Somos tres hermanos, dos chicos, Eduardo y Javi, y yo, Marta,
la menor. A mi padre no le conoc�, ya que nos abandon� un poco antes de nacer
yo. Mam�, muri� hace varios a�os de una larga enfermedad. Los chicos tienes 33 y
32 a�os y yo 28.
Todo esto empez� cuando yo ten�a 15 a�os, reci�n muerta mam�.
Eduardo, est� inv�lido, ya que cuando ten�a 13 a�os, iba con un t�o nuestro en
coche y un cami�n les peg� de frente. Mi t�o muri� y mi hermano qued� atrapado
en el coche. Por suerte, no ten�a nada en la columna, aunque le quedaron las
piernas in�tiles.
Los m�dicos le quer�an cortar uno, pero �l se neg�. Nos
cambiamos de casa, ya que hasta entonces viv�amos en un piso m�s bien peque�o,
alto y sin ascensor, y pasamos a una planta baja, que ten�a un peque�o jard�n.
Despu�s de morir mam�, me qued� sola con mis hermanos.
Eduardo, estudiaba y hac�a algunos trabajos en casa y Javi, lo mismo, aunque
�ste trabajaba en una oficina cerca de casa. El cocinero de casa era Eduardo,
aunque ten�amos una vecina pasaba tres o cuatro veces a la semana, para pasar un
poco la casa y planchar (que a m� no se me da nada bien).
A la hora del ba�o, Javi ayudaba a Eduardo. Un anochecer,
Eduardo se hab�a metido en el ba�o y Javi, hab�a bajado a comprar tabaco. Al
terminar de ba�arse, llam� a su hermano y al darse cuenta de que no estaba, me
pidi� a m� que le ayudase. Yo, hab�a notado que me miraba mucho �ltimamente.
Tambi�n Javi, pero m�s Eduardo. Ese d�a, entr� en el ba�o y me lo encontr�
totalmente desnudo, ya que no ten�a la toalla cerca para secarse. Cog� la toalla
y me pidi� si pod�a secarlo yo. Lo hice suavemente.
Me empezaba a gustar. Enseguida v� que su pene hab�a crecido.
Lo ayud� a sentarse en su silla de ruedas y fuimos a su habitaci�n. Se sent� en
la cama y me acerc� a �l. Me abraz�, dici�ndome que llevaba mucho tiempo so�ando
con abrazarme, besarme, follar como locos. Aunque estaba sorprendida y asustada,
tambi�n me encantaba. Me bes� en la boca, y me quit� la blusa que llevaba. No
llevaba sujetador, ya que me lo hab�a quitado al llegar a casa. Con Eduardo
sentado en la cama y yo de pie junto a �l, baj� su boca a mis tetas. Siempre me
hab�a avergonzado por tener unas tetas demasiado grandes para mi gusto y de
hecho, alguna vez me las hab�a vendado, hasta que mis hermanos se dieron cuenta
y me lo prohibieron. Eduardo, al ver de cerca mis tetas, me dijo que eran del
tama�o perfecto.
Empez� a chuparme y a lamerme y se me pusieron duros como
piedras. Con las manos libres, me desabroch� el bot�n y la cremallera de los
pantaloncitos que llevaba, me los quit� y empez� a acariciarme el vientre
lentamente, luego baj� una mano a mi sexo y ah� empez� a masajearme con
movimientos r�tmicos mi botoncito.
--S�iiiii, sigue as�, me encanta �le dec�a gimiendo y
totalmente estremecida de placer mientras le mojaba la mano con mis jugos.
Luego, nos tumbamos los dos en la cama, me hizo tumbarme
encima de �l, en el otro sentido y me ense�� a hacer un 69. Tuve varios
orgasmos.
Est�bamos en eso, cuando subi� Javi. Nos oy� y nos grit�:
--�Eh, que a m� tambi�n me gustan esos juegos!
--M�s tarde �le contest� Eduardo.
Luego, Eduardo, con su polla totalmente tiesa de nuevo,
empez� a acariciarme mi rajita totalmente mojada mientras me met�a y sacaba la
punta de un dedo por el culo. Entonces, meti� la punta de su pene un poco dentro
de mi vagina, se par� y luego volvi� a meter otro poco. Al final, cogi� impulso
y me la meti� totalmente. Debo decir, que tiene un pene imponente. Y cuando est�
en su punto... no digamos. Termin� corri�ndome antes que Eduardo mientras �l
segu�a con el mete y saca cada vez m�s r�pido. Cuando sent� que su rica y dulce
leche corr�a por mi interior, volv� a correrme.
Unos minutos m�s tarde, entr� Javi a la habitaci�n. Ven�a
totalmente desnudo. Me meti� su polla a la boca mientras Eduardo me volv�a a
chupar y a lamer el co�o. Luego fue el turno de Eduardo el meterme su polla a la
boca mientras que su hermano me com�a literalmente el co�o. Despu�s me hicieron
ponerme de rodillas. Eduardo es muy alto, de modo que no tuvo que hacer mucho
esfuerzo para ponerse detr�s de m� y penetrarme por detr�s mientras que Javi me
la met�a por delante. ��Dios!! Aquello era para morirse.
Cre�a que me iban a partir en dos, pero me daban un placer
tan inmenso que no sab�a si llorar o re�r. Tuvimos unos fenomenales orgasmos. Se
fueron cambiando de posici�n y al final gozamos tanto esa noche que nos quedamos
totalmente agotados. Menos mal que al d�a siguiente era domingo y nadie ten�a
prisa.
As� empez� una aventura que todav�a sigue. Un vecino, que es
amigo �ntimo de Eduardo, subi� una noche a cenar, ver un partido de f�tbol que
daban por la tele, etc. Despu�s del partido, todos est�bamos un poco achispados
ya que hab�amos bebido alcohol. Pusieron un concurso, en el que hab�a cuatro
opciones para acertar la pregunta. Pusimos prenda y el que acertara se ten�a que
quitar una prenda. Empez� perdiendo Alvaro, el vecino. Se quit� la camiseta.
Luego Eduardo, me toc� a m� luego, y me quit� la blusa.
As� sucesivamente hasta que todos quedamos completamente
desnudos. Yo estaba sentada en el sill�n entre Javi y Alvaro. Javi empez� a
besarme y Eduardo le dijo a Alvaro que tambi�n pod�a jugar. Entonces, mientras
Javii me besaba las tetas, Alvaro se agach� y empez� y chuparme y a lamerme el
co�o mientras que Eduardo me met�a su hermosa polla en la boca. As�, nos fuimos
intercambiando de posiciones. Luego me follaron, primero de uno en uno y luego
entre dos.
D�as m�s tarde, Alvaro nos hizo una confesi�n. Hab�a muerto
su padre y le hab�a dejado una herencia que no podr�a cobrar hasta el plazo de
seis meses con la condici�n de que estuviera casado y esperando un hijo. Lo
hablamos entre todos y decidimos que me casar�a con �l. Al fin y al cabo, me
gustaba mucho. Su madre que era una "sargenta" ven�a varias veces al mes a casa,
m�s bien a vigilar. Ten�a la llave de su casa y como desde nuestra casa se ve�a
toda la calle, en cuento ve�amos a la se�ora, sub�a a su casa para estar con mi
marido. Me hab�a quedado embarazada, aunque a m� me daba lo mismo qui�n fuese el
padre. Pod�a ser cualquiera de los tres.
Su madre no ve�a nada raro cuando ven�a por casa. Como ya nos
conoc�a anteriormente no hab�a puesto ninguna pega por la boda.
Naci� un hermoso ni�o y por suerte se parece a m�, aunque
tiene algunos rasgos de Eduardo. Posteriormente, vinieron tres ni�os m�s. Todos
chicos. Seguimos viviendo juntos mis hermanos y yo, aunque Alvaro sigue en la
vecindad. Suele bajar a menudo, a charlar, y "a jugar".