Relato: Soy la esclava sexual de mis hijos
Esta historia me paso hace un a�o y hasta la fecha me persigue la verg�enza de haber permitido todo lo que mis dos hijos me han hecho, Me llamo Laura y tengo 35 a�os, soy instructora de zumba y madre soltera desde los 17 a�os, Mi hijos se llaman Juan de 18 a�os y Raul de 14 a�os con los que vivo en una casa peque�a pero suficiente para los tres, de cuerpo soy muy atl�tica, abdomen plano, piel blanca, cabello negro, tengo senos grandes para mi cuerpo delgado, los que resaltan mucho y roban miradas, nalgas paraditas y duras, piernas torneadas y cintura marcada, soy bajita y muy guapa de ojos caf�s.
Me gusta salir con hombres y divertirme, a mis hijos no les molesta o al menos eso pensaba hasta una noche que llegue a las 2 de la noche bastante tomada, tra�a puesto una blusa negra que solo me cubr�a los pechos, sin espalda, un pantal�n de mezclilla, botas hasta las rodillas, al entrar casi cay�ndome a la casa estaba mi hijo Juan sentado en el sill�n bastante enojado y me empez� a rega�ar.
-Que no te da verg�enza llegar de noche en ese estado mama
-Por que me gritas no tienes derecho a hablarme de esa forma (yo le solt� una cachetada pero el la detuvo y me apret� la mu�eca)
-te hablo as� por que eres una puta y no mereces que te respete
-no me digas as�
-te lo digo por que lo eres PUTA (me abofeteo tir�ndome al sill�n, mont�ndose sobre mi)
-su�ltame juan me lastimas
-quieres ser una puta, pues seras mi puta
De un jal�n fuerte me arranco la blusa y me la puso en la boca para que no se escucharan mis gritos, mis senos estaban al aire y mi hijo los apretaba con mucha fuerza, yo me quejaba pero eso solo lo excitaba mas y me dec�a "c�llate puta, te trato como te mereces" me chupaba muy duros los pechos, me lastimaba pero no le importaba, saco una cinta gris de un caj�n y me amarro las manos, yo segu�a forcejeando pero el me abofeteaba muy duro, me saco el pantal�n con todo y tanga y al ver mi vagina se quedo mir�ndola un buen rato, hasta que elevo mis caderas hasta su cara y empez� a devorar mi concha, sus lamidas me hac�an estremecer, no quer�a que notara que lo disfrutaba pero era el mejor sexo oral de mi vida y no pude esconderlo con mis gemidos de placer, el sigui� por un buen rato, metiendo su lengua a lo mas profundo de mi sexo, hasta que me corr� en su boca, me dejo caer al piso y me dijo "eres una fuente, ahora me toca a mi" me saco la blusa de la boca y saco su verga en mi cara, era grande, unos 20 cent�metros, nunca pens� que mi hijo la tuviera tan grande, no me dejo decir nada cuando de un golpe me la hizo tragar toda, yo me atragantaba pero el no dejaba de follarse mi garganta y gritando de placer, me quedaba sin aire hasta que sent� los chorros de semen en mi garganta, no saco su gran miembro hasta que tragara cada gota de leche, era espesa y sabia algo salada pero me gusto, me levanto y me inclino en el sill�n con el culo parado dici�ndome "es hora de terminar contigo puta" yo me negaba pero al mismo tiempo quer�a que la gran verga de mi hijo me penetrara, de un golpe sent� ese gran m�stil penetr�ndome muy duro, mi cara golpeaba el sill�n mientras mi hijo apretaba mis senos y me dec�a que mi co�o era muy estrecho, estuvimos en el mete saca una hora, mi hijo era un semental, me hacia correrme muy r�pido, hasta que sent� su hirviente semen en mi concha, mi piel se erizo al sentir su leche en mi ser.
Me dejo expuesta y amarrada un buen rato hasta que Juan regreso con Raul a la sala, el me vio y Juan le dijo, �ndale que esperas, all� esta la puta que te promet�, mi Raul se acerco a mi y met�a sus dedos en mi co�o y mi culo, lo hacia con mucha fuerza pero se sent�a muy rico, yo me retorc�a de placer cuando Juan me levanto del cabello y me dijo "dale una buena mamada a tu hijo, zorra", Raul se sent� en el sill�n y dejo salir su miembro del pantal�n, era grande tambi�n, pero no como el Juan, yo lamia la verga de mi hijo llena de verg�enza y lujuria, mi ni�o no resisti� y se corri� en mi cara a los poco minutos, era tanta leche que me cayo en la tetas, Juan no tardo en montarme en la verga de mi Raul, segu�a como piedra, se sent�a muy bien, mi ni�o me la met�a muy suavemente, se sent�a rico, yo lo bese hasta que sent� como la verga de Juan entraba en mi ano, era un dolor constante pero se sent�a bien, mis dos hijos disfrutaban de mi cuerpo, as� estuvimos toda la noche, mis hijos cambiaban de lugar cada vez que se corr�an, mord�an mis tetas o me rasgu�aban las nalgas hasta que se cansaron y se fueron a dormir, dej�ndome amarrada y exhausta.
Desde esa noche me cogen cuando quieren, hacen que me trague su semen y me humillan todo el tiempo, una vez me obligaron a chup�rselas en un parque, por suerte nadie nos vio.