No sabiamos nada de sexo, apenas lo que habiamos oido a los
nenes mayores y las pocos fotos de mujeres desnudas quehabiamos visto
furtivamente en alg�n Interviu. Pero todos teniamos curiosidad, y nos gustaba ya
hablar de las chicas del colegio y jugar con ellas a juegos con mucho contacto,
o a las peleas, o a hacerlas cosquillas.
Todos nos habiamos echado pajas, pero siempre en solitario y
aun nos daba algo de verguenza hablar de ello.
Un d�a Tom�s el ni�o m�s rebelde de la clase, que ya hab�a
repetido varias veces se acerco a nuestro grupo despues de clase. Era raro
porque nosotros eramos los "empollones" y a �l no le gustaba que lo vieran con
nosotros. Tom�s tenia ya 14 a�os y nosotros s�lo doce. Pero hoy era diferente,
ven�a a proponernos un negocio.
-"�Os gustar�a que una chica os la chupara?. "
-"Dejanos, no digas pegos". -le respondimos.
-"Es cierto t�os, pero no vayais a decirselo a nad�e. "
-"�Que nena es?"-pregunto Jorge que se reia y no se creia
nada.
-"No puedo deciros qui�n es, pero si quere�s que os la chupen
teneis que aceptar mis condiciones".
-"Y cuales son?"pregunt�, ya lleno de curiosidad, porque
parec�a que iba en serio.
-"Primero deciros que no es grat�s, que debereis pagarnos 500
pesetas cada uno. "
Despues de mirarnos y pensar cada uno si pod�a reunir esa
fortuna, asentimos a rega�adientes.
-"Segundo no podreis verla porque seguro que os chivaria�s"
-"Si, para que luego sea un t�o"
-"Bueno, antes podre�s tocarla, pero sin mirar �vale?
-"Si, si"
-"Y tercero y m�s importante, como alguien se vaya de la
lengua lo vais a pagar todos y se lo diremos todo a vuestros padres. "
-"Me parece justo"-dijo Joaqu�n, y todos nos reimos, porque
su padre era abogado y a veces �l hablaba como lo hac�a su padre.
Nos cit� para cuatro d�as mas tarde en el pat�o de la casa de
su t�o, que estaba de viaje.
Alli hab�a una mesa camilla muy vieja y nos explico que la
chica iba a estar debajo, que la podiamos tocar y que luego nos har�a la paja
con la boca.
Nos dijo que salieramos, que nos llamar�a uno a uno, le
pagaramos y entraramos. Tambi�n nos dijo que luego nos fueramos cada uno cuandop
acabara y sin hablar con los dem�s. . Dijimos que val�a, y por dentro cada vez
estabamos mas nerviosos.
Eramos s�lo tres, porque Joaqu�n y Jos� se rajaron, y Luis no
pudo reunir las 500 pelas.
Lo echamos a suertes y para mi desgracia sali� que yo iba a
ser el �ltimo.
Primero entr� Jorge, y al rato Edu. Cuando me toc� a m� ya
estaba muy nervioso y excitadisimo.
Le d� el dinero a Tom�s y me acerque a la mesa. Levante un
poco la ropa de la mesa, alargue los brazos y pude tocar el cuerpo de la chica.
Note sus tetas peque�as y sus formas suaves, su pelo largo y sus labios. Luego
me arrodille mas y baje mis pantalones como pude, ya que entonces ya ten�a una
erecci�n como nunca la hab�a tenido.
Ella toc� mi polla con suavidad y descubri� poco a poco el
glande. Chup� la punta mi pene con su lengua y una sensaci�n de electricidad
recorrio todo mi cuerpo. Poco a poco fue encerrando mi polla en su boca,
rozandolo con sus dientes y rodeandolo con su lengua. Y luego el paraiso, empezo
a chuparmela despacio, dentro y fuera, dentro y fuera, a la vez que me tocaba
los huevos con una mano.
Despues de un rato de deliciosa sensaciones no pude m�s y me
corr� en su boca. Pense que ella iba a apartarse pero sigui� mamando hasta que
acab� de correrme.
Luego me volv� a poner los pantalones y rojo de verguenza me
fu� a casa.
Cuando �ba por el camino escuche arrancar un vespino, y
supuse que ser�a el de T�mas, y sin pensarlo dos veces me dirig� a la arboleda
de enfrente, donde hab�a un �rbol desde el que yo sab�a que pod�a llegar a verse
el camino por el que el vespino pod�a pasar, y as� pod�a observar si esa chica
era como me la imaginaba cuando me hac�a feliz lamiendome la polla.
Sub� rapidamente a lo m�s alto del �rbol, como si fuera un
gato, y as� pude ver a Tomas conduciendo su vespino, llevando detr�s a la chica
que me hab�a transportado al paraiso, una bella pelirroja, delgada y radiante.
Su pelo brillaba al viento y parec�a flotar. Nunca olvidar� ese momento, era la
primera vez que hab�a hecho algo con una chica y resulto que aquella
preciosidad, aquella diosa entre las diosas era Juana, era Juana, s� Juana, mi
hermana.