El d�a escapa de mis manos como un pu�ado de arena� vivo con
el coraz�n encadenado a ti y el alma atada al silencio, te sigo en un sue�o y
apenas te rozo� al borde del abismo.

Ven, te espero, ba�ada en lluvia de estrellas, solo cubierta
de noche, c�lido y oscuro terciopelo, abrazada al claro de luna que se filtra
por mi ventana. En mi lecho de luna llena, me consumir� en tu mirada, de pupilas
h�medas y llameantes, beber� de tus labios el rico man� de la dulzura, el vino
de tu boca, la miel de higos, ambros�a de tus besos. Desp�jame de velos y
armaduras, de dudas e inquietudes. Haremos renacer el eco de frases que
callamos, con guardadas ternuras, con susurros de risas y te quieros. Tejeremos,
nuestros cuerpos, telara�a de seda donde acunar un sue�o, trenzaremos un nido de
caricias, mullido de plum�n de mimos. Dame todo lo que sepas dar, no hay prisa,
no apura el tiempo, acar�ciame, que un escalofr�o me atraviese, asp�rame
despacio, muerde mi carne, prende el fuego en mi cintura�, lujuria de locos� tu
mano entre mis piernas, brasa en mis caderas. �brete un sendero con la espada,
entra en m� con la fuerza del mar, cab�lgame jinete�d�jame tu huella feroz� a
dentelladas� porque agotando en cenizas la noche, moriremos� para renacer al
alba, como ave f�nix, embriagados del dulce n�ctar del amor�y ma�ana� vivir� con
el coraz�n encadenado a ti y el alma atada al silencio�.