Al siguiente d�a de clases, yo estaba radiante, tras mi
primer orgasmo conmigo misma y la sensaci�n de que pronto llegar�a el gran d�a,
me ten�an como en una nube de la que no tarde en caer cuando vi a mi querido
Daniel hablando y riendo con sus amiguitos.

No pas� demasiado tiempo, cuando la mayor�a de los chicos me
miraban de otro modo, y a �l lo trataban casi como a un h�roe, y claro, yo
supon�a que algo extra�o estaba sucediendo, as� que pens� en preguntarle
directamente, aunque pens�ndolo mejor, ser�a m�s adecuado investigar por mi
cuenta o de lo contrario me arriesgaba a que me mintiera.

En el fondo yo sab�a lo que pasaba, bueno, me lo imaginaba,
pero no quer�a reconocerlo.

Durante los d�as siguientes de di poca cancha a Dani, hasta
que me enter� de lo que pasaba, el muy desgraciado le hab�a ido contando a todo
el mundo que se hab�a acostado conmigo en varias ocasiones y que yo le hac�a de
todo, cosa que hoy en d�a ser�a de los m�s normal, pero en esa �poca, a parte de
enfadarme de un modo que no me reconoc�a a mi misma, era algo totalmente falso.
Entonces decid� que era hora de contraatacar y les cont� la verdad a mis amigas,
pero con su ayuda difund� el rumor por el instituto de que �l a parte de un
bruto, era un in�til y que apenas aguantaba 20 segundos.

Se que no estuvo bien, pero �l atac� primero y yo me defend�.
Supongo que no har� falta contar que desde ese d�a no nos hemos vuelto a hablar,
si bien el muy caradura se acerc� a mi para recriminarme algo, yo le mire con
ojos de asesina y creo que entendi� el mensaje.

Camino a mi casa lo pas� muy mal, ten�a unas ganas locas de
echarme a llorar, pero algo me lo imped�a. Cuando llegu�, entr� en mi cuarto y
romp� a llorar en al soledad de mi habitaci�n, hasta que unas manos se posaron
en mi espalda y al girarme vi que era mi madre.

-�Qu� te pasa cielito m�o?-pregunt� mi madre con una cara
entre enfado y pena.

-Nada mam�, es que resulta que Dani ha ido contando por ah�
que se acost� conmigo, y no es verdad, y aunque lo fuera tampoco tendr�a derecho
a hacerlo. Y lo peor de todo es que le quiero.

Mi madre acarici�ndome el pelo y d�ndome besitos-Tranquila
Gloria, mira, ese chico acaba de demostrar que no es buena persona, y menos para
mi ni�a, se que esto ahora no te consolar�, pero mejor que te hayas dado cuenta
ahora y no m�s tarde.

Pasamos as� un rato hasta que me calm�. Los d�as siguientes
fueron un tormento, iban pasando los d�as, semanas y meses y yo segu�a triste,
tanto mis padres como mi hermano se estaban volcando conmigo, sobre todo Carlos,
hasta el punto de que muchas veces dejaba de salir con su novia para estar
conmigo, cosa que a ella no le hac�a ninguna gracia pero comprend�a. A pesar de
todo yo no acababa de volver a sonre�r. Eso si, cada vez sent�a m�s necesidad de
masturbarme, y siempre que ten�a la casa para m�, no dudaba en desnudarme y
hacer todo lo que mi imaginaci�n me permitiese, regal�ndome unos orgasmos
maravillosos.

Mi recuperaci�n total se produjo el d�a que cumpl� 17 a�os.
En mi casa tenemos la costumbre de celebrar los cumplea�os con la familia y unos
pocos amigos, es decir, mis padres, mi hermano, su novia Ver�nica y algunos de
nuestros amigos m�s cercanos. Pues bien, mi hermano apareci� con un compa�ero de
clase que acababa de llegar de otra ciudad, no conoc�a a casi nadie y supongo
que por ser los primeros d�as que estaba viviendo en la residencia
universitaria, se sent�a muy solo y algo melanc�lico. Carlos y �l hab�an hecho
buenas migas en clase, por lo que decidi� invitarlo.

-Este es Javier, lleva poco tiempo en la ciudad y pens� que
aqu� se lo pasar�a bien-dijo Carlos en presentaci�n.-Y esta es la ni�a del
cumplea�os.

Yo me qued� algo cohibida, Javier era un chico muy guapo, su
cara era una mezcla entre ni�o travieso y t�mido, ten�a la edad de mi hermano y
era delgadito.

-Felicidades-. Y diciendo esto, tras darme dos besos en las
mejillas, me regalo una rosa. �Que detalle!, ni siquiera me conoc�a, mi hermano
le hab�a invitado esa misma ma�ana y a pesar de todo no quiso venir con las
manos vac�as y se molest� en comprarme ese peque�o presente que para mi
signific� m�s de lo que ninguno de los que all� estaban pod�a imaginar.

Tras cenar algo ligero y tomar la tarta de rigor, los
invitados fueron march�ndose. Carlos dijo que iban a salir por ah� a tomar algo,
que si me apetec�a ir con ellos. A Ver�nica la idea le pareci� estupenda, porque
as� Javier tendr�a con quien hablar y ella podr�a centrarse en mi hermano.
Fuimos a una zona tranquila del casco antiguo, estuvimos en un pub hasta que
Carlos y Ver�nica se fueron a bailar y a aprovechar para meterse algo de mano.
Javier y yo nos quedamos en una mesa hablando de trivialidades, empec� a notar
al chico algo nervioso, seguro que no lo estaba m�s que yo. Decidimos irnos a
bailar nosotros tambi�n, por suerte estaban poniendo m�sica algo lenta que se
pod�a bailar tranquilamente, abrazados, permit�a que pudi�semos seguir
susurr�ndonos m�s que hablando.

Poco tiempo despu�s, empec� a cansarme. El d�a hab�a sido
agotador, yo estaba realmente cansada y decid� irme. Claro, mi hermano no iba a
dejar que me marchase sola a casa, justo cuando �bamos a salir Javier dijo que
se quedaran ellos que se lo estaban pasando bien, que �l me acompa�aba a casa.
Esas palabras me supieron a gloria.

-�Cogemos un taxi?-Pregunt� Javier.

-Me apetece pasear, y as� charlamos un poquito.

-Vaya, y yo que pens� que estabas cansada.

-Lo cierto es que lo estoy, pero de estar metida en un sitio
como ese con tanta m�sica, me apetece pasear, adem�s, hace muy buena noche-. Una
vez llegamos a mi casa, me pregunt� si me gustar�a que sali�semos alg�n d�a
nosotros solos, por respuesta obtuvo una sonrisa. Fue a besarme para despedirse,
pero yo no gir� la cara y nuestros labios se encontraron, tras el primer momento
de sorpresa, tanto para �l como para m�, nos abrazamos y nos dimos otro beso m�s
apasionado. Tras despedirnos me met� en mi cama con una sonrisa que me llegaba a
las orejas, acababa de dejarme en la puerta de mi casa y ya le estaba echando de
menos.

Fuimos quedando para salir las semanas siguientes, y poco a
poco la gente se fue enterando de lo nuestro. Yo no quer�a contar nada a mis
padres, m�s que nada para que no se enterase mi hermano, porque no sab�a como le
sentar�a el que estuviese saliendo con un amigo suyo. Me llev� una gran sorpresa
cuando una noche en la que ya todos conoc�an mi relaci�n, estando en casa con la
familia y hablando de nuestras cosas, Carlos cont� que lo de invitar a Javier a
mi cumplea�os se le ocurri� porque nos ve�a a los dos algo tristes, y pens� que
igual nos d�bamos algo de alegr�a, aunque no crey� que fuera a llegar a tanto.
Tras esta confesi�n me lo com� a besos mientras nuestros padres se re�an a
carcajadas.

Una tarde, estando en mi casa con Javier empezamos a tontear,
y dicho tonteo fue a mucho m�s, ten�amos todo el d�a para disfrutar y pens�bamos
aprovecharlo al m�ximo.

Nos est�bamos besando muy apasionadamente, aquello parec�an
mordiscos, est�bamos absortos en nuestros j�venes cuerpos, �l poso su mano en mi
pecho y yo agarraba su cintura tratando de encontrar la mejor posici�n en aquel
sof�.

-Vayamos a mi cuarto Javier, all� estaremos mucho m�s
c�modos.

-Estoy de acuerdo-. Contest� con la voz algo entrecortada.

Le cog� de la mano y fuimos subiendo por las escaleras que
conduc�an al segundo piso, �l iba arrimando su cuerpo a mi espalda mientras me
iba dando besitos en el cuello. Pese a la prisa que ten�a por llegar a mi
habitaci�n, quer�a que aquel momento no se terminase y nuestros pasos fueron
cada vez m�s lentos. Una vez estuvimos en el cuarto, nos dimos un abrazo y nos
volvimos a besar haciendo que nuestras lenguas se encontrasen en un lujurioso
beso. Poco a poco fuimos avanzando hasta la cama, Javier me tom� en brazos y me
tumb� suavemente sobre mi cama, con el mismo movimiento para quedar encima de
m�, fue apartando los peluches que me acompa�aban cada noche en mis sue�os e
ilusiones de adolescente.

Ya llev�bamos tres meses saliendo juntos y todav�a no
hab�amos pasado de los besos, abrazos y alguna que otra exploraci�n por el
cuerpo del otro siempre por encima de la ropa, todo esto pese a que yo deseaba
hacer el amor con �l y �l conmigo, pero mis miedos tras mi anterior decepci�n y
que �l nunca trataba de hacer nada m�s sin que yo se lo diera a entender, nos
hab�an llevado a no pasar de lo anteriormente descrito.

Cuando est�bamos enlazados totalmente, mis piernas rodeaban
su cintura mientras mi brazos quedaban tras su espalda y nuestras lenguas no
paraban de enfrentarse en una amorosa confrontaci�n, le dije.

-Javi cari�o, esta es mi primera vez.-Le di a entender que
ten�a v�a libre para llegar donde quisiera esa tarde en la que los �ltimos rayos
del sol entraban por mi ventana. Su respuesta fue mirarme muy tiernamente y
volver a besarme pero esta vez con mucho m�s cari�o. Empec� a levantarle la
camiseta para que acabase en el suelo, y pas� a recorrer su pecho con mi lengua,
momento que aprovech� para pegar su entrepierna a mi vientre y yo volv� a notar
su dureza. Cuando acab� con su pecho, me sigui� desabrochando los botones de mi
blusa que a los pocos momentos qued� completamente abierta, la dej� caer tras
mis hombros.

Le empuj� suavemente para que quedase tumbado a los pies de
la cama, yo me puse encima de �l con mis piernas a cada lado y se dedic� a
manosear mis senos por encima del sujetador, aunque no por mucho tiempo ya que
decid� regalarle su visi�n desabrochando el sost�n que cay� sobre su pecho.
Entonces sustituy� sus manos por su boca y su habilidosa lengua mientras yo
cerr� los ojos y arque� la espalda a la vez que le sujetaba la cabeza y emit�a
unos leves gemidos que parecieron espolearle en su ardua labor. Nuestros sexos
segu�an en contacto bajo nuestros pantalones vaqueros, yo notaba mi excitaci�n
fluir por mis ya h�medas braguitas, momento en el cual Javier volvi� a tomar el
control de la situaci�n, me sujeto por mis nalgas y me levanto volvi� a tumbarme
boca arriba quedando mi cabeza sobre la almohada. �l qued� de rodillas delante
de m�, y empez� a quitarme mis botas lentamente, una vez hubo terminado se me
vino encima y me desabroch� el pantal�n para ir tirando poco a poco hacia abajo,
yo le facilit� la tarea apoyando mi espalda para que el resto del cuerpo quedase
en alto.

Tras comenzar a besarme las braguitas, tir� de ellas por mis
caderas y tambi�n las baj� muy lentamente, la zona que cubr�a mi sexo qued�
pegada unos segundos para luego rendirse a la presi�n que ejerc�a Javier y a mi
deseo. Cuando me tuvo desnuda me dio una suave caricia en mi sexo que me hizo
estremecer.

Quedando �l de rodillas nuevamente, yo me incorpor� para
hacer lo propio con sus pantalones. Cuando se los hube sacado, sus calzoncillos
quedaban marcados por su potente erecci�n, as� que sin m�s miramientos les di un
tir�n y aquel m�stil qued� frente a mis ojos. Ten�a un pene muy bonito,
estilizado, apuntando hacia arriba e iba ensanch�ndose a medida que llegaba
desde el glande a la mitad, para luego quedarse en es grosor hasta la base. Sus
huevos estaban en proporci�n a su pene, que sin ser algo demasiado grande,
tampoco podr�a decirse que fuera peque�o. Yo no ten�a con que comparar, pero
esas cosas se intuyen.

Se lo acarici� suavemente y luego me puse en su misma
posici�n para quedar de frente, arrodillados sobre la cama abraz�ndonos,
bes�ndonos, con una mano acarici�ndole su sexo de arriba abajo, mientras con la
otra rodeaba su cuello, el acariciaba uno de mis pechos, mientras con la otra
hac�a lo propio en mi trasero.

Volvi� a tumbarme boca arriba y sigui� estimulando mis zonas
er�genas, es decir, todo mi cuerpo. Meti� dos dedos en mi boca, se coloc� encima
de m� sin dejar caer su cuerpo sobre el m�o y a la par que me besaba fue
metiendo un dedito en mi vagina, estuvo as� un rato, lo sac�, me lo dio a lamer,
era la primera vez que probaba mis fluidos. Volvi� al ataque esta vez con dos
dedos y al notar mis gemidos meti� un tercero.

Yo en mis masturbaciones a lo m�s que hab�a llegado era a
meter mis dedos, que eran m�s cortos y delgados que los suyos.

Tras seguir jugueteando all� abajo, alternativamente iba
metiendo y sacando los dedos como iba acarici�ndome el cl�toris, se coloc� en
posici�n, me mir� con cari�o y me dijo.

-�Est�s preparada cielo?

-Lo estoy deseando, pero ten cuidado por favor-. Acomod� su
glande a la entrada de mi sexo. Llevaba mucho tiempo deseando esto, pero ahora
estaba nerviosa aunque a la vez excitada e impaciente.

Poco a poco fue empujando, tras sentir algo de dolor emit� un
leve quejido. -�Est�s bien?-pregunt� con voz entrecortada.

-Si, me ha molestado un poco, pero no pares.

Empez� a moverse lentamente mientras no paraba de besarme por
todas partes y yo segu�a enlazada en �l buscando que me consolase. Pronto
comenc� a sentir un placer como el que me proporcionaba yo misma, pero muy
superior.

-M�s deprisa cari�o, ah, si.- El sigui� aumentando sus
movimientos, al poco rato nos giramos y nos quedamos as�, con su pene enterrado
en el fondo de m�, jugando como dos ni�os, sin dejar nada de lo que estuviese al
alcance de nuestras bocas sin besar o lamer.

Decid� tomar la iniciativa, qued� encima de �l y comenc� a
cabalgarle, primero despacio, para irme habituando al movimiento y que �l
pudiese saborear mis pechos. Tambi�n aument� el ritmo notando la llegada
inminente del primer orgasmo que iba a producirme mi querido Javier. Cuando
lleg�, fue una explosi�n dentro de m�, no pude aguantar el gritar lo m�s fuerte
que me permit�an mis pulmones, qued� quieta unos segundos, apoyada en Javier que
aprovech� para comerse mi cuello.

Hice intento de moverme de nuevo, pero volvi� a sorprenderme
levant�ndose su abdomen y quedando frente a frente, con una penetraci�n muy
profunda, tras estar movi�ndonos de esa forma un rato, estir� mis piernas en la
cama para que �l llevase la iniciativa, pero los movimientos no eran todo lo
r�pidos que su ya cercano orgasmo le demandaban, as� que me ech� hacia atr�s,
sac� sus piernas de debajo sali�ndose ese adorado pene de mi sexo. Volvi� a
ponerse encima y me penetr� nuevamente, le abrac� y su cara qued� en mi cuello
mientras se mov�a salvajemente hasta llegar a su anhelado orgasmo.

Nos quedamos as� mucho rato, mir�ndonos desnudos en la cama,
acariciando nuestros cuerpos, viendo la felicidad en los ojos del otro.

-Me he sentido muy bien, gracias por regalarme esta primera
vez tan especial.

-Gracias a ti cielo, para m� tambi�n ha sido muy especial,
aunque no fuera mi primera vez, era la primera contigo.

Tras este tierno intercambio de frases llenas de amor y
agradecimiento, nos dimos una ducha donde no nos privamos de caricias y besos,
sabiendo que nuestra relaci�n tomaba un rumbo m�s serio lleno de experiencias
por probar.

Continuar�.