Relato: Ostias calientes Ostias Calientes:
Casi las cuatro de la tarde en la parroquia de San Ram�n
Nonato, la tarde esta gris plomiza y casi ninguno de los chicos compa�eros del
curso de confirmaci�n hab�a venido, a cargo de esa clase estaba Roque un
seminarista de barba completa y el pelo un poco largo, yo hab�a echado el ojo al
f�sico de este muchacho venido del campo con ganas de entregarse al se�or, cosa
que yo quer�a hacer fervientemente a el, era de una contextura robusta , si bien
no era tan peludo como a m�, ya en esa �poca me gustaban , colmaba perfectamente
mi gusto .
La clase se torno un poco aburrida(como todaaaaas las del
catecismo, al menos que uno sea pariente del Sr. Flanders)y comenzamos a hablar
de bueyes perdidos , y como el era seminarista ,indefectiblemente sus bueyes
eran religiosos, yo tratando de llevar la conversaci�n a donde quer�a ,lo
comenc� a halagar por su actuaci�n de Jesucristo en semana santa , oportunidad
en la que yo lo vi en slip y me volvi� loco de calentura, en mis peque�os 14
a�itos, siempre yo fui de contextura morruda y grande, aclaro nada mas, con esa
imagen en mi cabeza segu�a conversando y lleve el tema al plano sexual , cosa
que el evitaba de forma desesperada , al ver su turbaci�n , me anime a mas y
como los otros compa�eros (los pocos)no entend�an nada , solo se limitaban
escuchar , era tal la incomodidad que le genere que decidi� dar por termino la
clase , los despide a todos y yo haci�ndome el boludo , me quedo , a lo que el
me dice-No te vas a tu casa? .yo le contesto _No , ya que mis papas no est�n
hasta las 6 y no puedo volver a casa � pero yo tengo que cerrar la capilla y me
voy tambi�n � era obvio que quer�a escapar, le hab�a generado algo que no pens�
que pod�a hacer.
Al darme cuenta de ello ,le digo ,Pero de todas maneras vos
tambi�n, si ven�amos todos te tenias que quedar, la mirada de el hacia fuera me
dio la pauta que lo hacia viendo si venia alguien- tratando de achicar el p�nico
de este chico, le pregunto como se hac�an las ostias , �l un poco mas aliviado ,
me explica de la congregaci�n de monjas encargadas...bla, bla ,bla...nada me
interesaba , solo mi mirada fija a su magnifico pecho, y a su entrepierna ,mas
vale ..con un aire muy soberbio le digo dame una como si fueras cura, y
estuvi�ramos en misa , me dice que no, me da una excusa est�pida a lo que yo
insisto tom�ndole los brazos que me mor�a por tocar, bueno me dice despu�s te
dejas de Joder y te vas a tu casa, con un tono muy maricon le digo �bueno ,no
seas malo.
A todo esto el demostraba sus nervios de una forma incre�ble
a lo que yo logre una tranquilidad sabiendo que la situaci�n era m�a, comenzamos
el rito de la comuni�n y en eso se le caen las ostias , presuroso yo trato de
levantarlas, al agacharme observo la gran erecci�n de este muchacho y sin ning�n
empacho as� arrodillado como estaba me prendo de sus caderas y le muerdo el
bulto sobre el pantal�n , juro que se resisti� todo lo que pudo ,le chupe la
porongota presionando con mis manos agarradas a sus hermosas y duras nalgas
trag�ndome toda hasta lo mas profundo de mi garganta, cosa que le encanto le
ped� que me acabe en la boca all� en el fondo as� pod�a tragar toda su leche sin
perder una gota ,cogimos sobre las ostias del suelo, en los bancos de la
capilla, se fascinaba de ver como me entraba esa gran pija suya ,como un pist�n
entrando y saliendo, de espalda , sentado en el banco y yo subido encima
acuclillado sobre tremenda pija , viendo como en cada envestida cerraba los ojos
de placer y yo sin perder un solo cent�metro de su piel lo observaba hacer ,
dej�ndolo que me penetre de las formas y poses que se les pueda ocurrir, esa
tarde gris se transformo en la mas bella tarde de sol, que esa fue la mejor
clase de catecismo ni lo duden ,desde ese momento nos hicimos inseparables ,
hasta cog�amos en la habitaci�n del seminario, me calentaba de sobremanera
hacerlo desnudar y ponerse la bata blanca de oficiar misa y meterme por debajo a
chup�rsela, la gloria de esas nalgas blancas y el orificio de placer ,tan suave
,tan gustoso, que se me endurec�a la lengua de tanto rozarla, pelos en los
lugares exactos, manos enormes y tiernas ,que acariciaban mi cuerpo con una
dulzura desacostumbrada. Mi vieja chocha , por el amigo nuevo ,cat�lica ac�rrima
como es , lo invitaba a comer y a dormir en casa y todo , claro dorm�amos juntos
, total estaba a punto ser cura , imag�nense lo que eran esas noches en mi casa,
tenia bendecida la cama de por vida ,con el semen de este magnifico ciervo del
se�or, claro que me confirme en la fe cristiana apost�lica romana (no la trucha
evangelista) y el es mi maravilloso padrino, nos vimos un tiempo mas hasta que
lo enviaron al Uruguay, desde donde no supe mas nada de el.-
Cada Navidad voy a misa (solo en esa fecha ) y siempre tengo
la leve esperanza de encontrarme con el dando misa y as� poder repetir el rito
de la comuni�n ,sabiendo que el desenlace no ser� el mismo.-
Alejo Alejandro Merlo
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Relato: Ostias calientes
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