Juanita y Michelle.
Despu�s de ser violado y perder mi virginidad en la sala de
servicios de un drive-in, no pude sacar de mi mente a mi violador, y a medida
que pasaban los d�as revivia los hechos con m�nimos detalles y siempre se me
produc�a una fuerte erecci�n, especialmente al recordar la brutalidad del trato
que recib�.
Tuve que aceptar que me hab�a gustado ser dominado y luego
penetrado por primera vez en mi vida y con extrema violencia. En mi mente
aparec�a, igual que en una fotograf�a, el enorme pene, que sin poder oponerme,
ese puto hab�a metido y sacado por mi ano produci�ndome tanto dolor y placer al
mismo tiempo.
En las noches, al retornar a mi casa, me desviaba para poder
pasar por el sector en que me dijo que trabajaba, pero no tuve �xito en muchas
noches. Estaba seguro de poder reconocerlo porque ten�a una fotograf�a mental de
�l: alto, delgado pero fuerte, de largas piernas, espesa cabellera propia y
rasgos hermosos que podr�an ser los de una mujer. Hasta me acordaba de su nombre
de batalla que era Michelle.
Una noche en que estaba solo en la ciudad, sal� a pasear
vestido de mujer, maquillado y perfumado, y ya en horas tard�as decid� pasar por
la esquina que es su lugar de trabajo y lo divis� a lo lejos. Su figura no pod�a
confundirse. Era Michelle.
No supe qu� hacer, indeciso entre actuar violento y
enrostrarle lo que hab�a hecho, o hacerme el indiferente, o aproximarme sumiso y
pedirle que me maltratara nuevamente. Me acerqu� sin haberme decidido, con el
coraz�n saltando en mi pecho, y al ver mi coche se aproxim� creyendo que era un
cliente. Se agach� para poder ver por la ventanilla, me reconoci� de inmediato y
sonriendo abri� la puerta y entr� diciendo con toda desfachatez:
"Hola putita, �vienes por otra? �Te qued� gustando mi
amiguito?"
Ante mi silencio asombrado se puso a re�r, meti� una mano
bajo mi vestido y toc�ndome el bulto como haci�ndome cari�o, dijo:
"No te enojes. Vamos a tomarnos un trago, pero t� pagas"
Hice partir el coche lentamente.
"�D�nde?"
"Sigue derecho tres cuadras y dobla a la izquierda. Ah� hay
un local en que nos atienden siempre que nos portemos como se�oritas decentes"
Al ver que yo no dec�a nada, se recost� en mi hombro, meti�
su mano nuevamente debajo de mi falda y jugueteando suavemente con mi pene que
ya estaba erecto me dijo con risa en su voz:
"Oye putita, no me digas que est�s enojada. Si me acuerdo
bien, aunque estaba bastante borracha, mi amiguito te gust� bastante y apuesto
que gozaste como una loca"
"S� claro, y me dejaste el poto a la miseria y los brazos con
moretones..."
"Bueno, no vamos a pelear por tan poca cosa, ven, dame un
beso y sigamos siendo amigas"
No me qued� mas que aceptar su beso y re�rme junto con �l, la
verdad es que me di cuenta que quer�a perdonarlo.
"Pero debes reconocer que fuiste bastante bruto"
"Es que estaba con tragos y andaba muy caliente, y como me
gustaste... Te lo met�, y lo tienes harto bueno" Dijo apret�ndome fuerte los
test�culos y provocando que casi chocara con un poste en el estacionamiento del
pub.
Nos bajamos riendo a carcajadas y entramos al sal�n tomados
del brazo como viejas amigas haciendo sonar nuestros tacos altos en el pavimento
y dejando detr�s de nosotros un leve aroma a perfume. El camarero que lo recibi�
con un beso me dijo unos piropos y nos condujo hacia una mesita. Ya sentados y
con nuestros whiskys en la mano, mostrando una puerta pr�xima explic�:
"Siempre Roberto me ubica en esta mesa, para que si hay
revisi�n policial, pueda escapar hacia el estacionamiento privado del due�o, y
as� librarme de ser detenido y pasar una noche siendo montado por los pacos en
la comisar�a"
"No me digas que los pacos..."
"A los pacos les encanta pescarse a los maricones y tambi�n
que se los pesquen, y despu�s andan d�ndoselas de machos por las calles. Si yo
te contara... Pero no hablemos de leseras..."
Empezamos a conversar sobre nuestras vidas entregando
informaci�n general y pocos datos personales, pero al tercer a cuarto whisky ya
empezaron a salir peque�as confidencias personales, y poco a poco lo fui
encontrando simp�tico, con personalidad fuerte, r�pido de mente y lengua, con
una aceptaci�n plena de su condici�n tanto econ�mica como social y sexual, sobre
todo en lo que se relaciona con su trabajo como prostituta callejera.
"Mira, yo soy puta pero de las buenas y caras, gano bastante
pero me lo gasto en puras leseras. Pienso empezar a guardar para montar un
hotelito para maricones, con dos o tres dormitorios me bastan. S�lo con que mis
clientes me paguen por la pieza en vez de pagar en un motel, voy a ganar el
doble que ahora. Despu�s puedo tener un par de colitas j�venes para que atiendan
a clientes que no les gusta recoger maricones en la calle y ah� si que tendr� un
buen pasar, y me podr� retirar de las calles, e invertir para cuando sea vieja,
porque ser maric�n viejo y sin plata..."
Le cont� de mi gusto por vestirme de mujer y de las
dificultades que ten�a para satisfacer ese gusto sin ser sorprendido por mis
familiares, lo que determinaba que a veces pasaran meses en que no pod�a hacerlo
e inmediatamente me ofreci� que pod�a disfrazarme de mujer en su casa, que
compart�a s�lo con su madre que era una se�ora comprensiva de los problemas de
nosotros los travestis.
"Total, me pagas la pieza como si fueras un cliente y puedes
estar el tiempo que quieras. Te puedo prestar ropa, y hasta ense�arte a que te
hagas un maquillaje mejor que el que tienes, que es bastante pobre por lo dem�s.
Y si te dan ganas de otra cosa, bueno, mi cuerpo de diosa est� a la venta, o al
arriendo, o a lo que sea, siempre que me pagues" Dijo riendo coquetamente.
Continuamos hablando como cotorras y se fue produciendo una
corriente de simpat�a, evidentemente mutua, que me hizo sentir que lo conoc�a de
siempre.
Y parece que a �l le ocurri� lo mismo porque dijo:
"�Sabes putita? Me caes bien. No s� por qu� te he contado
cosas de mi vida que no las he contado a nadie, sobre todo mis asuntos
personales"
As� continuamos haci�ndonos confidencias cada vez m�s
�ntimas, y cuando el camarero lleg� con la cuenta, porque estaba por cerrar el
pub, ya nos sent�amos viejos amigos, con confianzas establecidas, sobre bases
claras.
Salimos levemente ebrios y me pidi� que lo llevara a su casa
porque ya era muy tarde para volver a su esquina y que por lo dem�s no ten�a
ganas de hacerlo debido que a esa hora de la noche circulaban muchos ebrios, que
s�lo crean problemas.
Camino a su casa nos detuvimos en un restaurante chino, en
donde comimos tranquilos sin que nadie se molestara por nuestra condici�n, dado
que el due�o y los camareros conoc�an a Michelle y nos atendieron con las
gentilezas reservadas a clientes femeninas, sin sonrisas de doble sentido ni
bromas. Cuando pregunt� por el servicio higi�nico me indicaron amablemente el
tocador de damas, el que utilic� sinti�ndome toda una mujer.
Cuando llegamos a su casa me invit� a entrar para seguir
conversando y conocer a su mam�, que siempre se despertaba a su llegada para
saber si ten�a alg�n problema.
La mam� de Michelle era una se�ora de edad media, baja, de
apariencia amable que no se sorprendi� al verme y que cuando me hablaba me
llamaba por mi nombre femenino, convers� unos momentos con nosotros y volvi� a
su dormitorio.
Michelle y yo seguimos conversando bebiendo un buen whisky
servido en finos vasos de cristal que hac�an juego por su calidad con muchos
peque�os detalles que nos rodeaban, muestras de buen gusto y elegancia, aunque
un poquito recargadas, lo que me hizo reevaluar mi opini�n sobre �l, que
evidentemente no era tan pobre en educaci�n.
Cuando decid� partir rumbo a mi casa, Michelle se opuso
diciendo:
"Mira Juanita, es tarde, est�s bebida y puedes tener un
accidente. Qu�date a dormir ac�, tengo otra cama o si lo prefieres te acuestas
conmigo, pero como amigas solamente, no seas loca de irte a esta hora. En la
ma�ana te vas descansada y no tendr�s problemas"
"Pero �c�mo voy a salir de d�a vestido as�?"
"No te preocupes, te presto ropa de hombre. Tienes una talla
parecida a la m�a, y dentro del coche �qui�n se va a fijar?"
Encontrando razonable sus argumentos, decid� quedarme, lo que
me produjo una sensaci�n placentera y curiosa, ya que ser�a la primera vez que
dormir�a con un hombre, y m�s a�n, uno que me estaba gustando m�s a cada
momento, sin importarme lo que recordaba de �l cuando me viol�.
Prepar�ndonos para dormir, tuvimos momentos de intimidad muy
agradables y sencillos mientras nos quit�bamos el maquillaje, compartiendo la
sala de ba�os, mirando con naturalidad nuestras acciones de aseo �ntimo,
conversando sobre maquillaje, sus calidades y mil peque�as nimiedades, y
luciendo nuestra desnudez con naturalidad. El se acost� desnudo y yo me dej� las
enaguas y medias para sentir en mi cuerpo la seda. Me acerqu� a su cuerpo y
extendi� un brazo para que me apoyara en su pecho. Entrelac� mis piernas con las
suyas y pronto el calor agradable que radiaba de su cuerpo y su respiraci�n
tranquila, me produjo una calma tal que entr� en un estado de paz que hac�a
mucho tiempo no sent�a, y me dorm� sin darme cuenta.
Despert� lentamente al roce de sus manos que recorr�an mi
cuerpo y con su respiraci�n agitada soplando en mi cuello, a la luz del amanecer
que entraba por las cortinas floreadas de la ventana.
Me hice el dormido para seguir gozando de ese momento
seductor, pero pronto se dio cuenta que estaba despierto al encontrar mi pene
erecto el que apret� fuerte, como salud�ndome y me gir� con fuerza dej�ndome de
cara sobre la cama.
Al estirar mi mano hacia atr�s encontr� su enorme pene
pulsando entre mis nalgas y tom�ndolo entre mis dedos, que apenas lo pod�an
rodear, ayud� a que lo introdujera en mi ano de un empuj�n violento como a �l le
gusta y que yo recordaba.
El dolor fue intenso y se escap� un gemido entre mis dientes
apretados que silenci� girando mi cabeza hacia atr�s y bes�ndome largamente
mientras iniciaba el violento movimiento de caderas que hac�a entrar y salir su
enorme pene por mi ano.
De pronto todo el dolor desapareci� y se transform� en
oleadas de placer que estremecieron mi cuerpo y me impuls� a iniciar un
movimiento de respuesta tanto o m�s violento que los de �l, pensando obtener la
mayor cantidad de placer antes que eyaculara, pero los minutos fueron pasando
sin que el ritmo disminuyera lo que me fue excitando a�n m�s.
Como me explic� despu�s, para acabar r�pidamente deb�a estar
muy excitado y muy bebido, como cuando me viol�, porque normalmente �l montaba o
era montado por varios clientes por noche sin sentir nada, y lograba motivarse
una o dos veces por mes y �Yo hab�a obtenido el premio mayor dos veces!
Por lo que despu�s de casi media hora de estar penetr�ndome
en forma violenta explot� largamente dentro de m�, provocando que el dolor
placentero de mi ano se extendiera por todo mi cuerpo disparando mi propia
explosi�n casi tan interminable como la de �l.
Despu�s de chupar y lamer su pene hasta dejarlo limpio nos
envolvimos con nuestras piernas y brazos, y con los rayos de sol dibujando las
flores de la cortina en una muralla de la habitaci�n, cansados pero felices, nos
quedamos profundamente dormidos.
Despert� sobresaltado con la fuerte voz de su madre casi en
mis o�dos:
"�Despierten ni�itas! La hora que es y ustedes todav�a
durmiendo, �no les da verg�enza? Hay que ventilar esta pieza, parece cueva de
leones, �No s� como pueden dormir tan encerradas!"
La mir� asustado y avergonzado y vi que estaba sonriendo
sosteniendo una gran bandeja en que humeaban dos tazones con caf�, cuyo aroma ya
llegaba a mis narices, junto a varios panecillos y un plato con tiras de jam�n y
queso.
"Les traje desayuno, porque necesito que se levanten y vayan
a comprar algunas cosas que me faltan para hacer el almuerzo. Juanita, t�
almorzar�s con nosotras"
Sali� dando un fuerte portazo, y luego se sinti� su canturreo
alej�ndose.
"Oye, �tu mam� si que es especial!"
"Te dije que es comprensiva, y como nunca traigo a alguien
para dormir conmigo debe haber pensado que eres especial y por eso es tan amable
contigo"
�Fue el mejor desayuno de mi vida!
Me sent� como reci�n casada y en luna de miel, comiendo mi
primer desayuno en cama con el hombre que me hab�a quitado mi virginidad y que
me hab�a proporcionado una noche de amor violento pero maravilloso.
Despu�s nos ba�amos juntos jugueteando bajo el agua caliente
y luego de secarnos mutuamente me mostr� su guardarropa y empez� a probarme sus
vestidos que me quedaron como si hubieran sido hechos para m�, de los que
finalmente decidi� que el que mejor me quedaba era uno amarillo, de tela delgada
de grandes flores, mangas cortas, amplio escote, talle ajustado con cintur�n y
falda corta que mostraba mis piernas. Complet� el conjunto con unas sandalias de
taco peque�o que permit�an ver mis u�as pintadas de rojo intenso, agregando
aros, collar y pulseras haciendo juego, y me maquill� expertamente para efecto
diurno.
�l se visti� como hombre y se ve�a incre�blemente atractivo
con pantal�n negro, camisa de seda blanca y mocasines blancos.
La se�ora Amelia al verme dijo que me ve�a estupenda y que no
se notaba que no era mujer, lo que me hizo sentir una felicidad incre�ble.
"Vamos Juanita, tenemos que salir de compras para el
almuerzo"
"�Est�s loca! �C�mo saldr� vestido as�?"
"No te preocupes, no se te nota, y si alguien se da cuenta,
en este barrio un maric�n m�s vestido de mujer, no llama la atenci�n. �Salgamos
nom�s!"
Y tom�ndome del brazo salimos a la calle iluminada por el sol
que empez� a calentar gratamente la piel de mis brazos y escote, mientras sent�a
circular el aire caliente del mediod�a por mis piernas y muslos bajo mis faldas.
Nos cruzamos con varias personas sin que yo notara que reaccionaran al verme lo
que me hizo sentir confianza y mi paso se puso m�s seguro.
�Me sent�a feliz! Por fin lograba satisfacer mi deseo de
caminar vestido de mujer a la vista de todo el mundo, ten�a ganas de bailar, de
correr, de que me vieran y pensaran �Que bonita es!.
En ese estado mental recorr�, del brazo de Michelle, varios
locales en que compramos diferentes productos sin que nadie se diera por
enterado de que yo no era lo que parec�a. Volv� a la casa tomada del fuerte
brazo de Michelle sinti�ndome pleno, feliz y agradecido de �l por darme esta
oportunidad.
Hicimos el almuerzo entre los tres, ri�ndonos y hablando como
cotorras.
Estuvimos analizando la posibilidad de transformar su casa en
hotelito para sus clientes y le ayud� a dejar dos piezas listas, con las camas
dispuestas, muy bien presentadas con detalles elegantes y luego nos tendimos a
reposar ya que se hab�a decidido que yo partiera al obscurecer vestido de mujer.
Despu�s de dormitar un rato, nos despertamos totalmente
despejados y me ense�� a maquillarme para la noche en que la luz artificial hace
cambiar los colores, y qued� realmente hermoso, tal como qued� �l cuando se
arregl� para ir a trabajar, con una elegancia tranquila y cuidada hasta en los
peque�os detalles haci�ndonos ver como un par de mujeres de muy buen ver.
Lo dej� en la esquina de la plazoleta en que trabaja, y al
iniciar la despedida dijo:
"No te vayas todav�a, b�jate para presentarte a las otras
putitas"
Yo, que ten�a ganas de lucirme en la calle, acept� de
inmediato y caminamos hacia el grupo de travestis que estaban esperando que
alguien requiriera de sus servicios, a los que me present� como Juanita, y not�
que me miraban casi con envidia, debido que al lado de ellas yo parec�a una
reina, ya que eran un mont�n de travestis pobres, con ropas y maquillaje de
regular calidad, entre los que nos destac�bamos notoriamente.
Por eso cuando un coche se detuvo y Michelle se acerc� a
conversar con el conductor, volvi� a donde yo estaba parado y dijo sonriendo:
"Quiere ocuparse contigo"
"�Est�s loca?"
"Anda, no seas tonta. Una chupada y dos meneos no te van a
hacer menos linda. �No quer�as ser puta?"
"�Y cuanto voy a pedirle?"
Me dijo una cantidad que me asust� por lo alta y me exigi�
que no aceptara rebajas, porque eso era lo que nosotras val�amos, y que fuera a
su casa para que el dinero del motel quedara para �l. Me dijo cuanto cobrar por
la pieza, y que se lo diera a su mam�.
Me acerqu� al coche caminando con cierta timidez, pero
tratando de lucir mi figura para justificar el precio que cobrar�a. Era un
hombre de edad madura, que al escuchar el precio lo encontr� muy caro, e inici�
la retirada, pero me ataj� y me dijo que subiera.
No quiso ir a un motel y nos estacionamos al otro lado de la
plaza que estaba sin iluminaci�n y empez� a meter sus manos entre mis piernas y
casi se sorprendi� cuando le exig� que me pagara o me bajaba de inmediato.
Yo estaba totalmente fr�o y no sent� ninguna atracci�n ni
deseo hacia �l, por lo que recib� el dinero, lo guard� en mi cartera, le tom� el
pene y empec� a chuparlo tratando de que acabara lo m�s r�pido posible para
salir del coche y olvidarme de �l.
Ten�a raz�n Michelle: poco m�s de una chupada y dos meneos
dados con fuerza bastaron para que me llenara la boca de semen que bot� a la
calle.
Se limpi�, se arregl� las ropas y me baj� del coche para
cruzar la plaza, sinti�ndome satisfecho por haber podido controlar tan bien a mi
primer cliente.
�Me sent�a toda una prostituta experta!
Llegu� al grupo a tiempo de ver partir en un coche a
Michelle, y un travesti me dio su mensaje de que lo esperara.
Mientras decid�a si esperaba o no, un coche se detuvo frente
a m� y su conductor me hizo se�as para que me aproximara. Fui hacia �l sintiendo
una curiosa expectaci�n.
Era maduro pero muy atractivo y me pregunt� cuanto cobraba,
le dije el mismo precio que al anterior lo que acept� de inmediato, pero que
fuera servicio completo y en un motel discreto que se ofreci� a pagar.
Me sub� al coche y partimos hacia la casa de Michelle. En el
camino y mientras Roberto, ese era su nombre, me acariciaba las piernas y yo le
masajeaba el pene que no se sent�a muy grande ni duro, le expliqu� que �bamos a
una casa discreta lo que acept� de buen �nimo, porque no le agradaba que lo
vieran entrar en un motel.
Yo iba pensando sobre lo que esperaba Roberto por un servicio
completo, pero, ya era tarde para preguntarle y presum�a que una chupada y dos
meneos no ser�an suficientes, por lo que mi ano empez� a cosquillear.
La se�ora Amelia me salud� con un beso, y sin mirar a Roberto
nos condujo a una de las habitaciones que yo hab�a ayudado a preparar, y
despacio me dijo que Michelle estaba en la otra pieza con un cliente.
Roberto me pag� y le cancel� la habitaci�n y dos whiskys con
agua, que la se�ora Amelia trajo retir�ndose de inmediato dej�ndonos solos.
Me saqu� el vestido quedando en ropa interior, luciendo
coquetamente mi figura y caminando por la habitaci�n para que Roberto viera la
mercader�a que hab�a adquirido, y que de acuerdo a su forma de mirarme estaba
m�s que conforme y satisfecho.
Lo ayud� a desvestirse y qued� s�lo con la camisa que le ped�
que se sacara porque pod�a mancharse con mi maquillaje y su se�ora lo
descubrir�a. Me agradeci� el detalle y qued� desnudo.
Sent�ndose en la cama me orden� ponerme de rodillas para
chuparle el pene que no parec�a reaccionar por m�s que lo lam�a, succionaba y
mord�a. Su olor era fuerte y pegajoso, pero no desagradable. Mi cara golpeaba
contra su barriga voluminosa y suelta, lo que casi me hace re�r. Despu�s de un
rato empez� a endurecerse y crecer, no mucho, pero...
Se acost� de bruces en la cama mostr�ndome sus gordas nalgas
y me pidi� que se lo metiera, lo que hice sin dificultades, aunque mi pene no es
peque�o, porque era evidente que su ano ten�a mucho camino recorrido. Empec� a
bombearlo con fuerza y pidi� que lo golpeara mientras se lo met�a, y empez� a
gemir de placer mientras yo le daba fuertes bofetadas y pellizcos.
Descubr� que me agradaba estar en posici�n de poder aplicar
fuerza y dominaci�n y empec� a tirarle el pelo y morderle la espalda lo que hizo
que aumentara sus quejidos de agrado, hasta que muy excitado se enderez�
mostr�ndome su pene erecto que hab�a crecido bastante y me orden� ponerme en
cuatro patas como una perra y me lo meti� con fuerza hasta el fondo haci�ndome
quejar de dolor, y empez� a meterlo y sacarlo de mi ano golpe�ndome las nalgas
con su barriga.
Yo, que no estaba excitado, aguant� sus empujones emitiendo
falsos gemidos de placer y dolor, y muy r�pido Roberto acab� dentro de m�,
desplom�ndose de espaldas en la cama y acezando como un perro.
Al salir del ba�o despu�s de hacerme un prolijo aseo y
reparar mi maquillaje me cruc� en el pasillo con Michelle que dijo:
"Juanita, cuando termines con tu cliente, qu�date y haremos
un tr�o con el m�o. �Es una joya!. Te vas a llevar una sorpresa, y de las
buenas. Quiere un poto m�s y te va a pagar aparte"
Acept� de buenas ganas porque Roberto me hab�a dejado fr�o, y
al o�rla sent� una leve excitaci�n.
Mi cliente estaba descansando y me empec� a vestir dici�ndole
que se diera una ducha para sacarse el olor a mi perfume, lo porque podr�a
delatarlo en su casa. Despu�s, y mientras se vest�a, me pidi� un n�mero de
tel�fono donde pudiera ubicarme porque hab�a quedado muy conforme conmigo y le
d� el de Michelle, dici�ndole que ella me pod�a ubicar f�cilmente para �l.
Nos despedimos en la puerta de la casa, y se fue aliviado por
no tener que llevarme hasta donde me encontr�.
Al entrar en la pieza de Michelle y su cliente, estaban
tendidos desnudos en la cama y al verme �l dijo:
"Ten�as raz�n, est� harto buena, me gusta"
Era un hombre muy corpulento y al mirarle el pene me dieron
ganas de arrancar: �Era inmenso, mucho m�s grande que todo lo que yo hab�a
podido imaginar! S�lo de verlo me empez� a doler el poto.
Me desvest� y me pidi� que se lo chupara para entrar en
confianza mientras �l chupaba a Michelle.
Le obedec�, pero antes, me llen� el ano de crema y me la
introduje con los dedos lo m�s profundo que pude pensando que ese animal me iba
a desgarrar entero.
No pas� mucho rato y me hizo poner en cuatro patas y empez� a
met�rmelo poco a poco abri�ndome al m�ximo las piernas, mientras yo aguantaba
mis ganas de aullar de dolor. Lentamente logr� introducirlo completo y poniendo
unos almohadones bajo mi cuerpo me hizo apoyar en ellos, dej�ndome con las
nalgas mucho m�s altas que la cabeza y le pidi� a Michelle que se lo metiera con
fuerza.
El empuj�n de Michelle hizo que se introdujera m�s a�n por mi
intestino. Una vez acoplados dejaron caer sus cuerpos sobre el m�o y empezaron a
moverse aumentando lentamente el ritmo de sus ataques. Cualquier movimiento de
ellos repercut�a en lo profundo de mi cuerpo enviando oleadas de dolor que me
hicieron correr las l�grimas mientras me sujetaba con todas mis fuerzas de los
barrotes de la cama tratando de soportar sus pesos combinados, la furia de sus
movimientos, mis dolores internos y del ano que sab�a me estaba desgarrando.
Mi cerebro pareci� reventar porque ve�a luces y estallidos
adentro de mis ojos, que segu�an el ritmo de sus embestidas provocando espasmos
en toda mi musculatura y produciendo calambres en mi espalda y piernas abiertas
junto con la sensaci�n de triunfo de haber podido aguantar y tener en mi
interior ese trozo monstruoso de carne dura.
Pronto el grandote entr� en r�pidos espasmos que anunciaban
su eyaculaci�n, lo que me provoc� deseos de que continuara porque ya lo �nico
que sent�a era placer.
Finalmente en medio de sus gritos acab� largamente.
Michelle y yo no acabamos, como buenas prostitutas que somos,
pero lo fingimos a la perfecci�n para que el cliente quedara conforme con
nuestro desempe�o, pero luego no me pude parar en largo rato debido a los
dolores y calambres que ten�a y despu�s camin� como lisiado con las piernas
abiertas, mientras ellos se re�an de mi estado.
El grandote nos dej� en la plaza y Michelle me entreg� el
dinero convenido y ganado con tanto sacrificio. Me dol�a tanto estar sentado que
apenas pude conducir hasta mi casa, pensando que hab�a ganado mucho dinero en
poco tiempo, pero con demasiado dolor, por lo que no estaba muy seguro de
continuar siendo puta, a menos que...