Relato: La Profeta. Desde que era ni�o siempre me hab�a gustado la historia; ya s� que esto es algo muy extra�o pero as� es, ignoro cu�l sea la raz�n pero desde que tengo uso de raz�n siempre me encanto leer acerca de hechos hist�ricos y cuando fui creciendo este gusto fue aumentando hasta convertirse en una autentica pasi�n. Como es l�gico de suponer esta materia jam�s supuso ning�n problema en la escuela y casi siempre la exentaba. Cuando llego el turno de elegir una carrera universitaria me decante por ser historiador; esto ten�a una doble l�gica, por una parte no era una carrera muy saturada y me resultaba muy f�cil obtener un lugar en esa carrera adem�s de que al no haber muchos estudiantes la competencia en un futuro seria menor y lo que era m�s importante: Me encantaba esa materia as� que por donde lo viera mi decisi�n era la correcta.
Entre a la carrera y todo me fue muy bien, pronto comenc� a ser un alumno destacado y todo era miel sobre hojuelas. Paso el tiempo y por fin llego el momento de hacer mi tesis, yo ten�a pensado hablar en mi tesis acerca de la religi�n y su historia atreves de los siglos y de c�mo de una religi�n se van formando sectas. Una parte fundamental de mi tesis era que deb�a de recabar datos acerca de alguna secta y la mejor forma de hacerlo era visitando alg�n lugar de reuni�n de alguna de las muchas sectas protestantes que florec�an en el pa�s. Yo sab�a que en estos lugares miran con recelo a los nuevos as� que para recabar mis datos de primera mano y de una forma m�s eficiente decid� hacerme pasar como uno de los muchos infelices que buscan consuelo y gu�a en uno de estos lugares. Por suerte no muy lejos de mi casa hab�a un lugar en donde se reun�a una de estas �nuevas� religiones y sin dudarlo mucho un d�a me presente en el lugar y casi sin propon�rmelo ya estaba adentro de lo que llamaban �templo�; y lo digo de forma sarc�stica por que aquello era un simple patio grande y techado con un improvisado estrado donde estaban una bocinas y un micr�fono; una multitud de sillas completaban el mobiliario. Al entrar vi que el lugar aparec�a semi lleno; hab�a muchas personas, en su mayor�a mujeres con ni�os peque�os y ancianos. Me acomode en una silla y por suerte a nadie le pareci� importar mi presencia. Tras unos minutos de espera entro un tipo y se subi� al estrado y prendi� el micr�fono, sin m�s comenz� a hablar con una voz aguardentosa y desagradable; aquel sujeto era el pastor, era un hombre moreno, canoso, bajito, gordo y con una aura de antipat�a que inundaba todo el lugar, de solo verlo me cay� mal y al o�rlo hablar aquel desprecio creci� aun mas.
No voy a atormentar al lector con la sarta de idioteces que dijo aquel sujeto, solo dir� que era el discurso normal de cualquier pastor y que estos acostumbran usar para engatusar y embaucar a los ilusos. Ese d�a termino y en verdad estuve a punto de no volver pero deb�a de hacerlo; la calidad de mi tesis depend�a de que tomara la mayor cantidad de datos de ese tipo de lugares y era fundamental de que asistiera a �l �templo� por unos d�as m�s. Hubo pocas cosas agradables esos d�as mientras fui a los servicios religiosos, eran siempre los mismos sermones est�pidos, las mismas y m�s que dudosas curaciones �milagrosas� y las mismas canciones y canticos rid�culos; hice uso de toda mi paciencia con tal de recabar la mayor cantidad de datos antes de irme de ese lugar para no volver. Solo hubo un hecho destacado en esos d�as. Una vez y antes de que el pastor hablara mis ojos se clavaron en una mujer que aparec�a a su lado, era una mujer bajita de estatura, de piel morena clara, ojos negros, cabello negro y lacio el cual le ca�a por la espalda, su rostro redondo ten�a algunas arrugas marcadas y aun as� me parec�a que tendr�a a lo mucho unos cuarenta y tantos a�os aunque puede que tuviera unos cincuenta a�os; su estampa no era muy atractiva aunque parec�a ser delgada pero como digo distaba de ser objeto de deseo sexual, hab�a algo en su mirada que me indicaba que era una persona inteligente, despierta y sagaz, no s� porque pero hab�a algo en esa mujer que me agradaba. Pasaron unos d�as y me entere que era esposa del pastor, se llamaba Gabriela pero todos en la congregaci�n le dec�an la pastora Gabi o la profeta Gabi; a m� me parec�an rid�culos aquellos t�tulos pero a los feligreses parec�a que les causaba un hondo respeto. Un d�a y cuando ya hab�a terminado mi toma de datos llegue al servicio, el lugar lucia lleno y me acomode en el �nico lugar vacio que hab�a que era en la parte de atr�s. Me sent� y espere a que llegara el pinche pastor. Entonces una sensaci�n me saco de mis pensamientos, sent� que alguien me miraba y al voltear note que a mi lado estaba Gabi, la esposa del pastor, la mujer me sonri� y me saludo; as� comenz� una pl�tica muy agradable, la mujer era muy simp�tica, afable, con una inteligencia punzante que ya hubiera querido para m�; en resumen que era todo lo contrario al puto de su esposo. Cuando en la pl�tica que ten�amos surgi� el nombre de su marido ella hizo un gesto de odio y dijo: ��Mhhh! �ese cerdo, es un cabron machista! �No has visto como me trata enfrente de todos? Lo odio, nada mas estoy junto a el por qu� vivo bien a su lado�Bueno, bien econ�micamente, es un puerco, si supieras lo que me hace.� Yo la mire extra�ado, �a qu� chingaos se refer�a con eso de lo que le hac�a? Sin embargo y como soy un chico muy educado no ahonde en ese tema, pronto el pastor subi� al estrado y comenz� a predicar, se me hizo raro que Gabi no se despidiera de mi pues era l�gico que su marido la buscara para tenerla a su lado ya que eso era lo que siempre pasaba. Pero no fue as�, durante la predica que duro cerca de una hora la mujer se quedo sentada a mi lado y de cuando en cuando hablaba conmigo de algunas cosas comentando sarc�sticamente acerca de las predicas de su esposo. Cuando le pregunte si no tem�a que su marido la viera junto a mi ella sonri�: ��Ayyy hijo, eres un amor! Pero no te apures, mi marido es un pinche borracho, m�ralo m�s detenidamente y te dar�s cuenta de que viene bien pedo; se tomo varias cervezas antes de venir al servicio; de seguro al rato y cuando termine de hacer su programa de radio se va a ir de farra con sus amigotes, �No le da verg�enza al muy c�nico! Salir en radio bien borracho y diciendo tarugadas.�
Yo al principio no entend� pero me explico que su marido ten�a todos los domingos un programa de radio en una estaci�n local; el programa era a la medianoche por lo cual el pastor (que era un vicioso y un alcoh�lico) acostumbraba aprovecharlo para irse de parranda una vez terminado su programa. Yo escuche con atenci�n las quejas de Gabi acerca de su esposo, mientras su marido predicaba furiosamente contra el pecado y se ve�a claramente que estaba ebrio. Gabi pronto dejo de hacer caso a las predicas del pastor y se puso a platicar conmigo; termino el serm�n y empezaron los canticos y alabanzas, aqu� todo era ruido, m�sica, gritos y bailes idiotas. Gabi compart�a mis opiniones asi que se levanto y me indico que la siguiera a la parte de afuera del templo, nadie noto que nos salimos pues todos estaban extasiados con las alabanzas. Una vez afuera la mujer me sonri� por en�sima vez y note en su rostro el agradecimiento que sent�a hacia m� por haberla escuchado, no s� porque pero al mirarla mejor me pareci� m�s atractiva, me ca�a bien y yo a ella. Pronto le cont� cosas de mi y cuando se entero que era un estudiante y que estaba ah� solo para recopilar datos ella no solo no se molesto por mi confesi�n sino que hasta le dio gusto, me dijo: ��Vaya, ya dec�a yo que eras un buen chico! Me parec�a incre�ble que tu estuvieras en este lugar porque creyeras en la sarta de tonter�as que predica mi esposo, no cabe duda que eres un chico muy inteligente� Acaricio mi hombro y yo le sonre�. La pl�tica sigui� y me conto muchas cosas sobre ella, me dijo su edad (ten�a 56 a�os) me conto que deseaba con toda su alma dejar a su esposo y buscar un nuevo futuro; yo la anime y la consol� pues las lagrimas amenazaban sal�rsele de sus ojos; ella agradeci� mi gesto y me dijo: ��Eres un amor! De seguro eres el consentido de tu mama, ser�a imposible que una mama no quisiera un hijo como t�, as� bien lindo, serio y estudioso como t�� Yo negu� con la cabeza pues sent� que aquello no era verdad.
Casi sin darnos cuenta empez� a anochecer, aquel era mi �ltimo d�a en que iba a asistir a ese lugar, ya ten�a datos suficientes para mi tesis as� que no tenia caso seguir viniendo al culto. Me desped� de Gabi y ella supo que yo no volver�a. Fue una despedida c�lida y amistosa, me di la media vuelta y me eche a caminar. Como mi casa no quedaba lejos pod�a irme caminando del templo a mi casa; ya hab�a caminado una cuadra y media cuando una camioneta se freno justo a mi lado, yo me asuste pues al o�r ese ruido pens� que quien iba a dentro del veh�culo iba a bajar y me iba a asaltar pero no fue as�, abrieron el vidrio y vi que era Gabi, ella venia conduciendo al parecer sola, me animo a subir a la camioneta y no s� por qu� obedec� sin rechistar. Una vez adentro la mujer arranco el veh�culo y nos dirigimos a gran velocidad a una gran avenida que quedaba cerca; durante varios minutos Gabi no me dijo nada y yo no me atrev� a hablar; pronto llegamos a la avenida y al llegar al primer sem�foro nos detuvimos y empez� a hablar, me miro con ojos suplicantes y dijo: �Tu eres el �nico que puede ayudarme, eres la �nica persona que conozco y en la que confi�, quiero que me ayudes a vengarme del puerco de mi marido; el no est� en casa, ahora va rumbo a la estaci�n de radio para hacer su est�pido programa, quiero que vengas a mi casa conmigo para que me ayudes a ponerle los cuernos.� Yo la mire boquiabierto, no solo era el hecho de que me estuviera pidiendo eso sino que adem�s de todo ella pues�no me resultaba muy atractiva�La mujer me miro y se dio cuenta de mis dudas, pens� que se molestar�a y que me echar�a de su camioneta pero fue todo lo contrario, me sonri� y me dijo: � Yo s� que eres un ni�o bueno, por eso mismo te lo pido, no quiero hacerlo con un viejo sucio y ma�oso ni con alg�n joven que este todo loco y que sea malo; adem�s yo intuyo que tu eres m�s travieso de lo que aparentas, no s�, tengo ese presentimiento.� Ella sonri� traviesamente y yo asent� con la cabeza de forma torpe.
Gabi se dio por satisfecha y tomo ese gesto como un s�; sin m�s arranco la camioneta y fuimos rumbo a su casa, durante el camino me fue contando todas las cochinadas que su esposo le hac�a: �El muy cochino me obliga a chuparle su pene y lo tiene bien sucio y apestoso, �puaajjj! Y luego quiere que le bese el hocico cuando le apesta y aparte, le encanta escupirme en la boca, quiere que compartamos la saliva, �Ajjjjj! Casi me hace vomitar y lo que si nunca jam�s le he permitido es que �l quiere que le chupe su verga despu�s de hacerme sexo anal; �Ves como te digo que es un malnacido?� Yo solo asent�a con la cabeza, yo me preguntaba qu� diablos estaba haciendo, iba rumbo a la casa de una se�ora que pod�a ser mi mama para tener sexo con ella�lo peor es que no me atra�a demasiado pero no hab�a manera de dar marcha atr�s as� que trate de verle el lado bueno a la situaci�n, despu�s de todo no todos los d�as uno encontraba un co�o tan dispuesto a coger.
Llegamos a su casa la cual era grande aunque parec�a que aun hab�a obras en ella. Entramos Y sin m�s Gabi fue a la cocina, regreso a la sala donde yo estaba sentado y me ofreci� un vaso de refresco, yo lo agradec� y ella se volvi� a excusar, se fue a otra habitaci�n y me quede ah� sentado esperando; pasaron unos minutos y ella volvi�, con una se�a me indico que la siguiera, yo la obedec� y pronto entramos a una habitaci�n, era la cama donde dorm�a con su esposo, era una cama matrimonial y la habitaci�n lucia limpia y pulcramente ordenada. Gabi me indico que me sentara en la cama y entonces note que tra�a algo en su mano, era un sobre color met�lico; �era un cond�n! La mujer noto que me hab�a dado cuenta y me dijo: �Lo siento, tengo prisa y no porque mi marido vaya a regresar, no es por eso, tengo prisa porque ya quiero que me cojas.� Entonces Gabi se comenz� a quitar la ropa, tra�a puesto un vestido largo y color negro y aparte tra�a puesto un su�ter de esos de abuelita; pues bien cuando se quito el vestido me quede boquiabierto, de hecho casi me desmayo; �Puta madre! La mujer estaba muy buena, era m�s delgada de lo que supon�a, su cintura lucia breve pero lo que m�s me impresiono fueron sus caderas �Eran incre�bles! �Que ni que colombianas o caribe�as o venezolanas o rumberas! �Esas si eran nalgas las que tenia Gabi! Vi�ndola as� tenia cuerpo de viol�n, y aparte de todo y como aderezo lucia una tanga de encaje color negro que contrastaba con lo blanco de su piel. La mujer sonri� y dijo: ��Te gusto, ni�o�� Le dije: ��Si se�ora, usted est� muy buena� Ella se acerco a m� y comenz� a desabotonar mi pantal�n y me dijo: �No me digas se�ora, dime Gabi o si quieres dime puta; tu si puedes decirme as�, en tus labios es un halago no como en los de mi marido.� Yo estaba muy excitado, ya ten�a la verga bien parada y la mujer me quito el pantal�n y los b�xers y al ver mi verga as� de dura sonri� y dijo: ��que buen pito tienes, ni�o! Lo tienes bien venudo y prieto, �y mira que grueso! La vamos a pasar muy bien, de mi cuenta corre� Y sin m�s comenz� a mamar, lo hac�a como si la vida le fuera en ello, lamio todo mi tronco y al llegar a mis huevos los lamio y los chupo, yo cerr� mis ojos y grite pues nunca nadie me hab�a hecho eso; ella se rio y dijo: ��Lo siento chiquito pero no pude aguantarme! Ya quiero exprimir tus huevotes, se ve que ah� adentro hay mucha lechita.� Ella sigui� chupando mi pito, le costaba trabajo meterlo muy adentro de su boca pues lo tengo grueso. Entonces de pronto dejo de mamarlo y saco el cond�n, me lo puso con su boca y me miro, dijo: �Lo siento bebe, pero ya necesito cogerte, me voy a poner encima de ti y me voy a dar sentones muy duros, �crees poder aguantar?� Yo le dije que s� y la mujer sin dudarlo se subi� encima de m� y se dejo caer sobre mi verga, me excite much�simo al ver como mi verga era devorada por la tremenda puchota peluda de Gabi, a pesar de que mi verga es gruesa y cabezona literalmente ese co�o se trago por entero mi pene.
Una vez que lo tuvo todo adentro Gabi grito de placer y comenz� a darse sentones, ella no se midi�, desde el principio lo hizo con fuerza, eran sentones duros, parec�a como si deseara quedarse con mi pito ah� adentro de su panochon. Yo estaba extasiado, era cierto que no ten�a el co�o muy apretado pero aun as� se sent�a incre�ble, yo estaba en mera gloria; o�a como sus nalgotas chocaban contra mi cuerpo y no pude resistirlo, las agarre con mis manos y las apret� a placer, estaban bastante firmes para la edad que tenia Gabi; ella gritaba a cada momento que se clavaba mi verga: ��Aghhhh, ahhhhhh, ni�o, as� dame, que rica verga tienes, hazme olvidar al puto del pastor!� Entonces ah� yo mov� mis caderas hacia arriba y arremet� con fuerza contra el co�o de Gabi, la mujer comenz� a gritar como loca, se escuchaba el choque de mis huevos contra la pucha de Gabi y entonces ella grito como pose�da, al parecer se hab�a venido; ella se repuso y se rio, se bajo de mi y se puso en cuatro, me dijo: ��Ni�o, coges bien rico, ahora dame as�, dame como a una perra.� Meneo sus nalgotas anim�ndome a que la cogiera, yo ni tardo ni perezoso me puse detr�s de ella y sin dudarlo le met� mi chile de un solo golpe y hasta el fondo, la mujer grito de placer y yo la tome por la cintura y comenc� a bombear, le dije: ��Mhhhhh, se�ora, tiene unas nalgotas incre�bles, usted es una yegua, una yegua en celo� Ella sonri� y me volteo a ver, me dijo: ��Y tu eres un potro en brama! �T�mame, hazme tuya, jodeme como si quisieras pre�arme!� Yo enloquec� y comenc� a penetrarla como si estuviera pose�do, se o�an nuestros cuerpos chocar, yo sudaba y sudaba y la buenota de Gabi no dejaba de gemir y de gritar; por fin la tome de su larga y negra cabellera y la comenc� a joder como si ella fuera mi yegua, como si la estuviera montando, le di varias nalgadas duras, le dije� �Toma puta, toma, goza de mi pinche verga, disfrutala puta de mi verga!� Ella solo gritaba y gozaba, me dijo: ��si dame, soy tu ramera, soy la madre de las mil rameras, hazme tuya!� Aquello era un pasaje de la biblia seg�n recordaba y le di varias nalgadas, le dije: ��Puta blasfema! �Toma, toma!� Ella grito y se rio: ��Jajajaja, es verdad, soy bien putota!, la �nica forma que se me va a quitar es que me cojas a diario, �quieres?� Yo asent� con la cabeza y la segu� jodiendo con fuerza, despu�s de unos minutos me detuvo y me dijo: �Espera ni�o, quiero que me cojas por el culo, mi marido acostumbra solo cogerme por ah� y el muy cabron siempre termina adentro de mi ano, y en los d�as siguientes ando cagando su pinche semen, quiero que ahora tu me des verga por el ano y que termines adentro de mi, necesito que tu dulce y lindo semen limpie y purifique mi agujero de la asquerosa suciedad de mi marido, �lo har�as por mi?�
Yo por supuesto que acepte, era cierto que jam�s lo hab�a hecho por ah� y por tanto mi experiencia era nula, es m�s, ni siquiera el sexo anal formaba parte de mis fantas�as pues me parec�a algo muy rudo y sucio pero por otra parte, �Qui�n era yo para negarle a Gabi ese placer? Me quite el cond�n y apunte mi pene a su ano y con cuidado se lo fui metiendo; debo de decir que me cost� algo de trabajo pero m�s por mi inexperiencia pues Gabi bien que me ayudo a hacerlo abriendo sus tremendas nalgas y relaj�ndose. Una vez adentro apenas si me pude mover pues estaba muy apretado, casi sent� que me estaba exprimiendo el pito con su ano, yo estaba sintiendo mucho placer aunque igual sent�a una cierta incomodidad; Gabi estaba gimiendo mucho, pens� que le dol�a bastante y tentado estuve de sacar mi pene pues no deseaba lastimarla, ella creo que se dio cuenta de mis intenciones pues dijo: ��No, nene, no lo saques! Si grito es porque lo tienes bien grueso y cabez�n�y si me duele mucho pero igual tambi�n me encanta, �Dame, destroza mi ano!� Yo como Dios me dio a entender empec� a bombear, apenas si pod�a hacerlo pues sent�a que si me mov�a con fuerza iba a terminar muy pronto; el caso es que poco a poco fui tomado ritmo y pronto se empez� a escuchar como sus nalgas chocaban contra mi pelvis; yo sent�a que iba a desmayarme por tanto placer que sent�a, Gabi gritaba y gritaba, ella ped�a mas: ��Ahgggggg, asiiii, maaassss ayyyyyyyy, destr�zame ni�o, asiiii desped�zame!� Yo estaba fuera de mi, le di varias nalgadas fuertes y sin dejar de penetrarla le dije: ��Si ramera, grita, goza de mi verga! Voy a purificarte, voy a darte verga hasta que tu co�o y tu culo queden satisfechos.� Ella solo dec�a: ��Si,si,si, ni�o, purif�came, qu�tame lo golfa!� Yo sent� que ya no pod�a mas, mis huevos estaban ya muy gordos y no pod�a contenerme, le dije:��Ahhhhhhhhyyyy, putaaa, ramera, ya no puedo mas, ahhhhh!!�� Ella grito igual y contrajo mas su ano, grito:� �Siiii, purifica, limpia mi ano y mis intestinos con tu hermoso semen!� Yo grite como nunca y arroje dentro de ella mi descarga, creo que me desmaye o me prive por la fuerza del orgasmo que tuve, solo recuerdo que estaba recostado y ella aun estaba en cuatro patas, vi como de su ano brotaba algo de mi semen, ella dijo: ��Ufff, ni�o, estuvo incre�ble! Ahora ya no queda ni rastro del cochino semen de mi esposo y todo gracias a ti y a tu dulce lechita.� Se acerco gateando hacia m� y se recost� a mi lado, me beso y me abrazo. Esa noche ya no pudimos continuar, me di una ducha r�pida junto a ella y despu�s nos despedimos. Durante el mes siguiente nos ve�amos cada tercer d�a y seguimos con nuestras sesiones de �purificaci�n anal y vaginal� a las que tambi�n incluimos varias sesiones de �purificaci�n oral� que consist�an en que Gabi se tomara una buena dosis de mi semen. As� fue por un mes hasta que dejamos de vernos pues parec�a que el esposo sospechaba y eso impidi� que continu�ramos vi�ndonos; luego paso el tiempo y Gabi se mudo a Estados Unidos, hace poco la volv� a ver pero lo que ah� ocurri� ser� motivo para otro relato.
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Relato: La Profeta.
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