Mientras Luis se retiraba a reponer leche, otro negro, con
una pija monumental se hizo cargo de Elisa mientras El�as se follaba a la mam�.
Diana se percat� entonces, cuando la polla de El�as rozaba por dentro las bolas
de sus intestinos, de que ten�a el culo totalmente atiborrado, y le pidi� a
Elisa que le fuese sacando poco a poco las gruesas esferas con el fin de dejar
el ano libre de impedimentos a la polla de su amante. Antes de sacar la �ltima
bola Diana consigui� su primer orgasmo de la jornada, que no se priv� de mostrar
con gran derroche de gritos y gemidos pese al nutrido auditorio que las rodeaba.
Elisa qued� bastante sorprendida de la impudicia de su madre a la que hab�a
tenido siempre por mujer recatada y respetable.
Al igual que el maduro Luis, el negro de Elisa altern� las
penetraciones de la vagina con el ano, pero al final eyacul� en la boca de la
adolescente, quien se trag� sin empacho el semen como hab�a visto hacer a su
progenitora poco antes.
A los pocos instantes Diana se volvi� a correr sonoramente
con su vagina llena de esperma. Elisa se apresur� a limpi�rsela con su lengua
paladeando la mezcla de esperma y de n�ctares maternos.
Descansando los cuatro apilados sobre la cama, Elisa repar�
en el brillante anillo de matrimonio de su madre que destacaba sobre su hermosa
y blanca mano contrastando con la negr�sima piel del culo de El�as y record� a
su padre.
- Mam�. �Pap� sospecha algo de tus aventuras?.
- Creo que ni por asomo, nena.
- Pues es un enorme cornudo. Me da pena.
- A mi lo que me daba pena era yo misma, que su pollita no me
rellena y sus cojoncitos se vac�an nada m�s empezar a follar, si es que lo que
me hace se puede llamar as�.
Elisa tom� jugando la mano de su madre y le sac� la alianza
con la intenci�n de probarla en su dedo. Despu�s, jugueteando con ella, la
coloc� rodeando el cl�toris de su madre y El�as que lo observaba dijo:
- Diana, viendo esa alianza alrededor de tu encantador
pimpollo creo que quedar�as muy apetecible con un anillo perfor�ndolo, y dos m�s
en los pezonazos que Dios te ha dado.
Elisa puso el anillo sobre el pez�n de su madre y corrobor�
la apreciaci�n de El�as.
- Mam�, te ver�as imponente con los piecings. Yo tambi�n me
los voy a hacer.
- Tu puedes hacer lo que quieras, pero a ver como convenzo yo
a tu padre. Ya puso pegas cuando me depil� el chumino.
- Dile que es muy er�tico y que te los pones para excitarlo a
�l. Si dices que te atiende poco, se creer� esa raz�n.
- Es posible, lo intentar�.
Se incorporaron de la cama y los negros se fueron a recuperar
esperma mientras ellas daban una vuelta por la gran sala observando el
espect�culo y saludando Diana a sus numerosas amigas y amigos.
La pre�ada Alejandra hab�a solicitado el servicio de
"Electroestimulaci�n" y esperaba que llegase alguien con el aparato mientras con
un dedo sacaba el esperma dejado en su ano por el anterior follador para
saborearlo.
- Hola Alejandra. �No ser� malo para el feto pasar por la
Electroestimulaci�n?.
- Me han asegurado que no. Hola Elisa, c�mo es que tu madre
te trae aqu� siendo tan joven. Puede ser un delito.
- Me arriesgo. Esto me gusta mucho.
- Sales a tu madre. Quien a los suyos parece honra merece.
- Pues si en cuesti�n de sexo me pareciese a mi padre, mi
madre no estr�a segura de que mereciese honra. �Tampoco tu marido te atiende
bien?
- Si, ya ves mi nueva barriga, adem�s de las cuatro que ya he
tenido, pero yo necesito m�s. Soy una ninf�mana insaciable.
En ese momento trajeron el aparato y Diana y Elisa se
quedaron a ver el efecto sobre la embarazada. �sta se tumb� sobre una cama y un
joven le coloc� unos electrodos en los gordos pezones hinchados en espera de la
leche y despu�s le introdujo un consolador met�lico por la vagina y un grueso
plug in, tambi�n met�lico en el ano. Despu�s conect� todo a unos enchufes en una
caja con mandos rotatorios y la caja a la red el�ctrica.
Oper� girando los mandos poco a poco.
- Gordita barrigona dime cuando paro.
Alejandra mostraba una pl�cida y sonriente cara. En un
momento dado cerr� los ojos y dijo que era suficiente la potencia. Un par de
minutos despu�s manifestaba peque�as sacudidas signo de suaves orgasmos
consecutivos, hasta que le sobrevino el grande que exterioriz� con la misma
procacidad y alarde que lo hab�a hecho Diana hac�a un rato. Elisa no dejaba de
sorprenderse por la impudicia de aquellas se�oras ante tanto desconocido, ya que
el trasiego de mujeres y hombres en el local era continuo y resultaba imposible
que conociesen a todos.
La pareja se acerc� a otra de las amigas de Diana, Beatriz,
que segu�a con sus manejos lesbianos. Beatriz era una mujer bastante oronda,
aunque sus carnes estaban muy bien distribuidas y coronadas por una graciosa
cara rodeada de corta melena que, en conjunto proyectaba una mujer muy atractiva
y sabrosa.
Elisa conoc�a a Beatriz desde siempre, al igual que a las
otras amigas de su madre. La se�ora segu�a siendo follada por el culo con el
pu�o por otra clienta del club que, a su vez era sodomizada por un hombre. No
estaba para salutaciones largas pero Elisa la pregunt� si es que era lesbiana.
Beatriz contest� que no, pero que prefer�a en su culo o la
vagina la mano de una mujer que la m�s grande de un hombre. Diana la pregunt� si
necesitaba ayuda y Beatriz le dijo que si le hac�a el favor quer�a otro pu�o
dentro de su gran co�o, tambi�n pelado como las dem�s.
Diana no se hizo de rogar, meti� primero dos dedos, despu�s
cuatro y en un pisp�s, h�bilmente desliz� el pulgar y pronto toda su mano
invad�a la �ntima cavidad de la mujer. Elisa qued� pasmada de que su madre
introdujera casi todo el brazo dentro. Mientras la otra mujer, la sodomizada,
segu�a con su impetuoso mete saca por el ano, Diana se dedic� a acariciar y
amasar delicadamente los �rganos internos de su amiga.
Nuevamente Elisa se qued� admirada cuando Beatriz alcanz� un
espectacular orgasmo expresivo de tales cotas de lujuria desbordada que sumadas
las anteriores ostentaciones de su madre y la Pre�ada Alejandra no se hubieran
conseguido.
Cuando salieron las manos de los agujeros, con unos sonoros
"Bfffssss" por el de delante, y un "plop" por el de detr�s, del primero comenz�
a manar una gran cantidad de jugos que Diana invit� a Elisa a apurar. La
chiquilla se bebi� aquel n�ctar con sumo placer apreciando la descomunal
abertura del chocho de la madura gordita, donde entraba la totalidad de su
lengua sin esfuerzo alguno.
Se acercaron despu�s a saludar a la otra amiga Celia. Ella
descansaba en una de las camas tras haber terminado orde�ando a los dos
jovencitos que la atend�an al entrar ellas. Alab� el juvenil cuerpo de Elisa
tras propinarle un h�medo y prolongado beso en la boca y aprob� la decisi�n de
Diana de haberla iniciado en el sexo debidamente.
- Sabe Dios como puede iniciarla un jovencito inexperto
cualquiera. Despu�s se adquieren traumas insuperables. Siempre es mekor no ligar
el sexo al amor. As� no hay problemas, ni�a.
- Celia, he visto que te estaban follando dos jovencitos. �Te
gustan as� siempre?.
- Desde luego. Ya tengo 50 a�os y no voy a desperdiciar lo
que me queda de ejercicio del sexo con viejos.
- A mi me ha desvirgado ... bueno, quiero decir que la
primera vez que me ha follado un hombre ha sido uno maduro y me ha gustado.
- Ya ves ni�a, siempre se desea aquello de los que se carece.
- Celia, intervino Diana, �Qui�n es la se�ora aquella tan
mayor que est� sentada en un sof� junto a la puerta y no para de masturbarse
pero no pide a nadie que la folle?.
- Ah, es Amparo, es viuda, andar� por los 55, pero tiene un
cuerpo todav�a muy aprovechable. No puede follar porque no ha pagado la �ltima
cuota del club. La han dejado entrar solo por hoy y que mire y se masturbe si
quiere. Pero no la dejar�n entrar m�s. Por lo visto la pensi�n de viudedad no le
da para pagar.
- Y por qu� no paga en especia, ya sabes. Yo voy a pagar as�
la cuota de Elisa. No quiero que mi marido pregunte por semejante bocado
adicional en nuestra cuenta corriente. Cree que el pago de mi cuota es de una
ONG, pero me dijo que era demasiado generosa y que no m�s ONGs.
- �Vas a pagar hoy?
- Si
- Me quedar� a verlo. Ella no puede pagar as� por ser tan
mayor. Ya tienen mucho material de maduras.
- �Y si lo hace conmigo?
- Pregunta a ver qu� te dicen.
Diana se acerc� a uno de los folladores m�s maduros y Elisa
vio como tras charlar un rato el hombre asent�a.
- La admiten si lo hace conmigo pero con n�mero guarro.
- �Guauu n�mero guarro!. No me lo pierdo. Estar�s soberbia
con ese cuerpazo que tienes.
Elisa no entend�a nada, pero antes de poder preguntar, Diana
decidi� que quer�a pagar ya y se fue adonde estaba Amparo para contarle la
oferta. Elisa vio como a Amparo se le iluminaba la cara seg�n hablaba Diana.
Despu�s se fueron juntas a hablar con el hombre que hab�a autorizado el trato.
Entraron en la sala dos hombres con c�maras de video y unos
focos sobre tr�pode que colocaron enfocando a una de las grandes camas del
centro de la sala. Mientras, Diana se despoj� de sus sortijas entreg�ndoselas a
Elisa. Iba a entregarle tambi�n la alianza matrimonial pero el hombre que
dirig�a el asunto le dijo que esa no, que daba m�s morbo que se reflejase en la
pel�cula que era casada. Despu�s tanto Diana como Amparo se colocaron unas
m�scaras de l�tex negro que tapaban toda la cabeza salvo los ojos y la boca.
Cuando estuvieron preparadas se tumbaron sobre la cama, se
encendieron los focos y a una orden de uno de los c�maras comenzaron un 69 en el
que jugaban tanto las bocas como los dedos que se introduc�an por cualquiera de
los dos agujeros. Despu�s se pusieron a cuatro patas con los culos enfrentados y
un hombre meti� dos dobles consoladores en cada agujero de cada una. De esa
manera se follar�an simult�neamente las dos cavidades. Ellas mismas empezaron a
empujar hacia atr�s hasta que desaparecieron los consoladores.
Terminada la parte l�sbica del rodaje, se hicieron cargo de
ellas tres hombres por cada una, que comenzaron a utilizar indistintamente los
tres accesos. Adoptaron toda clase de posturas de manera que los objetivos de
las c�maras tuvieran un buen �ngulo de toma. En esto destacaba Diana, a quien no
hac�a falta decirla que se retirase el pelo o que tomase posturas m�s imp�dicas
o visibles de su coyunda. Ella misma sab�a perfectamente qu� c�mara la enfocaba
y adonde, por lo que se colocaba de manera id�nea para que se apreciasen sus
penetraciones e incluso se distend�a alg�n agujero no ocupado en ese momento con
sus propios dedos para que se vislumbrase su interior.
Elisa estaba pasmada de la desverg�enza y desenvoltura de su
madre ante las c�maras y ante toda aquella gente que solamente estaba pendiente
ya de las maniobras de las dos mujeres con los seis hombres.
Todos los hombre que las follaban comenzaron a eyacular sobre
las tetas de ambas y ellas al final se lamieron los pechos la una a la otra
bebi�ndose el esperma.
Despu�s, tomadas de la mano y seguidas por los seis
sementales se dirigieron a la sala rotulada como duchas. All� no cab�a la
mayor�a del p�blico pero Elisa se las apa�� para colarse y presenciar el resto
de la pel�cula.
Las mujeres se arrodillaron sobre una amplia plataforma de
baldosas con un sumidero central rodeadas de los hombres quienes empezaron a
orinarlas por todo el cuerpo, inclusive la boca. Amparo se notaba que no tragaba
la orina, pero qued� bien patente por los movimientos de la glotis, que Diana si
se bebi� parte de la orina alojada en su boca.
Despu�s Amparo me� a Diana en la cara y boca, orin del que
Diana tambi�n se trag� algo y por �ltimo Diana me� a Amparo y se cag� en su
co�o. Amparo extendi� las heces de Diana por toda su entrepierna exponi�ndose
bien ante las dos c�maras. All� termin� el pago de la cuota de Amparo y de
Elisa.
Agotada, Diana se reuni� con sus amigas y su hija tras
ducharse para charlar un rato durante el cual Alejandra cont� como tuvo que
pagar ella una vez, despu�s de su tercer hijo y encontr�ndose con su ninfoman�a
�lgida, una cuota adicional. En esa ocasi�n ba�� con la leche de sus mamas a
cinco hombres, que despu�s la regalaron con una taza de semen recolectado en su
honor y una espl�ndida lluvia dorada, bebiendo tanto que not� su tripa como
antes de aquel parto. Lo singular de Alejandra es que era adepta, al igual que
su marido de cierta estricta secta religiosa que solo admite la pr�ctica del
sexo para procrear.
A Elisa le subi� un calent�n con la historia de la pre�ada y
se acerc� a darles juego a un par de sementales, uno blanco y otro negro, a los
que sac� el esperma que dej� almacenado en sus dos agujeros inferiores y que fue
resbalando por su entrepierna cuando se acercaba al grupo de amigas, que
celebraron su habilidad para follar pese a ser una ne�fita en el arte.
Regresaron a casa a altas horas cuando el marido y el hijo ya
dorm�an. En el camino Elisa le pidi� a su madre que la llevase otra vez al club
al d�a siguiente, pero Diana le aclar� que la cuota que pagaban solamente daba
derecho a un d�a a la semana. Eso si, ese d�a era tarifa plana, gastasen los
hombres que gastasen. Sobre la pel�cula rodada le explic� que despu�s se
comercializaba en Internet y seguramente sacaban m�s dinero que lo que val�a la
cuota as� pagada en especie.
Al mismo d�a siguiente se apa�� Diana para convencer a su
marido de hacerse los piercing y juntas fueron madre e hija a un especialista.
Elisa se horad� los pezones con dos barritas de oro rematadas por dos peque�as
bolas y se mand� colocar dos anillos, igualmente dorados, en los labios externos
de su chuminito. Diana opt� por el titanio y por un buen grosor de entre las
muestras que les ense�o el especialista.
- Se�ora, �ste que ha elegido para su cl�toris es definitivo
y un poco grueso para ese �rgano, esta dise�ado para un pez�n de tama�o
considerable. Adem�s es caro.
- �Por qu� es caro?. No es de oro como los de la ni�a.
- Es que lleva un complicado mecanismo interno para que quede
cerrado para siempre, sin posibilidad de quitarlo.
- No importa, en donde va a ir no se notar� mucho.
- Depende de las posturas se�ora.
- Ya adoptar� yo las posturas convenientes seg�n quiera que
se note o no.
- Pero es demasiado grueso.
- �Ha visto usted mi cl�toris para opinar?
- No, claro, a�n no.
- Pues mire.
Sin ning�n miramiento ni pudor se subi� la falda, se baj� las
bragas, apart� los prominentes labios y ense�� al tipo su carnoso ap�ndice.
- Si se�ora, desde luego es opulento.
- Ch�pelo si le place y ver� como se crece m�s.
El hombre no se lo pens� demasiado y emple� a fondo la lengua
y los labios con tal maestr�a que poco despu�s ten�a metida su polla en la
vagina de la se�ora ante la apremiante petici�n de la misma. Proporcion� un
orgasmo a la madre pero no se corri� ya que la hija estaba sentada sobre la mesa
de trabajo masturb�ndose y exigiendo su parte. Eyacul� en los intestinos de la
nena mientras promet�a no cobrarles el trabajo, tan solo el material.
Esa semana no pudieron acudir al club en espera de la
cicatrizaci�n de sus perforaciones. Elisa se indign� cuando supo que la cuota
pagada corr�a cuenta fuesen o no fuesen.
- Ya cuentan con ello nena. Unas veces por el per�odo, otras
porque al marido se le ocurre salir a cenar o traer amigos a casa, otras por
gripe u otros imponderables, saben que, aunque nos cobren cuota por cuatro
sesiones al mes, realmente solo aprovechamos tres.
D�as m�s tarde, Diana lleg� a casa y cuando pasaba ante la
habitaci�n de Elisa escuch� el inconfundible sonido de un combate amoroso.
Escuch� ante la puerta y se dijo que all� estaban follando m�s de dos personas.
Abri� y se encontr� a Elisa ensartada por el culo por su propio hermano Eduardo
y con el co�o taponado por un amigo de �ste.
- Pero Elisa, por Dios. Es tu hermano.
- Mami necesitaba polla y no ten�a a mano m�s que �stas.
Despu�s de todo tu tambi�n me has follado y eres mi madre.
Diana no tuvo aplomo para responder y decidi� aprovechar la
situaci�n para incorporarse al grupo y ofrecer a la boca del amigo de su hijo su
caliente y rezumante vagina de grandes labios. Ni que decir tiene, tal y como
iban las cosas, que ese d�a no termin� sin que su propio hijo se derramase en
uno de sus agujeros, que result� ser el ano. Diana y Elisa hab�an a�adido una
polla m�s a la colecci�n del jardinero, el de seguridad, etc... con una
disponibilidad mucho mayor.
Tras una nueva estancia en el club, donde Elisa ya adquiri�
fama de comehombres, el resto del tiempo se estableci� una disputa entre las dos
mujeres por Eduardo, el jardinero, el vigilante de seguridad, el cartero y
cualquiera que tuviese pene y llamase a la puerta de casa. Casi siempre ganaba
Diana ya que por ser ama de casa ten�a m�s oportunidad de pillar polla que no
Elisa que deb�a acudir al Instituto. Pero �sta no se qued� en ayunas. Pronto
adquiri� la fama de haberse tirado a todos los varones, y alguna hembra, de su
clase, incluido alg�n profesor.
Nueva sorpresa se llev� Diana otra vez que regresando a casa
volvi� a escuchar los sonidos del follado tras la puerta de su hija. Pensando en
incorporarse a un nuevo y delicioso grupito jodedor, se qued� pasmada cuando al
abrir la puerta se encontr� a su hija a cuatro patas mamando la polla de su
hermano Eduardo mientras Milo, el perro de la casa, de culo al de la chica,
ten�a enfundado su pene en el ano de ella. Eduardo empujaba r�tmicamente las
ancas de la moza para facilitar el mete saca del aparato del chucho.
Esta vez no quiso participar, aunque la escena le provocaba
ingentes mojaduras cada vez que la recordaba y se prometi� participar en la
siguiente vez que el chucho se hiciera protagonista. A fin de cuentas, se dijo,
hay que probar de todo. �Y si me gusta mucho y me lo pierdo como una tonta?.
Cuando termin� el curso, y ya con 17 a�os de edad, Elisa
comunic� a sus padres que no deseaba estudiar porque se iba a dedicar a
prostituta, que era su vocaci�n. A la chica parec�a haberle sentado de maravilla
el tratamiento a base de esperma, fuera inyectado o bebido. Sus curvas, meses
antes algo infantiles se afirmaron de forma rotunda y gloriosa en forma de unos
pechos, cintura, vientre, caderas, muslazos y ... y todo todito de ella de
inveros�mil belleza y arrebatadora sensualidad. Su padre, espantado de la idea
la expuls� de casa y Elisa se coloc� en un club alternativo para hombres que
ten�an los propietarios del ya conocido para mujeres. Poco tiempo despu�s
Eduardo tambi�n se march� de casa y se puso a trabajar en el club de f�minas,
donde algunas veces se trajinaba a su madre como a cualquier otra clienta.
A los 18 a�os, Elisa se march� a Holanda y se puso a trabajar
en pel�culas porno siendo Eduardo su representante, o su chulo seg�n el caso. Su
primera pel�cula tuvo un gran �xito y poco despu�s era elegida la actriz porno
revelaci�n del a�o en Europa. No hab�a aspecto alguno del porno que no hubiese
desarrollado ante las c�maras con suma maestr�a, fuese tan crudo como se
quisiera. Una vez foll� con su hermano ense�ando ambos el libro de familia a la
c�mara para demostrar el incesto.
Diana estaba orgullosa de ella y compraba todas las pel�culas
en que actuaba, pensando que a lo mejor, si ella no hubiese tomado la decisi�n
de iniciarla en el sexo, podr�a haber sido una insufrible g�lida impotente para
el orgasmo como su padre.
FIN
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