Relato: Despertar adolecente como nena: mi primer biberon

Me encontraba cursando el 2do a�o de la escuela t�cnica, el sexo era nuevo para m� ya que solo hacia muy poco hab�a aprendido a masturbarme. Y era bastante mal estudiante, pero igualmente lograba aprobar con lo justo. Cuando estaba en casa me deleitaba con m� m�s oscuro secreto prob�ndome la ropa de mi mam� la cual consegu�a despu�s de mucho trabajo. Me encantaba verme en el espejo mientras disfrutaba de la sensaci�n de la delicada tela de la tanga blanca que tanto me gustaba usar, adem�s siempre le agregaba a esto medias de color piel las cuales sujetaba a un portaligas tambi�n blanco. Pod�a pasarme horas por la noche mirando mi imagen en aquel espejo.
Despu�s de estos comienzos continu� probando todo tipo de ropas, polleras cortas y ajustadas que obten�a de un balc�n lo suficientemente desprotegido como para llevar mi morbo por la ropa de mujer al extremo. Ya contaba en su momento con una importante cantidad de ropa de todo tipo pero siempre bien sexy ya que en esa �poca estaba de moda usar el pelo largo no me costaba mucho peinarlo de manera femenina para que con algunos toques de maquillaje pudiera verme como una linda adolescente. Mis juegos consist�an en vestirme para luego mientras me tocaba el cuerpo y sobre todo las piernas y la cola, me masturbaba viendo revista pornogr�ficas donde comenc� a darme cuenta que las mujeres que tanto me enloquec�an en un principio no segu�an haci�ndolo sino que comenzaba a interesarme sobretodo en las fotos donde hab�a sexo anal.
El problema era que ya no estaba mirando con detenimiento el cuerpo de las mujeres que eran pose�das sino que miraba mas los penes de los hombres que las penetraban por sus dilatados y lubricados agujeros. Empece a probar con palos de escoba que torneaba y suavizaba, ya no solo me vest�a y maquillaba sino que ten�a sexo anal con un amante que no exist�a, pero que me proporcionaba un placer que jam�s pense pudiera sentir. Ya tomaba como rutina cuando esta solo por la tarde subir a mi habitaci�n y me desnudaba poni�ndome la ropa de nena que tanto me gustaba. Despu�s que ya estaba vestida de forma c�moda, con una tanga peque�a de lycra blanca, un camisol�n de raso y por supuesto medias con pu�o de encaje todo en el mismo tono.
Luego me lubricaba poco a poco la entrada de mi ano para dilatarlo bien ya que el grosor del consolador que me hab�a fabricado era bastante considerable. Primero me acostaba de espaldas en la cama y abriendo bien mis piernas corr�a a un costado la tanga metiendo de a uno mis dedos hasta que lograba meter tres de ellos. Entonces apoyaba el consolador en la entrada, le colocaba un poco de lubricante en la punta y lo met�a poco a poco en el interior de mi deseoso orificio.
Cuando me hab�a abierto bien la colita y despu�s de disfrutar un lento pero continuo vaiv�n en mi interior, me colocaba en cuatro patas en el piso con mi pecho en la cama; trabando el consolador en la tapa de un ba�l para poder sentir lo que era ser bien culiada. Me manten�a en esa posici�n un buen rato gimiendo de placer mientras sent�a el falo bombe�ndome bien mi cola, arqueando mi cintura para que entrara mas y m�s adentro. Jadeaba y gem�a como si fuera una hembra, mientras se la cog�an de buena manera. Mientras estaba en la escuela siempre fantaseaba con hacerlo de verdad, vestirme de hembra para alg�n chico. Pero obviamente nunca me animaba a confesarle a ning�n chico mis gustos ya que igual me segu�an gustando las chicas.
Por esa �poca la casa de mi vecino de al lado la hicieron refaccionar dado que la medianera se hab�a ca�do en una parte. Entonces ten�a que cerrar la ventana de mi habitaci�n cada vez que iba a vestirme y masturbarme analmente con mi consolador. Todo iba b�rbaro hasta una tarde decid� hacerlo con la ventana abierta ya que esta lluvioso y no vi al obrero que estaba siempre en el andamio construyendo.
Todo fue hermoso y placentero como siempre pero cuando acabe manchando el piso de mi habitaci�n con mi semen al pararme pude ver la mirada del obrero que si estaba en el andamio mir�ndome con el mayor de los gustos. Me tire en el piso y no pude alcanzar a cerrar la ventana para cuando este se acerca a la misma mir�ndome y diciendo:
Hola nena, si queres ma�ana a la tarde paso y te doy una dosis de lo que estas buscando.
Yo no lo pod�a creer como me hab�a dejado ver como una boluda por el obrero de al lado, as� que petrificada del miedo y la verg�enza pense en decirle que no que gracias y salir por el lado amable, cosa que no sucedi� ya que cuando iba a responder �l me dijo:
Y espero que me est�s esperando as� como estas vestida ahora, no te cojo ahora porque me tengo que ir, sino te iba a dar un buen rato, pero ma�ana no t� salvas y m�s vale que est�s bien putita para mi sino se entera todo el mundo de lo putito que sos, estamos.
No le llegue a decir ni si ni no, ya que se paso de nuevo al techo vecino. Si no le daba el gusto me iba a delatar pero esa no era mi idea de la primera vez como un hombre, aparte como ultima imagen del obrero, pude ver como desde la casa vecina me hacia gestos y se agarraba la entrepierna marcando su en ese momento marcado miembro contra su pantal�n cosa que me �xito mucho.
Al d�a siguiente me encontraba en la cocina de casa a media tarde sin saber si subir a mi habitaci�n o no, pero al final me decid� y sub�. La ventana segu�a cerrada como a la ma�ana la hab�a dejado pero no sab�a todav�a si la abr�a o no. Me quede un rato sentada en la cama sin saber que hacer, si �l cumpliese su promesa de delatarme o solo se quedar�a en palabras. Decid� no darle el gusto y deje la ventana cerrada, pero igual eso no me imped�a hacer lo que hac�a todas las tardes en mi cama.
Me puse algo c�modo, una tanga negra de algod�n y lycra, unas medias al tono con su respectivo portaligas, por arriba un corset corto con tazas para rellenarlo, una sandalias de taco medio y un desaville corto en el mismo tono. Me puse a ojear unas revistas que hab�a conseguido hace poco y eran mis favoritas ya que eran de travestis y hombres. A medida que pasaba las paginas me iba excitando cada vez mas, miraba mucho la abertura del ano de las traviesas cuando eran penetradas y mi fantas�a volaba de nuevo. No aguante mas y busque el consolador para empezar a dilatarme la cola con el gel lubricante. Segu� un rato con mis dedos metiendo y sacando uno o dos de mi cola, ya acerque la punta del consolador a mi cola y con un apagado gemido lo hund� hasta la mitad de un solo golpe. A los pocos segundos de un lindo y placentero bombeo de mi cola siento unos golpes en la ventana.
No lo pod�a creer, el miedo me paralizo, pero mis ojos no miraron la ventana, miraron la revista y la cara de placer de la traviesa que era penetrada con las piernas bien abiertas y una de ellas en el hombro de su amante. Mi calentura de momento no pudo mas, mire por una de las rendijas y efectivamente era �l quien golpeaba del otro lado. Levante la cortina y mirando con mirada picara le dije:
Pasa, dale, espero que te guste como estoy.-
�l me mira y no pudiendo creerlo me dijo:
Sos la putita m�s divina que vi nunca guacha.-
No hubo ninguna palabra m�s que � arrodillate � a lo cual obedec� sabiendo lo que iba a recibir. Cuando se abri� la bragueta y bajo el pantal�n quedando con el slip pude ver como se marcaba en la fina tela una bien larga y gorda verga lista para atacar. Yo ya sab�a lo que quer�a as� que no me hice rogar, tome del el�stico el slip bajando este y sacando la verga de su envase, la cual se puso recta directamente apuntando a mi cara. No tarde ni un segundo en empezar a masturbarla para meterla, entre besos y chupadas, bien adentro de mi boca.
Segu� chupando de arriba abajo esa terrible herramienta entre sus gemidos apagados y las groser�as que me dec�a, como: que putita que sos, te voy a hacer bien el culo, te voy a partir bien el ojete, vas a sentir lo que es una pija adentro de tu culo y dem�s cosas que pod�a decir alguien en ese estado de calentura que le provocaba mi lengua y mi boca. Estaba disfrutando mas de lo que hab�a imaginado en mis fantas�as, la verdad era mucho mejor a solo so�arlo, sent�a ese gusto tan rico, el grosor y la textura de la piel de ese miembro, todo me gustaba de estar chup�ndola.
Sent�a como comenzaba a salir �l liquido preseminal que le daba un gusto mas que rico, mientras yo disfrutaba de ese manjar en mi boca pod�a apreciar el rostro de mi hombre que mostraba un placer que yo no cre�a poder dar. Parece que ya no aguanto m�s porque me la saco de la boca y me hizo parar y girar poni�ndome de espaldas a �l. Me tomo de los hombros comenzando a deslizar sus curtidas manos por mi cuerpo; recorri�ndolo con mucho cuidado bajando hasta mi cintura y deteni�ndose un buen rato all�; para despu�s bajar sus manos a mi cola, primero toc�ndola por sobre el desaville y despu�s levant�ndolo y manoseando mis nalgas con mucha fuerza.
Casi se me escapaban ya los suspiros de placer por solo sentirlo a mi espalda y toc�ndome la cola, me sent�a muy puta en ese momento y quer�a que me penetrara en ese momento. Con una mano fue corriendo a un lado la tanga que ten�a puesta para notar la entrada de mi ano ya lubricada y abierta. Se sonri� y dijo:
- Se ve que estuviste jugando como el otro d�a no, ya tenes la cola abierta putita.-
No hubo mas palabras, me inclino sobre la cama y apunta su verga bien dura a la entrada de mi ano que segu�a abriendo un poco mas con dos de sus dedos. Lo hac�a bien bruto pero yo no sent�a dolor ni me importaba mucho la forma por que estaba demasiado caliente y ya ten�a el ano bastante dilatado. No tarde mucho en sentir algo duro y caliente que se apoyaba en mi agujero para abrirlo del todo. Apenas sent� una leve puntada cuando la empez� a meter, despu�s la clavo hasta el fondo y yo ca� de boca en la cama.
No me dejo ni incorporarme un poco que ya estaba acomodado a mi espalda d�ndome duro en un rico mete y saca de mi cola. No pod�a ni moverme en la posici�n que hab�a quedado tenia mi trasero expuesto y parado recibiendo de muy buena forma lo que hab�a so�ado por tanto tiempo. Sent�a sus manos tomando fuertemente mi cintura y manoseando con fuerza mis nalgas. Era un gemido tras otro de este macho que me estaba haciendo nena de una manera impresionante, por supuesto yo ya dejaba escapar sin ning�n pudor mis gemidos de placer y exclamaciones de todo tipo como:
Si papi segu� d�ndome as�, soy tu puta, me encanta sentir tu verga en mi culo, me gusta mucho la pija.
El obviamente me dec�a todo tipo de groser�as que en ese momento me calentaban muchisimo. No me dejo reaccionar de mi placer para dejar de penetrarme y girar mi cuerpo para que acueste de espaldas en la cama. Abri� mis piernas y apoyo mis pies en sus hombros, corriendo otro poco mi tanga a un costado y dejando mi pene atrapado por la tanga en un total estado de erecci�n.
Me tomo de los tobillos y me comenz� a penetrar nuevamente con muchas ganas, mientras con cara de lujuria tocaba mi pene por sobre la tanga dici�ndome: esta no la vas usar mas, ahora vas a ser mi putita y vas a usar solo tu culo para garchar. Yo estaba mas que caliente y no me importaba en lo mas m�nimo usar mi pene en ese momento, sent�a esa hermosa verga entrando y saliendo con fuerza de mi cola y lo �nico que pod�a hacer era solo gemir de placer. Parece que el bombear con tanto placer mi cola lo llevo al borde del orgasmo ya que pude sentir como se endurec�a aun m�s esa verga en mi culo. No tarde mucho en sentir como me apretaba los muslos con fuerza y dejando salir su semen entre espasmos dentro de mi cola reci�n estrenada. Se sent�a muy rico el tener la cola llena de leche que ya empezaba a chorrear por entre mis piernas.
El se para y me dijo: dale nena anda a lavarte el culo que todav�a tengo media hora mas para culearte.
A m� la verdad me encanto la idea de ser cogida nuevamente, as� que no perd� tiempo y con mucho cuidado me puse unos pantalones amplios y un buzo para bajar al ba�o a lavarme. Mi colita me ard�a un poco pero la verdad en lo �nico que pensaba era en el macho que me estaba esperando para darme otra dosis de su sexo. Me apure y lave bien mi cola para subir a mi habitaci�n. �l estaba acostado en la cama esperando que volviera para darle otra dosis de mi cola que al parecer le hab�a gustado mucho. Me miro bien y me dijo:
Sabes que me gustar�a mucho que te pongas algo tipo pendeja de colegio, tenes pollerita de colegio, eso me calienta mucho nena.
Le di mi mejor sonrisa y fui hasta mi guardarropa para sacar una minifalda de colegiala y una camisa blanca muy corta. Se los ense�e y pude ver su cara de placer, no tarde demasiado tiempo en volver a arreglarme para convertirme en una muy sexy colegiala.
No me maquille demasiado y me coloque la mini escocesa y la camisa blanca, unas medias con liga de encaje blancas que me quedaban barbaras y unos zapatos de taco mediano para terminar el atuendo. Pero lo m�s importante era una vedettina blanca de algod�n y lycra que se perd�a entre mis nalgas. Me tomo del brazo y me acost� a su lado en la cama. No lo hab�a hecho hasta el momento y tomo de mi cara para besarme con mucha pasi�n mientras con su otra mano me levantaba la mini y comenzaba a manosear mi cola. Sus dedos recorr�an en forma intensa la entrada de m� ya dilatado ano, sent�a como poco a poco met�a uno o dos dedos alternadamente y los mov�a de forma circular.
Este masaje me estaba excitando mucho ya que mi pene buscaba sin �xito escapar a la tanga adolescente que usaba. Con el brazo que estaba bajo mi cabeza me tomo del hombre girando mi cuerpo para quedar de espaldas a �l, no espere nada para sentir como levantaba la mini y corr�a bien a un costado mi tanga.
Primero apoyo su pene que estaba todav�a lubricado por los restos de semen del primer polvo, lo tomo con su mano y lo empez� a pasar de arriba hac�a abajo para que mi ano se lubricara mejor. Despu�s tomo una de mis piernas y la levanto quedando aun m�s expuesta a la penetraci�n. Ya no hubo mas pre�mbulos y sent� como esa hermosa verga entraba nuevamente en mi interior para darme placer. Pero este placer fue doble ya que no solo sent�a la penetraci�n de esa divina verga, sino que tambi�n me deleitaba observando por el espejo que se encontraba a un costado de mi cama como esta entraba y sal�a de m�.
Era como estar viendo y viviendo a la vez una pel�cula porno, ya que esa penetraci�n se apreciaba en total plenitud, mientras sent�a su miembro dentro de m�, apreciaba la hermosa escena de mis piernas enfundadas en las medias, la tanga corrida hacia el costado, uno de mis pies en el aire en un vaiv�n especial coronado con el zapato de taco, su mano que me tomaba la panza mientras con la camisa con los botones abiertos y lo mejor mi cara de placer que se parec�a mas a la de una hembra gozando que a lo que yo era hasta ese momento. Sus jadeos de hac�a m�s intensos y me pidi� que antes de acabar quer�a que lo montara como una perra.
No me hice rogar para nada y me coloque arriba suyo con una pierna a cada uno de sus lados y mi cola apuntando a su tan gustosa verga. Ya no espere ni �l tampoco, simplemente baje mi cadera y tome con mi mano su miembro para introducirlo de un solo golpe en mi ya muy dilatado ano. Solo me sent� en ese pene y apoye mis manos en su pecho para seguir con mi dosis de sexo anal, subiendo y bajando mi cola, dejando que esa bruta herramienta de placer me sodomiz�ra a su gusto. Sent�a como entraba y sal�a con mucha facilidad y de a ratos tocaba el borde de mi ano para apreciar lo lubricado y abierto que este se encontraba. Me bajo de forma abrupta y me arrodillo en el piso, esa era una se�al de lo que me esperaba. Me tomo de mi pelo masturbando su dura poronga a la altura de mi boca.
No tubo que ped�rmelo solo abr� mi boca para en dos segundos sentir como me atragantaba casi ese mar de semen que salto dentro de mi boca. Me llego casi hasta la garganta los primeros chorros y el resto quedo sobre mi lengua. Solo pude cerrar la boca cuando �l termino de acabar y mir�ndome con cara de lujuria me exigi� que tragara toda su leche cosa que la verdad estaba haciendo sin mucho problema. Todav�a ten�a restos de semen en los costados de mi boca cuando �l simplemente se puso su ropa y me apret� del ment�n moviendo mi cara de un lado a otro, para decir que otra tarde vendr�a a cogerme si ten�a tiempo.
Luego sali� por la ventana tal como hab�a entrado. En s�ntesis quede de rodillas en el piso de mi habitaci�n, sintiendo como mi cola palpitaba todav�a por la dura dosis de verga que hab�a recibido, con restos de semen en mi cara y boca. Todo lo aprecie mucho mejor cuando gire mi rostro y pude ver mi imagen reflejada en el espejo. Lo que me dec�a esta imagen era que esta no ser�a la ultima vez que har�a de mujer para un hombre, ya que de solo verme tome mi pene por sobre la tanga para sentir como acababa de manera bestial. Ya no solo ten�a semen de otro hombre en mi, con solo apenas tocarme logre el mejor orgasmo de mi vida. Solo me quedaba guardar todo y limpiar el desorden, pero hab�a valido la pena.-
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