No hab�a visto a Doris desde aquel d�a, hab�an pasado casi 2 semanas, y, aun me masturbaba pensando en Doris, su culo y el caj�n de las bragas... Hab�a empezado la �poca invernal del a�o ya acerc�ndonos a diciembre y el final de mi ultimo curso en el colegio estaba cerca, ex�menes, trabajos y otras cosas me manten�an ocupado, pero cada vez que lluvia pensaba en Doris.
A mis padres tambi�n se les hacia raro no ver a Doris, ya que eran muy cercanos y sol�an verse casi a diario, y cuando la buscaban en su casa ella no estaba... Algo extra�a la situacion pues ella no acostumbraba salir mucho.. Una tarde Doris se presento en mi casa, estuvo charlando con mis padres toda la tarde, llegada la noche ellos ten�an un compromiso as� que a eso de las 6 salieron, Doris dijo que deb�a pedirme un paraguas que me hab�a prestado, mi padre enfadado le pidi� que esperara para entregarlo supongo que tenia intenci�n de re�irme, a lo que Doris insisti� no era necesario ella misma me lo pedir�a, que ellos salieran para no llegar tarde, as� fue... Mis padres salieron y Doris se dirigi� a mi habitaci�n.
Yo me encontraba en mi habitaci�n estudiando para las finales, escuchando m�sica y no me hab�a dado cuenta de la presencia de Doris en la casa, Doris hab�a aprovechado para pasar al lavado, y arreglarse un poco el maquillaje y el cabello. Escuch� que llamaban a la puerta. As� que me levante del escritorio, sin mucho animo de que me molestaran y cuando abr� la puerta, ah� estaba, la se�ora Doris, la raz�n de mis pajas durante las ultimas semanas, la mujer a la que hab�a nalgeado y castigado en su propia casa, a la que hab�a penetrado en su propia cocina.
Yo: Doris. Dije con sorpresa.
Doris: ni�o Mkerkel, Perd�n, Se�or Merkel. Dijo ella dejando entre ver una sonrisa un poco malevola a mi parecer.
Pensaba que ya estaba, que estaba frito, hab�a ido a buscarme para denunciarme, encarcelarme por violaci�n o algo as�, mi mente de 15 a�os armo una tremenda pelicula de miedo sin saber que lo que se venia era una porno como mandan.
Doris: vine por el paraguas, nunca me lo regresaste, pas� algo?
Yo solo pens�... El paraguas?, vino hasta aqu� solo por un paraguas?
Yo: ok.
Tenia el dichoso paraguas, bajo el escritorio, me agache a sacarlo, mientras Doris echaba un ojo por mi habitaci�n, y, me alababa por el orden, mientras yo solo asent�a, le pase lo antes posible el paraguas, y mir�ndola a los ojos le agradec� el favor, a lo que ella solo respondi� con u ok, Nos quedamos viendo un momento con ganas de decir algo mas, aunque ninguno se atrev�a, hasta que ella rompi� el silencio.
Doris: por que no volviste?
Yo: a donde?. Respond� extra�ado por la pregunta.
Doris: a mi casa, por que no has vuelto?.
Yo: Disculpa, e estado usando el paraguas estos d�as.
Doris: no lo digo por el paraguas, dijo en voz muy baja mientras se mordi� el labio inferior muy despacio.
Yo: Doris, lo que paso el otro d�a... Disculpeme, me... Deje... Llevar, lo siento mucho, no quer�a irrespetarla.
Doris: No te disculpes, yo me porte muy mal contigo y mereci� que me castigar�.
Yo me hab�a quedado con cara de "no me lo puedo creer".
Doris: ademas la forma en la que te eche de mi casa despu�s de que me castigar� fue una groser�a. as�, que creo que me vas a tener que castigar de nuevo.
Dec�a Doris mientras se acercaba a mi.
Copmo estaba en mi habitacion estudiando, cpn las ventanas cerras, las cortinas corridas y a puerta cerrada, solo llevaba unos boxer, y una camiseta. Mientras Doris, como siempre, vestia de una manera elegantes, llevaba; zapatos de tac�n negros, que la hac�an lucir un poco mas alta, medias veladas negras, ( que en lo personal, me encantaba desgarrarle con los dientes cuando lo hac�amos), un falda negra que le llegaba mas abajo de las rodillas, tan apretada que dibujaba su enorme trasero XXL,, unos calzones a juego, negros de encaje, una camisa blanca que faja dentro de su falda, no era escotado, escond�a muy bien sus senos, que aunque no eran enormes, eran lo suficientemente grandes para sobresalir de su camisa, un collar de plata con si inicia, que luego usuaria para cabalgarla. Todo a juego con una hermosa piel blanquecina y un cabello negro con algunas canas ya plateadas, 55 a�os de pura clase, no hab�a mujer mas recatada y altruista, deseada por casi todos, fiel hasta la medula (o eso cre�an).
Doris: T� eres el �nico hombre, que puede poseerme, ya ni mi marido puede, no quiero a nadie mas en mi vida.
Me hab�a quedado con la boca abierta, no me lo cre�a.
Yo: entonces, ahora eres mia.
Doris: tuya y de nadie mas.
Me acerque a ella, mientras la tomaba de la cintura, la pegue a mi verga intentando penetrarla a trav�s de la tela.
Yo: te har�a el amor aqu� mismo si no estuvieran mis padres.
Doris: que buena suerte, tus padres acaban de salir.
Yo: entonces, no perdamos el tiempo, te quiero hacer mi ya!.
Doris: ya lo hicimos en mi cocina, que te parece si ahora lo hacemos en la tuya?.
Yo: No, hoy te quiero hacer el amor, aqu�, en mi habitaci�n, quiero que seas la primera mujer sobre mi cama. Aunque ya me hab�a comido a un par de amigas en mi cama, era la primera vez que iba a tener una mujer de ese calibre.
Doris: estrenemos tu cama mi vida.
La tome del cuello y la bes�, era la primera vez que nos basamos, mientras con mis mano, bajaba el cierre de su falda, esa maldita falda que tenia atrapado mis dos pedazos de carne favoritos, ese tremendo culo gigantesco que me hizo perder la cabeza muchas veces. Bajando su falda lentamente sin bajarle el calz�n, que me fascinaba verle modelar ropa interior frente a mi. Le apretaba sus carnes mientras ya le tenia media lengua metida en la boca. Doris no sabia besar muy bien, de hecho no sabia besar, asi que cuando sinti� mi lengua se aparto un poco, mir�ndome, un poco confundida.
Yo: ahora eres mia Doris, y vas a hacer las cosas a mi manera, como a mi me gustan.
Doris: como ordene amo Merkel, soy suya, h�game lo que quiera y como usted quiera.
Doris no opuso mas resistencia a ser besada y me dejaba introducirle mi lengua tanto como yo quer�a y ahora sacaba su lengua para juguetear con la mia, le hab�a encontrado el gusto, mientras levantaba sus piernas para quitarse por completo la falda, mire por primera vez tu pubis, cubierto por los calzones de encaje, tenia que subir un poco su camisa para poder verla, bien, era un espect�culo, su piel era aun mas blanca y no hab�a se�al de bello p�bico.
Doris: me he rasurado antes, te gusta?m
Yo: me encanta.
Doris me arrastra hasta la cama, mientras intentaba quitarse la camisa, yo la ayudaba a desabrocharse, la detuve antes de que se la quitara por completo, Doris sube mi camisa y besa mi pecho, que no era muy marcado, pero debido a mis practicas de karate se notaba mas duro, le encantaba morderme el pecho y lamer mi abdomen, alguna veces llevaba alg�n dulce liquido o chocolate para untar. La empuje sobre la cama y me fui directo a sus pechos, no llevaba sost�n, as� que sus senos quedaban libres, se mov�an de una forma espectacular, blancos, blandos, grandes, con aureolas totalmente rosas, las mas grandes que e visto, un pez�n largo, redondo, su seno izquierdo tenia un lunar en forma de luna, muy curioso, me encantaba, desde ese d�a le llame luna, a Doris en frente de la gente, era como nuestra broma personal, mientras besaba sus pechos apasionadamente, con una mano libre le masturbaba su sexo, sobre la tela del calz�n, y con la otra le sosten�a sus manos sobre la cabeza, me excitaba saber que ella no pod�a tocarme, aunque lo intentaba, gemia con fuerza, no era una mujer de quedarse con las ganas, le gustaba expresarse y que supieran que la estaban amando, que se la estaba comiendo, la sutileza nunca fue lo suyo.
Yo: Doris, no gima tan duro, que se enteran.
Doris: que se enteren mi vida que me vuelves una puta, que me haces gozar como nunca.
Yo: pues si quieres gozar, entonces te voy a ense�ar lo que es gozar.
Solt� sus manos, me desprendi de sus hermosos senos y bajando un poco, me puse a la altura de su sexo. Me encantaban sus bragas, ol�a delicioso, a mujer, a sexo, sobre sus bragas le mande el primer lenguetazo, mientras ella me miraba con los ojos desorbitados, luego el segundo y el tercero, volv� a mirarla, Doris no entend�a lo que hacia, decid�, correr el calz�n y buscarle el cl�toris, a esa altura ya lo tenia en punta, as� que le pase la lengua sobre su enorme cl�toris y ella lanz� un gemido, bastante fuerte, si mis padres estuvieran se habr�an enterado, me lleve su cl�toris a la boca, mientras ella retorcida de placer.
Doris: nunca me habia hecho esto amo Merkel, es fantastico, ahhhh!!! ... Me corro, me corro.
Doris acababa de soltar un largo chorro de fluidos que dejo empapada mi cama, despu�s de quien se corriera, sub� hasta su boca besando todo su cuerpo, su ombligo, su abdomen, sus pechos, su cuello y sus labios, d�ndole un largo beso, la acomode recostada contra la cabecera de la cama y me acomode entre sus piernas, quit�ndome el boxer y masturbandome con la vista preciosa de su vagina brillante y abierta, a mi disposici�n, mientras Doris miraba agotada, que aun no hab�amos terminado.
Doris: me encanta tu verga Merkel.
Yo: a mi me encanta tu cuca Doris.
Doris: estoy hambrienta de verga mi rey.
Yo: d�jame calmar tu hambre.
Esta ves Doris estaba empapada y mi verga entro mas facial a su concha, que se sent�a hirviendo dentro, mientras la penetraba una y otra vez, ella gemia tan duro que sabia que se escuchaba hasta la calle, por suerte estaba lloviendo y nadie pasar�a por la casa, aunque tampoco escuchariamos entrar a nadie, sabia que mis padres tardar�an en llegar o vendr�an al d�a siguiente, as� que dejaba que Doris gritara cuanto quisiera, y para ser honesto me encantaban los gritos de Doris, que no tardo mucho en correrse un par de veces mas, me hab�a vuelto adicto a Doris, no pod�a parar de penetrarla, mientras le com�a la boca, y le apretaba los senos, que se parec�an mas grandes mientras se mov�an por las embestidas...
Luego de dos horas ca�mos rendidos, a los 10 minutos nos levantamos ella se puso una de mis camisetas mientras yo tomaba una ducha, Doris fue a la cocina y preparo algo para cenar, pues mis padres no llegar�an hasta el otro d�a. Doris termino de preparar la cena y entro a la ducha conmigo, al verla entrar y volverse a desnudar tuve otra erecci�n, que se hacia mayor mientras ve�a como el agua caia sobre su gran cuerpo, sus senos blancos y rosados, y el lunar de luna, nos basamos nuevamente, Doris sonre�a alegremente.
Doris: es lo mejor que me a pasado en la vida se�or Merkel.
Yo: es el mejor polvo que e tenido esta semana Doris.
Doris: solo esta semana?.
Sonrei juguet�n y le gui�ando un ojo.
Yo: Doris, es usted una mujer espectacular.
Doris: yo soy tu mujer, soy para t� cuando tu lo quieras y no tienes que pedirlo.
Yo: te quiero aqu� mismo, ahora mismo.
Doris: Tomame, Tomame cuanto quieras, que para eso soy tuya.
Le di la vuelta y la incline contra la pared de la ducha mientras le caia de golpe el agua de la ducha en el culo gigante y la volv� a penetrar, como la primera vez, tan feroz mente y r�pidamente que no tard�bamos en corrernos.
Luego de la ducha cenamos, nos sentamos a ver una pel�cula de la tele hasta tarde, besandonos varias veces, esa noche se quedo Doris a dormir conmigo, pues ni mis padres ni su esposo estaban. Salimos juntos en la ma�ana Doris a su casa y yo al colegio, no sin antes echarnos un polvo ma�anero y otros dos en la ducha.
Todo con la excusa del paraguas que al final no se llevo, dej�ndolo junto con los calzones de encaje negro, que quedo como mi trofeo, el primero de muchos.

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