Historia real en dos cap�tulos de c�mo fui seducido por
un polic�a y de c�mo logro hacerme suyo.
Como todos los s�bados de un adolescente, me dispon�a a
salir de rumba con mis mejores amigos, entre los cuales estaba incluido mi
hermano, era un fastidio, pero era la �nica manera de que mi mama me
dejara salir, el ya era mayor de edad y a la hora de cualquier problema el
era mi representante. Esta de mas describir la cantidad de actividades que
hicimos esa noche, fuimos a una disco de moda, en la que pod�a entrar
gracias a mi estatura y mi porte. A pesar de mis 16 a�os, era mucho mas
alto que mi hermano, y con un porte bastante varonil y atl�tico, 1,80 de
estatura, 75 kg, espalda muy ancha por la nataci�n, ojos color caf� y el
pelo crespo por el cuello, seg�n mi novia, todo un modelo. Como todos
�ramos bastante j�venes, solo uno del grupo tenia carro, as� que no nos
quedaba otra que meternos todos apretados en ese peque�o Fiat uno, era muy
divertido, aunque bastante incomodo, pero todos sabemos como nos ponemos
cuando hay alcohol en nuestras venas. As� que, a eso de las tres de la
ma�ana, despu�s de una larga jornada de fiesta, alcohol, y mucha m�sica,
nos dirig�amos de regreso a nuestra casa en una urbanizaci�n privada a las
afuera de la ciudad, muy bonita pero muy retirada. No era de extra�ar que
en la entrada de la misma siempre hubiese un grupo de polic�as verificando
la identidad de los que ingresaban, y esa noche no fue la excepci�n.
En la caseta de vigilancia de la entrada estaban 4
polic�as con sus respectivos uniformes y sus armas muy bien enfundadas. El
piloto disminuyo la velocidad, bajo los vidrios y saludo muy decentemente
para evitar que nos pararan, pero no fue suficiente, me imagino que al ver
a 4 hombres y tres mujeres en un carro tan peque�o pensaron que �ramos
dogradictos o cualquier cosa extra�a. Inmediatamente nos ordenaron
bajarnos del vehiculo.
-Vamos, todos afuera, cedula y contra la pared.- dec�a
unos de los polic�as. Era bastante alto, calculo que al menos 1,90 de
estatura, con un cuerpo bastante robusto (despu�s pude comprobar que tenia
un cuerpo muy definido) muy blanco, cabello rubio como el sol, unos ojos
azules muy profundos, y un bigote que lo hacia parecer mucho mas macho de
lo que era. Los dem�s no eran nada del otro mundo, mas bien dir�a que eran
hombres promedios gastados por la actividad polic�aca y con una cara de
sue�o terrible.
Yo estaba algo nervioso, era la primera vez que la
polic�a nos deten�a, y por mi condici�n de menor de edad, no sabia lo que
me pod�an hacer.
-De donde vienen?- pregunto uno de los polic�as (negro,
alto, muy delgado y con cara de pocos amigos)
-De una discoteca- Respondi� mi hermano, que era el
mayor de todos
-Viven aqu�?- Aunque no pude ver quien hablaba, pude advertir
por el tono de voz que se trataba de una mujer.
-Si, en la calle 10, porque? Respond� en un tono bastante
alterado.
-Que te pasa muchachito, tu como que estas buscando pelea,
qu�date tranquilo si no te las quieres ver negras.- Era el polic�a rubio quien
me hablaba con un tono muy amenazador, mientras hablaba, ve�a mi cedula de
identidad.
-Que edad tienes tu?-
16 reci�n cumplidos.-
-Y se puede saber que carajo hace un menor de edad a esta
hora fuera de su casa?-
-Es mi hermanito, y esta conmigo, hay alg�n problema
con eso se�or agente?- Respondi� mi hermano algo preocupado, con un tono
de voz bastante suave pero seguro.
-Pues f�jate que si, sobre todo cuando el carajito es
altanero y alzado como tu hermano. No me extra�a que este drogado. Vamos
a registrarlos. Vamos sep�rense lo suficiente que los vamos a revisar,
volt�ense contra la pared y abran bien las piernas.
La cage, fue lo primero que pens�, estos polic�as, seguro lo
quieren es quitarnos dinero y si no se lo damos, nos van a meter droga en los
bolsillos y vamos a terminar presos por traficantes, todo por ser un carajito
miedoso, no se quien me mando abrir la boca.
Estaba totalmente sumergido en mis pensamientos cuando de
pronto sent� como me abr�an violentamente las piernas.
-Te dije que abrieras las piernas, o es que escondes algo
entre ellas?- Dijo el animal rubio, que por desgracia me estaba revisando a mi.
-No, no guardo nada, puedes revisar donde quieras, para que
veas- respond� un poco asustado.
-Tenlo por seguro que te voy a revisar muy bien, y por todos
lados.-me dijo al o�do con un tono muy bajo para que nadie pudiese o�r.
Y ah� fue cuando sent� como ese animal comenz� a recorrer mi
cuerpo con sus grandes y �speras manos, comenzando por mis tobillos y luego
subiendo muy detalladamente por mis piernas. Cuando llego a mis muslos, los
apretaba fuertemente, pero sent�a que su intenci�n no era hacerme da�o si no
darme cierto tipo de placer al que no estaba acostumbrado. Sigui� subiendo hasta
que llego a la base de mis nalgas. Sent� como sus grandes manos abarcaban todo
mi culo, la yema de sus dedos recorr�a despacio y muy sutilmente cada cent�metro
de mis nalgas. Un rayo recorri� mi cuerpo desde el cuello hasta los pies, me
erice y tembl� como un peque�o conejo ante los ojos de un gran oso. Quer�a
llorar, pero mi orgullo no me lo permit�a, as� que trate de disimular pero fue
in�til, el rudo polic�a meti� su mano por dentro de mi pantal�n y fue directo
hasta mi virgen hoyo, y con un dedo hurgo en las afueras del mismo.
-Ya veo que por aqu� no guardas nada, pero debo seguir
buscando para no defraudarte � me dijo nuevamente al o�do con un tono aun m�s
morboso que antes.
Con sus manos aun dentro de mi pantal�n, recorri� suavemente
mis afiladas caderas hasta llegar a la ingle. Con los nervios y el miedo que
tenia, no me percate que mi miembro hab�a adquirido unos dimensiones bastante
comprometedoras, y lo peor del caso es que era muy tarde para ocultarla, el
polic�a tenia sus dedos a escasos mil�metros de mi gran e inflamado miembro.
Trate de safarme de el, pero no pude, me tenia sujeto con una mano en el cuello.
-Qu�date tranquilo y todo pasara mas r�pido- esta vez su voz
era como la de un padre acosenjando a su hijo. Era suave y muy seductor. Y
mientras pronunciaba sus palabras, tomo con su mano mi miembro, el cual estaba
en su m�ximo esplendor. Lo tomo con mucha delicadez pero a la vez con una
firmeza tal que me hacia sentir como mis venas lat�an en la palma de su mano. Me
lo apretaba y lo soltaba como una especie de masaje, o mejor dicho, como una
peque�a masturbaci�n, como que si quer�a exprimir mis jugos seminales ah� mismo.
-Vaya, ya veo cuan nervioso estas, pero mira... no eres el
�nico que esta nervioso- y apoyo su cadera contra la m�a, restreg�ndome su gran
verga erecta. Fue ah� cuando me olvide de todo. El mundo se detuvo, el placer me
estaba matando, por un lado de estaba masturbando de una manera tan especial que
sent�a que estaba a punto de acabar, y por otro lado, la sensaci�n de sentir una
gran verga detr�s de mi por primera vez me hizo alucinar. No se cuanto tiempo
fue, (creo que habr� sido menos de un minuto) pero cuando sent� que estaba a
punto de gemir, el polic�a saco violentamente su mano de mi entrepierna y
r�pidamente sigui� revisando mi torso y mis brazos. Por su puesto, con ese
cambio abrupto de actitud, Sal� de mi ensue�o y ca� nuevamente en cuenta de la
situaci�n en la que estaba. Mire a mi alrededor y pude ver que mi hermano estaba
en la misma situaci�n con el tercer polic�a, aunque no se si el lo revisaba con
el mismo detalle que lo hab�an hecho conmigo.
Cuando termino de revisarme, se acerco nuevamente al o�do y
con ese tono tan seductor:
Si quieres mas, sabes donde encontrarme, todos los d�as
despu�s de las 5 estoy aqu�. Cuando quieras vienes para terminar de
cumplir mi misi�n de buen polic�a.
Se alejo de mi y en con una voz muy fuerte, igual que al
principio dijo: -Ya pues, estos son unos carajitos hijos de papa que lo que
hacen es joder. V�yanse a su casa antes de que me arrepienta y los meta preso
por perversi�n de menores.-
Todos los dem�s polic�a se rieron, inclusive hasta mi hermano
mis amigos y mi novia, que hasta ese momento no me hab�a percatado que estaba
con la mujer polic�a, la cual muy amablemente le entregaba sus documentos y le
estrechaba la mano.
Nos montamos como pudimos en el carro y de ah� hasta la casa
no pararon de comentar lo fastidiosos que eran los polic�as, pero que a la vez
era muy necesario. Mientras tanto yo estaba sentado con las manos en mi entre
piernas tratando de disimular la aun prominente erecci�n que me hab�a quedado a
cuenta de ese polic�a.
Pasaron los d�as, y yo aun no dejaba de pensar en aquel
s�bado por la noche en la que me di cuenta que algo no estaba bien en mi. Como
era posible que excitara de esa manera con un polic�a? Como era posible que ese
polic�a tan varonil, me hubiese tocado de esa manera? Ser� que el polic�a era
marico? Porque me excitaba de esa manera? Ser� que yo tambi�n era marico? Trate
de evadir todo pensamiento al respecto de mi mente, pero no era posible, apenas
alguno de mis amigos, o mi hermano hablaban de lo que har�amos el fin de semana
siguiente, inmediatamente me ven�an a la mente una cantidad de im�genes en las
que me ve�a envuelto en situaciones similares. As� que decid� no salir mas con
ellos por un tiempo para evitar cualquier incidente con la ley. Inclusive,
trataba de llegar temprano del colegio de manera que no tuviese que pasar por la
entrada de la urbanizaci�n despu�s de la 5.
As� estuve al menos dos semanas, tiempo en el cual mis
pensamientos no se divagaron, por el contrario se hac�an mas fuerte. Que habr�a
querido decir ese polic�a con esas palabras?: "Si quieres mas, sabes donde
encontrarme, todos los d�as despu�s de las 5 estoy aqu�. Cuando quieras vienes
para terminar de cumplir mi misi�n de buen polic�a". Dentro de m� una mezcla de
curiosidad con prepotencia me estaban llevando a tomar una decisi�n: Enfrentarlo
cara a cara y saber que pretend�a. Eso si, a solas, no sea que delante de alguno
de mis amigos, o aun peor, frente a mi hermano dijese algo de lo que paso esa
noche.
Continuara�