La atracci�n que exist�a entre ellos fue superior a la
amistad de ellas.

Primero ante todo presentarme, me llamo Oscar, tengo 28 a�os
y salgo desde hace 2 a�os con una chica con la cual vivo llamada digamos Paula
(no quiero mencionar nombres verdaderos dado que la historia es real y no quiero
perjudicar a nadie). Todo sucedi� hace unos meses en mi casa. Era s�bado por la
noche y estabamos cenando con Ana, la mejor amiga de mi novia y Gustavo, su
marido. Ana era una chica alta, sobre el 1,75, delgada, rubia y con 28 a�os.
Gustavo era bastante m�s mayor que ella y algo regordete, solo hab�a que verle
cenar�.ja, ja, ja.

La cena transcurr�a sin ninguna conversaci�n interesante,
todo era lo de siempre, sus recuerdos de cuando eran j�venes y temas sobre el
trabajo de cada uno. Pero la cosa se empez� a poner interesante cuando
comenzamos a hablar de lo ocupada que ten�amos la siguiente semana:

Despu�s de toda aquella conversaci�n seguimos hablando de
otros temas pero yo no hac�a m�s que pensar en la semanita que me esperaba. No
he mencionado antes la atracci�n que siento por Ana. Es un amor plat�nico que
tengo. Me parece una chica con un encanto especial y me hubiera gustado mucho
poder haberla conocido m�s pero� , cuando la conoc� ya estaba casada.

Llego el esperado lunes y Ana apareci� en mi casa. Yo me
acaba de levantar y sal� a abrir la puerta. Tras ella apareci� Ana con cara
sonriente dici�ndome:

As� pasaron los d�as y las situaciones morbosas. No hac�a m�s
que fijarme en ella, en su manera de hablar, de comer, de andar por casa, en mil
cosas, me encantaba, m�s a�n, me excitaba much�simo. Todas las noches se pon�a
su corta batita de seda dejando al descubierto sus largas piernas. Eso me pon�a
malo, tener a una preciosidad como ella sentada al lado m�o y no poder hacer
nada. Por el d�a siempre estaba en mallas, le encantaba ponerse mallas, cosa
l�gica dado que su culo era precioso.

Pero una noche pas� lo que tanto tiempo hab�a deseado.
Estabamos los dos medio tumbados en el sof� cuando ella apoy� su cabeza sobre
mis piernas cerrando los ojos como si estuviera dormida. Yo iba vestido con un
pijama fino y sin ropa interior por lo que ten�a miedo que esa situaci�n me
provocase una erecci�n y ella se diera cuenta. Pero no lo pude controlar, notaba
como el aire de su respiraci�n llegaba hasta mi pene y como �ste iba
engrandeci�ndose. Ella lo sab�a e iba poniendo la cabeza m�s cerca de �l hasta
que de repente la cogi� con sus dos labios mir�ndome a la cara. Despu�s se sent�
al lado m�o con la mano en mi pene y me dijo:

Sin m�s dilaci�n, bajo mi pijama y comenz� a introducir mi
pene en su boca. Lo hac�a suavemente, se notaba que no lo hab�a hecho muchas
veces, pero me encantaba. Primero pasaba la lengua por todo el pene y luego lo
introduc�a en su boca mientras con la mano me masturbaba, luego comenz� a
mordisquear mis test�culos y por �ltimo comenz� a follarme con su boca. Qu�
gustazo, notaba como al meterla llegaba hasta el fondo de su garganta, yo estaba
ya que no pod�a m�s y as� se lo dije. R�pidamente se apart� y yo sin dejar que
nada se enfriara me abalanc� sobre ella. Comenc� a besarle sus carnosos labios,
jugueteando con su grande lengua haciendo que poco a poco ella se pusiera cada
vez m�s caliente. Seg�n hac�a eso, comenc� a introducir la mano entre la bata
encontrando sus peque�itas tetas bajo ella. Eran peque�itas pero con unos
pezones bastante duritos y saltones. Not� como se estremec�a cada vez que le
pellizcaba uno de ellos por lo que decid� mordisque�rselos.

Descend� hasta sus tetas y comenc� suavemente a lamerlas.
Primero haciendo c�rculos con mi lengua alrededor de su pez�n, luego sujetando
con mis labios sus pezones y retorci�ndolos hasta que me decid� bajar a su
entrepierna. Para ello desabroch� su bata y la abr�. Vest�a una tanga blanca con
encaje, que como no, le quedaba perfecta. La puse de pies y la gire para
observar ese culo que tan maravillado me ten�a. Era perfecto!!! Totalmente
blanquito y con alg�n granito pero precioso. Comenc� a mordisquearle el culo
estirando de la tanga hacia arriba para que rozara su rajita.

M�s tarde, la di la vuelta y segu� lami�ndole sus piernas
hasta que llegu� a su tanga la cual de un mordisquito la separ� dejando al
descubierto una bonita rajita totalmente depilada excepto un hilito de pelo. No
pude resistir m�s la tentaci�n y comenc� a chuparla. Ella se volv�a loca, no
pod�a casi sujetarla. Con mi lengua iba recorriendo toda su rajita, separando
sus labios con la lengua e introduciendo �sta en su agujero. Mas tarde con ayuda
de mis labios cog�a y presionaba su cl�toris con lo que le produje a Ana un gran
orgasmo dado el volumen de sus gritos. Se relajo un momento y mientras tanto fui
a por vaselina que ten�a en el servicio.

Regres� y estaba tumbada en el sof� sonriendo. Sin m�s
dilaci�n, la cog� por los tobillos, la separ� las piernas y la introduje mi pene
en su vagina. Al principio me cost� pero poco a poco ella iba segregando
l�quidos hasta hacer correr mi polla sin ninguna resistencia. Despu�s de un rato
logr� que alcanzara otro orgasmo as� que me apresur� a disfrutar yo y me unt� el
dedo con vaselina y se lo introduje poco a poco en el culo mientras segu�a
introduciendo mi pene en su vagina, as� poco a poco hasta que logr� meter 2
dedos. Ella comenzaba otra vez a respirar profundamente por lo que sin preguntar
saqu� mi pene de su vagina y lo puse en la puerta de se culo, empuj� un poquito
y not� como mi pene iba resbalando poco a poco hacia el interior de su culo.
Ella gritaba de dolor al principio, ya que era virgen, pero al acariciar su
cl�toris con mi mano y comenzar a introducir y sacar mi pene de su culo comenz�
a gritar pero esta vez de placer. Yo estaba en la gloria. Mi sue�o cumplido, Ana
arrodillada delante m�o mostr�ndome su perfecto culo y pidi�ndome que se lo
follara y yo totalmente excitado y loco por descargar mi semen en su culo.
Despu�s de un rato follando como nunca lo hab�a hecho y tras otro orgasmo de
Ana, solt� una gran cantidad de semen que fue a parar al culo de �sta.

Despu�s de soltar toda mi leche, le saqu� mi pene y la
comenc� a besar. Fue el mejor beso que he sentido en toda mi vida. Despu�s de
�ste nos quedamos abrazados hasta que los rayos del sol nos despertaron
avis�ndonos que un nuevo d�a hab�a comenzado.

Despu�s de aquel d�a, nuestros encuentros son bastante
frecuentes, aunque la idea de los dos es dejarlo para no herir a Paula y a
Gustavo, pero no podemos, el placer que sentimos cuando lo hacemos es
inalcanzable por nuestras respectivas parejas.

Espero que os haya gustado el relato. Si quer�is mandar
vuestra opini�n sobre �ste o quer�is contactar conmigo, escribir a:
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