Relato: Mi yerno me domina
Hola, me da un poco de verg�enza escribir esto, pero debo reconocer que no tengo a quien contarlo. Soy colombiana, viuda, tengo 62 a�os y vivo con mi hija Maritza de 22 a�os y su marido Ricardo de 30 a�os, mi nombre es Josefa. Mi yerno es un hombre muy guapa, alto, fornido, hace mucho deporte y con un car�cter fuerte, y mi hija es como yo, mas bien bajita, rellenita, y muy sumisa, hace todo lo que su marido le dice, como hac�a yo con el mio, lo �nico es que Ricardo no le pega como mi marido hac�a conmigo, yo no pod�a ponerme la ropa que yo quer�a, ten�a que pedirle permiso a mi marido, el me dominaba por completo y con el paso de los a�os, me fui acostumbrando y despu�s fue normal para mi la dependencia que ten�a de mi marido, el me marcaba el tiempo para que fuera a hacer mandados, y si me demoraba sab�a que me esperaba una paliza, pero yo lo quer�a, sufr� mucho con su muerte, y mi hija y su marido me llevaron a vivir con ellos. Y desde que llegue a su casa supe que el que mandaba ah� era mi yerno, yo lo atend�a siempre, trataba de ser �til, ya que me hab�an llevado con ellos y mi yerno y mi hija me manten�an. Ricardo a pesar de tener el car�cter fuerte es un hombre muy bueno y complaciente tanto conmigo como con mi hija, �l es dise�ador gr�fico y mi hija es enfermera. Una tarde llega mi yerno a casa, y yo lo recib� con una sonrisa en los labios, nos saludamos, "me voy a poner c�modo, hoy fue un d�a tremendo en la oficina", me dijo y se fue a cambiar de ropa, hac�a mucho calor y sali� con un pantal�n corto muy ajustado y sin nada mas, "te apetece tomar una cerveza conmigo?", me pregunto sent�ndose en un sill�n del sal�n, "si claro, ya enseguida la traigo", le dije yendo al frigor�fico y sacando dos latas de cerveza, "te apetece comer algo?", le dije d�ndole una de las latas, "no, gracias", me dijo y nos pusimos a conversar �l y yo, "Josefa, no tienes calor con tanta ropa?", me pregunto ya que hac�a mucho calor y yo estaba con la ropa que siempre llevo puesta y me hac�a sudar mucho, "hay es que no te ped� para poder estar c�moda", le dije agachando la cabeza, "como que no me has pedido para estar c�moda, o sea que si yo te digo que te desnudes, te desnudas por que yo te lo diga?", me dijo mir�ndome fijamente, "tu eres el hombre, tu mandas y la mujer tiene que obedecer", le dije sin mirarlo, "madre e hija, igualitas, as� que si yo te digo que te desnudes lo haces?" me pregunt� con esa voz profunda que tiene, que impone respeto, "si", le contest� yo temblando de pies a cabeza, "haber, quiero que te desnudes por completo", me dijo acomod�ndose bien en su sill�n como para ver el espect�culo, yo estaba muy roja de la verg�enza, pero el me lo ordeno, as� que lo ten�a que hacer, me puse en pie y me empec� a sacar mi ropa, con la esperanza que �l me dijera que parara, pero no, no fue as�, qued� completamente desnuda frente a �l, Ricardo me miraba, me hac�a dar vueltas mirando mi cuerpo completamente desnudo, "tu hija es igual de obediente", me dijo pasando una mano por mis nalgas, yo qued� sin respiraci�n al sentir su caricia, me mor�a de la verg�enza, "me puedo vestir?", le pregunt�, "no, ac�rcate mas", me dijo, yo obedec� de inmediato, Ricardo sab�a que me hab�a dominado, el empez� a acariciar mis tetas, mi barriga, hasta llegar a mi cuca, yo temblaba de verg�enza, "Josefina, abre tus piernas", me dijo metiendo un dedo dentro de mi cuca, yo cerr� los ojos, solo obedec�a, "mira como me has puesto suegra?", me dijo sacando su verga del pantal�n, era grande, gruesa, con una cabeza enorme, "m�tela en tu boca", me dijo, yo lo mir� suplicante, pero al ver que �l solo la mov�a, me puse de rodillas entres sus piernas, y le empec� a mamar su verga, mientras el suspiraba de placer y acariciaba mis tetas, "la mamas tan bien como tu hija", me dec�a sin soltar mis tetas, mientras yo hac�a entrar y salir su verga de mi boca, "vamos al dormitorio que te voy a meter la verga por el ojete", me dijo poni�ndose en pie y ayud�ndome a mi, nos fuimos a su dormitorio, "ponte en cuatro patas en el borde la cama y esp�rame con tus nalgas abiertas", me dijo, yo hice lo que Ricardo me hab�a ordenado, lo esperaba con mi culo abierto, �l se puso detr�s mio viendo el agujero de mi culo, me empez� a pasar vaselina metiendo un dedo dentro, yo me mor�a de verg�enza, pero ten�a que obedecer, "ahora te voy a dar verga por el culo hasta que te cagues", me dijo apoyando su enorme verga contra mi ojete y haciendo fuerza me la empez� a meter, yo hac�a muchos a�os que no ten�a la verga de mi difunto esposo dentro del culo, me dol�a, me quejaba de dolor a medida que Ricardo met�a toda su verga dentro mio, me estaba destrozando el ojete con su formidable verga, pero �l es el hombre, a mi solo me queda soportar el dolor y dejarlo que haga lo que quiera, la empez� a hacer entrar y salir de mi culo, me lo estaba cogiendo con fuerza, no le importaba que me duela, "Josefina, quiero que te cagues", me dec�a metiendo y sacando su enorme verga de mi ojete, me estaba haciendo da�o, pero yo no pod�a decir nada, el me dominaba, yo sent�a mis intestinos cada vez mas hinchados, mi ojete cada vez mas abierto, a medida que �l la hac�a entrar y salir de mi culo, se me escapaban pedos, "ahora si Josefina, te estas cagando, ahora esta saliendo sucia", me dec�a d�ndome unos verg�zos en mi ojete que me hac�an gritar de dolor, los pedos que se me escapaban eran cada vez mas ruidosos, y el disfrutaba cada vez mas sacando su verga cada vez mas cagada de mi culo, hasta que agarrando fuerte mi cintura me la mete lo mas adentro que pudo y sent� un mar de leche caliente llenando mis intestinos.