Relato: Una Familia Feliz
Todos los personajes y hechos narrados, son ficticios. Cualquier semejanza con hechos y personas reales, es coincidencia.
Es la primera vez que escribo un relato, espero que sea de su agrado. Para m�, el sexo se expresa mejor en el original lenguaje coloquial de cada quien, por ello lo escrib� usando las expresiones del habla familiar en mi pa�s. Siendo que esta p�gina es le�da por personas de diferentes pa�ses, si�ntanse en libertad de preguntar por el significado de expresiones que puedan ser muy locales. Sus comentarios son bienvenidos.
Resumen: Una familia adinerada se retira a vivir en un lugar apartado. El esposo, sexadicto y la esposa, no siempre tan dispuesta al sexo como su marido, se preocupa por la posibilidad de que el aislamiento y las necesidades sexuales de su familia puedan provocar que �sta se separe, por lo que dise�a un plan en el que todos se involucran en una aventura sexual que incluye a la mujer de servicio y sus hijas, a la familia de ella y hasta a sus hijos e hijas. Todo con tal de mantener a la familia unida...tal vez, demasiado unida.
Cap�tulo I: Mar�a
Me llamo Carlos. Debido a un secuestro sufrido por m�, hace unos a�os, mi familia y yo decidimos retirarnos a vivir en una zona rural, bastante alejada de los centros urbanos, donde ten�amos, una finca bastante grande, herencia de mi familia. Vendimos todo en la ciudad, a excepci�n de un apartamento que usamos cuando debemos ir a hacer alguna diligencia y que adem�s nos servir� cuando los chicos vayan a la universidad. Tambi�n vendimos toda la tierra y el ganado de la finca. S�lo conservamos la casa familiar donde vivimos actualmente. Mi esposa que es arquitecto y la redise�� con un gusto impecable y con todas las comodidades de la civilizaci�n. La casa tiene capacidad para alojar unas 12 personas c�modamente. En caso de que la familia decida visitarnos, acondicionamos cada habitaci�n como si se tratara de un hotel 5 estrellas: Dos camas Queen, TVLED de 32�, laptop con internet por WiFi, closet de pared a pared, ba�o con tina, el aire acondicionado central con termostato independiente, operado por control remoto y su propia l�nea de tel�fono.
La poblaci�n m�s cercana a la casa, est� a 30 minutos de camino y m�s de la mitad de ese trayecto es por carretera de tierra. Es tan s�lo un poblado peque�o, de no m�s de 1000 habitantes. La gente de estos lados se dedica a faenas del campo. Hay una escuela y un liceo, donde estudian los chicos. Hay un hospital, una peque�a cl�nica privada y un par de farmacias, as� como comercios variados. Incluso hay un hotel con un restaurante aceptable pero fuera de eso, no hay mucho m�s que hacer en el pueblo. La principal diversi�n parece ser hacer reunirse a hacer parrilladas o sancochos en las casas de los amigos o en el r�o y beber. De vez en cuando celebran alguna fiesta local con toros coleados, ferias ambulantes y templetes en la calle. Los domingos la gente va a misa y apuesta a los caballos o a las cartas en juegos, no siempre tan amistosos como deber�an. Pero definitivamente, la principal diversi�n de la gente era y tirar. Eso, a juzgar por la temprana edad a la que salen pre�adas las carajitas por aqu�. Es com�n ver embarazadas de 14, 15 y 16 a�os de edad. Una mujer que no haya tenido hijos a los 18 se la considera est�ril. Los hombres se vanaglorian de la cantidad de hijos que tienen pero, lamentablemente, casi ninguno vela por ellos. Los matrimonios son escasos y se dan entre la clase m�s acomodada del pueblo: Due�os de fincas, comerciantes, maestros y los pocos profesionales que hacen vida en los alrededores. La mayor�a de las parejas son concubinatos que se forman cuando un hombre �se lleva� a la novia de la casa materna, al amparo de la noche. Normalmente, a vivir a un rancho y motivado a que la muchacha sali� embarazada. A veces s�lo duran un tiempo antes de que el hombre canse y se busque otra.
Mi familia est� conformada por mi esposa Laura, mi hija Claudia, una adolescente de 16 a�os, mi hijo Pedro, de 15 y la peque�a Lucy, de 13 a�itos.
Con nosotros vive, en la misma casa, Mar�a, una mujer de unos 37 a�os y su hija menor Yesica, una adolescente de 14 a�os. Ambas ayudan con los quehaceres dom�sticos, desde hace poco m�s de un a�o. Mar�a tiene otras dos hijas que no viven con ella: Mercedes de 23, que vive en el pueblo con un tipo y Yenifer, de 17 a�os que vive con �sta y ayuda a su hermana mayor en la casa. Mercedes acaba de quedar embarazada (creo que por eso fue que se cas�, en primera instancia). Nosotros le tomamos mucho aprecio a Mar�a, en especial los ni�os, por lo que, a excepci�n del hecho de que se encarga de los oficios de la casa, la tratamos como parte integral de la familia. Mi esposa y yo decidimos hacernos cargo de los gastos de educaci�n de Yesica y de Yenifer, hasta que se grad�en de la Universidad. Yesica y Mar�a duermen en una de las habitaciones de la casa, que no se diferencian en nada de cualquiera de las otras.
Yo tengo 45 a�os; alto, moreno, ni gordo ni delgado. Soy ingeniero civil y hasta hace poco, era due�o de una prestigiosa empresa de construcci�n que dirig�a junto con mi esposa.
Mi mujer es muy atractiva, de 34 a�os, blanca, de ojos azules pero con el cabello largo y negro, lo cual hace un contraste muy ex�tico. Mide alrededor de 1,69m, tiene unas tetas grandes y firmes, con pezones igualmente grandes y areolas rosaditas, que provoca com�rselas. Tiene un culo no muy grande pero paradito y bien proporcionado. Sus piernas son largas y terminan en unos pies delicados y siempre bien arreglados (ella sabe que soy medio fetichista con eso)
Mi hija Claudia se parece a su madre pero sus ojos son almendrados. Tiene el cabello casta�o claro, ondulado. Claudia, si bien tiene las tetas grandes y las piernas largas y esbeltas de su madre, tiene m�s culo que la mam�. A veces me sorprendo admir�ndola de una manera que se acerca mucho a la de un hombre por una bella mujer. Trato de apartar esos pensamientos de mi mente, tan pronto se presentan.
Mi hijo Pedro, a decir de todo el mundo, es la fotocopia m�a. Es callado pero muy vivaz.
Lucy es una ni�a preciosa. Es m�s bajita que su hermana, mide apenas 1,58m, y es delgadita pero con muy buenas curvas. Tiene un culito resping�n y unas t�ticas peque�as que se aprecian muy firmes y redonditas, rematadas con unos pezoncitos que se marcan debajo de las blusas y tops, con los cuales se viste a diario. Sus piernas son delgadas, largas y muy bien torneadas. Sus piecitos son hermosos, siempre bien cuidados, siguiendo el ejemplo de su madre.
El clima es muy caliente por esta parte del pa�s y la gente anda en ropas bastante ligeras. En la casa es com�n andar en shorts y franelillas (yo casi nunca uso ropa interior) Laura y las ni�as andan igual, en shortcitos, blusitas escotadas, falditas o vestiditos cortos y muy frescos, calzadas con sandalias ligeras que apenas les cubren el pie. Tampoco son muy amigas de usar ropa �ntima. Es frecuente que anden sin sost�n y sospecho que tampoco usan siempre pantaletas o, si las usan, deben ser tipo bikinis de los que usan muy poca tela.
Como dije antes, no hay mucho que hacer por estos lados. As� que cuando no estoy trabajando me dedico a cogerme a Laura. Una ma�ana que la hab�a cogido ya dos veces, se quej� diciendo:
- Yaaa mi amor, conchale, t� no te cansas?
- Nunca mi amor�Me encanta hacerte el amor
- Tu no me haces el amor, mi amor, t� me coges despiadadamente � y me encanta pero voy a tener que buscarme alguien que me ayude contigo para poder descansar un poco
- Bueno, aqu� el deporte nacional es tirar, as� que no te va a costar trabajo encontrar quien te ayude con esa tarea � Pero eso si, te la buscas bonita y que est� bien buena�Jajaja
- Nooo!, con las mujeres de aqu�, ni de vaina� Despu�s te me vas con una zafia de esas del pueblo, que no pueden ver guevo porque se lo quieren comer�y de paso quedan pre�adas s�lo con oler un interior.
- No s� qu� vamos a hacer pero justo ahora necesito que me dejes descansar un poquito�
Comenc� a buscar pelea pero ella protest�.
- Nooo!, no me vas a volver a coger... aaanda, vale, no seas malito, d�jame dormir un ratico, anda... Te doy permiso para que se la pidas a Mar�a...Si te la da, te la coges todas las veces que quieras que yo no me pongo brava�Pero eso s�... Nada de �comer� fuera de la casa� Ya sabes!
Aunque segu� meti�ndole mano a ver si aflojaba, se hizo la pendeja y no me dio m�s cuca ese d�a.
Laura se durmi� y yo baj� a la sala. Ya el transporte hab�a pasado a recoger a los chicos y llevarlos al liceo por lo que encontr� a Mar�a sola, limpiando la sala.
Mar�a es una morena muy voluptuosa, bonita, labios carnosos, un poquito de barriga, producto de sus embarazos pero igual est� muy buena. Vest�a un short de Lycra muy pegado. El short se le met�a entre los labios vaginales y se le marcaba una cuca inmensa� muy provocativa y un culote, redondito que era como para amasarlo y pasar horas haci�ndole maldades. Arriba vest�a una blusa hecha de franela, escotada que dejaba apreciar dos generosas tetas, morenas, aprisionadas por el sost�n de forma tal, que casi se le sal�an. Iba descalza, lo que me permiti� ver sus pies, bien cuidados aunque no tan bonitos como los de Laura o Lucy
Al verme, me salud�:
- Buenos d�as Sr. C�mo amaneci�? Qu� raro usted levantado tan temprano.
- Buenos d�as Mar�a, si, a veces a uno lo corren de la cama y que para descansar�jajaja.
Con el espect�culo de ese mont�n de �carne de primera� y el hecho de haber quedado fallo de sexo en la ma�ana, mi guevo se par� firme enseguida, cosa que no le pas� desapercibida a Mar�a, que coment�
- Ya veo, que usted como que amaneci� un poco �inquieto� y no quer�a dejar dormir a la Sra. Laura.
- Uno tiene sus necesidades. Y con ese paisaje que me recibi� al bajar� pues ya ves�
- Ujumm�no me diga esas cosas que despu�s alguien oye y piensa mal.
- O bien�Mar�a, tiene usted pareja? O sea, yo s� que no vive con nadie porque vive aqu� con nosotros�pero no s�, alg�n pretendiente, un admirador secreto... alguien.
- Nooo, no tengo a nadie. Desde que me separ� del pap� de Yesica no he tenido nada con nadie. Los hombres de por aqu� son unos brutos que no saben c�mo tratar a una mujer.
- Pero me imagino que usted tambi�n debe tener sus necesidades� digo yo.
- Pues claro, tampoco es que una es de piedra.
- Y c�mo hace una mujer tan bonita y sexy como usted para estar todo ese tiempo sin hacer el amor.
- Ella mira al suelo como con pena y contesta - Bueeeno, eso all� abajo es como un avispero, si uno no lo jurunga no se alborota.
- Ahh ya veo, pero las avispas est�n vivitas esperando a ver qui�n se atreve� Yo ser�a capaz de arriesgarme a que me piquen - Jajaja
- Ay Dios, usted si es tremeeendo�Mejor le traigo su cafecito a ver si se tranquiliza.
- Dale, te acompa�o, as� me sigo echando colirio jeje. - Dije mientras segu�a mirando su hermoso culo.
- Ahh pues! Va a seguir?. Mire que no quiero problemas con la se�ora
Ella protestaba m�s por guardar las apariencias que por otra cosa porque la sonrisa que trataba infructuosamente de disimular para que yo no la viera me dec�a que le gustaba que le echara los perros.
- No te preocupes por eso�La se�ora duerme hasta tarde. Ella misma me pidi� que la dejara tranquila porque quer�a dormir, tu hija y los m�os est�n en el colegio y llegan despu�s de las 12, as� que todo queda entre t� y yo�
- Nuuuu, mejor p�rtese bien, d�jese de inventos�mire que la se�ora se puede despertar.
La casa era de estilo abierto, por lo que no hab�a una separaci�n f�sica entre los espacios de la sala, la cocina o el comedor. Al llegar al �rea de la cocina, que quedaba, un escal�n m�s bajo que el ambiente de la sala, al ir a poder la mesa para el desayuno en la barra de la cocina, con el nerviosismo que le provocaba nuestra conversaci�n, nos tropezamos de frente, ella en el escal�n de arriba y yo debajo de manera que pude sentir sus enormes tetas en mi pecho. Como mencion� antes, no uso ropa interior, as� que ella tambi�n puso sentir mi verga totalmente erecta justo en su entrepierna, separada de su piel, s�lo por la tela del short de mi pijama y su propia ropa. Contuvo la respiraci�n por un segundo mientras mi palo quer�a perforar la tela para penetrar en su intimidad. S�lo fueron unos segundos acompa�ados de una mirada c�mplice y un suspiro pero fue rico ver como respond�a a mis avances con creciente excitaci�n.
Ya en la cocina, se dispuso a preparar caf� mientras yo la observaba. Me le acerqu� por detr�s con la excusa de alcanzar algo en el gabinete superior de la cocina y aprovechando para volver a recostarle mi guevo, esta vez entre las nalgas. Para apoyarme pas� mi mano por delante de su cintura para hacerle m�s presi�n. Acerqu� mi boca a su cuello, fue s�lo un roce pero se estremeci� toda. Inconscientemente ech� su culo hacia atr�s incrementando el contacto
- Ay se�or, p�rtese bien, mire que a m� esto me da mucho miedo�
Ya sin pudor, la agarr� por las tetas mientras le besaba el cuello. Le saqu� las tetas fuera de la blusa y el sost�n. Eran enormes. Un poco ca�das por el tama�o y os m�ltiples embarazos pero a�n eran firmes. Las areolas eran oscuras y los pezones grandes y erectos invitaban a ser mordidos y pellizcados... y eso precisamente hice. Tom�ndola desde atr�s me deleit� jugando con sus enormes melones y lo mejor era sentir su excitaci�n. Aparentemente esa era una zona er�gena muy sensible. Su respiraci�n agitada contribu�a a mi propia excitaci�n
- Te gusta? ...Ya se alborotaron las avispas?
De su garganta escapaban peque�os gemidos entrecortados intercaladas con f�tiles protestas proferidas sin la m�s m�nima convicci�n
- Ahhhhh, no, por favor� no, por favor�no me haga eso�Ahhh, por favor se�or� ohhhh mire que ya le dije que no soy de piedra� Ay Dios m�o, este hombre me va a coger de verdad...Ahhh, ahhh, ahhhhh
Yo me saqu� la verga y le baj� la lycra y las pantaletas, deslizandole mi guevo entre las piernas. La cabezota sal�a por delante entre sus labios, vaginales estimulando su cl�toris. Su cuca estaba cada vez m�s h�meda, esperando a que se la terminara de meter�pero no, a�n no quer�a hacerlo. Quer�a esperar un poco m�s y excitarla hasta el punto de que casi me rogara que me la coja
- La inclin� sobre la mesa de la cocina y comenc� a mamarle la cuca y el culo. Le apretaba las nalgas con ambas manos. Esto la volvi� loca. Gem�a con gran placer. Primero bajito y luego m�s alto
- Ahhhh � Siiii� ahhhh siiii ah�, ah�, ah�. Ohhh siiii, as�, as�, as�. C�jame, m�tamela, por favor, m�tamela� ahhh siiii, siiii. No aguantoooo...AHHHH Sent� sus espasmos al sobrevenirle un gran orgasmo.
Se la puse en la entrada de su supermojada vagina, que esperaba ansiosa, la estocada que acabara con su largo y ardiente verano. Apenas sinti� la cabeza de mi guevo en la entrada de su cuca, ech� las caderas hacia atr�s, clav�ndosela ella misma hasta el fondo de un golpe y comenz� a moverse como si bailara reggaet�n
- AHHH� ay as�, as�...dele, dele duro, que rico su guevo�ahh, ahh, ahh�que rico me coge�Ay Dios m�o estoy pasada de puta, esto est� mal... pero no me importa, que rico �Ahhhhhhhh, me va a hacer acabar otra vez�Yaaaa�ohhh siiii � as�, as�, as�iii... ahhhh �Ya me ha hecho acabar dos veces
Yo bombeaba con fuerza dentro de su vagina mientras la cocina se llenaba de gemidos y suspiros. El sexo se sent�a, se o�a, se respiraba. Sus enormes tetas se bamboleaban con cada embestida. Mar�a, que divino es cogerte� si yo hubiera sabido que tirabas tan rico, te habr�a cogido desde hace tiempo� Diciendo esto Aument� la fuerza de mi bombeo sent�a ya cerca el momento de acabar. Al darse cuenta de que yo tambi�n me encontraba cerca del orgasmo, se asust�.
- No me vaya a acabar adentro, se�or, por favor�mire que yo no me cuido
La idea de inundarle la cuca de leche logr� lo que parec�a imposible en ese momento... Aument� m�s mi excitaci�n...El orgasmo era inminente.
Mar�a que no paraba de gemir, dej� escapar un grito contenido, en el momento en que yo comenc� a acabar dentro de su cuca. Ella no paraba de suplicarme, a la vez que su propia excitaci�n aumentaba de manera exponencial.
- No me vaya a acabar adentro nuuuu!!! Ahhhhh... Ay, qu� hizo�nooo me vaya a echar su leche dentro�AHHHH...AY DIOS ESTE HOMBRE ME VA A DEJAR PRE�ADA AHHHHHHH.
Tuvo un tercer orgasmo descomunal en el mismo instante en que le llenaba la cuca de leche. Finalmente, Mar�a qued� desfallecida, jadeando boca abajo, con las tetas desnudas sobre el mes�n de la cocina, las pantaletas y el short a nivel de los tobillos, mientras mi leche le chorreaba por las piernas desde su cuca, finalmente satisfecha.
- Vio lo que hizo�Y si me dej� pre�ada, con qu� cara me le presento yo ahora a la se�ora?
- No te preocupes por eso. Si saliste pre�ada, ya tendremos chance de ver qu� hacemos. Yo soy perfectamente capaz de hacerme cargo de �l. Lo principal es... lo disfrutaste, si o no?
- Ya lo creo que si�claro que si...pero me da miedo ahora, lo que pueda ocurrir.
- Quiero cogerte muchas veces m�s. Volver a dejarte chorreando leche y no me importa si quedas pre�ada...Te gustar�a repetirlo?
Bajando la cabeza con una sonrisa de complicidad, me contesta
- Bueno�S-si, claro que si�Pero no ahorita�Usted si es, mire como me puso. Usted va a pensar que soy una putica de esas del pueblo�
- Tranquila Mar�a, Yo se que usted es una mujer muy trabajadora y muy atractiva, con necesidades como las de todo el mundo...Eso no tiene nada de malo.
- Ay se�or, yo mejor ahora me voy. La se�ora ya debe estar por despertar y tengo que terminar los oficios. Adem�s, los ni�os, ya casi deben estar llegar y tengo que hacer el almuerzo.
- Bueno� ded�cate a tus cosas y despu�s seguimos �hablando�� no puedo esperar para volver a cogerte as� de rico... Esta noche te doy una sorpresita. Estoy seguro de que te va a gustar
Diciendo esto le agarr� una de sus nalgotas y se la apret� mientras le daba un beso con un mordisquito en los carnosos labios.
- Nooo!!!... Usted est� loco, c�mo se le ocurre! Mire que en mi cuarto tambi�n duerme mi hija Y�sica.
- Ya veremos... ya veremos c�mo hacer.