Relato: Manuela (11)





Relato: Manuela (11)

He conseguido hablar por teléfono
con Charo. Está en Madrid y el fín de semana marcha a ver
a su madre al pueblo leonés en donde vive desde hace años
(es una conocida pintora de impactantes paisajes montañeses) para
participarle que está embarazada y pasar unos días con ella.
Consuelo y Jericó han marchado hace dos días hacia Perú.



"¿Tu cómo estás,
te diviertes, has conseguido aprobar asignaturas pendientes?. ¿Sigues
pensando en que nos casemos o ya te has arrepentido?. ¿Follas mucho?,
yo ya lo hecho en falta, hace un par de noches me tuve que masturbar para
poder dormir. Si no nos vemos pronto voy a tener que buscar un rabo sabrosón
que me de marcha. Tu haz lo que quieras, pero ya sabes que se acabó
la vida de soltero ligón y follador que pareces llevar ahora el
día que nos casemos"



Tras unas cuantas bromas y asegurarnos
mutuamente que nos queremos, quedamos en vernos en León capital
una semana más tarde, en el Hostal San Marcos, y volver definitivamente
a Madrid, a la casa de Manzanares. Ya tengo ganas de estar con ella y comenzar
la nueva vida que tanto me ilusiona, aunque no me hago idea de qué
pueda ser estar casado con hijos.



Suena el teléfono, es Rosa:
"Luis, salimos en nuestro barco durante todo el fín de semana.
También vendrán unos conocidos de Cosme; lo vamos a pasar
bien y prepárate porque intentaré que las noches sean para
disfrutar, claro".



El barco es un yate impresionante
preparado para travesías transoceánicas, de larga y estilizada
cubierta en el que además de las personas de la tripulación
(capitán, dos marineros y una joven que ejerce de camarera y cocinera)
embarcamos Rosa, Cosme, un matrimonio belga de simpáticos cuarentones
residentes en España y yo en un ambiente de alegría y ganas
de diversión. Aunque el tiempo ha cambiado y es bastante fresco,
el mar nos ofrece un día agradable, tranquilo, soleado, para navegar
cerca de la costa. Risas, copas, bromas, anécdotas, una excelente
comida, más copas y el sopor propio del sol y el alcohol determinan
que bajemos a los camarotes a dormir la siesta.



Me desnudo y voy a echarme en la
cama cuando muy suavemente llaman a la puerta y entra Rosa, únicamente
vestida con una corta camiseta, enseñando su culo y su sexo y con
ánimo de marcha ("cómete mi chichi; quiero ponerme muy
cachonda porque te voy a hacer una jugada"); coge mi cabeza y la acerca
a su blanco vellón para que empiece a lamer su ya mojado coñito
("lo haces muy bien, Luis, ¡cuánto me gusta!").
Apenas llevo tres o cuatro minutos cuando me empuja para separarme de ella:
"déjame, no quiero correrme; me voy con Cosme, se que él
hoy tiene ganas. Se suele poner muy excitado cuando estamos con el matrimonio
belga, la gordita le pone muy cachondo".



Sin decir más se va dejándome
con un cipote gordo y necesitado que no dejo de acariciarme lentamente.
Entiendo a Cosme porque la gordita belga (se llama Marie Louise y todos
la llaman Milí) es una señora de poco más de cuarenta
años que está un poquito pasada de peso pero que está
muy buena: media melena de color castaño rojizo, ojos verdes, labios
gruesos rojos, tetas grandes, altas, llenas, duras, caderas anchas redondeadas
que cobijan un trasero grande y prieto, piernas largas con muslos redondeados
un poquito gruesos y un verdadero afán exhibicionista, porque desde
que subió al barco ha estado vestida (¿?) con un mínimo
biquini de un rojo brillante con una braguita que deja ver su glorioso
culo, excepto una excitante estrecha cinta en su raja y un sujetador que
casi descubre la totalidad de las grandes tetas. Excitante, sí señor
y calentona, dejándose querer; quedona, algo descarada, del tipo
calientapollas. Tiene buen gusto Cosme.



De nuevo llaman muy suavemente a
la puerta ("¿Luis?, abre; ven, que vamos a jugar"). Rosa,
completamente desnuda excepto unas bonitas medias negras transparentes
y un pañuelo negro anudado al cuello, cosas que ha debido ponerse
ahora mismo, me coge de la mano mientras toca suavemente el rabo y me introduce
en el servicio de un pequeño camarote situado junto al suyo ("quiero
que me veas mientras lo hago con mi marido, quédate aquí
y a través de esta claraboya nos podrás observar. No te masturbes
porque cuando acabe tu y yo nos lo montamos").



La claraboya es un orificio en la
pared tapado habitualmente por un espejo que permite ver el dormitorio
del matrimonio y los grandísimos espejos que recubren las paredes.
Rosa está arrodillada en el suelo chupándole la polla a Cosme
sentado en la cama; da la impresión de que se han colocado en el
lugar que mejor permite observarlos así como donde mejor se refleja
su actuación. Al cabo de un rato el marido tiene una erección
tremenda que pone de relieve una polla muy larga y estrecha, se pone de
pies y levanta a su mujer dando un seco tirón del pañuelo
que lleva al cuello, mientras le oigo medio gritar: "zorra, ¿ya
has gozado con Luis o has quedado para luego?; te pone tu ex, eh; vas a
darme gusto y voy a decirte todo lo que me apetezca"



"Sí, por favor, díme
todo lo que me gusta; cariño, no te cortes". Un nuevo tirón
al pañuelo y Rosa se arrodilla en la cama para que Cosme se la meta
en el coño de un empujón, quedándose quieto después
de agarrarse como con dos garras a los glúteos ("¡muévete
sin parar!; no quiero cansarme"). Los gemidos de la mujer van creciendo
en intensidad según crece también el movimiento de vaivén
que realiza y los comentarios del hombre ("me gustas golfa, sigue
así; quiero correrme; ¡vamos putón, no pares!) que
agarra el culo de mi ex apretando, pellizcando y dándole golpecitos
con la mano que es evidente encantan a Rosa ("sí, cariño;
pégame, más fuerte, más, más"). Llevan
más de diez minutos de rápida follenda cuando el hombre (no
deja de sorprenderme el tremendo ritmo que se gasta este sesentón
enfermo del corazón) empieza a gritar ("me corro, amor; no
pares, sigue cariño, sigue") hasta que se desploma sobre su
mujer dando una especie de corto alarido ("aaayyyuuuyyy"). Estoy
muy brutote, o viene Rosa o me follo un agujero en la pared.



Apenas han pasado cinco minutos
y ya estamos dándole Rosa y yo en mi camarote. Estoy cómodamente
tumbado en la cama y ella me está echando un polvete suave y lento,
apenas se mueve, mientras comentamos lo sucedido en la otra habitación:
"te has excitado mucho, ¿verdad?; siempre que Milí está
con nosotros Cosme me folla, normalmente se lo hago con la boca para que
no se canse demasiado. ¿Te ha gustado verme?, a mí me ha
encantado saber que me estabas mirando, por cierto, no eras el único
porque la belga estaba en un cuartito junto al que estabas tu"



"Podías habernos juntado,
así el calentón habría tenido sofoco con la gordita
belga que está muy buena y me parece que es caliente, caliente"



"¿No te valgo yo?, también
te pone esa zorra tetona y salida, eh. ¿Sabes lo que dicen que les
gusta a todas las belgas?"



Mientras ha durado la charla los
dos nos hemos ido poniendo mucho más excitados y ahora Rosa se mueve
con rapidez y ganas mientras yo también intento acoplarme a ese
ritmo tan bueno que nos va a llevar al orgasmo enseguida. Mi cachonda ex
da un gritito y se corre durante el buen rato que duran sus contracciones
vaginales, lo que me sirve para eyacular con verdaderas ganas. Quedamos
adormecidos juntos durante un buen rato, hasta que me da un beso que nos
reanima.



"Voy a ver a Cosme. No te preocupes,
él sabe perfectamente que he estado contigo y además lo hemos
hablado y lo permite porque eso le gusta y excita. Espero que le hayas
causado buena impresión a Milí, nos ha estado mirando mientras
lo hacíamos porque es algo que la pone mucho y siempre me lo pide.
A mi marido y a mí nos gusta, en ocasiones, ver a los invitados
que traemos al barco y todos los camarotes pueden ser observados discretamente.
Lo que gusta a las belgas es que les den por el culo y como al marido de
ésta sólo le gustan los culos de los tíos (ten cuidado,
le tira los tejos a todos los hombres que le tratan y la verdad es que
tiene mucho éxito) y ella hoy no ha hecho nada de nada, esta noche
seguro que la vas a encular. No se si voy a tener celos".



Se marcha, nos despedimos hasta
la cena y quedo dormido rápidamente, no sin antes preguntarme cómo
es posible que yo aguante tanto y tan seguido si no soy ningún jovencito
y hasta no hace mucho tiempo (hasta mi primera vez con Manuela a la que,
por cierto, este ambiente seguro que le va) una vez me corría ya
se acababa el asunto o tardaba bastante en volver a tener una erección.
Bueno, tengo que descansar por si luego hay más sexo previsto. Me
encanta.



La cena ha sido esplendorosa, tanto
que hemos hecho venir a la joven cocinera para que brindara con nosotros.
Después hemos seguido dándole con ganas al champagne en un
ambiente alegre, simpático y erótico (al menos para mí)
propiciado por la vestimenta (más bien desvestimenta) de Rosa y
Milí, que parecen decididas a mostrar su cuerpo casi por completo
en cada uno de sus movimientos y gestos gracias a los escotes, rajas y
cortas faldas que llevan sin ningún tipo de ropa interior. A pesar
de que llevo una temporada metiendo más que en toda mi vida, estoy
muy caliente.



A media tarde el frío y la
débil lluvia han hecho su aparición, de manera que permanecemos
en una bonita sala recubierta de madera con una gran mesa central y adosados
a la pared varios cómodos sofás, con los inevitables espejos
presentes en todo el barco. Las conversaciones han dejado de ser totalmente
coherentes y nos reímos por todo, empezando a hacer chistes subidos
de tono y a referirnos a nosotros mismos, lo que suma calidez al ya caliente
ambiente y hace aún más evidente que estamos un poco pasados
de alcohol. Jorge (George) empieza a mostrar una pluma muy exagerada animado
por su mujer y por Rosa, provocando las carcajadas de un relajado Cosme
y un cierto sentimiento de vergüenza ajena en mí, que he dejado
claro que los hombres no me van de ninguna de las maneras. Entra uno de
los marineros a terminar de recoger la mesa y Jorge le tira los tejos en
francés alabando su boca y su culo, a lo que responde el joven,
también en perfecto francés, diciendo que más actuar
y menos hablar. El ambiente se puede cortar durante unos segundos en los
que todos esperamos algo, lo que rompe Cosme con voz sugerente: "todos
somos mayorcitos y nos conocemos; sabemos que a todos nos gusta el sexo
y que nos excita ver lo que los demás hacen. Aquí ninguno
nos vamos a asustar de nada, así que ¿por qué no nos
lo montamos tal y como nos gusta en esta sala y nos damos placer con el
cuerpo y con la vista?"



El belga y el marinero no necesitan
más y se desnudan mirándose a los ojos. Dos cuerpos trabajados
en el gimnasio, uno muy joven y otro muy cuidado, se abrazan y se dirigen
hacia uno de los sofás, en donde comienzan a besarse mientras les
miramos todos los demás. Antes de que haya ninguna duda ni malentendido,
Rosa se desnuda, se sienta junto a Cosme y empieza a desnudarle mientras
se besan. Es la señal para que Milí se quite rapidamente
la ropa ante mí e inmediatamente se lance a comerme la boca y a
masajearme el rabo, mientras intento terminar de desnudarme, sorprendiéndome
grata y excitantemente el que lleve completamente rasurado su sexo.



El ambiente está que arde
y me resulta muy excitante. El marinero está arrodillado ante un
sentado Jorge que tiene los ojos cerrados mientras le hacen lo que parece
una colosal mamada; Cosme está mirándonos a los demás
echando constantes miradas a los espejos mientras su mujer, sentada en
el suelo, se la chupa e igualmente no pierde detalle de lo que hace mi
polla en el trasero de la gordita. ¡Joder!, qué culo más
bueno, parece especialmente hecho para tener una polla dentro y darle gusto;
he entrado con total facilidad hasta meterla entera y es como si fuera
una lengua grande, suave, mojada y caliente que envuelve y aprieta por
todos lados mi excitado pene. Ni me muevo, simplemente dejo hacer a la
mujer y su sabio culo que acaricia, aprieta, roza y exprime mi polla que
parece estar contenta y sorprendida ante tal maravilla.



El marinero le está rompiendo
el culo al belga, que está encantado dando unos tremendos grititos
de loca excitada, dándole caña con un rabo curiosote y hablándole
(parecen insultos) en un extraño idioma que después me entero
que es flamenco, le lanza algún que otro azote que provoca más
exclamaciones de gusto en el enculado; Cosme ha puesto a Rosa, que no deja
ni un momento de mirar los espejos, doblada por la cintura con la cabeza
apoyada en el asiento del sofá para meterle su larga polla y exigirle
con algún que otro sinónimo de puta que se mueva rápidamente
y yo ya hace unos minutos que estoy entregado a un gratificante movimiento
de mete-saca rápido en este estupendo y acogedor agujero, obteniendo
variados gritos de gusto de su dueña. En uno de los espejos veo
reflejada la imagen de la cocinera medio asomada a la puerta de la sala
y masturbándose bajo la falda con frenético movimiento al
mismo tiempo que se toca las tetas con la otra mano.



Cosme da una especie de largo grito
y se corre, dando dos fuertes y sonoros azotes a su mujer, antes de sentarse
en el sofá, agarrar una de las copas de champagne y disponerse a
ver el resto de la función. Rosa se ha acercado a Milí y
a mí para centrar su mirada en la polla que entra y sale con total
facilidad, sin dejar de tocarse el empapado chichi. El pajote que el joven
está haciendo a Jorge mientras sigue enculándole da resultado
y se corre con varios sonoros y aflautados gritos, siguiéndole poco
después el marinero que se desploma en el suelo tras sacarla del
oscuro agujero belga con un brusco movimiento. La cocinera se ha acercado
al sofá en donde se sienta Cosme y sigue mirando con expresión
de sorpresa, aunque se ha debido correr y ya no se toca.



Estoy a punto, agarro con más
fuerza los glúteos de la mujer y eyaculo en una de mis mayores corridas
de los últimos tiempos y, desde luego, la mejor dentro del culo
de una tía. No tengo problema en sacarla y quedo de pie recuperando
el resuello mientras oigo decir a Cosme: "amigo mío, ahora
tienes que darle gusto a esas dos fieras, espero que nos prepares un buen
espectáculo porque las hembras lo merecen y me temo que están
ambas muy cachondas".



Desde luego que sí, Milí
considera que debe ser la primera y pide que se la meta en el chocho que
me ofrece tumbándose sobre la mesa y poniendo el culo al borde de
la misma para que la penetre estando en pie, cosa que hago con la polla
morcillona y algo flojilla, agarrándome a los muslos de ella. Rosa
decide darme otra sorpresa (si me lo hubiera hecho hace años otro
gallo nos cantaría ahora) y ayudarme a lograr empalmarme, se arrodilla
tras de mí y juega con su lengua en el culo, la raja, los glúteos
y el agujero, lame, entra, chupa, muerde, sale, ... Qué bien, qué
excitante, y si no que se lo pregunten a la belga que nota como mi rabo
crece y se pone duro dentro de ella, tanto que empiezo a empujar como un
poseso, a moverme a toda velocidad, con desesperación, con urgencia,
sintiéndome apresado por los muslos de Milí que aprieta con
una tremenda fuerza sus piernas alrededor de mi cuerpo y grita durante
muchos segundos, apretando aún más los muslos, durante el
tiempo que dura su largo orgasmo.



Mi corrida es buenísima,
corta, intensa, profunda. Rosa ha mantenido su lengua dentro de mí
durante todo el rato y ahora continúa entrando y saliendo lenta
y suavemente, como si de un masaje relajante se tratara, incluso después
de que la gordita se levante y vaya a sentarse junto a Cosme y la cocinera.
Esa especie de serpiente que entra y sale de mi culo es especialmente agradable
y cuando bastantes minutos después consigue que mi pene de señales
evidentes de recuperación, todos los presentes aplauden y lanzan
exclamaciones de gozo dedicadas a la lengua de Rosa. Es su marido quién
pone algo más de pimienta en el ambiente: "querida mía,
ahora debes conseguir que la polla de Luis esté lista para darte
gusto, así que cómesela como tu sabes y no nos defraudes
a los que estamos mirando, aunque quizás dentro de un rato debamos
ayudarte un poco para que consigaís follar, ¿no?"



Rosa y yo estamos de pie, fuertemente
abrazados porque nos han atado las manos de cada uno a la espalda del otro.
Tengo mi rabo, medianamente tieso y duro tras el trabajo bucal de mi ex,
introducido en su mojado sexo y desde hace unos minutos estamos a oscuras
de manera que desconocemos quienes de los presentes nos están acariciando,
besando, chupando y metiéndonos mano por todo nuestro cuerpo. Me
parece tremendamente excitante y los efectos los va notando la mujer, que
me lo dice al oído ("cómo te pones, cabronazo; qué
bien me lo vas a hacer con ese cipote gordo y duro") al mismo tiempo
que comienza un lento movimiento de arriba-abajo y derecha-izquierda que
le permite restregarse entera conmigo ("me gusta sentir como nos rozamos
y restregamos en todo el cuerpo; qué cachonda me estoy poniendo,
cariño").



Siguen tocándonos, besando
y lamiendo y las respiraciones se empiezan a oir más fuertes, rápidas
y excitadas, aunque nadie nos habla ni dice nada. La polla ya la tengo
en un perfecto estado de erección y a pesar de lo medianamente incómodo
de la postura (en algún momento parece que flotamos en la oscuridad
de la habitación sujetos por las manos y labios de los que nos rodean)
la excitación de Rosa y mía va subiendo a niveles de necesidad
de orgasmo. Echo de menos no poder utilizar las manos, lo que intento paliar
moviendo la cabeza para comerle boca, tetas y pezones a mi partenaire.
Ya llevamos unos minutos con un movimiento de cópula que quiere
ser más rápido, mientras que parecen multiplicarse las bocas,
lenguas, dientes y manos que nos excitan. La mujer se echa con fuerza sobre
mí ("es Cosme, quiere sodomizarme; ¡joder!, que calentura
tiene, está como nunca") intentando doblarse algo por la cintura,
lo que me obliga a apretarme a su pubis y a recostarme en un sofá,
e inmediatamente empieza a hablar y gemir un poco más fuerte ("sí,
sí; ¡qué dura está!, no pares, sigue")
mientras el movimiento que me empuja hacia atrás me indica que su
marido la está enculando con ganas ("qué bien tener
dos pollas, ¡no pareís!, vamos, vamos").



Varios gemidos seguidos de fuertes
contracciones son la señal del orgasmo de Rosa, que se desliza hasta
uno de los sofás cuando Cosme sale de ella segundos después
y alguien libera sus manos. Sin dejarme ver qué pasa Milí
toma el lugar de mi ex, se introduce el pene semierecto (o quizás
sea mejor decir semicaído) y comienza a comerme la boca con verdadera
fiereza. Rosa ha encendido las velas de uno de los candelabros ("quiero
verte gozar, Luis") y eso me permite ver la escena completa: todos
estamos desnudos, Cosme está sentado mientras su mujer le masturba
suavemente; el joven marinero está arrodillado a cuatro patas aguantando
las lentas embestidas del rabo de Jorge y la cocinera comienza a restregarse
con un lento movimiento arriba-abajo contra la parte trasera de mi cuerpo,
chupando y mordisqueando mis orejas con gran suavidad y haciéndome
sentir su mata de vello rizado que parece un bosque.



La actuación de la cocinerita
me ha empalmado de nuevo y me excitan sobremanera los golpecitos y restregones
que da con su peludo monte de Venus en mi culo; la belga gordita se ha
puesto muy contenta con mi rabo tieso y no deja de moverse adelante-atrás
y en círculos al mismo tiempo que juega a apretar, arañar
y mordisquear mis pezones. Voy a durar poco, en especial porque Milí
está ya pegándome un movimiento de metesaca de órdago
y la cocinera hace lo propio; me parece estar en una excitante coctelera
y tanto me mueven que me corro dando un grito largo y fuerte ("aaayyyyyyyyy").
Intento sentarme, pero como no me sueltan las manos sigo en pie emparedado
por las dos mujeres que se restriegan y aprietan contra mi cuerpo (mi polla
se bajó ya hace unos minutos) como dos posesas buscando su satisfacción.
La joven da un pequeño respingo acompañado de varios suspiros
y se corre durante largo rato (creo que es la primera vez que satisfago
a una titi con mi culo) mientras que la belga madurita se separa de mí
y termina acariciando su clítoris a una velocidad de vértigo
hasta que se desploma sobre uno de los sofás. Los aplausos de los
espectadores subrayan que ya hemos terminado todos.



Hemos tenido que volver a puerto
urgentemente ante el rápido empeoramiento de la mar, la lluvia cada
vez más copiosa y fría y el acusado descenso de las temperaturas.


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 0
Media de votos: 0


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: Manuela (11)
Leida: 281veces
Tiempo de lectura: 14minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























confesiones de sexo con el choferRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos eroticos mu hijitaRelatos pornos de maduras folladas por hombres jovenesrelato porno de peque de la calleRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoEl pene grande del amigo de mi esposo relatos desvirgue a mi hija relatosRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos con mi sobrinita dormidafollada por un albañil relatosRelatos y confesiones porno venezuelaporno gratis relatos de incesto hermanitosrelatos porno la vagina de mi nuerasexo gratis incestorelatos de mujeres follando con muchos perroschavales gays follandoRelatos porno mama peludachicas pequeñas follandoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoPor el culo por primera vez relatos filialtríos relatosrelatos cortos de incestohistoria eroticas de nenas de 10 gratisrelatos porno gey padre obligado por ladronesrelatos eróticos mí vecina viejarelato lesbico madre e hija follan pornoRelatos juguemos a quitarnos la roparelatos eroticos con la concha irritadarelatos eroticos de incestogays zoofiliarelatos porno incesto a los ocho añosrelatos eroticos de abuelos nietasrelatos eroticos de mis sobrinitas de 9Incesto con la abuela relatadoslos amigos de mi hijo relato eroticopornoduroviolacionesniñas/relato46356_Placeres-del-ciber-privado.htmlRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysorgasmos femenino pornorelatos sexuales de transexuales en prisiónRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos porno con vozwww.relatos pornos.comRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos porno gay 15relatos sexuales me folle a mi vecinitarelatos incesto viendo a mi hija cojerrelatos pornos en el cuartelRelato erotico mi abuelo me hace acabarpadres relatos eróticorelatos porno de colitasRelatos de zoofiliarelatos eroticos me los migos de mi hikorelatos eroticos verdesrelatos porno viejasculeo tia casada esta sola y tienes hijas vagina calienteincesto de madurasnieta y abuelo relato pornorelatos xxx mecojo a miesposa x primera ves por el culorelatos xxx gay incestorelato erotico chatRelatos pornos mi t�a,la pija de su perrito y mi conchitaRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos porno mamá con hijos penes grandesx primera vez con mi hermanito x mi vagina relato eroticoporno relato mi mujer hsce trio con el electricistsrelatos eroticos vi como follaron a mi madreporno relatos la drogan para violarla y zooRelatos heroticos mi sobrina con vertido hotrelatos eroticos mi ahijada lupitaRELATOS PORNO SEXO CON DOS HOMBRESRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoSexo anal en el baño relatos xxxrelatos porno con los amigo de mi hijomi hijita de 9 añitos relatorelatos de sexo entre tia y sobrino en vacacionesRelatos porno de primera vez con su padrastromejor trio pornomisrelatosporno hetero con dildo en el culoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos eroticos de sobrinas cachondaIncesto con la abuela relatadosrelatos eróticas. de sexo con mis comadresproductor cogiendo a danna paolarelatos pornos de 8 añitos le dije a mi tio que iva a bañarrelato de chicas en su primer analRelatos eroticos gratis el accidente padre hija xxxrelatos porno hablados