Relato: Sexo y m�s sexo Mart�n segu�a mamando mi chimbo con ganas. Su boca lo cubr�a
en gran parte y la punta de su lengua sal�a para acariciarme el tronco hinchado
y las pelotas cargadas. Yo estaba sentado desnudo en una silla de la sala
mientras Mart�n, arrodillado en el tapete, tambi�n desnudo, succionaba con
avidez el m�stil que mostraba el deseo por ese hombre. Mis manos acariciaban su
pelo y pasaban a los l�bulos de las orejas que yo acariciaba con suavidad y
pasi�n. "Sigue as� amor...oh, oh, sigue...s�s�...qu� placer�oh papi m�o, mi
amor, lindura sigue...sigue...". Alc� mis piernas para pasarlas por encima de
sus desnudos hombros.
�l inici� un lameteo de mis pelotas, chup�ndolas, bes�ndolas.
"Ah, cabr�n c�mo mamas de rico...ah...ah...oh, papi,...uf...uf...lindo, c�mo te
deseo, uf...uf�", gem�a yo al tiempo que mov�a mi cuerpo estremeci�ndome cuando
�l comenz� a abrir mis nalgas y acariciar mi ano que deseaba ser sometido,
penetrado, comido. Un dedo se introdujo, pero Mart�n segu�a con su lujuria
mamando todos mis genitales, bes�ndoles, d�ndoles lengua, como dos machos se
pueden dar en un placer er�tico que no es posible sentirlo con una mujer. Inici�
una caricia a mis tetillas, apret�ndolas cada vez m�s duro, gener�ndome un
agradable dolor. Mientras apretaba mis tetillas con m�s fuerza y Mart�n segu�a
mamando con avidez, sent� c�mo crec�an mis pezones, algo que me excit�
sobremanera llev�ndome a mover mis dedos en c�rculos al tiempo que gem�a y ped�a
m�s y m�s de Mart�n: "Sigue amorcito �qu� es esto tan sabroso, qu� ricura!....oh
papi, papito m�o...papi, t� eres mi papi...sigue, s�, s�, sigue, oh...mira mis
pezones querido...". Al o�r esto Mart�n alz� sus ojos a�n con mi chimbo en su
boca y su dedo en mi ano. Sac� el dedo, solt� mi verga y subi� hasta mis pezones
que comenz� a chupar con furia. Sent� su caliente verga, mojada, sobre mis
rodillas. Hice el esfuerzo y mand� mi mano derecha a acariciarla, a estrujarla,
a manosearla de arriba abajo. Con la otra mano le acarici� el pelo. "Ven papi",
le dije. �l se acerc� a m� y nuestras bocas se unieron en un excitante beso en
que intercambi�bamos nuestras lenguas. "Vamos a la cama, te quiero comer ya", me
espet� con voz entrecortada. Ambos nos paramos, �l adelante y yo detr�s. Ve�a
como sus nalgas se mov�an cadenciosamente como un buen macho las puede mostrar,
con soltura, con elegancia, con erotismo.
No aguant� y me le acerqu� por detr�s. De nuevo nuestras
bocas se unieron y trastabillamos cayendo al suelo cubierto con el sof�. Yo
encima, �l debajo, de frente, con nuestros chimbos toc�ndose, mojados en la
plenitud de la lujuria. "C�mo te deseo querido", le dije con un suave susurro
mientras mi lengua jugaba con su oreja. "Y yo a ti, mi mariquita lindo", me
replic� mientras sus pies aprisionaban mis nalgas. Chimbo contra chimbo, boca
con boca, manos en culos, �ramos dos cuerpos que se acariciaban, se mec�an y se
un�an apasionadamente. Quise bajar a mamarle su hermoso chimbo y comenc� a
deslizarme. En esas �l trato de hacer lo mismo, resultando que cruzamos nuestras
piernas en forma de tijera. Iniciamos un movimiento suave, luego fren�tico. Con
nuestros movimientos mi pie descalzo qued� en su cara. Mart�n inici� un suave
lameteo de mi pie, chupando mis dedos y pasando la lengua desde ellos hasta el
tal�n, y de �ste hacia aqu�llos, mientras a�n, con nuestras piernas cruzadas
choc�bamos pelotas con pelotas y chimbo con chimbo. Me puse tambi�n a besarle su
pie, lindo pie, a chuparle sus dedos, pasando la lengua entre ellos, a
met�rmelos en la boca, los que m�s me cab�an.
Imagen toda llena de erotismo. Solt� su pie y comenc� a
acariciarme las tetillas, empujando mi cuerpo hacia su cuerpo y �l haciendo lo
mismo. "Qu� placer papi...rico...rico�qu� sabrosura, vamos
amorcito�mu�vete,...as�...as�...oh...oh....qu�.....dicha...parecemos dos
lesbianas arepiando...oh...uf...uf..", gritaba yo en medio del placer, mientras
Mart�n me dec�a: "S�, somos dos putas lesbianas...esto hay que seguirlo
haciendo...ah�veo tu cara de placer y tu ves la m�a...somos dos putas...". "S�,
soy tu puta y tu eres la m�a, amor m�o, mi amor, qu�
rico...sigue...ah�ah...mu�vete m�s duro maric�n...oh..oh.". Seguimos movi�ndonos
cada vez m�s r�pido. Estaba que explotaba. Un nuevo envite de su cuerpo contra
el m�o y explot�, s� explot�, la leche me sal�a a borbotones.
"T�mala�t�mala..ah�ah�t�mala". Al decir esto tambi�n Mart�n explot� y su leche
sali� tambi�n a borbotones cubri�ndome el pecho. Nuestros chimbos quedaron
mezclados en nuestras propias leches. Me separ� y me recost� en el sof�
qued�ndome dormido.
Dorm� como dos horas. Cuando despert�, ya casi anocheciendo,
fui, as� desnudo como estaba, a buscar a Mart�n. Lo encontr� en la cocina. Se
hab�a ba�ado, s�lo estaba con los suspensorios blancos, transparentes por
delante y las dos tiras traseras realzaban sus nalgas mostrando un culo
apetitoso subido y apretado por los suspensorios, que se ofrec�a como un manjar
que el mundo gay me hab�a dejado descubrir. Lindo culo. "Estoy preparando unos
pasantes para que nos tomemos unos tragos de ron. Ya casi acabo", me dijo con
cierta alegr�a. "Hay que celebrar esa nueva forma de pichar, estuvo muy buena",
continu�. "S�, espectacular. Voy al ba�o a asearme y ya regreso", le contest�.
Fui al ba�o, no me ba��, pero, luego de orinar, s� me moj� el chimbo y lo limpi�
bien. Regres� a la sala donde ya estaban puestos los pasabocas y media botella
de ron. Me serv� un trago y encend� un cigarrillo. Mart�n se sent� a mi lado con
su vaso de ron y encendi� el televisor.
Habl�bamos de cosas intrascendentes: f�tbol, pol�tica, etc.
Luego de un rato fue a servirse otro trago y mi mirada qued� fija en su culo. Mi
verga comenz� a pararse. Al regresar Mart�n, me dijo: "Con que ya est�s
alborotado". "S�, ven papi". El se sent� de nuevo. Me arrodill� a su lado y le
baj� los suspensorios. Su chimbo brot� en todo su esplendor. "No soy el �nico
alborotado", le dije. Inclin� mi cabeza arrimando mi boca a ese hermoso chimbo.
Le estamp� un suave beso en toda la punta, luego lo introduje en mi boca
succionando con ganas. Mi mano derecha acarici� sus nalgas y abri�ndolas mi dedo
�ndice inici� un suave masajeo en su bot�n del amor, en su arrugado y precioso
ano, en su puerta trasera. Solt� el chimbo, saqu� le lengua y de arriba abajo
inici� un lameteo.
Mi saliva se mezclaba con sus jugos. Cog� con la boca las
pelotas para mam�rselas con ganas. Mi cara se restregaba contra esa linda verga.
"S�s�...s�...oh, s�, s�, mariquita m�o, mama, chupa..ah..ah..", gem�a Mart�n.
Alz� sus piernas dejando al descubierto su divino bot�n, arrugadito y grande. La
punta de mi lengua lo toc� lami�ndolo todo. Luego lo penetr� con la lengua. "Ah,
maric�n, c�meme, hazme el amor con la lengua...t�mame...", gimi�. No me hice
rogar. Mi lengua entraba y sal�a de ese hermoso culito. Estuve as� un rato,
mientras con una mano me masajeaba mi chimbo enhiesto y mojado. Volv� a su verga
a darle chupadas, a acariciarla, a colocarla contra mi cara. La miraba: sus
venas brotaban, era un palo divino. "Estoy que me vengo amor", dijo Mart�n. Y en
verdad que su chimbo hab�a crecido y palpitaba. "Si lo tocas de nuevo me
vendr�", fueron las palabras de Mart�n. Me separ� y suavemente le estamp� un
beso en toda la punta observando c�mo ese chimbo se mov�a y con furia arrojaba
leche por todos lados."Ah, ah, ah, me vengooo...me vengoooo, amor, me vengooo".
Mi cara qued� impregnada de su leche. Yo a�n no hab�a arrojado la m�a.
R�pidamente lo hice voltear en cuatro patas. Abr� sus nalgas, mi nariz penetr�
en ellas hacia su ojete y mientras ol�a ese dulce olor de su culo me masaje� la
verga hasta que descans� con mi leche arrojada al piso. Me tom� otros dos
tragos, me ba�� y me vest�. Mi esposa me esperaba sin saber que su esposo era
marica. Me desped� de Mart�n.
En esa semana Mart�n tuvo que viajar a Barranquilla. Trat� de
aguantarme pero no pude. Estaba con ganas de tener un macho a mi lado o
masturbarme viendo machos. Mi esposa se encontraba en una finca cercana a
Medell�n. Busqu� en una gu�a por internet y encontr� un bar gay que anunciaba
servicios de cabinas privadas para internet y pel�culas, revistas, masajes,
shows de j�venes. Decid� ir. Me coloqu� unos suspensorios rojos que me gustaban
mucho porque sus correas eran estrechas y hac�an resaltar mi culo, lo que
comprob� de nuevo mir�ndome en el espejo, unos jeans forrados, camiseta azul
tambi�n estrecha, en malla y sin hombreras, tenis de bota Converse azules, y una
chaqueta de cuero. En cierra forma ten�a tendencia exhibicionista.
Fui despu�s de las 7 PM Me gust� el lugar: m�sica suave, un
bar agradable y luces que daban el toque necesario, ni mucha ni poca. Me dirig�
a una mesa y ped� un trago de ron. Me sent�a un poco raro, ya que era un lugar
para gays, pero al mismo tiempo contento. Sab�a que todos los que estaban all�
eran gay pero tambi�n sab�a que todos entend�an que yo era uno de ellos. Debo
reconocer que me excit� la idea de que todos los asistentes all� me ve�an como
gay. El mesero, claro, lo supon�a. Me pregunt� luego de servirme el ron si
deseaba alg�n servicio en especial. Le respond� que deseaba una cabina. Me
pregunt� si cabina de internet o de videos. "De videos", le dije. "Debe pagar
antes", se expres� con solemnidad. Supuse que hab�a algunos maricas que se
masturbaban y luego elud�an el pago. Pagu� el costo y me entreg� un tiquete
se�al�ndome d�nde quedaban las cabinas. Al llegar me tropec� con un joven que
iba para otra cabina, nos sonre�mos pero cada uno entr� a la suya. Previamente
hab�a escogido una pel�cula gay que me llam� la atenci�n por las fotos en la
car�tula: hombres vestidos de cuero en tremendas org�as.
Puse la pel�cula y me baj� los jeans dejando mi verga afuera,
mojada, me quit� la camiseta y as� me sent� en una peque�a silla que all� se
encontraba. Mientras la ve�a me daba masajes masturbatorios tratando de aguantar
al m�ximo y pensando en el joven de al lado que deb�a estar haciendo lo mismo.
En esos instantes se fue la electricidad y el VH se apag�. Qued� como un tonto
con mi chimbo parado sin saber qu� hacer. Pasados unos minutos y viendo que no
regresaba el fluido el�ctrico me sub� los pantalones, me puse la camisa y sal� a
averiguar qu� pasaba. All� estaba el joven hablando tambi�n y recibiendo
explicaciones. Parec�a que el da�o se iba a demorar en ser reparado. Nos miramos
y �l tom� la iniciativa: "Tom�monos un trago" me dijo. Le contest� que bueno y
fuimos a una mesa a charlar.
El lugar estaba en penumbras con unas velas sobre las mesas.
Iniciamos una charla que de aspectos generales fue pasando a temas m�s
particulares. En medio de nuestra conversaci�n yo lo miraba con ganas y me
imaginaba haciendo el amor con �l. S�lo me preocupaba su edad. Descans� cuando
dijo tener un poco m�s de 18 a�os. No quer�a nada con menores, aunque no s� qu�
hubiera hecho con este bomb�n todo chimba si me hubiera dicho que era menor de
edad. Me cont� de su vida. Era coste�o y estaba estudiando en Medell�n, su
nombre era Juan Luis, viv�a en un apartamento con otro amigo coste�o que tambi�n
era gay. Yo le cont� que apenas me estaba iniciando, que era casado y que hab�a
tenido algunas experiencias homo. "Tu eres mucho mayor que yo, pero sabes, a m�
me gustan mayores. M�s si son casados. �Quieres que hagamos algo?", dijo en
r�pidas palabras. "Okay, �d�nde?", le respond�. "Vamos a mi apartamento. �Tienes
carro? Yo me transporto en bus", contest�. "S� tengo carro, vamos", le dije.
Pagu� la cuenta y salimos. Durante el viaje a su apartamento
me mand� la mano al bulto que ten�a entre mis piernas y luchaba por estirarse.
Cuando llegamos yo estaba muy mojado. Al abrir la puerta no me aguant� y comenc�
a abrazarlo y a besarlo en su boca que respondi� con fuego. Mientras nos
bes�bamos nos �bamos quitando la ropa. Su verga era casi del tama�o de la m�a,
estaba completamente depilado en sus genitales, la punta del chimbo goteaba.
Apret� con una mano. "Rico, rico...no te apures papito...despacio que hay
tiempo", me dijo mostrando su experiencia en estas lides. Se separ�, me mir�
fijamente dici�ndome: "Quiero comerte todito. Ponte los tenis que me gusta verte
as�". Yo estaba completamente desnudo y me puse de nuevo los tenis.
"Ven, vamos al cuarto", me indic�. Entramos a un peque�o
cuarto que por lo visto estaba destinado al placer. Tanto al frente como a los
lados hab�a espejos que reflejaban y multiplicaban las im�genes. En un peque�o
estante vi consoladores, cremas, correas, todo lo necesario para un buen placer
sexual. Observ� que al frente, en medio del espejo, estaba fijado como una
especie de toallero. Nos besamos de nuevo. "C�meme papi, quiero que me
taladres", le dije con voz excitada y entrecortada. "Vamos hacia all�", dijo
se�alando el toallero. "�Para qu� es?, pregunt�. "Ya ver�s. Ag�chate y pon tus
manos en la barra", respondi�. As� lo hice. Mis manos cogieron el toallero
d�ndome una posici�n inclinada. Al colocar las manos, suavemente me acarici� la
espalda y luego me coloc� unas esposas en las manos. No ten�a manera de
acariciarlo ni de acariciarme. Pero la imagen en el espejo me excit�. Me ve�a
all� en posici�n equina, s� como un caballo amarrado. Me v� en los espejos de al
lado. Ve�a un hombre desnudo, con sus tenis puestos, sus nalgas en posici�n
sodomita. No s�, pero cada vez estaba m�s excitado. Comenc� a sentirme dominado,
sometido, y en verdad que quer�a ser dominado por ese joven que me hab�a
encontrado por casualidad. Observ� mi chimbo completamente parado, con la cabeza
roja de tanto manoseo y chupadas.
"As� quer�a verte, y as� te comer�", dijo Juan Luis. Se puso
debajo de m� meti�ndose mi verga en la boca, chupando mis pelotas y acariciando
mis nalgas. Todo esto lo sent�a y lo ve�a en el espejo. "Sigue....qu�
placer...sigue...", le suplicaba. Me vi en el espejo: mis ojos estaban
alborotados y mi boca entreabierta. �Qu� excitaci�n! �Qu� placer! No pod�a haber
nada mejor que esto. Se despeg�, sali� debajo de m� y con la lengua recorriendo
mis muslos y piernas lleg� a mis pies. Desat� los cordones de mis tenis y los
apret� al m�ximo haciendo el nudo en la parte de atr�s que tambi�n apret�. Me
tallaban los pies, pero, curiosamente, me sent� m�s dominado. No aguant� m�s:
"Hazme tuyo, hazme lo que quieras", fueron las palabras que con pasi�n salieron
de mi boca. Juan Luis se coloc� detr�s de m� con su chimbo entre mis nalgas.
"�Lo quieres?", pregunt�. "S�, s�, c�meme", le supliqu�. No hab�a acabado de
responderle cuando sent� la primera nalgada.
Su mano se hab�a extendido sobre mi nalga derecha. Luego me
dio otra en la otra nalga. Me peg� de nuevo un poco m�s fuerte. "P�game papi,
p�game". Y comenz� a darme nalgadas mientras yo reculaba ante el ardor y le
ped�a m�s y m�s porque me encontraba en un estado de sometimiento que nunca
hab�a sentido. A cada nalgada yo mov�a mi cuerpo y giraba mi cabeza viendo en el
espejo c�mo ese muchacho que acaba de conocer mandaba sus manos a mis nalgas.
�stas ya estaban rojas de los golpes. "Uf, ay, uf, s�s�...ay...ay...oh...ay,
ay...", gem�a yo ante la tunda que me estaba dando. "Ay,
ay...rico�uf...ay...oh...oh...ay�ay...ay...p�game m�s amor...ay...ay...uf...",
continuaba yo en mi delirio al tiempo que mov�a mis nalgas. Dej� una pierna
apoyada al suelo y alc� la otra gir�ndola hacia la izquierda como un bailar�n de
ballet, exhibiendo mi nalga en forma imp�dica y obscena, lo que llev� a que Juan
Luis se excitara m�s y en medio de palabras ofensivas y obscenas como "as�
mariconcito, as� �brete que eres m�o, eres m�o", repiti�ndolo varias veces y
d�ndome nalgadas m�s fuertes. Mi chimbo quer�a crecer m�s y m�s, goteaba l�quido
preseminal casi como si estuviera orinando. "�Sabes?. Me gusta comerme hombres
mayores que yo y saberlos y sentirlos sometidos. �Te gusta que te someta? Dime
que eres m�o", manifest� excitad�simo, lo que supe porque cuando acercaba su
verga contra mis nalgas sent�a lo mojado que estaba. "S� papi, soy tuyo, c�meme,
por favor c�meme".
Puso la punta de su chimbo en todo mi ano. "�Lo quieres
adentro?", pregunt�. "S�, s�, hazle", le respond�. Juan Luis se coloc� un cond�n
y suavemente habl�: "Dime que eres marica y puto". "Soy marica, soy marica y
puto", repliqu�. "Dime que eres una maricona", exigi�. "Soy una maricona, si tu
maricona, oh papi...c�meme ya...", le supliqu�. "A�n falta maric�n, repite
varias veces que eres mi puta", alz� su vez mientras me daba otra nalgada. La
posici�n que me cansaba, mis pies tallando y los golpes me llevaban a sentirme
completamente dominado, m�s a�n a querer serlo, por lo que dije: "Soy tu puta,
tu putica, me gusta ser tu puta....ah, m�telo ya...por favor papi, cl�vame que
estoy desesperado", dije con voz entrecortada. �l sigui� con su chimbo entre mis
nalgas, pas�ndolo de arriba abajo. Recost� su cabeza sobre la m�a y en un
susurro me espet�: "Quiero que te sometas del todo. Reconoce que eres mi mujer.
Anda, dilo". "Soy tu mujer, soy tu puta...oh...oh...papi s�, soy tu mujer, ser�
tu mujer...ah...cl�vame", supliqu� de nuevo.
"As� me gusta", dijo Juan Luis mientras su punta comenzaba a
abrir mi ano y asomarse en mi interior para horadarme. Le ped� que se untara
vaselina, pero no quiso, respondi�ndome que as� sentir�a m�s y le rogar�a con
pasi�n que fuera suyo. Era la primera vez que me clavaban sin lubricante. Mi ano
se distendi� un poco al empujar la cabeza de su verga. "Oh, oh, s�, sigue, as�
cari�o...sigue", exclamaba yo mientras ese palo segu� tratando de abrirse camino
entre las paredes de mi recto en un bello acto de sodom�a. Empuj� m�s y meti�
buena parte de su chimbo. "Oh, oh, sigue", gem�a mientras �l segu�a metiendo m�s
y m�s hasta que entr� del todo.
"Ohhhhhhh, ahhhhh", gimote�, ya completamente rendido a ese
palo que me hurgaba las entra�as y distend�a todo mi ano. Qu� culiada, me sent�
en la gloria, mirando el espejo y viendo c�mo yo que tanto hab�a culiado
mujeres, estaba all�, en iguales condiciones con un chimbo dentro de mi culo,
deseando que se quedara all�. "Oh, oh, papi, qu� rico, s�, qu�
ricura...ah�.rico�ahhhh�huyyyy�s�s�ah...papi... papito...sigue...eso... sigue�as�...oh...ah...rico...rico... cl�vame....oh...ohhhhhh........ s�..........s�.....as�..........
mu�velo...estr�jame...oh...oh�rico...qu� placer...esto es la gloria...qu�
placer...oh�oh...dame...dame amor...dame m�s...c�meme el culito que es
tuyo...oh...oh...", repet�a yo una vez y otra. "Oh, oohhhhh", exclam� cuando
sac� parte de su chimbo y lo volvi� a meter con fuerza. Nunca me hab�an comido
tan bueno. Estaba totalmente sodomizado. Juan Luis inici� un mete y saca que
hac�a que mis ojos giraran y la saliva saliera un poco por la comisura de mis
labios. Me agarr� con fuerza en la barra del toallero. "Hazme venir,
dale...dale...m�s duro...eso...as�...dale...dale a ese culo que es tuyo...duro
papi...as�...as�, sabroso, s�s�..dale al culo, c�metelo papacito�ohhhh�qu�
dicha�qu� dicha�dame m�s, dame duro amor", segu�a pidi�ndole. Juan Luis acerc�
su cabeza a la m�a y meti� su lengua en mi oreja bes�ndola toda, chup�ndome el
l�bulo, haci�ndome cosquillas placenteras con su puntica dentro de mi oreja,
dejando quieto el chimbo en mi culo.
"B�same", le supliqu�. Su boca no alcanzaba la m�a por la
posici�n en que nos encontr�bamos, pero gir� lo que m�s pude mi cabeza y saqu�
la lengua, haciendo �l lo mismo. Eran dos lenguas que se tocaban y se
acariciaban con placer. Me le entregu� con ganas, lamentando haber descubierto
el placer homosexual muy tarde. Inici� un movimiento de mis nalgas tratando de
que ese chimbo se entrara m�s al fondo, es decir, recul� con fuerza iniciando un
vaiv�n. Juan Luis comenz� un mete y saca, diciendo: "Mu�vete mariquita, mueve
esas nalgas...s�..as�qu� culito...estrechito...lindo...oh�qu�
culito...ahhh...ah,
...mu�vete m�s mi maric�n, as�....eso�aprieta�ah�ahhhh,
aprieta m�s maricona", dec�a con voz excitada. Empuj� dos veces duro y en su
�ltimo empuje hizo que mi chimbo se estremeciera botando leche y m�s leche en
medio de mis gritos de placer. Juan Luis a�n no hab�a acabado. Con una de sus
manos acab� de escurrir mi verga y sigui� un mete y saca r�pido. Parec�a que
aguantaba mucho, ya el culo me estaba doliendo aunque segu�a con el chimbo
parado y a�n botando peque�as gotas de leche. Mir� en el espejo y vi su imagen
movi�ndose con fuerza, mete y saque, mete y saque, mete y saque.
No lo cre�a pero mi verga comenz� a estremecerse de nuevo y a
botar otro poco de leche, ya aguada, no mucha, pero lo suficiente para sentir el
placer en extremo. Fue tanto el placer que casi lloro, no lo pod�a creer, qu�
emoci�n, que excitaci�n, qu� alegr�a. C�mo un hombre puede sacar placer de su
culo es algo que muchos desconocen. Pero all� estaba yo, sodomizado por
completo, sinti�ndome sodomita, marica, estremecido y simplemente sometido a ese
joven que me perforaba de forma acelerada. Juan Luis segu�a en su sodom�a
d�ndome, clav�ndome. "Mueve el culo...oh...oh...qu�
culito...sabroso...sabroso...qu� culo tan divino...estrechito...ah...ah...me�..
�me�s�me vengo...s�...toma, toma, cabr�n...toma...me
vengo...ah, ah....ahhhhhhhh", grit� Juan Luis mientras su leche inundaba el
cond�n y arremet�a con fuerza queriendo meter el chimbo lo m�s profundo que
pod�a. Sent� c�mo su verga temblaba en mi interior.
Juan Luis sac� su verga de mi culo, que ya lo ten�a
adolorido, y me quit� las esposas. Al pararme sent� como escurr�a su leche entre
mis muslos, ya que se hab�a quitado el cond�n. Nos besamos. "Qu� tremenda
culiada", le dije. "S�, tremenda. Te invito a que un d�a de estos pichemos con
mi compa�ero, creo que le vas a gustar", respondi� sonriendo. Luego de vestirme
me desped� quedando en que otro d�a nos ver�amos. Sal� de all� adolorido,
sabiendo que esa noche no podr�a caminar bien, pero con ganas de m�s culiadas.
Cuando llegu� a mi casa me lav� bien el culito y me ech� una crema para calmar
el dolor y el ardor que a�n sent�a, pero que se justificaban por el placer que
hab�a obtenido.
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Relato: Sexo y m�s sexo
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