Autora: Incestuosa

POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO

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Cap X

Despu�s de que mi hermanita Luci fuera desflorada por papito
de aquella forma tan sutil, y que tanto placer y calentura nos proporcionara a
ambas por medio de su ardiente relato, y habiendo preparado mi papi por
much�simo tiempo el terreno para llegar al desenlace que tanto Luci como papi
deseaban ardientemente; yo me daba cuenta interiormente que tambi�n en mi caso
ese terreno estaba siendo fertilizado cuidadosamente por pap� para poder llegar
a hacerme lo mismo. S�lo que no sab�a cuando suceder�a, lo cual me produc�a
sentimientos perturbadores que trataba de no aflorar para nada. Pod�a sacar la
conslusi�n, sin embargo, de que no obstante mis ocho a�itos, y al escuchar aquel
candente relato de desvirgamiento por boca de mi propia hermana, era indudable
que pronto habria de ser yo la desflorada, lo que me llenaba de un gozo profundo
e indescriptible y hac�an que mi coraz�n latiera desesperadamente cada vez que
me pon�a a pensar en c�mo ser�a todo aquello; en lo rico que sentir�a cuando por
fin me la metiera, y sobre todo, en las primicias tan dulces del sexo carnal que
por supuesto y debido a mi corta edad, jam�s hab�a experimentado.

Pasaron los d�as con la apacibilidad de siempre, ya que
cuando no ten�amos encuentros sexuales de manera oculta entre nosotros
manten�amos un estilo de vida sin contratiempos y sin problemas, pues mi familia
era un grupo de personas muy unido, cari�oso y fortalecido en muchos aspectos,
aunque reconozco que en el tema del sexo guard�bamos muy bien aquella serie de
secretos �ntimos que por lo dem�s le pon�an a mi existencia de infante una
especie de toque de suspenso y emoci�n tan especial y apreciada por m�.

Por eso fue que mi alegr�a se desbord� cuando d�as despu�s,
papito me invit� de nuevo a irme con �l al establo. Emociones eoncontradas
subieron hasta mi pecho y los sentimiento de j�bilo que tanto me estimulaban
(sobre todo all� entre lo oculto de mis piernitas), volvieron a hacerse
presentes debajo de mis calzoncitos. Asi que en un momento dado me hallaba de
pronto subida con papito sobre su caballo, en tanto yo cantaba de contento por
el camino. M�s no puedo decir que esta vez, como mi hermana Luci lo presinti�,
yo estuviese segura de que por fin papito me har�a lo que tanto ya anhelaba,
sobre todo despu�s de haber conocido por boca de mi hermana lo ocurrido en su
experiencia anterior con papi. Ignoro si papito no se estaba sintiendo bien
durante esos d�as, o si tal vez estar�a abusando demasiado del sexo de modo que
se sent�a agotado y sin lechita, pues en esta ocasi�n me dio la total libertad
de irme a jugar por el campo; y aunque por supuesto busqu� la manera de
espiarlo, en esta ocasi�n no pas� nada. Por el contrario, y mucho me extra�� que
papito, al terminar sus labores, se metiera al establo y se acomodara con todo y
ropa a dormir como un lir�n sobre la mesa del establo. Todo aquello, al
principio, me caus� un sentimiento de decepci�n, pues mis expectativas eran
otras, como podr�n adivinar. �Qu� me quedaba por hacer? Simplemente no pod�a
despertar a papi, pues al pobrecito lo ve�a realmente cansado incluso desde que
�bamos camino a la orde�a.

Me qued� algunos minutos sentada en la parte de atr�s de la
caba�a escuchando los ronquidos que emit�a pap�, un poco desalentada por lo
sucedido; y poco a poco me recuper� de la decepci�n de no tener esta vez
jueguitos con papi, retir�ndome con rumbo al bosque, con un hilillo de lechita
escurri�ndome entre mis pantaletitas, para distraerme tratando de darle tiempo
suficiente a papi para que descansara. Me fui caminando lentamente por en medio
de los altos y verdes �rboles, con la cabeza baja y con mis pensamientos puestos
en otra parte. Me hab�a alejado lo suficiente de tal manera que ya no se ve�a la
caba�a, cuando escuch� a lo lejos el galopar de caballos. A mi me extra�� darme
cuenta de aquello, ya que los terrenos eran propiedad privada de mi papi y casi
nunca se ve�a a gente extra�a por los alrededores. Sabi�ndome sola y recordando
las recomendaciones de mi mami, pens� en esconderme buscando inmediatamente
alg�n lugar apropiado donde no pudiera verme nadie, aguzando los ojos y los
o�dos y dispuesta a ver de quien se trataba y que era lo que ocurrir�a.

Pasados algunos minutos escuch� el ruido de cascos de
caballos acercarse como a unos diez metros de donde yo me hallaba tirada en el
suelo, hasta que ces� el ruido, oyendo resoplar a los caballos y pudiendo o�r
tambi�n claramente el murmullo de vocecitas, risas y gritillos suaves que se
perd�an en la inmensidad de la pradera, pero que yo, desde mi escondite entre
las tupidas ramas de sauces pod�a captar con toda claridad.

-Queda lejos el establo de aqu�, Carlitos....?

-Si...no te apures...este lugar est� bastante alejado del
corral....aqu� nadie nos podr� ver.

-Pero...recuerda que pap� est� orde�ando las vacas....vino
con Julita...no nos vayan a ver....

-No lo har�n...descuida Cesar�n....yo conozco bien estos
parajes....papi jam�s viene por aqu�....te lo aseguro....

Aquellas voces eran inconfundibles y las reconoc� de
inmediato. Se trataba de mi hermano Carlos, de doce a�os, y de mi otro
hermanito, C�sar, que para entonces ya iba a cumplir cinco a�os y era el menor
de la familia. La sorpresa de que ellos dos se hallaran all� solitos hizo que mi
coraz�n saltara dentro de mi pecho, sospechando que quiz�s iba a ser testiga de
alg�n otro secretito entre mis hermanitos, que hasta ahora desconoc�a. As� que
dispuesta a descubrir aquella nueva revelaci�n, y sinti�ndome de pronto excitada
en extremo y llena de inconfundible deseo, me acomod� perfectamente en mi
escondite disponi�ndome a contemplar con tranquilidad, pero llena de brama y
calentura, lo que habr�a de suceder.

Una vez que ellos buscaron un lugar apropiado entre el
follaje, donde no pod�an ya ser vistos por nadie, m�s que por m�, vi que se
abrazaban con pasi�n, prodig�ndose besos y caricias en el cuello y la boca que
muy pronto desencadenaron su exacerbaci�n, sobre todo en Carlos, que por ser m�s
grande era quien llevaba la batuta en aquel juego �ntimo y subrepticio.

-Ven aqu�, Cesar�n....y anda...qu�tate ya la ropa....

-Si....

Empec� a ver c�mo los dos se despojaban r�pidamente de sus
ropas, quedando ambos desnudos frente a mis escondidos y agazapados ojos, que
ocultos en la oscura parte de atr�s del matorral que me serv�a de refugio, eran
testigos �nicos de aquel extra�o suceso que estaba a punto de admirar en toda su
belleza. Estando por f�n los dos completamente desnudos, v� cuando Carlos tom� a
Cesarin de su cinturita poniendo sus brazos alrededor de sus nalguitas,
abri�ndoselas con las manos lo m�s que pudo para ir enseguida a meterle los
dedos en aquel pasaje secreto, intentando penetrarlo con el dedito principal.
Mientras tanto Cesar se revolv�a inquieto metido entre sus brazos gozando de la
intensidad de la caricia, tratando de abrir lo m�s que pod�a sus piernitas a fin
de facilitarle la maniobra trasera a Carlos. Para entonces pude admirar la verga
parada de Carlitos, que aunque no era ni con mucho como la de papito, s� estaba
algo larguita y bien parada, lo que me hizo pensar en el tama�o extraordinario
del pip� de papito que tanto deseaba tener adentro de mis entra�as.

Al igual que Carlos, a Cesar�n tambi�n se le par� su pip�,
observando claramente que se trataba de un peque�o botoncito de carne escondido
entre su pubis imberbe que con toda seguridad no estaba a�n preparado para ls
batallas como el palo duro y largo de pap�. Viendo todo aquello saqu� la
conslusi�n de que Carlitos, a�n cuando su falo ya empezaba a adquirir
dimensiones de var�n adulto, era a�n un adolescente a quien todav�a le faltaba
fuelle, pues no ten�a pelitos encima de su pitito, y su cosita, aunque no tan
cortita, s� que era demasiado delgada: Pero me dije para mis adentros que aquel
pitillo flaco de Carlos, una vez adentro del culito de Cesar�n, s� que pod�a
causarle places, sin duda alguna.

-Ven aqu� C�sarito...acom�date bien....

Al ver que mi hermanito C�sar se pon�a inmediatamente en
cuatro patas tratando de abrir sus piernitas todo lo m�s que pod�a, dejando a la
disposici�n de mi hermano mayor su traserito levantado y abierto, pens� que con
seguridad no era aquella la primera vez que lo hac�an. Y efectivamente,
acomod�ndose Carlitos detr�s de Cesar, con su pip� paradito en sus manos, se le
acerc� por detr�s y le puso su falito delgado y semilargo en el esf�nter del
culito, para enseguida comenzar a empujarla intentando met�rsela, no sin antes
haberse embarrado de saliva toda la punta de su cabecita rosada.

Cesar�n soport� con valent�a el embate de su hermano mayor,
que de inmediato se le mont� encima empuj�ndole su verga hasta adentro en el
culito, mientras escuchaba c�mo los gemidos de placer por parte de los dos los
hund�a en el precioso mundo de deliciosas fantas�as sexuales y de calentura
desbordada.

Permanecieron disfrutando ambos de aquel encuentro homosexual
por varios minutos. Yo observaba la cara de Carlos como se enrojec�a presa de la
brama, a medida que met�a y sacaba su pito del culo de su hermano, y c�mo
tambi�n C�sar, trambucado en cuatro patas y de a perrito sobre el c�sped del
escondite, a pesar de su corta edad, ya comenzaba a gozar de aquellas delicias
del sexo anal, quiz�s llevado de la mano y convencido por su hermano mayor, a
quien por lo visto le encantaba tambi�n practicar el sexo incestuoso como a mi.
Yo me preguntaba para mis adentros: �Ser�a aquella la primera vez que
cog�an?......�Y si no, como casi sospechaba, cu�ntas veces se habr�a cogido
antes Carlitos a Cesarin?

Aquellas eran dudas que asaltaban mi mente y me produc�an una
calentura fenomenal entre las piernas, por lo cual y sin perder de vista el
espect�culo singular que se representaba ante mis ojos, comenc� a tocarme con
violencia mi papayita totalmente inundada de humedad haciendo a un lado las
braguitas y el el�stico de mis calzoncitos, metiendo mis dedidos con furia
inaudita y tratando de ahogar los gemidos que amenazaban con salir de mi boca.
Pude darme cuanta que yo me orin� casi al mismo tiempo que Carlitos se orin�
tambi�n adentro del culito de C�sar, pues mientras yo estaba a punto de gritar
de placer y de gozo, Calitos s� que no ocult� en lo absoluto sus sentimientos,
pues comenz� a gritar que se iba a venir adentro del culito. As� estuvieron
movi�ndose por algunos segundos m�s, hasta que Carlitos, aflojando sus piernas y
los m�sculos de su cuerpo, comenz� a sacarle la verga, ya fl�cida, de adentro
del hoyito de mi hermano, la que pude ver embarrada de un semen m�s transparente
y menos espeso que el que papito me echa a mi y a Luci.

Antes de vestirse, los dos volvieron a abrazarse de nuevo
prodig�ndose caricias como de agradecimiento, principalmente Carlitos, quien no
dejaba de tocarle y apretarle las nalguitas a su hermano menor. Al cabo de un
rato se pusieron sus ropas, otearon por los alrededores para asegurarse de que
no hab�a nadie, y montando Carlos sobre el caballo a C�sar, mont� el tambi�n en
el suyo, alej�ndose al trote del lugar. Cuando me di cuenta de que se hallaban
lejos, sal� de mi escondite toda llena de ramitas de pasto pegadas a mi
vestidito corto, procediendo a sacudirme todo aquello para dirigirme al establo.

Mientras caminaba hacia el establo algunas preguntas me
bailaban en la cabeza. Me preguntaba, despu�s de haber visto a mis hermanos
cogiendo ocultamente, que el sexo no tan solo se hac�a entre hombres y mujeres,
sino que por lo visto, tambi�n era practicado entre personas del mismo sexo. �Y
como no, me dec�a...? �Qu� acaso yo no hab�a deseado tambi�n a mamita....? �Y
con mi hermanita Luci, cuando ella me contaba sus cositas....? Tambi�n nos
hab�amos tocado, besado y tantas cosas que me encantaban. Me daba cuenta que
cuando papito me tocaba y me pon�a su verga entre las piernas, sobre mi vulvita
sin pelitos o sobre mis nalguitas...eso tambi�n era algo que me gustaba en
demas�a.

Si �me contestaba yo misma-, el sexo es practicado por
cualquier persona no importando si es hombre con hombre, mujer con mujer, ni�a
con ni�a, ni�o con ni�o, o entre padres, lo cual parec�a ser el estigma que
reinaba en mi familia.

Sumida en pensamientos y cavilaciones, llegu� por fin al
establo, viendo que papito continuaba dormidito. Como advert� que ya era tarde,
comenc� a moverlo de un lado para otro llam�ndolo para que despertara.

-Papito.....papito.....despiertate.....

-Hmmmmm?.....Ay Juli�me qued� bien dormido....perdona....

-No te preocupes papi....pero creo que ya es muy tarde....

-Oh, si.....prep�rate que ya nos iremos.

-Papito?....

-Si mi hija? �me contest� mientras se desperezaba-

-Hoy no jugamos a nada.....la pr�xima vcz que
vengamos...ahora s� jugaremos...?

-Claro..Julita...te doy mi palabra de que as� ser�.... �Me
dijo, tom�ndome en sus brazos y llev�ndome fuera de la caba�a hasta donde se
encontraba ensillado su caballo.

Esta vez regresamos a casa sin haber vivido ninguna
experiencia con mi papi, pero eso s�, llev�ndome escondidas en mi mente todas
aquellas escenas nuevas y calientes que hab�a visto hacer a mis hermanos entre
lo oculto del campo.

D�as despu�s de aquellos sucesos, mi hermanita Luci me dijo
suavemente al o�do:

-Juli...te tengo otra sorpresa.....�quieres que te la
cuente....?

-Si, claro....

-Entonces v�mos a nuestro escondite....te esperar� all�
dentro de cinco minutos....

-Est� bien....

Cinco minutos m�s tarde nos hall�bamos c�modamente instaladas
en nuestro escondite, totalmente ajenas a la presencia de cualquier persona.

-Dime Luci...que es.....?

-Papito me llev� ayer al establo de nuevo.....

-Si...lo supe....y cre� que no hab�a pasado nada porque nunca
me lo insinuaste....dime que pas�...

-Que ahora si.......sucedi�

-Ahora si sucedi� que, Luci....?

-Pues qu�...mensa.....lo que t� ya sabes

-Ohhh....no me digas que....

-Siiiiiii.....

-Ahhh....Luci,....te envidio, manita...

-Oh no, peque�a....ya te dije que seas paciente....Mira,
tienes que aprender a esperar....

-T� lo dices porque ya tienes a papito....y �l te lo hace
cuando quiere....pero yo.....

-Mira, es s�lo que....yo soy un poquito m�s grandecita que
t�.....supongo que papito est� esperando el momento oportuno para hac�rtelo
tambi�n a ti.....ya lo ver�s....

-Si....tal vez si.....ojal�....

-Claro que si, tonta...

-Est� bien....me contar�s lo que te hizo?

-Si, claro....

-Pues cuenta ya...que estoy moj�ndome todita....

-Ay y que crees?....yo tambi�n estoy igual....

CONTINUAR�......