Relato: La limpiadora La tarde ca�a sobre la oficina, la computadoras estaban todas apagadas menos la que yo estaba usando, su luz iluminaba mi escritorio y un peque�o tramo del piso de aquel gran recinto.
Todos mis compa�eros y compa�eras de trabajo ya se hab�an retirado, a mi quedaba un peque�o archivo para resolver, pero ya lo ten�a para guardar, en eso fue que sent� pasos a mis espaldas.
Me di vuelta y la v� en penumbras, ven�a acerc�ndose, y la record� era la limpiadora, la que llegaba despu�s que nosotros terminabas la jornada. Una vez me encontr� con ella en la puerta de salida, salud� pero no puse mucho antenci�n a su fisonom�a, ahora la estaba observando. Era un mujer madura, tal vez llegando a los cincuenta, algo alta pero robusta, rolliza, cabello rojizo y ojos muy celestes y p�caros.
Ten�a unas manos algo regordetas pero cuidadas, estaba enfundada en una t�nica azul marino, que recubr�a su cuerpo amplio, parec�a gorda, pero sin embargo era una mujer atractiva, me pareci� , tal vez era la penumbra, la hora o mis ganas de estar con una mujer, hacia un mes que Hilda me hab�a dejado y desde ese momento no ten�a relaciones.
Mi imaginaci�n se desat� y me vinieron ganas de cojerla, ella parece que adivin� mis pensamientos, porque se acerc� moviendo sus amplias caderas y en sus ojos celestes hab�a una p�cara sonrisa, me dijo - soy la limpiadora! yo me lanc� como un oso en celo, y le busqu� los labios para comerla de un beso, pero mi sorpresa fue grande, porque ella, me lo devolvi� con creces, metiendo su lengua en mi boca, y con la punta me acarici� las encias, mientras sus manos rollizas me buscaban el miembro por encima del pantal�n, que al contacto de aquellas suaves manos se empez� a endurecer. busqu� sin tacto ninguno acariciar los pechos y ella muy paciente y habilidosa me masajeo con maestr�a el miembro ya erecto. Me apaciguo , y me ayud� a quitarle la t�nica, entonces encontr� que debajo ten�a una blusa blanca ajustada que cubr�a dos enormes y desplayados senos, me calent� m�s , y busqu� quitarle la blusa, ella, segu�a masajeando sab�amente mi pene por encima del pantal�n, cuando le quite la blusa y desprend� el gran sujetador, dos enormes tetas se cayeron sobre su vientre, eran bien grandes, y los pezones rosados, entonce las bes� con fruici�n, las chup� con devoci�n, ella me corri� el cierre del pantal�n y solt� mi pija, que estaba bien dura, la acarici� desde el prepucio hasta el tronco, y con la otra mano me acaraciaba los testiculos, era un placer tremendo, yo intent� quitarle la pollera, pero ella me recost� sobre el escritorio, y mientras me acariciaba, me ayud� a quitarme la camisa, ah� me beso las tetillas, sent� que mi verga vibraba, ella no la descuido y le acarici� la punta con los dedos cerrados,se bajo la pollera, y pude ver sus piernas rollizas, grandes y unas nalgas enormes, algo flojas pero enormes, que culo grande , me recontra calent�, sin embargo ella, me reclin� suavemente sobre el escritorio, se arrodill� y entonces senti una sensaci�n maravillosa, me beso y me chupo la pija como nadie lo hab�a hecho!!
me entregu� por completo a ese gran placer, me acariciaba los testiculos, y cuando estaba bien dura, me la envolvi� entre sus tetas, haciendole una paja sensacional, cuando aparec�a la punta, la lam�a, y todo se apresur� cuando su mano me acarici� la raja del ano, ah, y ah� me chupo la verga con una intensidad que mis sensaciones fueron explosivss, senti que mi leche corr�a hac�a la punta en forma loca, y torrencial, ella tambi�n sab�a que me ten�a a disposici�n, freno un poco la caricia y suavemente fue trayendo la leche hasta su boca, ahi explot� y gem� como un loco, que polvo me estaba sacando,cuando me sinti� seco, me lami� la punta, y me dejo el pene bien limpio y reluciente. Yo quise seguir, pero mirandome con sus ojos claros me dijo, otro d�a , ahora yo vine hacer la limpieza.
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Relato: La limpiadora
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