr�a un hotelito, la cosa era
agarrar en sus cinco minutos de pendejura a la Tetona y sobres! Tambi�n llevar
algunos condones. Quedamos en vernos en el metro Balderas a las doce, en los
andenes, pero se me hizo tarde, cuando llegu� por fin casi brinca de la emoci�n
la Tetona.

--"Ay pens� que no vendr�as, me entraron unos nervios que no
veas...".

Me sent� junto a ella en una banca, le di un besito y
empezamos a platicar: "mira, no se si tienes conciencia de lo que vamos a
hacer..., para una chica es diferente que para ustedes", dijo ella, entonces
comprend�: la tetona ya estaba decidida a aflojar las nalgas.

--"Quiza no entiendas, nunca lo he hecho, lo juro, para mi
eso es importante, te dar� mi virginidad, ser�s mi primer y no s�..., a lo mejor
mi �nico hombre...

--"Claro que entiendo Rebeca, me har�s el hombre m�s feliz
del mundo si te entregas a mi...

--"Todav�a no estoy segura de aceptar..., prom�teme que no te
burlaras de mi..., promete que si me siento mal y decido no hacerlo
aceptar�s..., promete que si te lo pido s�lo haremos lo que yo pueda,
aceptar�s..., y sobre todo promete que tendr�s paciencia y no me forzar�s a
d�rtelo...

Ya cay�!, me dije, "puedes estar segura que para mi significa
mucho que t� te acuestes conmigo, y sobre todo que no te voy a lastimar, voy a
tratarte con cari�o y amor...".

Ella sonri� y se me qued� viendo con aquellos ojitos como de
borregito condenado al matadero. La tom� de la mano y nos encaminamos a la
salida del Metro, tendr�a que actuar r�pido antes de que la vieja se echara para
atr�s, ojal� que por aqu� cerca haya alg�n hotelito, pens�. Nos encaminamos
hacia el parque de la Ciudadela, paseamos por ah� un rato, le compr� un helado y
cuando reanudamos el paseo lo vi!, si ah� estaba el anhelado anuncio: HOTEL.
Raudo cambi� de direcci�n, ella lo comprendi� y me apret� la mano, casi ten�a
que arrastrarla. En la esquina nos detuvimos a su pedido: "espera, esperate
tantito por favor", mir� hac�a abajo y cuando levant� su mirada me dijo: "te
quiero mucho, nunca te olvides de eso, lo voy a hacer porque te quiero".

Entramos en el hotel y me dirig� a la administraci�n donde
atend�a una vieja malencarada, ped� la habitaci�n y pagu�. La pinche vieja con
mirada severa trataba de escrutar qui�n era la mujer que iba conmigo, Rebeca
siempre mirando a la pared lo evit�. Subimos las escaleras y llegamos al cuarto.

Calma, calma, serenidad y paciencia Sol�n, me dije. Esper� a
que la Tetona regresara del ba�o. La vi encaminarse a mi con pasitos lentos,
sonrojada, nerviosa, hasta que lleg� hasta el peque�o sill�n en que sentado la
esperaba. Hecha un manojo de nervios Rebeca se sent� junto a mi e inmediatamente
iniciamos la sesi�n de besos apasionados. Mi mano rodeaba ya su gruesa cintura y
ella con la respiraci�n agitada segu�a con ansia cada beso, chupaba con pasi�n
la lengua que jugaba dentro de su boca. Minutos despu�s ya su mano apretaba
sobre el pantal�n la protuberancia de mi verga y mi mano desabotonaba uno a uno
los botones de su blusa. Rebeca cooperaba dej�ndome que sacara su blusa abierta
de la orilla de su falda e insist�a en apretar mi verga, comprend� que ya era
hora, se lo pregunt�:

--"�Vamos a la cama?...

Ella sobresaltada me dijo: --"�ya?, �ya lo quieres?..."

--"Podemos jugar un poco, para que te sientas mejor, ah�
estaremos m�s c�modos...

--"Bueno, pero apaga la luz y dejame quitar la ropa yo sola,
esperame aqu�...

Rebeca se dirigi� a la cama y yo enmedio de la penumbra la vi
desnudarse parcialmente y meterse bajo las s�banas. Me llam� "ya puedes venir".
Junto a ella empec� a quitarme la ropa. Ella con atenci�n sigui� cada uno de mis
movimientos hasta que dijo: "ay se ve que lo tienes muy grande!, me vas a
lastimar, �me dejas verlo un poquito?", me acerqu� a ella, Rebeca encendi� la
l�mpara del bur� y en cuanto vio el miembro erecto exclam� "si, lo tienes
demasiado grande, nunca me cabr�!, mejor no!, v�monos!". Evit� que se levantara
de la cama, "espera Rebe, calmate, vamos a jugar, s�lo eso, si no quieres no lo
hacemos, pero algo tienes que hacer con �sto".

--"Es que me da tanto miedo --dijo la Tetona elevando su mano
hasta alcanzar el miembro extendido ante sus ojos-- pero siento tantas ganas,
tengo tantas ganas de agarrarlo, besarlo, de sentirlo en mi sexo..., ven
tantito, dejame acariciarte...", dijo la chichona.

Me coloqu� de pie junto a la cama, justo frente a ella, que
segu�a acostada parcialmente en la cama y que para poder apreciar mejor el
erecto se hab�a enderezado un poco, hasta quedar sentada en la orilla de la
cama, dejando al descubierto parte de su voluminoso cuerpo y aquel enorme
brasier que cubr�a sus monumentales chichotas.

Sin decir palabra con ambas manos se posesion� de la verga,
sus dedos rodearon el lomo del miembro y fascinada miraba como al jalar la piel
del tronco parte del glande se descubr�a.

Aprovech� la fascinaci�n de Rebeca por el erecto miembro para
de forma disimulada bajar los tirantes de su portabustos, y en el momento en que
sus labios se abrieron para posarse sobre la pelada cabezota, mis manos lograron
sacar de su refugio aquellos melones inmensos cuya carne se desbordaba entre mis
dedos al presionar un poco. Era sorprendente, pero lo grandioso de aquellas
ubres era similar al tama�o de sus pezones, inmensos!, casi media chichota
estaba cubierta por aquella carne caf� claro, que terminaba en el curioso chup�n
del pez�n erecto.

Los titubeantes besitos sobre mi dura tranca pronto fueron
transform�ndose. La Tetona casi bufaba y su caliente y agitada respiraci�n me
indicaba que ya estaba ardiendo, pero ella ah�, aferrada a mi verga, besando el
glande con ansia, pero sin dejar que la cabeza penetrara su boquita, presionando
con su mano el lomo e impidi�ndome cualquier movimiento, o estaba sumamente
excitada o de esa forma trataba de impedir que le sambutiera el pito hasta la
garganta, o tal vez las dos cosas.

Pese a ello agarrado a sus tetas las levant� hasta hacer que
mi verga quedara entre ellas, era curioso pero los melones eran tan grandes que
f�cilmente logr� mi cometido, meter entre ellos mi garrote hasta que s�lo la
punta asomaba entre los grandes globos de carne y ahora si, iniciar un suave
vaiv�n, mientras la tetona segu�a chupando como becerrito hambriento la cabeza
amoratada.

Luego de innumerables chupadas logr� sacar la verga de su
boca y hacer que se acostara sobre la cama. Su temerosa mirada fue la se�al de
que ya se acercaba el acto final. Para tranquilizarla me acost� a su lado y la
bes� apasionadamente, acariciando sus tetas fofas e inmensas. Ella respondi� en
el acto y ya su leng�ita se remov�a dentro de mi boca, as�, poco a poco fui
bajando una mano hasta alcanzar su pantaleta, mientras una de mis piernas
trataba de colocarse entre las de ella que manten�a cerradas con fuerza. Como un
�ltimo intento para evitar la cogida.

No obstante ello logr� deslizar el calzonzote por sus gruesas
piernas, baj�ndolo hasta las rodillas y en el momento en que mi boca se
posesion� de uno de sus grandes pezones mi mano izquierda hizo su entrada
triunfal en la entrepierna de la gorda. Por todos los cielos!, la espesa
pelambre de vellos l�cios totalmente empapada de jugos!, los gruesos labios de
la pepa casi chorreaban, era tan grande su panocha que f�cilmente mis dedos
fueron tragados por esa hinchada raja, en ese momento la entrecortada
respiraci�n de la chica se transform� para dejar escapar un largo y profundo
"aaaaaaah!".

Hizo algo m�s, en el momento que su grueso vientre se
arqueaba buscando hacer m�s intensa la caricia de mis dedos en su puchota abri�
las piernas, su pantaleta fue bajando m�s hasta llegar a sus tobillos, le ayud�
a quit�rselas y en ese momento me coloqu� sobre ella, entre sus abiertas
piernas, ella adivin� mis intenciones y un apagado "no...!", se qued� apenas en
un "nnnuujjj", pues acall� sus in�tiles protestas con mi boca.

Ya estaba sobre ella, mi dura verga en la entrada de su
empapado co�o, apenas en la entrada. Ah� la dej�, apenas deslizandola suavemente
sobre la raja, mientras mis manos trataban infructuosamente de abarcar la
inmensidad de aquellas tetas y mi boca se atareaba chupando y succionando la
boquita de la Tetona. Imperceptiblemente ella fue abriendo m�s sus piernas, con
movimientos involuntarios, producto de la calentura que ya sent�a. El pito
cumpl�a con su papel, preparar la penetraci�n, contagiandose de la viscosidad de
aquella carne ardiente, hasta que en momento determinado, solita la cabeza del
garrote fue tragado por la pucha.

Por fin la hab�a penetrado!, todav�a Rebeca trat� de
separarse, pero sus movimientos fueron infructuosos, m�s bien hizo m�s profunda
la penetraci�n, ya la ten�a bien prendida, el tronco hasta la base sumergido en
su apretada vagina, su boca se separ� un momento de la m�a para en apagado
murmullo decir: "no..., toda no...", pero ya no hab�a marcha atr�s.

Tanto ella como yo ard�amos de placer, nuestros cuerpos
fundidos en uno solo vibrando al comp�s de mis arremetidas, lentas pero
acompasadas, fuertes, el miembro yendo desde aquellas profundidades hasta los
abiertos labios vaginales, para de nuevo llenarla por completo. Los apagados
murmullos de la Tetona, cuya pelvis iba al encuentro del miembro que chapaleaba
en el charco ardiente de ese pozo distendido, se intensificaron. De pronto todo
el cuerpo de Rebeca se contrajo para en el momento siguiente un largo
"aaaaahhhh, ya, yaaaa!" fue la se�al de que la gorda se estaba viniendo, segu�
arremetiendo contra ella, sacandole m�s quejidos en tanto que sus manos se
apretaban contra mis nalgas tratando de apremiar la arremetida. La verga sigui�
taladr�ndola, ahora con m�s violencia y fuerza, llev�ndola de nuevo a la cima
del placer. Hasta entonces sent� el apremi� de mi propio placer y recordando que
no me hab�a puesto el cond�n, en el justo momento de la eyaculaci�n saqu� el
pito del co�o para venirme sobre los l�cios vellos largos que poblaban aquella
raja gorda y distendida.

Ambos quedamos como muertos, yo sobre ella, Rebeca con el
cuerpo flojo y los ojos cerrados, mi verga en los �ltimos estremecimientos del
coito, luego adormilados nos cobijamos bajo las s�banas. Hasta entonces ca� en
cuenta que cogerme a la chichona no hab�a costado ning�n trabajo, no hubo ning�n
obst�culo a la penetraci�n, la chica o ten�a un himen sumamente el�stico o de
plano carec�a de �l. No importaba ya, la hab�a pose�do plenamente, haci�ndola
gozar al m�ximo.

Casi media hora despu�s ella se levant� para ir al ba�o,
luego se meti� de nuevo a la cama, para abrazarme y propinarme besitos amorosos
en la cara diciendo con voz baja: "ya soy tuya, te di mi virgo, todo, todo para
ti chiquito lindo", no quise sacarla de su error, m�s bien sonre� y respond� a
sus caricias, pues la tetona ya buscaba con mano ansiosa mi adormilada verga.
Luego de media hora de caricias el miembro estaba listo de nuevo, ahora me la
cog� de patitas arriba, as� pude disfrutar del incre�ble espect�culo de mi verga
entrando y saliendo de aquella extraordinaria raja, los labios menores
distendidos apresando entre ellos el �mbolo de dura carne, los jugos pringosos
que empapaban el tronco y lo hac�an brillar, la ardiente calidez de aquella
cavidad carnosa y el sabroso palpitar del canal vaginal al momento de que ella
se ven�a, fue una cogida suave y tierna, pero no menos sabrosa y placentera.
Ahora si me vine dentro de ella, pues con el miembro bien provisto del cond�n
pude hacerla gozar con los estremecimientos del miembro en el momento de la
eyaculaci�n. Aquella tarde se saqu� a la gorda m�s de media docena de orgasmos y
ella me sac� suficiente leche para dejar adolorida mi verga.

Cuando salimos del hotel ambos �bamos felices y satisfechos,
pero silenciosos, cada uno sumido en sus propios pensamientos, los m�os
maquinaban nuevas y m�s ricas formas de cogerme a la gordita, los de ella quien
sabe, pero iba contenta, m�s amorosa que nunca.

Sobra decir que la Tetona se convirti� a lo largo de siete
meses en mi culo de planta. Ella por su parte puso sus empe�os para tenerme
contento y disponible, siempre listo para llenar los huecos de su cuerpo con
miembro. Hasta baj� de peso!, sus dietas la hicieron bajar algunos kilos, no los
suficientes, pero se ve�a mejor, m�s suculenta.

Por mi parte la convert� en una lujuriosa mujer, siempre
dispuesta a mis m�s extravagantes antojos sexuales. As�, un domingo le romp� el
ano, ese s� al parecer virgen. Entre lastimeros quejidos, primero, y gritos de
placer, despu�s, le ense�� los placeres anales. Todo iba de maravilla, ten�a
verija y nalga gratis, hasta que sucedi� aquello.

Una noche la urgente llamada telef�nica de Rebe me sac� de
mis sue�os. El �ltimo domingo alguien de su familia nos hab�a visto salir de un
hotel. Era una t�a suya, que luego de recriminarle su amoral comportamiento la
oblig� a contarle los pormenores de nuestra relaci�n. La pinche vieja esa la
amenaz� con que si no pon�a fin a nuestros encuentros sexuales la denunciar�a
con sus padres, salvo que aceptara yo casarme lo m�s pronto posible. Si, como
no!, no se lo dije as�, sino m�s bien que tratar�amos de solucionar ese grave
problema.

As� poco a poco me fui distanciando de la Tetona, pues una
cosa era cogerme a ese mar de grasa de enormes chiches, que encadenar mi vida a
esa mujer, a quien por lo dem�s no amaba. Rebeca adivin� mis intensiones y
tratando de retenerme emple� las m�s diversas estrategias, llamadas telef�nicas
y visitas sorpresa a mi casa, pero no logr� nada, s�lo que el rompimiento fuera
m�s doloroso, para ella. Con todo, todav�a disfrutamos de algunos ricos
encuentros sexuales, hasta que definitivamente nos alejamos para siempre.

Nota.- El anterior relato es ver�dico, hasta en el nombre de
la chica, s�lo que sucedi� hace mucho tiempo. En noviembre de 1999, cenando en
un caf� me volv� a encontrar a Rebeca, era mesera. Lo sorprendente fue que ya no
estaba gorda, al menos se hab�a quitado 20 kilos de encima, eso si, se ve�a muy
rica, atractiva, y aunque intercambiamos n�meros telef�nicos nunca pudimos
volver a estar juntos, entre otras cosas porque, seg�n me cont� en una de sus
llamadas, estaba metida en un l�o amoroso con el gerente de ese restaurante.

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