Noche de Bar II 02
Al regresar a nuestra mesa, luego de participar en el final
de ese incre�ble tr�o que esas tres hac�an en el ba�o, me encontr� con la
sorpresa de no hallar a nadie. Me imagin� que estar�an bailando, as� que tom�
asiento y me puse a ver a la pista. De repente Omar y Ludwika se acercaron a la
mesa.
�Por qu� tan solita Laurita?
Es que los dem�s se fueron a bailar en lo que yo estaba en
el ba�o.
Pero ellos salieron. � dijo Ludwika extra�ada � �Eran los
se�ores con los que estaba platicando, verdad?
Si�
Los 2 salieron hace como 15 minutos�
�A d�nde?
No s� solo salieron�
"Solo salieron", si, seguro� salieron pero con "una gran idea
entre los pantalones", je, je, je, je. Y yo, por supuesto, decid� salir a
buscarlos, Carla, Felicia y Kika me dejaron con ganas de m�s. Lo malo es que no
sab�a hacia donde se hab�an ido, as� que me detuve un momento para pensar.
Decid� que el mejor lugar para una sesi�n r�pida de sexo fugaz era el pick up de
Javier, era un carro lo suficientemente amplio como para poder coger en el en
relativa intimidad. Adem�s, estaba parqueado cerca del bar.
Me fui r�pidamente hacia ese estacionamiento, que, luego me
enterar�a, es de esos en donde, a cambio de una suma de dinero, el guardia
permite la entrada de parejas para que hagas sus cosas en la intimidad de su
auto de uno de ellos. No hab�an preguntas, ni identificaciones, y al otro d�a,
si el guardi�n te mira, ni atenci�n te pone. Tan solo estaba la consigna de no
da�ar otros carros.
Entr� al estacionamiento como Juan por su casa, ni volte� a
ver a los guardianes, �para qu�? Adem�s as� pensaban que me dirig�a hacia mi
veh�culo. Llegu� hasta el pick up, y desde lejos pude ver los caracter�sticos
movimientos de una pareja que cog�a dentro de un carro.
Di un gran rodeo para posicionarme enfrente, a un costado.
Pude ver claramente como Diana rebotaba bruscamente sobre la verga de Javier,
con sus peque�os, pero perfectos senos meci�ndose con violencia, mientras le
mamaba la lengua a su macho. Los 2 estaban desnudos, Javier mostraba su pecho
peludo y bien marcado, me pude dar cuenta que su vello estaba recortado muy
est�ticamente, seguro que Kika ya iba bien adelantada en el lento proceso de
domesticar a un macho como ese.
Diana se dejaba hacer por Javier como una mu�equita, a pesar
de la rudeza con que la tomaba, se le notaba desde lejos una sonrisa casi
enferma y los ojos perdidos en la nada. La cambi� de posici�n varias veces, la
sodomizaba con violencia, la zarandeaba como un objeto, y ya era obvio que la
muchachita lo gozaba. Cuando los dej� solos en la mesa y me fui al ba�o en busca
de las otras 3 putas, ellos ya sospechaban lo que estar�an haciendo, las
conoc�an bien. Diana, excitada por estar frente a ese soberbio macho humano, le
comenz� a acariciar los muslos, poco a poco, mientras platicaban como que si
nada, hasta llegar a rozarle el paquetes, que descubri� ya bastante gordo.
Una mujercita quiere verga� � dijo Javier.
�Si, qui�n? Yo no veo ninguna mujercita por aqu�. �
respondi� Diana.
Bueno� entonces es una mujer�
Tampoco veo una mujer por aqu�
�Una putita entonces?
�Ah, entonces estaba hablando de mi! � le respondi� la puta
de Diana.
Se trenzaron en un beso largo y mojado, mientras le daba un
vigoroso masaje en la entrepierna.
V�monos a mi carro� es muy espacioso.
Vamos. � le respondi� ella.
Salieron del local varios minutos antes de que yo volviera y
se dirigieron al estacionamiento. Llegaron al carro, pero no entraron, se
quedaron afuera, bes�ndose, lami�ndose los cuellos y acarici�ndose paquetes y
nalgas. Pronto Javier ten�a amontonada a la peque�a Dianita contra la puerta del
piloto, manose�ndola por todos lados, meti�ndole las manos bajo su diminuta
falda y tanga, subi�ndole el top y aprisionando sus pezones con sus labios
hambrientos. A Diana le agrad� mucho aquel hombre maduro, con experiencia y
peludo, pero aun vigoroso y fuerte. Su barba y bigote le hac�an cosquillas sobre
la piel, suave y tersa.
Despu�s de desnudarla por completo, Javier meti� su ropa
dentro del carro y le pregunt�:
�Qu� quer�s hacer primero?
No s� y solo soy su perra, puede hacerme lo que quiera
papito� usted decida todo, solo soy su esclava esta noche�
Javier ante este ofrecimiento, no iba a perder ni un minuto.
La tom� en sus brazos y la subi� a la palangana de su veh�culo, luego el. Se
recost� en el fondo, contra la cabina, ella, como toda una gata en celo, se le
acerc� y lo comenz� a desvestir despacio. Primero las botas (el siempre usaba
botas), luego el pantal�n y de �ltimo el calzoncillo, qued� gratamente
sorprendida al ver las medidas de la masculinidad del marido de mi esposo. Se
lanz� con fuerza sobre ese falo duro, largo, venoso, lo lami� con fuerza por
unos momentos antes de met�rselo casi entero a la boca. Diana ten�a mucha
experiencia mamando vergas y lo demostraba, a pesar del tremendo grosor,
consegu�a met�rsela hasta la garganta, masturb�ndolo literalmente con ella.
Javier alucinaba, Kika muy pocas veces hab�a podido mam�rsela
as�, definitivamente la alentar�a a juntarse m�s con Diana, pensaba. Y mientras
lo hac�a, jugaba con el anito de ella, el cual pronto comprob� lo el�stico que
era, seguramente por el uso prolongado.
La jal� con fuerza y la puso de costado, levant� un poco una
de sus piernas y le ensart� la verga con una facilidad que no esperaba, claro,
ya se hab�a puesto un cond�n antes. Pas� un brazo por debajo de su t�rax,
aprision�ndole los brazos, el otro lo pas� por su cintura, inmoviliz�ndola por
completo para la mayor satisfacci�n de esta. Miren, si Kika es una puta sumisa,
Diana le gana por mucho.
�Sos una puta! �Sos una puta! � le dec�a Javier.
���SIIIII!!!� �DELE DURO! �DELE DURO!� �ME GUSTA DURO!
Javier le dio duro por un buen rato, taladr� sin compasi�n
ese ano dilatado y distendido, apret� su diminuto cuerpo contra el suyo,
haci�ndola sentir en la espalda su poderosos musculatura. Decidi� cambiarla de
posici�n, movi�ndola como a una mu�eca de trapo inerte. La coloc� boca arriba,
con la pierna izquierda sobre hombro y luego se ech� sobre ella, dej�ndola
totalmente abierta. Se la volvi� a meter de un solo golpe, aprovechando la
dilataci�n que ya le hab�a dejado. Arremeti� contra ella con fuertes golpes de
caderas, hinc�ndole hasta el fondo su hermoso falo. Diana solo pod�a aferrarse a
su jinete, sujet�ndolo del cuello, tratando de ahogar fuertes gemidos de placer.
La diminuta chicho/chica se estremec�a cada vez que sent�a
como el invasor distend�a con ferocidad sus entra�as, cada vez que los gordos y
leudos test�culos de Javier chocaban con sus redondas y peque�as nalguitas. Ella
se sent�a completamente abierta, con la pierna estirada y completamente
desgonzada, se sent�a a total merced de su captor.
Javier, lejos de tener en mente toda medida de precauci�n
para no ser visto, empez� a jadear roncamente a medida que el orgasmo se
acercaba.
���AGH!!! ���AGH!!! ���AGH!!! ���AGH!!! ���AGH!!!�
���DIAAAANAAAAAAGGGHHHH!!!� ���QUE PUTAAAAAA EEEESSSS!!!�
���AAAAAGGGGGGHHHHHHH!!!
Como un rayo se sali� de su interior y se arranc� el cond�n.
Inmediatamente su talega comenz� a escupir con furia todo el contenido de sus
huevos y de su pr�stata. Eyacul� una cantidad b�rbara de semen sobre el
cuerpecito empapado de la putilla, que se afanaba con la boca abierta en recibir
tanta leche como pod�a sobre su leng�ita.
El gran macho semental qued� acostado sobre la fr�a
superficie de la palangana de su pick up, forrada de un resistente pl�stico
negro. Jadeante y sudoroso, respiraba profundamente y ten�a clavados los ojos
sobre el negro del cielo nocturno feliz, satisfecho. Y a su lado Dianita, quien
estaba hecha un poema de sexo y fluidos: su carita estaba brillante, llena del
semen que Javier le obsequi� y de su propio sudor. Sus pechos peque�os, pero
paraditos, aun mostraban los pezones erectos, llenos de manchas blancas
esparcidas por toda la superficie, m�s semen de Javier.
Vi�ndola as�, el hombre decidi� que aquello todav�a no pod�a
acabar, as� que, jalone�ndola, la baj� del veh�culo y la meti� dentro,
reiniciando nuevamente el proceso de cog�rsela. Como a los 5 minutos fue que yo
llegu� y lo encontr� cogi�ndose a su amante. Y, como naturalmente se imaginan,
yo no par� de hacerme la paja mientras los ve�a cogiendo de esa forma tan
salvaje, alcanc� un sabros�simo orgasmo.
En un momento dado, pas� a Diana al asiento de atr�s (era un
pick up de doble cabina) y se dispuso a continuar consumiendo ese manjar, pero
como otras personas estaba llegando, yo ya no pude continuar masturb�ndose. Opt�
mejor por acercarme a ellos, quer�a que nos fu�ramos a otro sitio para seguir
con la fiesta de la noche. Cuando me vieron llegar se sobresaltaron.
No se asusten, que no muerdo. Miren� estoy calent�sima, �
les dije roja como un tomate � quiero irme a coger, pero aqu� no�
�Y por qu� no mejor les dec�s a los dem�s que se vayan a mi
casa, all� podemos continuar, porque me imagino que todos esos han de estar
cogiendo como unos desquiciados. � me dijo Diana.
�Me parece muy buena idea! � dije � Dame tu direcci�n. � le
pas� un papelito y all� la escribi� � Bueno, mientras, yo voy a avisarles a
los dem�s, nos vemos en tu casa.
Mir� Lalita� si en caso no hemos llegado, no hay problema,
pues Carla� bueno, yo vivo con ella� solo por si no hemos llegado todav�a. �
dijo, muy roja tambi�n.
Bueno, no hay problema, que la pasen bien� Diana, buen
provecho, je, je, je�
Gracias Lala�
Me di la vuelta y me dirig� de regreso al bar para avisarles
a los dem�s, estaba segura de que aquella noche no dormir�a ni un minuto. Cuando
regres� a la mesa, ya estaban all� Carla y Kika, acompa�adas de Omar y Ludwika,
platicando muy acarameladamente. Felicia se hallaba bailando con un caballero.
Lalita, �no has visto a mi viejito? � me pregunt� Kika muy
melosa y como una ni�a abandonada.
Si, ya vi d�nde est�
�Y qu� est� haciendo?
�Vos qu� cre�s?
�Y no me invit�! Bueno, voy a tener que llegar por mi
cuenta�
Ya no los vas a encontrar, se van a ir a la casa de Diana�
todos estamos invitados a seguir con la fiesta all�.
�Ahorita? � pregunt� Carla.
Si� ahorita�
No perdimos el tiempo, Kika fue a llamar a Felicia y todos
nos dirigimos hacia nuestros veh�culos. Carla insisti� en que Kika y Felicia se
fueran con ella, naturalmente yo me fui con Omar y Ludwika.
Laurita, �no le molesta que pasemos a mi casa por ropa para
Ludvin?
�Ludwika amor, ahora soy Ludwika? � lo corrigi� tiernamente
la muchachita.
Bueno� por Ludwika, es que ma�ana tiene que irse a otro
sitio temprano y no puede regresar a su casa.
Bueno, por mi no hay problema.
Pasamos por la casa de Omar, all� Ludvin ten�a ropa para los
d�as en que no dorm�a en su casa. �C�mo hac�a un jovencito de 17 a�os para no
regresar a dormir a su casa y que sus padres no se molestaran? Simple, aquel d�a
era fin de semana, simplemente les dijo que ir�a a una fiesta con sus amigos y
que se quedar�a a dormir en la casa de uno de ellos. Y como el siempre fue un
muchacho responsable, no habr�a ning�n problema por parte de sus pap�s.
Ludwika entr� corriendo a la casa, en parte para darse prisa,
en parte para no ser vista por alg�n vecino metiche, Omar se qued� haci�ndome
compa��a en el carro. Me not� pensativa, con una muy especial sonrisita en mi
rostro.
Laura, �a usted no le molesta que Kika ande con Javier?
Bueno� a veces extra�o las cosas como eran antes, pero eso
no sirve de nada porque el tiempo no puede ser regresado. Y las cosas, ahora,
ya no pueden echarse para atr�s. Supongo que me he acostumbrado. Adem�s,
Javier es una buena persona, me trata bastante bien y me ayuda cada vez que lo
necesito� y yo estoy en pos de una nueva relaci�n.
�Un amante permanente?
Bueno� solo pong�mosle "otro marido"
�Ja, ja, ja, ja!
Ludwika sali� de la casa con una mochila y nos fuimos hacia
la direcci�n que Diana me hab�a dado. Su casa quedaba en una zona residencial de
clase media, era de 2 pisos y con una decoraci�n bastante elegante, de muy buen
gusto. No tuve que buscar la llave en el lugar donde me hab�a dicho, pues la
puerta se abri� en cuando alguien, en el interior, se percat� que un carro se
hab�a parqueado enfrente.
�Bienvenidos! � nos dijo Carla, saliendo ataviada con un
baby doll verde menta, de encajes, casi transparente, con una bata de seda
blanca encima � Javier y Dianita se van a tardar un poco m�s, pues pasaron por
comida para todos. Nosotras nos adelantamos, aprovechando que yo tengo llave
de la casa.
Entramos y ella nos gu�o hasta la sala, nos sirvi� unos
tragos (a mi jugo de naranja, por mi embarazo) y nos dijo que nos acomod�ramos,
que mientras ven�an los dem�s nos iba a dar un "peque�o espect�culo", se dio la
vuelta y subi� al segundo piso.
Nos quedamos platicando, pregunt�ndonos de qu� se tratar�a el
espect�culo, pero seguro que era bueno, conociendo a esa mujer�
Como a los 2 minutos, baj�, Felicia y Kika ven�an adelante,
gateando, conducidas por Carla con cadenas de perro� perras en este caso. Ambas
llevaban un collar de cuero negro y ropa de bondage, que pudimos ver con
claridad cuando se pusieron de pi�.
Kika iba a la derecha, levaba una especie de calz�n de cuero
negro, apretado por medio de una hebilla. Al frente se habr�a y separaba en 2
tiras delgadas, que pasaban a los lados de sus genitales para volverse a unir en
el centro de sus carnosas nalgas. Mostraba un anillo met�lico alrededor de sus
test�culos y base de la verga, que ya estaba erecta, esto, seguramente, para
mantener su erecci�n en pi� y evitar que alcanzara el orgasmo r�pidamente.
Calzaba botas negras de tac�n (no de aguja, algo m�s gruesos) que le llegaban
hasta debajo de las rodillas. En su pecho llevaba una especie de sost�n de cuero
negro y tachas plateadas, sin copas, que dejabas ver perfectamente bien sus
pezones duritos, que llevaban sendas cadenitas de oro, de unos 10 cm de largo,
pegadas a unos ganchos que aprisionaban esas sensibles zonas. Como conozco a
Kike muy bien, pude haber dicho sin equivocarme que se estaba volviendo loco de
placer.
Felicia vest�a un apretado cors� de cuero negro
(aparentemente el negro es el color favorito de Carla) que le llegaba apenas al
borde del pecho. Por atr�s de la prenda, sal�a una delgada tira negra, que
pasaba por en medio de las gorditas nalgas morenas de mi hermano y se amarraba
alrededor de sus genitales, como Kika. Luego, del frente del cors� sal�a otra
tira que se un�a a la anterior, manteniendo apretados sus huevos y su pene. De
la parte superior de la prenda, tanto por el frente como por detr�s, sal�an
otras 2 tiritas negras que se anudaban en el collar de perra que Felicia
llevaba, apretando m�s el cors� y manteni�ndolo alto. Sus pezones tambi�n
llevaba ganchos apretados, pero los de ella exhibiendo aretes de piedras
preciosas. Y en sus pies, zapatillas de tiras y tac� de aguja, muy altos,
amarradas en sus tobillos y pantorrillas.
Para completa el atuendo de ese par de putas, iban meticulosa
y excesivamente maquilladas, justo como un par de rameras callejeras. Felicia en
tono rojos, que resaltaban el moreno de su piel y hac�a contraste la piel blanca
de Kike. Esta llevaba tonos verdes, que resaltaban sus ojos azules y su piel
clara. Las 2 se ve�an como verdaderas mujeres, ambas se ve�an como grandes
putas, preciosas.
Laurita, Omar, Ludwika, estas perras est�n aqu� para
servirlos� �verdad mis perritas lindas?
"Guau, guau" � respondieron las 2, seg�n su papel de
perras.
Omar, he observado a tu preciosa Ludwika� creo que yo
podr�a hacer cosas incre�bles con ella. � dijo, tendiendo su mano al t�mido y
sorprendido Lady Boy, que se fue con Carla luego de que Omar lo empujara un
poco por la espalda.
La verdad es que Ludwika no quer�a ir con Carla, aun no se
hallaba en confianza, pero Omar quer�a verla hecha toda una puta y ella le ten�a
dar gusto. Ustedes ya saben que estimo y aprecio mucho a Omar, pero a veces es
tan bruto, tosco y ego�sta que me gustar�a dejar de hablarle. Carla desapareci�
por las gradas con Ludwika de la mano, luego de dejar a Kika y Felicia esposadas
a su espalda para nuestro placer.
Inmediatamente Omar tom� a Felicia de la correa y la hizo dar
vueltas por toda la habitaci�n, divirti�ndose con aquello. Kika se acerc� a mi,
despacio, vi�ndome con ojos llenos de amor y de cari�o, adem�s de una gran
excitaci�n. Dej� que se sentara a mi lado y nos comenzamos a besar, me llenaba
la cara de su labial y de su maquillaje, que para eso era, para dejar huellas y
marcas. Poco a poco fue bajando hasta mis senos enormes, lamiendo mi cuello
hasta llegar a su destino. En el camino le repet� una y otra vez que la amaba,
ella me respond�a en voz baja tambi�n.
La ayud� liberando una chiche, que r�pidamente captur� con
sus labios y me empez� a succionar. Yo la abrac� del cuello para ayudarla a
sostenerse, adem�s de pegarla m�s a mi mama, me encanta que me las mamen.
Mientras tanto, acariciaba su espalda con los dedos, con las yemas y las u�as.
Por su parte, Omar se cans� de pasear por la sala a mi
hermano/hermana, y, poni�ndola de rodillas, le ensart� la verga en la boca,
manej�ndola a su total antojo por medio de su cabello. Felicia mamaba tan bien
como pod�a, pero su boca y garganta, m�s que tales, parec�an una h�meda y c�lida
vagina que el otro pod�a utilizar a su total antojo. Apenas lograba tomar aire
para respirar, apenas pod�a mantener sus ojos abiertos, Omar se la estaba
cogiendo por la boca como un loco.
Kika se arrodill� frente a mi, yo me quit� la falda y las
bragas para que ella pudiera zambullirse all� dentro sin problema alguno. Una
fuerte sacudida estremeci� mi cuerpo cuando sent� su suave, mojada y deliciosa
lengua recorrer mi raja por todo lo largo. �C�mo adoro esa lengua, mi marido si
que sabe como lamer a una mujer! Realiz� varios recorridos antes de detenerse
sobre mi cl�toris erecto, para ponerse a lamerlo y chuparlo. Era incre�ble, al
tener las manos esposadas a su espalda, Kika no pod�a guardar bien el
equilibrio, por lo que estaba, literalmente, ensartada en mi sexo chorreante,
pod�a sentir hasta su nariz en mi interior a veces. Y claro, esto se tradujo en
un fuerte orgasmo que le empap� toda la cara e hizo que su maquillaje se
corriese todo.
Simult�neamente, frente a nosotros, Omar ya hab�a ensartado a
mi hermano. Coloc� a Felicia inclinada sobre la mesa de centro, piernas
separadas y culito expuesto, se coloc� un cond�n y procedi� a encularla con
furia, trat�ndola como un animal. No hab�a duda que a Omar le excitaba ver un
cuerpo hermosos completamente inv�lido y a su total merced, su car�cter
dominante se le sal�a, volvi�ndolo una especie de bestia sin freno.
Le meti� casi ambas manos a Felicia entre la boca y as� se la
cogi�, agarr�ndola de all� como si fuesen riendas. Sus poderosos golpes de
caderas sonaban como aplausos, la mesita cada vez se iba corriendo m�s y m�s, y
amenazaba con romperse. Total, aquella era una cogida brutal, yo cre� que
estar�a lastimando mucho a mi hermano, pero no, si el no pudiera soportar el
castigo tratar�a de zafarse pero no lo hac�a.
�Ya s�! � buf�, sali�ndose de Felicia y jalando a Kika
hacia atr�s � Laurita, si�ntese encima de Kika, que Felicia la penetre por el
culo mientras yo me las cojo a ellas.
Aquella me pareci� una buena idea y me dispuse a ayudar.
Ayud� a sentar a Kika sobre el sill�n, con las piernas apoyadas en el suelo y el
culito casi en el aire. Despacio, sin prisas, me mont� sobre ella, dejando que
su delicioso falo se deslizara suavemente en mi interior mojado y deseoso.
Empec� a moverse de adelanta hacia atr�s, un movimiento que me encanta pues hace
que la totalidad del falo metido en mi roce las paredes de mi vagina, adem�s del
vigoroso frote que se produce en un cl�toris.
Con ayuda de Omar, Felicia coloc� su pene sobre mi culito,
luego de ponerle un cond�n, y comenz� a empujar. Despacio, mi anito dio de si,
aunque tampoco era que no tuviera experiencia de uso, ustedes saben que si, que
yo ya solo soy virgen del� bueno, �ni del pelo, je, je!
As�, mi marido por abajo y mi hermano por arriba, empezaron a
cogerme de una forme delicioso. Omar esper� solo a que sus movimientos se
hubieran coordinado, antes de proceder a participar. Apunto al culito aun
abierto de Felicia, y de un r�pido movimiento la volvi� a penetrar. La tom� con
fuerza del pecho y de la cabeza, y le empez� a dar dur�simo, asegur�ndose que
sus embestidas las sintiera yo, pues hac�an que el pene de mi hermano se
incrustara violentamente dentro de mi.
Le dio duro por unos 5 minutos, tiempo que me tom� a mi
alcanzar un nuevo orgasmo. Luego se la sac� y se dirigi� al culito de Kika. La
tom� de las piernas y se las levant�, separ�ndolas. Puso la cabeza de su gordo
falo en la entrada y, de un s�lido empuj�n, la penetr�. Kika peg� un respingo y
se aferr� a mi espalda, poni�ndose a gemir con fuerza mientras era taladrada sin
piedad. Ya no necesitaba mover las caderas para penetrarme, la fuerza de los
golpes de Omar bastaba.
���AAGGGHHH!!!� ���AAGGGHHH!!! ���AAGGGHHH!!! � gem�a ella,
incapaz de acabar por tener los genitales amarrados.
Nuestro amigo se dio gusto con los 2, se los cogi� como
quiso, se tom� su tiempo y yo feliz, pues mientras el los machacaba con furia,
yo me enloquec�a en un orgasmo tras otro. Tuve en total 3, con las vergas de mi
esposo y de mi hermano entre mi sexo y mi culo respectivamente.
Omar tard� como 15 minutos en la cogida, y al final, agotado,
desensart� a Felicia y la baj� de encima m�o. A mi me jal� del pelo y me
arrodill� a sus pies, con la boca abierta esper� a que me lanzase el primer
chorro de su espesa y caliente esperma. Este fue a dar directamente a mi
paladar, inmediatamente lo empuj� hacia fuera con la lengua dej�ndolo correr por
mis mejillas y cuello para el deleite de las otras 2 perras, que se hallaban a
mi lado listas para tomar su parte del bot�n. Los dem�s chorros cayeron sobre mi
frente y cara, Kika y Felicia no desperdiciaron nada.
Justo en ese momento baj� Carla, trayendo a Ludwika con un
nuevo atuendo, muy al tono de la celebraci�n. Ambas se quedaron paradas
vi�ndonos, Carla con una sonrisa de satisfacci�n y morbo, Ludwika con una de
sorpresa y algo de celos. Y casi al mismo tiempo llegaron Javier con Diana,
cuyas caras hablaban del ejercicio que ambos hab�an tenido� pero iban a tener
mucho m�s.
Continuar�
Garganta de Cuero. (pueden mandarme sus comentarios,
opiniones y sugerencias a mi correo electr�nico, besos y abrazos).