No importa si los padres y sus hijos se llevan bien muy bien,
no hay forma de negar que un hijo siempre se siente influenciado por su padre.
En muchos casos, los hijos escogen la misma profesi�n de sus padres. Asi esa
profesi�n no sea lo que ellos realmente quieren solo por continuar la tradici�n
como en el caso del hijo de un medico o de un abogado, que estudian medicina o
leyes solo porque esa es la profesi�n de sus padres y eso es lo que se espera de
ellos.
Karen nunca se hab�a visto en el lugar de su padre. Su padre
era un prestigioso siquiatra de 40 a�os, era apuesto e inteligente adem�s de que
tenia �xito con las mujeres, Karen, a sus diecisiete a�os, era una joven t�mida
y con gafas, su rostro no era el de una reina pero tenia su encanto, lo mismo
que su cuerpo, pero no tenia exactamente suerte en el amor. Ella ten�a el mismo
pelo casta�o oscuro de su madre y sus bellos ojos verdes, Karen era inteligente,
sacaba siempre excelentes notas en sus clases y ten�a un grupo de amigos con los
que sal�a regularmente fuera a bailar, comer pizza o a cine. Ella y su padre se
hab�an acercado bastante desde que su madre se hab�a muerto unos a�os atr�s pero
Karen no pens� jam�s que ella pudiera seguir en la vida los pasos de su padre.
Adem�s ella escond�a un secreto que ninguno de sus amigos, sus maestros y mucho
menos su padre sab�an: a Karen le gustaban las mujeres.
Karen fue consiente de esto desde su ni�ez, a esa edad ella y
sus amigos eran curiosos como todos los ni�os y jugaban entre otras cosas al
pap� y la mama, cuando a ella le tocaba un ni�o como su pareja y tenia que
besarlo a ella esto no la emocionaba para nada, pero cuando era una ni�a la que
hacia de su pareja ella sent�a tanto gusto que cre�a su coraz�n iba a salirse de
su pecho y sent�a que sus piernas le temblaban, cuando tuvo su primer novio y lo
beso ella jam�s sinti� lo mismo que hab�a sentido en su infancia cuando besaba a
sus amiguitas, ella tuvo algunos novios solo por guardar la apariencias, pero
jam�s amo a ninguno, a sus 17 a�os estaba sola ya que su ultimo novio hab�a roto
con ella alegando que era una fr�gida ya que se hab�a negado a tener sexo con
�l, ella aun era t�cnicamente virgen en el sentido de que jam�s hab�a hecho el
amor con nadie, pero ella misma se hab�a desvirgado al estarse masturbando con
objetos pensando en una de sus compa�eras de curso llamada Elena, la cual era la
protagonista de sus m�s alocadas fantas�as sexuales, pero jam�s le dir�a nada ya
que ella tenia novio y Karen sabia que le gustaban demasiado los hombres, Karen
aun no sabia que har�a al salir de secundaria y la verdad estudiar psiquiatr�a
no le llamaba para nada la atenci�n.
Karen ten�a que admitir que el hecho que su padre fuera un
entusiasta practicante de la hipnoterapia la intrigo. A ella la hipnosis siempre
la hab�a fascinado. Durante sus a�os de fantas�as adolescentes, ella imagin� el
ser capaz ondear un reloj ante una muchacha y tenerla de rodillas ante ella en
segundos. Entonces ella ley� en la biblioteca del colegio y en la de su padre
todo lo referente al tema de la hipnosis y simplemente comprendi� que no
funcionaba as�, sus sue�os de hipnotizar a alguna chica apenas segu�an siendo
eso solo sue�os. Eso eran, hasta el d�a en que entr� en el consultorio de su
pap� en busca de un libro y encontr� m�s de lo que ella podr�a so�ar alguna vez.
El armario del fondo del consultorio de su pap� estaba
cerrado con llave siempre. all� guardaba los archivos de sus pacientes, �l le
dijo a Karen que eso era material privado que nadie m�s que �l pod�a ver. Karen
lo hab�a aceptado, porque a ella no le interesaba saber que problemas ten�an los
pacientes de su padre. Lo �nico que le importaba era que su padre ayudaba a
otros con sus problemas para ayudarlos a vivir mejor eso era lo que ella
pensaba, as� era hasta ese d�a. Sin embargo, cuando ella buscaba alg�n libro que
ella podr�a pedirle prestado a su padre para su tarea, ella se encontr� con que
el armario de su padre estaba abierto. Su padre se deb�a de haber olvidado de
cerrarlo con llave antes de ir a la cl�nica. Karen hizo una pausa, mientras
mirando fijamente el armario ligeramente entreabierto, pensando sobre eso. La
tentaci�n simplemente era demasiada y Karen abri� el armario y reviso los
archivos dentro.
Lo que ella descubri� era imposible. Cada archivo contuvo una
descripci�n del paciente, la historia m�dica, los problemas, la clase normal de
archivos Hab�a tambi�n una lista con las notas de las inducciones y palabras
claves volver a poner a los pacientes bajo un trance hipn�tico. Sin embargo, lo
que asust� a Karen eran las revelaciones dentro de las listas, el hecho que su
padre hab�a estado abusando en secreto de algunas de sus pacientes mujeres, con
las fotograf�as de ellas desnudas para demostrarlo.
Karen se sent� all� durante una hora, mientras pasando a
trav�s de un plegador a otro, leyendo por todas partes como su padre hab�a roto
bastantes leyes como para ser puesto en la prisi�n, adem�s la certeza de que si
s� sabia le retirar�an su licencia y le prohibir�an practicar la psiquiatr�a.
Sin embargo, con el susto un sentido de excitaci�n vino tambi�n. Las notas de su
padre eran contundentes para Karen que sus viejas fantas�as y sue�os de
hipnotizar j�venes mujeres eran posibles. Ella podr�a controlar a una mujer
absolutamente, podr�a tenerla a su manera y hacer con ella lo que quisiera y
podr�a dejarla sin la memoria de su encuentro. Y con las palabras claves que su
pap� hab�a implantado, ella no tendr�a que molestarse por buscar mujeres, ni
tener que ponerse a inducirlas.
Karen revis� los archivos durante alg�n tiempo, mientras
anotando qui�n era de su gusto y qui�n no. Hab�a tantas opciones, tard� un rato
hasta que ella record� que Elena hab�a sido paciente de su padre el a�o pasado,
busco su archivo y su intuici�n no le fallo su padre tambi�n hab�a hipnotizado y
tenido relaciones con Elena, era imposible que su padre hubiera resistido la
tentaci�n de hacerlo con esa belleza de mujer, ella volvi� a poner los archivos
en su orden apropiado y cerr� con llave el armario, mientras dejando el
consultorio y apur�ndose para agarrar sus llaves del carro, Ella tenia ya muy
bien ubicada a su primera mujer y sabia donde estar�a a esas horas, Ahora,
durante casi un a�o Karen hab�a so�ado con hacer el amor con Elena su amor
imposible.
Elena era una belleza de cabello rubio, cada hombre en la
escuela le habr�a vendido su alma al diablo para estar con ella, tenia un
hermoso rostro digno de una estrella de cine y un cuerpo espectacular, Ella
siempre era amistosa con Karen y la hab�a tratado bastante bien pero lo hizo
simplemente como una amiga. Karen siempre supo que Elena estaba orgullosa de ser
delgada pero nunca sospech� que ella ten�a una adicci�n con las pastillas para
adelgazar y adem�s al comer sent�a la necesidad de vomitar. Al parecer, su padre
hab�a logrado arreglar eso en cierto modo bastante com�n para sus pacientes: �l
reemplaz� su necesidad de vomitar y purgarse con un deseo de sexo siempre que
ella fuera hipnotizada. Era una orden de la que Karen pens� tomar ventaja.
Como de costumbre, el centro comercial era atestado esta
tarde y Karen se preocup� de que ella no pudiera encontrar a Elena en medio de
tanta gente. Ella sabia que Elena hab�a mencionado algo sobre ir de compras para
comprar un nuevo vestido cuando ellas hablaron por la ma�ana en la escuela y
ella esper� que esa fuera la tienda correcta. Un destello de ese familiar
cabello dorado le permiti� saber que ella estaba en el lugar correcto y Karen
enfilo r�pidamente hacia la parte de atr�s de la tienda, justamente al ver a
Elena ir hacia los probadores y entrar en ellos.
Karen hizo una pausa durante un minuto, tomo un vestido y fue
directo hacia los probadores, se detuvo ante el probador donde estaba su amiga y
miro alrededor El empleado que deber�a estar vigilando los vestidores estaba
aparentemente ocupado en otra parte de la tienda, la puerta que comunicaba la
tienda y los probadores estaba a medio cerrar Karen se concentr� en ella, fue
hasta la puerta y la fue cerrando detr�s de ella y esperando nadie se presentara
pronto. Un pensamiento vino a su mente, ella miro con cuidado a su alrededor
intentando encontrar las c�maras de seguridad pero ninguna era visible. De
repente, ella record� que la tienda hab�a quitado las c�maras despu�s de una
demanda sobre la posible violaci�n de la privacidad de las clientes. En cambio,
ellos simplemente hab�an acordado en poner etiquetas anti-robo en toda la ropa
disponible.
Feliz que nadie estar�a grabando este momento, Karen camino
con mucho cuidado y sin hacer ruido se detuvo en el �nico cuarto ocupado y tom�
una respiraci�n profunda. Ella se acerco furtivamente a la puerta entreabierta y
vio por la rendija a Elena medio desnuda, el sost�n beige que cubr�a y realzaba
sus hermosos pechos, su vientre plano, sus bragas de encaje las cuales dejaban
entrever la rubia mata de pelos de su concha y sus largas y atractivas piernas.
La vista hizo que Karen pasara a la acci�n. Sin pensar, ella irrumpi� en el
cuarto como un rayo y le dijo a Elena la frase gatillo. "Frijoles de aire."
Al sonido de su entrada, Elena hab�a pegado un salto y estaba
por gritar cuando las palabras llegaron a sus o�dos, sin embargo, al o�rlas su
cuerpo se congelo en medio del cub�culo, sus ojos quedaron mirando al vaci� y el
vestido se cayo de sus manos al suelo, su cuerpo se volvi� fl�cido. Ella estaba
de pie all� balance�ndose lentamente de un lado a otro, su rostro tenia una
expresi�n de placidez y calma. Karen tenia que admitir que su padre hab�a tenido
una excelente idea al escoger una frase gatillo que simplemente no entrar�a a en
la conversaci�n normal de sus pacientes. Karen apenas tom� un momento para mirar
a Elena, mientras mirando la manera en la que ella estaba de pie all�, la
hipnotiz� y sin que ella fuera consiente de su presencia ni de nada m�s.
Finalmente, Karen cerr� la puerta detr�s de ella, mientras
intentando calmarse para lo que vendr�a a continuaci�n. "�Elena, puedes o�rme?"
"S�," ella dijo en un tono llano sin la emoci�n.
"�Elena, usted sabe qu� le est� pasando?"
"Usted me hipnotizo. Yo debo hacer todo lo que usted me diga
que haga."
"� Obedecer� a todo a que yo le diga, Elena?"
"S�, a todo."
"Si yo le dijera que se arrodille y me chupe y lama mi concha
lo har�a" Karen se detuvo de repente y vio como Elena se puso de rodillas, sus
manos sub�an por las piernas de Karen y comenz� a bajarle las bragas. Unos
segundos despu�s, la falda de Karen estaba subida y sus bragas en sus tobillos,
Elena meti� su cabeza bajo la falda de Karen, le separo las piernas y comenz� a
acercar su boca a su entrepierna, Ella uso su lengua y la paso por encima de su
concha, mientras tanto Karen estaba disfrutando la incre�ble sensaci�n que tuvo
cuando ella lami� a la punta de su cl�toris, entonces tom� sus labios y le dio
un beso franc�s con sus labios y boca a la los labios vaginales de Karen, la
estaba besando como si de otra boca se tratara, Karen gimi� y se agarr� de los
lados del vestidor mientras Elena la chupaba como aspiradora, mientras
introduciendo su lengua m�s dentro y m�s lejos en su interior, lami�ndola a ella
con una pasi�n que Karen nunca hab�a imaginado ni en sus m�s ardientes
fantas�as. La emoci�n de tener a la muchacha de sus sue�os chupandole su concha
y lami�ndole su cl�toris y penetr�ndola con su lengua la excit� hasta el punto
de tenerla al borde del orgasmo.
Al sentir que ya su orgasmo era inminente le ordeno a Elena
que se tragara todo sus fluidos y se corri� en su boca, sent�a que un ri�
desbordado corr�a por su interior y bajaba por su vagina hacia la boca y
garganta de Elena, quien se bebi� todos los fluidos de Karen, ella habr�a
deseado permanecer as� por horas pero ella estaba decidida a hacer todo lo que
hab�a so�ado en sus fantas�as con Elena, le ordeno a Elena que se levantara y se
deshiciera de su sost�n. Sus pechos firmes se revelaron ante ella y su sost�n
termino junto al vestido en el suelo y ella comenz� a besarlos y a chupar sus
erectos pezones, eran firmes y suaves como siempre se los hab�a imaginado, sus
pezones eran oscuros y muy sensibles al tacto, se detuvo a contemplarlos y se
deleito con su esplendor mientras jugueteaba con ellos, le ordeno a Elena que le
quitara su blusa y le desabrochara el sost�n, una vez Elena lo hizo le ordeno
que le besara sus pechos y se los chupara con cari�o, Elena se los comenz� a
chupar como una bebe y Karen se sent�a poderosa al tener a una de las mujeres
mas bellas de su colegio totalmente a su merced, la satisfacci�n que Elena le
estaba dando era algo que ella jam�s hab�a podido imaginar.
Karen estaba tan excitada y satisfecha que pens� que era
justo que Elena tambi�n disfrutara algo, le ordeno que se bajara las bragas y
empuj� a Elena contra la pared, sus manos se apretaban contra sus pechos cuando
ella la bes� con pasi�n y su lengua comenz� a serpentear en su boca y
entrelazando sus lenguas pudo sentir el sabor de sus propios fluidos en la boca
de Elena. Ella gimi� cuando Karen la empuj� contra la pared, le ordeno que se
sintiera muy excitada y comenz� a gemir y suspirar cada vez que Karen la besaba,
fue bajando lentamente hacia su concha y mientras la iba besando en su cuello,
se detuvo largamente en sus pechos y sigui� con su vientre y su ombligo, hasta
que llego a su premio dorado, su pubis estaba cubierto por una hermosa y
frondosa mata de pelos dorados, comenz� a acariciarlos y acerco su nariz para
sentir por primera vez un olor a mujer distinto del suyo propio, comenz� besar
su concha y a lamer sus labios con ansia, fue avanzando mas y mas con su lengua
hasta que dio con el cl�toris de Elena y comenz� a darle leng�etazos como su
fuera un dulce, se lo chupo hasta que comenz� a sentir que Elena se estaba
corriendo en su cara y le ordeno que no se corriera hasta que ella se lo
ordenara, le chupo los fluidos que le sal�an a Elena con un inmenso placer,
comenz� a chupar sus labios y su concha como Elena hab�a hecho con ella y la
penetro con su lengua lo mas que pudo.
Karen empuj� su cara contra la concha de Elena, guardando en
su memoria la sensaci�n de cuando ella tom� a una mujer por primera vez. Los
gemidos de Elena crecieron m�s y m�s hasta el punto que alguien que pasara cerca
de la puerta de entrada a los vestidores podr�a o�rla, as� que Karen levanto su
cabeza y le ordeno que se hiciera meno ruido y ella continu� trabajando con sus
labios y lengua en su concha, mientras empujando su lengua dentro y fuera de su
vagina hasta que Elena se viniera, le ordeno que se viniera en silencio y su
orgasmo fue como una ola que le recorri� todo el cuerpo de Elena, causando que
ella chillara del placer a trav�s de sus labios cerrados as� Karen le devolvi�
en algo el placer que Elena le hab�a dado.
Karen se separ� despacio de Elena y empez� a acomodarse sus
ropas, mientras pensaba como saldr�a lo mas r�pidamente afuera. As� que le dijo
a Elena " esc�cheme cuidadosamente. Cuando la puerta se cierre, usted contar�
hasta diez y entonces se despertar�. Usted no se acordara de nada de lo que ha
pasado aqu� y usted creer� que simplemente se estaba vistiendo completamente
sola. Usted no notar� nada raro y no recordar� nada."
Karen ech� una ultima mirada mas a Elena totalmente desnuda
antes de salir r�pidamente fuera, entrando r�pidamente hacia la tienda
principal, una vez all�.le dio gracias a dios por no haber sido descubierta en
pleno acto por nadie, coloco de nuevo en su sitio el vestido que hab�a tomado
para entrar a los vestidores y sali� de la tienda, Ella simplemente hab�a tenido
su primera vez con una mujer, Elena su amor, ahora ya no era un amor imposible,
cada vez que quisiera podr�a hacerlo con ella sin peligro de da�ar su amistad y
ella no se dar�a cuenta de nada. La mente de Karen se alboroto con todas las
posibilidades para el futuro y supo que �lla simplemente estaba apenas
comenzando la explotaci�n de una veta que promet�a grandes satisfacciones en el
futuro.
CONTINUARA.....