Relato: Una montada muy especial a Dani, alias Vicky El reportaje de Ron fue un �xito. La revista est� muy bien
hecha y se vende mucho en la localidad. Mi reportaje ten�a m�s de treinta fotos
con posturas sexy muy expl�citas, y una especialmente descarada en el
desplegable central, y me dedicaba tambi�n la foto de portada. El reportaje
fotogr�fico iba acompa�ado por un texto picante y provocativo, describiendo mis
"encantos" y mis supuestas habilidades sexuales. La foto de la portada era de
diez, vestido s�lo con el peque�o tanga de lentejuelas y los zapatos dorados de
tacones, una fuerte torsi�n de la cintura permit�a ver al mismo tiempo los
tatuajes de mi vientre plano y de mi nalga izquierda y resaltaba adem�s mis
pechos y mis pezones erectos. Ron me hab�a captado en la foto una expresi�n
fant�stica, entre los ojos sonrientes y el fruncimiento vicioso de los labios,
parec�a que estaba pidiendo que me follaran. Los muslos entreabiertos, la mano
l�nguidamente apoyada en la nalga, por encima del tatuaje, daban un aire sensual
de entrega y deseo.
La revista estaba en los escaparates de los sex shop y en
pilas de muchos ejemplares en los bares y discos de ambiente, pero tambi�n hab�a
ejemplares en los puntos normales de venta de peri�dicos. Me excitaba a tope
pasear por Brighton sabiendo que cada detalle de mi cuerpo estaba exhibido al
p�blico, y notar las miradas significativas de la gente en la calle, en las
tiendas, en todas partes. Durante las tardes y noches siguientes era incesante
el desfile de t�os que ven�an a verme y a disfrutar un buen rato conmigo. Por
las ma�anas en la playa suced�a lo mismo. El reportaje de Ron me hab�a
convertido en la "sissy" de moda en Brighton, y yo no hac�a precisamente ascos a
la situaci�n.
Una tarde, Ron me dijo que le hab�an pedido un reportaje
fotogr�fico "muy especial" de m� para la revista gay m�s difundida en
Inglaterra, m�s de doscientos mil ejemplares semanales: "Van a sacarte tambi�n
en portada, y un redactor va a charlar contigo para una especie de entrevista
que ir� con las fotos. Tu cara y tu cuerpo se van a conocer por todo el pa�s,
golfa. Vas a ser el culo m�s cotizado del momento". Le pregunt� cu�ndo me iba a
hacer las fotos y d�nde. "Eso es cosa de Bernie, ya lo est� organizando", me
dijo. Al d�a siguiente me llam� Bernie y me dijo que el viernes vendr�a con Ron
a recogerme para ir a una fiesta, tambi�n me dijo que "muy especial" y que Ron
me har�a las fotos en esa fiesta. A�adi� que me pusiera tan mujercita como
sab�a. Segu� con mi vida desatada, d�as de playa, tardes y noches en el bar, a
todas horas mi boca chupando penes y mi culo �mi "co�ito", como dec�a Henry�
penetrado sin descanso. Deseaba que llegara el fin de semana.
El viernes, cuando llegaron Bernie y Ron, yo estaba ya
preparado. Hab�a repasado cuidadosamente el depilado de mi cuerpo, para no tener
ni un solo rastro de vello. Me hab�a dado un ba�o de color en el pelo, dej�ndolo
de un casta�o muy luminoso con preciosas mechas rubias, peinada mi media melena
con unas ondas y rizos de lo m�s "fashion", y ech� el resto para ponerme
mujercita al gusto de Bernie: un m�nimo tanga fucsia de sat�n brillante, un
sost�n a juego con relleno para marcarme peque�as tetas, un top rosa de lycra
sin hombros, cortito, tres o cuatro dedos por encima del ombligo, y una
minifalda a medio vientre, de volantes, muy desenfadada y tan cortita que dejaba
los muslos �ntegramente al aire. Me puse unas botas de esas tipo pirata,
ajustadas y hasta las rodillas, con tacones bien altos, de piel rosa fuerte, y
complet� el atuendo con pendientes de cintas de perlitas, gargantilla y esclava
tambi�n de perlitas, varias pulseras, un brazalete. Me puse largas pesta�as
portizas y me maquill� mucho los ojos y los labios, y me esmalt� las u�as.
Cuando termin� de arreglarme me mir� excitada en el espejo, viendo reflejada la
mujercita que yo me sent�a. Bernie y Ron me felicitaron. "Acabar�s haci�ndote
mujer del todo", me dijo Ron, "hay que aprovecharte al m�ximo ahora, mientras
est�s as�, a medio camino, eres un objeto sexual irresistible". Los dos rieron
con ganas, mientras Bernie me daba unos cari�osos azotes en las nalgas y yo me
mov�a como una bailarina er�tica.
Fuimos en el coche de Ron a Londres y pasamos all� la tarde,
recorriendo sitios. Yo me sent�a a mil paseando por Londres vestido de mujer,
con los altos tacones de las botas que levantaban a�n m�s mi trasero y
acentuaban el movimiento de mis caderas y nalgas al caminar. M�s todav�a
llevando a mi lado dos machos como Bernie y Ron. Al final de la tarde fuimos, de
nuevo en coche, hacia el norte de Londres, a un barrio alejado y muy elegante.
La fiesta era una casa moderna, muy amplia y lujosa, rodeada de un extenso
jard�n. El vigilante de la puerta conoc�a a Ron y le salud� alegremente mientras
abr�a la verja para que el coche pasara al interior, hasta la zona de
aparcamiento.
En la fiesta hab�a de todo, hombres y mujeres elegantes
aunque vestidos sin excesivo protocolo, casi de campo, espl�ndidas chicas de
verdad con aire de "modelos", guapos chicos j�venes afeminados, machos
encuerados, "drag queens" escandalosas y llamativas, transexuales descarados y
alg�n que otro chico vestido de mujer como yo. Bernie me llev� hacia un grupo y
me present� al due�o de la casa, un tipo elegante, vestido informal y que me
contempl� intensamente de arriba abajo. Hizo un gesto apreciativo y se dirigi� a
Ron: "�Es tu reportaje de la semana pasada?". "El mismo, o la misma, como
prefieras", le contest� Ron, "ya sabes el de la juerga especial de ma�ana". El
due�o de la casa hizo un gesto afirmativo, como d�ndome el aprobado, y se volvi�
hacia Bernie: "Bueno, que esta noche le prueben todos mis invitados que les
apetezca, porque despu�s de la juerga de ma�ana habr� que dejarle descansar un
par de d�as". Rieron alegremente los tres y el due�o de la casa se alej� para
reunirse con otro grupo de invitados.
Poco a poco la fiesta se fue convirtiendo en una aut�ntica
org�a. Al hacerse de noche estaba un poco fresco, as� que la gente se distribuy�
por el interior de la enorme casa. Yo pasaba de mano en mano y de polla en
polla. El propio due�o de la casa volvi� a aparecer para echarme un par de
polvos y luego se fue con una chica de verdad, muy llamativa y guapa, que hab�a
presenciado con la mayor naturalidad c�mo me penetraba. Cuando me qued� dormido,
en una cama donde tres t�os acababan de darse la gran fiesta conmigo, era ya de
madrugada y yo estaba lleno de semen por dentro y pegajoso de semen por fuera.
Me despert� excitado, estaba boca abajo en la cama y un tipo grueso y apestando
a scotch me estaba penetrando con una polla de gran tama�o. Lo hizo y casi en
seguida se corri� en mi culo, con chorros repetidos e intensos.
Aunque era totalmente de d�a, cuando mi �ltimo fonador se
march� volv� a quedarme dormido. Me despert� Bernie: "Venga, golfa, lev�ntate y
d�chate bien, que ahora viene lo "especial", ah, no te vistas, qu�date
totalmente desnudo". El cuarto de ba�o de la habitaci�n era espl�ndido y ten�a
de todo: cremas, sales de ba�o, perfumes... as� que me di una larga ducha con
masaje, me limpi� bien de la noche de org�a, me con cremas hidratantes y por
�ltimo me apliqu� un delicado perfume femenino en el cuello, las mu�ecas, los
pechos, el vientre, los muslos y las nalgas. Bernie me contempl� con aprobaci�n:
"Est�s muy, pero que muy buena, golfa. Ahora vamos a dar un poco de espect�culo
a la gente". Desnudo como estaba, sal� con Bernie por un ventanal que daba al
jard�n y le acompa�� hasta un edificio cercano, dentro del recinto, donde se
agolpaban ya la mayor�a de los invitados, rodeando al due�o de la casa. Todos
parec�an esperar algo "muy especial".
Y vaya si era especial. El edificio bajo era una cuadra muy
amplia, singularmente luminosa y limpia. Cuando entr�, acompa�ado por Bernie y
el due�o de la casa, los dem�s nos siguieron. Dentro s�lo hab�a un precioso
potro, muy joven, al que ten�an sujeto dos mocetones del servicio de la casa. Me
di cuenta de que yo iba a ser la potrilla y que el espect�culo muy especial era
el que me montase el hermoso potro para diversi�n y excitaci�n de los invitados.
Me estremec� al ver el enorme pene del potro, mayor incluso que el de Bernie.
Pens� que era imposible que esa tranca enorme, cuando estuviera excitada,
penetrase en mi culo. Ron estaba tambi�n all� con su equipo fotogr�fico. Los
mocetones sujetaron los cascos del potro con gruesas cuerdas que ataron a postes
de madera y echaron al suelo varios paquetes de paja.
Bernie me dio instrucciones: "No tengas miedo, que el potro
est� bien sujeto y no puede cocearte, los chicos que manejan las cuerdas son
expertos y han hecho esto otras veces. Ahora tu te vas a poner debajo y vas a
lamer la polla al potro y se le meneas con las manos hasta que est� tiesa.
Luego, yo te pondr� sobre la paja de forma que tu culo se ofrezca bien al
potro... y despu�s, a gozar". Un poco asustado, pero tranquilizado por Bernie,
ech� mi cuerpo desnudo al suelo, sobre la paja, cog� el enorme pene del potro
con la mano y empec� a lamerlo con la lengua. El pene era demasiado grueso para
meterlo en la boca, as� que lo lam� con la lengua y los labios primero la punta
y luego todo alrededor y enseguida se puso duro y tan grueso y largo que
necesitaba las dos manos para menearlo. El potro, sujeto por las gruesas
cuerdas, empez� a bufar y relinchar, excitado. En el glande del pene aparecieron
unas gotitas blanquecinas y poco espesas, que Bernie me orden� lamer. El pene se
agitaba en mis manos con fuerza. Alrededor, todos los invitados segu�an,
enormemente excitados, el espect�culo, mientras Ron tomaba fotos sin cesar.
Al cabo de un rato, los relinchos del potro se agudizaron y
Bernie me orden� dejar de lamerle y menearle el pene, para que no se corriera.
El propio Bernie apil� paja debajo del potro y me orden� ponerme sobre ella a
cuatro patas. Meti� m�s paja, a presi�n, hasta que mi vientre y mi pecho
quedaron aplastados sobre un mont�n s�lido de paja, con mi culo muy en pompa y
mis muslos entreabiertos. Not� que el pene del potro rozaba mis nalgas, y el
animal intensific� su agitaci�n y sus bufidos. El potro estaba completamente
excitado. Bernie me advirti�: "Ahora, aguanta, es s�lo un momento, y luego vas a
ser la hembra de un potro". Bernie cogi� la polla del potro con una mano y la
enfil� a mi culo, mientras con la otra mano separaba mis nalgas.
Mi grito fue un alarido cuando el potro solt� un relincho y
su enorme pene, apoyado en mi culo, abri� mi esf�nter y penetr� como
violentamente en mi intestino. Por un momento me mare� y casi perd� el
conocimiento. Bernie se hab�a apartado y el animal relinchaba y me penetraba
incontenible, sin que yo, prisionero entre el pena y el duro mont�n de paja,
pudiera hacer nada m�s que recibir la tremenda violaci�n. Los movimientos del
potro, foll�ndome como a una yegua, eran terribles, mientras los flashes de la
c�mara de Ron le excitaban a�n m�s. Las l�grimas me sal�an de los ojos y rodaban
por mis mejillas y un fuerte sudor me ca�a de la frente, ba��ndome la cara. Dur�
pocos segundo, porque el potro se corri� enseguida. Not� en mi culo las
contracciones del gigantesco pene y los chorros de semen del potro entraron
ardientes en mi intestino, uno, otro, y otro, y otro m�s... Fue entonces cuando
me desmay�. Cuando abr� los ojos, estaba echado en el suelo, a unos metros del
hermoso potro, ahora tranquilo y evidentemente satisfecho. Bernie me refrescaba
la cara con una toalla perfumada y sent�a el culo como anestesiado. Tard� un
buen rato en poder levantarme y el semen del potro escurri� entre mis nalgas y
por la parte interior de mis muslos. Los invitados empezaban a volver hacia la
cosa, comentando el espect�culo que acababan de presenciar. Ron me miraba
sonriente: "Chico, este reportaje va a ser el �xito del a�o", me dijo.
Bernie y Ron me acompa�aron hacia la casa. Antes de salir de
la espaciosa cuadra ech� una �ltima mirada al potro, cuyo pene colgaba fl�cido.
Parec�a imposible que ese enorme pene me hubiera follado. Llev� una mano entre
mis nalgas, recog� los fluidos y la mir�. Ni una gota de sangre, s�lo semen del
potro. Con pollas menos gruesas mis esf�nteres hab�an sangrado muchas veces,
pero esta tremenda violaci�n no lo hab�a hecho. Eso s�, sent�a el culo y las
nalgas todo como acorchado. En la casa prepar� un ba�o caliente y descans� un
buen rato dentro, con el yacuzzi en marcha. Luego Bernie me dijo que me vistiera
nuevamente de chica, para volver a Brighton: "Esta noche vamos a celebrar tu
estreno como potrilla, golfa", me dijo con gesto m�s que insinuante.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 2
Media de votos: 7.50
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: Una montada muy especial a Dani, alias Vicky
Leida: 452veces
Tiempo de lectura: 8minuto/s
|