Aquel día llegaban Paco y
su mujer a nuestro chalet en la playa para
pasar una semana juntos, sin niños,
para disfrutar del verano y recordar
viejos tiempos.
Paco y yo nos conocíamos
desde el colegio, éramos de la misma edad. Nos
habíamos reído mucho
juntos y desde hace cinco años no nos veíamos. Ya
teníamos 35 años
y ambos estábamos casados y con hijos. Todavía recuerdo
nuestras juergas en el colegio
y nuestras primeras experiencias, en todos
los sentidos.
Recuerdo con especial morbo, y todavía
hace que se me ponga dura, aquel día
que estábamos los dos solos
en su casa viendo pelis porno, con 18 años.
Aprovechábamos que su madre
no estaba por la tarde, estaba separada,
y nos íbamos al video club
a alquilar una peli porno. Al principio solo
veíamos, pero Paco un día
me preguntó si le importaba
que se masturbara delante de mi
viendo la peli,
le dije que no y cuanto el empezó
yo hice lo mismo. Ahí estábamos los dos
pajeándonos delante del
televisor hasta que nos corríamos. Ese día tan
especial Paco me propuso que nos
masturbaramos mutuamente, me sorprendió,
pero me dijo que era para probar
nuevas experiencias, acepté.
Se sentó a mi lado y me la
empezó a menear, la sensación era muy placentera
y decidí corresponderle,
agarré su polla con mi mano y empecé a subir y
bajar a lo largo de su mástil.
Esa nueva sensación dio sus frutos casi de
inmediato
primero se corrió él
y me mancho la mano con su leche, era la primera vez
que un otra polla se corría
en mi mano. Una vez que el acabó
se centró en darme más
placer y mientras me la meneaba con su mano empezó a
tocarme los huevos con la otra,
así estábamos cuando vi aparecer a su madre
por la puerta.
Paco no se había dado ni
cuenta y seguía meneándomela y tocándome los
huevos,
yo me quede petrificado pero era
tanta mi excitación que no fui capaz de
decirle nada. Mientras de la tele
venían los gemidos de una rubia a la que
le
estaban rompiendo el culo mientras
chupaba una enorme polla. Paco a mi lado
lleno de semen por su corrida anterior
seguía masturbandome. Su madre en la
puerta viendo como su hijo le hacía
una paja a su amigo, supongo que por su
mente pasaron todo tipo de pensamientos
antes la situación.
Fue ella quien rompió el
silencio y le pregunto a su hijo que hacía, Paco
se levantó como un muelle
e intentó explicarle que realmente aquello no era
lo que parecía.
Yo también me levanté
y como no me había corrido aún tenía mi erecta polla
apuntando a la madre de Paco, intenté
coger mi ropa y vestirme pero su
madre me dijo me estuviera quieto,
mientras la rubia de la tele seguía
teniendo ensartada una polla en
el culo y la otra estaba descargando leche
en su cara.
Supongo que fue aquella situación
junto con la falta de un marido que la
consolara lo que hizo que la madre
de Paco tuviera aquella reacción. Se
sentó
en el centro del sofá y
me hizo señas para que me sentara a su lado,
mientras
le decía a su hijo que hasta
hoy no se había dado cuenta de que ya era un
hombre y que tenía que enseñarle
muchas cosas, para empezar como satisfacer
a otro hombre.
Me agarró la polla y empezó
a subir y bajar su mano lentamente, con la otra
mano empezó a jugar con
mis huevos y jugaba con ellos, recuerdo que me puso
como una moto y le avisé
de que me iba a correr, ella no dijo nada, siguió
al mismo ritmo mientras que chorros
de semen saltaban de mi polla,
manchándole su mano, su
falda y su blusa.
Ella se levantó y le dijo
a su hijo:
- Ves que fácil es, aunque
en tu caso deberías aprender a satisfacer mujeres
y no hombres.
Nosotros estábamos callados,
y en particular yo no quería decir nada porque
no es habitual que la madre de
tu mejor amigo te haga una paja delante de
él.
Su madre siguió hablando,
creo que para justificar sus acciones:
- Como me has puesto, será
mejor que me quite la ropa y la lave
Y así lo hizo se quitó
la blusa y la falda quedando solo en sujetador y
bragas.
Los dos nos quedamos mudos.
- ¿Nunca habéis visto
a una mujer así, en ropa intima?
Ven hijo, siéntate a mi lado
que ahora quiero que aprendas como se hace
disfrutar a una mujer. Ella quedo
en el centro y se desabrochó el sujetador,
quedando sus pechos al aire, majestuosos.
- Darme vuestras manos -nos dijo.
Agarró nuestra manos y nos
enseñó como se debían tocar las tetas de una
mujer para darle placer, como pellizcar
los pezones, que reaccionaron
quedándose duros como una
piedra. Así estuvimos varios minutos jugando cado
con una de sus tetas hasta que
nos agarró la cabeza con sus manos y dirigió
nuestras bocas hasta sus pezones.
Yo creí morir de felicidad saboreando
aquel pezón mientras mi
cabeza chocaba contra la de Paco. Seguíamos chupando
cuando la madre de Paco bajo sus
manos hasta nuestras pollas y
empezó a masturbarnos otra
vez. Mi polla reaccionó de inmediato y supongo
que
la de Paco también.
No paraba de decirnos lo bien que
lo hacíamos cuando nos dijo que paráramos,
que nos tenía que enseñar
más cosas. Se levantó y se quitó las bragas,
ante mis ojos apareció el
más frondoso bosque de pelo que jamás había visto.
Le pidió a Paco que pusiera
la peli porno desde el principio se sentó de
nuevo,
pero esta vez bien abierta de piernas
y me hizo que me pusiera de rodillas
en
el suelo encajando mi cabeza entre
sus piernas abiertas. Ante mi tenía aquel
maravilloso coño, abierto
y ya húmedo que se abría pidiendo que mi lengua
saboreara sus jugos. No me hice
rogar y empecé a comerme aquel sabroso coño
mientras ella me agarraba con una
mano la cabeza con fuerza impidiéndome que
sacara mi lengua de su intimidad.
Cuando podía levantaba la mirada y la veía
masturbar a su hijo, el cual estaba
de rodillas encima del sofá a su lado.
No paraba de decir lo bien que lo
hacíamos y que aprendíamos muy rápido,
creo que se corrió un par
de veces en mi boca antes de ponerse a cuatro
patas
sobre el sofá y pedirme
que se la clavara mientras que puso a su hijo
delante
de su boca para saborear su polla.
Cuando se la clavé dio un
pequeño gemido y a decirnos que hacía muchos años
que no disfrutaba tanto. Me corrí
en unos pocos minutos dentro de ella
debido
a la excitación y nos hizo
cambiar de posición. Ahora era su hijo que se la
calvaba mientras a mi me hacía
una deliciosas mamada, no importándole
saborear
mi semen mezclado con sus flujos.
Paco se la estaba follando a conciencia,
a cada golpe de cadera de Paco le
seguía un gemido de su madre
que no dejaba que mi polla escapara de su boca.
Después de algunos minutos
Paco se corrió, sacando la polla del coño de su
madre y depositando su semen en
su espalda.
Ella dejo de chuparme la polla y
nos pidió que la acompañáramos a la ducha.
Empezó a enjabonar nuestras
pollas y a jugar con ellas, yo la tenía ya dura
cuando me pidió que la enjabonara
el culo porque quería ser tomada por
detrás.
Aquello me pareció una idea
estupenda y me puse detrás de ella, tomé un poco
de jabón y empecé
a meter un dedo, luego otro y luego otro más, hasta que
ella me pidió que cambiara
los dedos por mi polla y así lo hice.
Me pidió que primero fuera
muy despacio y que lentamente fuera aumentando el
ritmo mientras que hizo agacharse
a su hijo para que le comiera el coño
mientras yo la enculaba.
Estuve un buen rato enculandola
y se debió correr otra vez gracias al
trabajo de Paco. Yo acabé
corriéndome dentro de su culo otra vez y quedamos
los tres exhaustos.
Después de aquel día
la madre de Paco nos invitaba regularmente, en una
ocasión
incluso vino con nosotros al video
club para elegir la peli porno. Así
estuvimos durante aquel verano,
hasta que la madre de Paco encontró pareja
estable y dejamos de hacerlo.
Estaba recordando aquella experiencia
tumbado en la piscina cuando sonó un
claxon, eran Paco y su mujer.
Cuando se bajaron del coche pude
comprobar como no habían cambiado demasiado
desde el día de la boda,
cuando se casaron y se fueron a trabajar a un país
africano. Nos saludamos y pude
comprobar como las tetas de Sofia, su mujer,
seguían siendo tan sugerentes
como antes, sin duda aquella mujer me
excitaba mucho.
A Paco le ocurría lo mismo
con el culo de Susana, mi mujer, siempre me había
dicho que era el mejor culo que
había visto nunca. Nuestro nivel de
confianza
era muy elevado, no podía
ser de otra forma después de las experiencias que
habíamos tenido en nuestra
juventud.
Estuvimos un rato en la piscina
charlando y tomando unas cervezas, haciendo
planes para los próximos
días. Sofía se fue a ponerse un bañador y Susana la
acompañó. Nos quedamos
Paco y yo charlando de una cosa y de otra hasta que
Paco sacó nuestro tema habitual
de conversación: las mujeres.
- Veo que tu mujer sigue igual de
guapa.
- Si -contesté- igual que
la tuya. Sigue teniendo los mismos atributos.
- Nada comparados con el culo de
tu mujer, algún día me gustaría que fuera
mío...
Entre risas y bromas nos decíamos
claramente lo que pensábamos de nuestras
mujeres, aunque nunca nos habíamos
planteado abiertamente llegar a nada más
con ellas, pero esta vez Paco parecía
tener otras intenciones. Me comentó
que las relaciones con su mujer
se habían vuelto monótonas y que necesitaban
algo más para sacarles de
la rutina. Habían pensado ir a una playa nudista,
si a nosotros no nos importaba,
querían ver otros cuerpos desnudos y sentir
nuevas sensaciones.
- Por mi parte no hay problema -le
dije yo- pero no se que pensara Susana,
ya
sabes que es muy especial para
esas cosas.
Cuando estábamos hablando
de esto aparecieron las chicas.
- Me ha comentado Sofía que
mañana nos podíamos acercar a una playa nudista.
¿Que dices tu?
Me dijo Susana mirándome
a los ojos.
- A mi me parece bien ¿y
a ti?
- A mi también.
- Perfecto -dijo Paco- pues entonces
no hablemos más, aunque estoy
pensando...
Hizo una pausa.
- ...que para irnos acostumbrando
podíamos desnudarnos ya aquí en la
piscina.
Y dicho esto se quitó la
camiseta y el bañador, quedándose completamente
desnudo delante de nosotros. Por
suerte, nuestra piscina no es visible desde
fuera del chalet, por lo que podíamos
ir desnudos sin temor a que nos
vieran.
Yo hice lo mismo que él y
me quite el bañador, me tiré a la piscina porque
tenía la impresión
que mi polla se iba a endurecer en breves segundos, como
efectivamente ocurrió. Paco
hizo lo mismo que yo y se lanzó a la piscina,
nos acercamos al borde y esperamos
a que ellas se desnudaran, evidentemente
yo
me fije en Sofía, aunque
ambas lo hicieran a la vez, cuando se quitó la
parte
de arriba del bañador pude
contemplar sus preciosas tetas coronadas por dos
pezones oscuros.
Paco me dijo al odio:
- Veo que te alegras de ver a mi
mujer desnuda.
- No menos que tú -le contesté.
Al quedarse Sofía completamente
desnuda, pude apreciar su cuidado coñito
rubio,
perfectamente depilado que dejaba
ver sus labios coronados por un triángulo
perfecto, este contrastaba con
la negra mata de pelo que mi mujer tiene
entre
las piernas pero que a mi me vuelve
loco.
Susana y Sofía se acercaron
hasta la piscina y se arrojaron al agua, yo
tenía la polla completamente
erecta y me fije que a Paco le ocurría lo
mismo.
Sofía se acercó a
Paco y vi como le agarraba la polla debajo del agua, yo
me giré para buscar a Susana
cuando dijo Sofía:
- Susana, creo que nuestros hombres
se han puesto muy contentos al vernos.
- Ya me he fijado -contestó
Susana.
Estuvimos un buen rato jugando en
el agua y gastando bromas sobre la
reacción
de nuestra pollas al verlas desnudas.
Sofía salió del agua y al salir por la
escalera de la piscina nos enseñó
gustosamente su coñito y culo, que pude
apreciar perfectamente, aunque
aquello no ayudaba a bajar mi calentura.
Susana hizo lo mismo y nos proporciono
una vista similar aunque más poblada
de pelos. Fueron a la cocina a
por unos refrescos y se sentaron a tomar el
sol
cerca de la piscina. Sofía
no se cortó y se abrió bien de piernas para que
la
cara interior de sus piernas se
broncearan sin problemas.
Paco salio de la piscina y me hizo
señas para que yo también saliera, ambos
con nuestras pollas duras. Paco
agarró a su mujer de la mano y se metieron
dentro de casa. Susana aprovechó
para agarrarme la polla con una mano y se
la metió en la boca, me
la empezó a chupar yo estaba a punto de correrme en
su
boca y no me lo pensé, le
agarré la cabeza con ambos manos y derramé mi
semen dentro, vi como se le escapaban
por las comisuras de los labios restos
de
mi corrida que una vez le saque
la polla de la boca se dedicó a recoger
con sus dedos y llevárselos
de nuevo a la boca.
Mientras empezamos a oír
lo que sin dura eran los gemidos de Lucia,
provocados
por la polla de Paco, nos picó
la curiosidad y nos metimos dentro de la
casa,
los ruidos venían de la
cocina y nos acercamos. Allí estaban, Lucía a cuatro
patas en el suelo, abierta de piernas
y Paco en la típica posición de los
luchadores de sumo enterrándole
su polla por el culo. Teníamos una perfecta
visión del culo de Paco
y de su polla entrando y saliendo del culo de Lucia,
esta apoyó su cabeza en
el suelo y llevó su mano izquierda hasta su coño,
sus uñas rojas se perdían
dentro de su depilado coñito, sin duda se estaba
masturbando mientras Paco seguía
bombeándole por detrás.
Los gemidos de Lucia iban en aumento
y Paco entonces empezó a darle azotes
en
el culo, aquello era demasiado
y cuando me quise dar cuenta ya estaba otra
vez empalmado. Nosotros no solíamos
practicar sexo anal, pero ahora mismo
estaba deseando encular a Susana,
no me lo pensé, apoyé sus manos contra la
encimera de la cocina y cogí
un poco de aceite, que extendí primero por mi
polla y luego por su agujero trasero.
Se lo fui dilatando hasta que pensé
que era suficiente y apoye mi herramienta,
empujando lentamente, ella empezó
a gritar lo que hizo que Paco se
girara.
- Eso, rompele bien el culo a esa
putita como se lo rompo yo a esta.
Y siguió dándole azotes
a Sofía en el culo, yo mientras le introducía la
polla
a Susana por el culo miraba como
Paco enculaba a Sofía, aquello era
demasiado
para poder aguantar más
tiempo y empecé a correrme dentro de Susana.
Cuando le saque la polla el esperma
salía a borbotones de su culo y se
deslizaba por sus piernas. Susana
me cogió de la mano y me dijo:
- Bueno ya te has divertido bastante
ahora me toca a mi.
Se sentó encima de la encimera
y dirigió mi cabeza a su coño...
- Vamos, comételo -me dijo.
Le empecé a comer el coño
a Susana que me agarraba el pelo con una de sus
manos empujando con fuerza mi cabeza
contra su ardiente y húmedo coño.
No tardó ni cinco minutos
en llegar al orgasmo, el cual acompañó de fuertes
gemidos.
Cuando me levanté vi a Paco
sentado en una silla y Sofía de rodillas
haciéndole una buena mamada.
Susana y yo esperamos a que Paco terminara
en su boca para irnos a la piscina.
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