Relato: Mi amiga y mi empleado C�mo olvidar aquella tarde! Las cosas se fueron dando y sin quererlo terminamos en una jornada inolvidable!
Mi nombre es Ana Laura, Anita para todos, hace poco pas� los cuarenta a�os, soy soltera, la verdad es que creo que no nac� para estar en cautiverio, me gusta mucho la pija, tanto que no habr�a podido serle fiel a ning�n hombre, soy bastante putona, que vamos a hacer, esa es la pura verdad. Adem�s mientras mas pasan los a�os las posibilidades van decreciendo, mas vieja me vengo y los comentarios de que soy bastante facilonga no ayudan. Ya no estoy para noviecitos ni histeriqueos, yo solo quiero pasar buenos momentos, que me den buena pija y cuanto mas grandes mejor�
Pero no es que me est� quejando, por el contrario, soy muy feliz con mi vida y puedo decir con orgullo que prob� vergas se todos tama�os y colores, y cuando alguien ca�a en mi mira no se me escapaba.
Obviamente ten�a que esforzarme para mantener mi f�sico en buenas condiciones, los a�os no ven�an solos.
Brenda es la otra involucrada, ella es mi mejor amiga, mi amiga de toda la vida, nos conocimos en la escuela secundaria, compartimos el curso y fuimos siempre compinches mutuas, solo nos separamos un poco en nuestras carreras universitarias, ella sigui� abogac�a mientras que yo fui por la parte contable. Ambas nos recibimos muy j�venes, volvimos a encontrarnos y e hicimos una sociedad, un peque�o estudio jur�dico contable. Ambos temas van de la mano y una cosa trae a la otra, as� que crecimos juntas, nuestros clientes pasaban muchas veces de una a la otra. Nos fue bien, no nos podemos quejar, hoy tenemos una lindo piso en un edificio, en la zona mas paqueta de la ciudad, con amplios ventanales que dan el r�o generando una hermosa vista, que relaja.
Ella al contrario que yo, si est� casada, tiene cuatro hijos y a pesar de eso no a dudado en tener amor�os paralelos todo el tiempo, su marido es embarcado y viaja por todo el mundo, pasan meses y meses sin verse, as� que pueden imaginarse la situaci�n. Yo soy la persona con quien mas tiempo pasa por d�a, ocho, nueve, diez horas compartiendo la oficina. Nos conoc�amos todo de una a la otra, me contaba sus aventuras extra matrimoniales y no pod�a dejar de admirarla, como pod�a llevar esa vida. A pesar de sus cuatro hijos era muy bonita, siempre lo hab�a sido, en especial sus piernas y su culito paradito eran un deleite, le ten�a una sana envidia, Brenda se re�a y bromeaba, me dec�a que era por la pr�ctica contante de sexo anal, cosa que a ella le fascinaba y me dec�a que deje de reprimirme y me decida a hacerlo, por el contrario yo le dec�a que le iba a dar clases para que aprenda achurar pijas, cosa que me encantaba hacer y por cierto soy muy buena en eso.
Y bueno, as� pasaban nuestros d�as, ella aprovechaba cuando su marido no estaba, yo era libre de hacer lo que quisiera, eso si, hab�a una ley no escrita que cuando alguna andaba haciendo l�os por ah� al otro d�a deb�a contar lo sucedido con lujo de detalle en los peque�os breaks de trabajo que hac�amos, guau! siempre terminaba excitada y me costaba concentrarme para volver a la rutina.
Todo iba bien hasta que la chica que ten�amos de empleada, si, ten�amos una empleada administrativa multifunci�n que nos daba una mano con todos los tr�mites en bancos, con los colegas, armaba nuestras agendas, telefonista y algunas cositas mas renunci� para poder dedicarse de lleno a sus estudios. Pero por suerte ella nos recomend� a un amigo suyo, que era muy buena persona, quer�a aprender y necesitaba trabajar. Cuando se present� Ignacio a la primera entrevista me caus� una muy grata impresi�n, y a Brenda lo mismo, ten�a una muy linda fragancia, carilindo, respetuoso y muy buena presencia, alto, una remera ajustada al cuerpo mostraba un torso musculoso, todo trabajado, not� unas manos grandes, apenas hab�a pasado los veinte a�os. Cara cuadrada, tipo sajona, de fuerte mirada, pero tierna a la vez.
Casi de inmediato me compr� y supe que era la persona indicada y luego de unos meses supe que no est�bamos equivocadas con la elecci�n. Respetuoso, servicial, siempre predispuesto a colaborar, nos trataba como a dos damas, siempre de Ud., a pesar de �nuestro prontuario�.
Como cont� al principio, cuando alguien se pon�a en mi mira no se escapaba, y �el� estaba en ella. As� que d�a tras d�a lentamente lo fui acosando, lo fui preparando a fuego lento, me quer�a comer ese caramelito, puse en juego mis artima�as femeninas, un peinado sugerente, una tocadita �sin querer�, un pollera cortita, agacharme a recoger un papel que casualmente se me hab�a ca�do cerca de el, un bot�n de la blusa que olvidaba abrocharme, una palabras con doble sentido, una mirada insinuante, tocarlo cuando le hablaba.
Ambos �ramos concientes de lo que estaba pasando, hasta que el no aguant� mas la situaci�n y una tarde me dijo: (creo recordar palabra por palabra)
- Mire se�ora Anita�
- Sra.? Hasta cuando me vas a tratar de ud.? no soy tan vieja�
- Est� bien, me cuesta un poco, pero� mir� Ana, hace rato que est�s tratando de pasar el l�mite, lo mismo que Brenda, pero yo no quiero tener problemas con ninguna de las dos� yo no tengo problemas, si ustedes se ponen de acuerdo� les aseguro que no se va a arrepentir.
- Pero como? As� que mi socia te anda coqueteando y yo no sab�a nada!
Resumiendo, Brenda y yo est�bamos siguiendo la misma presa y no nos hab�amos contado nada. Habl� con ella al respecto y entre una cosa y otra acordamos �comerlo� las dos juntas, como el hab�a pedido.
Entre ambas elegimos una tarde para la semana siguiente, ya que ella estaba en sus d�as femeninos. Pas� esos d�as calent�ndome lentamente, imagin�ndome la situaci�n, ese pendejo hermoso, compartirlo con mi amiga de toda la vida, nunca hab�a formado un tr�o�.
Esa tarde nos juntamos ambas en nuestra salita de reuniones, previamente nos hab�amos asegurado de no tener ning�n compromiso, nos sacamos la ropa, recuerdo que me hab�a puesto un peque�o conjunto rojo, todo calado y transparente, colaless, mientras que ella ten�a uno celeste, mas chiquito que el m�o, sus grandes curvas quedaron a descubierto, confieso que me sent� un poco intimidada por su belleza. Brenda llam� a Ignacio por el intercomunicador. El se present� y al vernos entendi� lo que pasaba, entr� y cerr� la puerta con llave.
Yo me hab�a sentado en el apoya brazos de un sill�n doble, para dos personas, mientras ella estaba sentada c�modamente en otro simple a un costado. Le hice se�as a el con la mano, invit�ndolo a que se acercara, el vino a mi encuentro y se sent� sobre el espaldar, mas arriba m�o dejando su entrepierna a la altura de mi cabeza. Se sac� la remera que ten�a, guau! que cuerpo, era todo m�sculos, sus b�ceps, sus pectorales, su vientre era una tabla, su piel suave, que hermoso que era! Ten�a un pantal�n holgado, inmediatamente comenc� a refregar su miembro, lo sent�a crecer ah� abajo por el afecto que le daba, crec�a y crec�a, era enorme. Al mismo tiempo que todo esto pasaba, al costado Brenda se hab�a sacado la bombacha, hab�a puesto una pierna a cada lado y jugaba con un plug anal que hab�a guardado secretamente en la cartera, desgraciada! Pens� como le gustaba tener algo en el culo� encima era enorme, era un cono de goma que se iba abriendo mas y mas, ella se hab�a lubricado bien y lentamente iba jugando y haciendo fuerza, empujando hacia adentro.
Yo estaba distra�da, por un lado mirando como jugaba mi amiga, por el otro acariciando esa serpiente que no terminaba de despertarse, hasta que Brenda me dijo:
- Y? dale� no se la vas a chupar?, estoy esperando, ya que sos tan buena�.
Volv� en mi, con su ayuda termin� de desnudarlo y por Dios! que terrible miembro que ten�a!!! Nunca hab�a visto algo as�! y miren que he probado pijas en mi vida!!! No soy muy buena calculando medidas, pero lo agarr� con ambas manos y aun quedaba su cabeza libre, era tan gruesa que no alcanzaba a rodearlo con mi mano, era un monumento!!! Dura como una piedra, circuncidada, su cabeza luc�a brillante, se me hizo agua la boca, el sab�a lo que ten�a y sonre�a al ver mi cara de puta viciosa. Me agarr� de los pelos y me condujo hacia ella, abr� mi boca todo lo que pude y mmmmm!!! que placer sentirla en mi interior, su sabor a hombre!
Cerr� los ojos, jugu� con mi saliva en su cabezota, la recorr� en c�rculos con mi lengua una y otra vez, la recorr� cent�metro a cent�metro disfrut�ndola toda, las masturb� lentamente mientras me la com�a al mismo tiempo, me la met�a bien adentro de mi garganta, hasta ahogarme con carne, una y otra vez, como me perd�a chupando pijas! me olvidaba de todo a mi alrededor�.
Tan concentrada estaba que no hab�a notado que Brenda se hab�a acomodado a mi espaldas, hasta el momento en que sus manos acariciaron mis pechos, abr� los ojos y dirig� mi mirada a ese sector, me estaba bajando el corpi�o liberando las tetas, un escalofr�o recorri� mi piel, nunca una mujer me hab�a tocado as�, no pude resistirme, no quise, ella apoyo sus pechos en mi espalda y pasando un brazo a cada lado acariciando los m�os con dulzura, apretando con delicadeza mis pezones, yo apoy� la pijota en mi hombro y segu� lamiendo su tronco, cerca de sus test�culos, como convid�ndola, ella acept� y a mis espaldas comenz� a chuparle la cabezota. El agradecido, as� estuvimos un buen rato, mis pezones endurecidos entre sus dedos, y ambas chupando ese majestuosos sable, alternando entre ambas y yo sin soltarlo recorriendo su pecho con mi mano libre!
Cuando el se cans� nos hizo acomodar para cogernos, me sac� la bombacha a mi tambi�n y nos acomod� a ambas una al lado de la otra, las dos en cuatro patas, mi concha a esa altura estaba toda mojada, deseando ser penetrada, Brenda la recibi� primero, pude ver el placer en su cara desfigurada, la hac�a gritar en cada embate, ella llevaba un brazo hacia atr�s intentando hacer tope en su vientre antes que la pija le llegue al fondo, pero el le daba una y otra vez al tiempo que acariciaba mis nalgas y rondaba en mi cl�toris, mas deseaba y mas lo quer�a, no estaba dispuesta a aflojar. Unos embates mas y el se acomod� detr�s de m�, Brenda a�n estaba perpleja y cuando me la introdujo entend� el motivo, la puta madre! Me mat�! La sent� hasta el est�mago! empez� a darme una y otra vez, que dolor! no era lindo� el se re�a�. Grit� como nunca antes� altern� entre mi amiga y yo una vez mas y ambas convinimos en que esto no estaba bueno�
As� que lo hicimos sentar y ahora yo me sent� sobre el d�ndole la espalda, ahora si! yo manejaba los tiempos y eleg�a hasta donde quer�a que me entre, busqu� el punto justo para que el placer no se transforme en dolor, y as� empec� a subir y bajar, el me ayudaba tom�ndome de los gl�teos. Brenda volv�a a sorprenderme y se arrodillaba entre las piernas de ambos al tiempo que empezaba a leng�etear mi cl�toris, nunca lo hubiera imaginado pero a esa altura la dejaba hacer lo que quisiera, as� mi conchita empez� a largar un peque�o orgasmo con los embates de esa preciosa verga, uno, dos, tres� perd� la cuenta seguro fueron mas de siete, nueve tal vez�. Adem�s mi cl�toris estaba por explotar, pero cada vez que estaba por hacerlo, el sacaba la pija de mi concha y se la daba a ella para que la chupe, con lo que a su vez se olvidaba de mi, pero, bueno, todo no pod�a! y con mi conchita estaba mas que satisfecha�
Mi amiga me pidi� reemplazarme un rato, as� que le ced� el lugar, me sent� a sus pies mientras ella se subi� a cabalgarlo, pero frente a frente, es decir que su culo y su espalda quedaron ante mis ojos, me llam� la atenci�n que el plug anal a�n permanec�a en su trasero. La argolla de Brenda disfrut� un buen rato de la terrible pija de Ignacio ante mi caliente mirada, ella se la com�a toda y a�n le quedaba media pija afuera. Pas� un tiempito, se sac� el juguete del culo y lo cambi� por la pija, ahora si que gritaba, no pod�a creer que una mujer disfrutara tanto cuando le romp�an el culo. As� se mov�a, el la tomaba de sus anchas caderas y le perforaba el trasero. Cada tanto el repet�a la maniobra que hac�a antes cuando me cog�a a mi, la sacaba de su culo y me la dejaba para que se la chupe. La verdad es que toda esta situaci�n, esa semejante pija en mi boca y d�ndole en el culo a mi amiga alternadamente, los gemidos de ella y ver su ano terriblemente dilatado, imposible de cerrarlo, hicieron que me masturbe lentamente hasta largar el orgasmo que me faltaba, justo justo lo hice cuando le pasaba la lengua en el glande, una ola de placer interminable pas� por todo mi ser�
Ya estaba satisfecha pero Brenda le pidi� que siga d�ndose por el culo, as� que el me acomod� de espaldas contra el piso y a ella sobre mi, pero invertida, en cuatro patas y me pidi� que le abriera los cachetes. As� le empez� a dar otra vez, desde mi lugar solo me qued� observar, sus test�culos, su verga desde abajo, entrando y saliendo, a unos diez � veinte cent�metros sobre mi cara, ella se masturbaba su cl�toris, tal vez pensaba que ir�a a chup�rsela, pero yo no estaba dispuesta a hacerlo, yo era hembrita cien por ciento. Ignacio estaba por acabar, yo no sab�a d�nde iba a hacerlo, pero el perverso sac� la pija del orto de mi amiga y se termin� masturbando lentamente, asegur�ndose de acabar donde quer�a, como una canilla mal cerrada que queda goteando, donde? Si adivinaron�. Abr� bien la boca y gota a gota fue cayendo en mi garganta, su hermoso esperma blanco, espeso, viscoso, caliente. As� se fue llenando gota tras gota, que delicia! Cuando termin�, qued� con la boca llena, jugu� un poco y me lo tragu� todo, dije que me encantaba chupar pijas!
Esa tarde qued� entre nosotros tres, nosotras intentamos repetirla, pero al poco tiempo el tambi�n nos dejar�a buscando nuevos horizontes�
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Relato: Mi amiga y mi empleado
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