Relato: Haciendo a mi sumisa
Hace poco, conoc� una chiquilla de 22 a�os, me gusto por ser muy tranquila y tener un cuerpo bastante bonito, sin ser nada espectacular, es m�s ligeramente llenita, y sobretodo por su carita ani�ada, siempre he tenido suerte con las mujeres, aunque me considero feo, pero algunas dicen que no, les agrado y les parezco guapo. (Ni idea porque). Y he tenido m�s de 150 mujeres en la cama, aunque cuando me preguntan digo que sin cuenta (50) y nunca me creen porque mis amigos se han encargado de hacerme fama de mujeriego.
Ahora que tengo 54 a�os, no me interesa conquistar a nadie, pero siempre existe el gusanito de tener una nueva aventura. Y as� fue como empec� a coquetear con esa ni�a de 22 a�os, no me resulto muy complicado convencerla y llegamos a donde quer�a, a la cama. ���Oh sorpresa!!! Ni un suspiro, ni un gemido, nada que mostrara que me la estaba parchando, ni siquiera termine, siempre mi satisfacci�n ha sido hacer disfrutar y gozar a la mujer que est� conmigo, me sent� incomodo, �tan viejo estoy? Que no logro hacerla disfrutar, encend� un cigarro y empec� a preguntarle �Qu� pasa, no sientes nada?, ella un poco incomoda me confeso, que no lograba sentir nada, que se aislaba mentalmente, evad�a sus sensaciones, porque hab�a sido violada cuando ten�a 14 a�os y no hab�a logrado disfrutar del sexo aunque lo intentaba.
Le dije que con calma, lo intentar�amos solventar poco a poco, pero as� fueron las siguientes tres veces, mientras la penetraba la observaba, su mirada era de ausencia, su cuerpo lo aflojaba y me dejaba hacer, pero ella se evad�a mentalmente, era su sistema de protecci�n, y resultaba muy desalentador.
Un viernes me fui de parranda y por all� de las 7 de la ma�ana, acorde con una muchacha irnos al hotel, pero cuando llegamos se retir� luego, porque ella quer�a seguir la farra y yo quer�a tener sexo con ella, as� que la deje ir y se me ocurri� llamarle a mi ni�a de 22 a�os, para que fuera por m�, dijo que si y en media hora ya estaba en mi habitaci�n, llego diciendo �ndele lev�ntese y dese un ba�o, est� muy borracho. En lugar de hacerle caso, la jale por el brazo y empec� a desvestirla por la fuerza, porque no quer�a hacerlo, le sujete los brazos y la empec� a manosear de manera brutal, ella dec�a no, no, no, me lastimas y empez� a llorar bajito, NO ME IMPORTA QUE LLORES, MAS ME EXCITAS, TE VIOLARE� para mi sorpresa, cuando la penetre con furia, empez� a gemir y aunque lloraba, su cuerpo se retorc�a para permitirme penetrarla a lo m�s profundo, por primera vez estaba participando y gimiendo de placer, le di unas bofetadas y parec�a excitarse m�s, mientras la bombeaba, le daba nalgadas y ella se agitaba m�s y m�s, su respiraci�n era agitada y sus gemidos y espasmos me anunciaron que tendr�a un gran orgasmo, apretaba sus labios para no gritar, pero sus gemidos sal�an y sus ojos brillaban de emoci�n, por primera vez estaba ah�, participando del acto. Fue hermoso sentirla tensar su cuerpo y sentir como su cuevita se inundaba con los jugos de su orgasmo, la deje relajarse un poco, sin dejar de bombearla suave, suavemente se zafo y me dio la espalda, acomodando su rico trasero en mi pene aun erecto, se acomod� en posici�n fetal y permiti� que mi pene lo acomodara entre sus nalgas muy mojadas por el orgasmo, la abrace con cari�o y empec� a penetrarla desde atr�s por su cuevita dilatada y mojada, de manera suave y r�tmica la bombee hasta eyacular dentro de ella, nos quedamos dormidos as� abraz�ndola, notaba que se sent�a satisfecha y protegida.
M�s tarde, nos despertamos y le pregunte �Qui�n te violo?, me contesto que un t�o, hermano de su papa, la hab�an mandado a casa de su abuelita, para que le ayudara mientras estaba enferma, y su t�o todas las noches la violaba, durante un a�o y nunca se lo hab�a contado a nadie.
Le dije que me platicara todo, como la violaban cada noche y mientras me platicaba, yo trataba de repetir lo que le hab�an hecho, ella protestaba, pero yo la callaba y le dec�a, que ella as� hab�a despertado a su vida sexual y as� lo hab�a aprendido a disfrutar, porque fue mucho tiempo de sometimiento, aunque protestaba y lloraba, yo la somet�a y la obligaba a dejarme hacer, para mi sorpresa en menos de 15 minutos ya estaba teniendo otro orgasmo.
Ahora la he convertido en mi sumisa, le he ense�ado a disfrutar, amarr�ndola, poni�ndole esposas, grilletes y tortur�ndola con vibradores de diferente tama�o, le he ense�ado a aceptar que no es su culpa, as� aprendi� a disfrutar y as� solamente es capaz de gozar, el trato tierno en la cama, no la emociona no le llena.
Ahora para m�, se ha convertido en una nueva forma de disfrutar, me ha salido lo s�dico y pervertido, poder hacer gozar a las ni�as, con juegos rudos y vibradores. Ahora mi mirada de lujuria se enfoca hacia las ni�as de entre 13 y 20 a�itos, se ha vuelto una costumbre.
Si quieres comentar algo sobre este relato, que es real, mi direcci�n es
Y calificalo