La agente especial Dana Scully, del FBI , caminaba con
seguridad por el largo pasillo. Sus tacones resonaban con fuerza en el aire de
la ma�ana , mientras se dirig�a a ver al director Skinner. Los hombres- y
tambi�n algunas mujeres- que sal�an a su paso, le lanzaban miradas de deseo
apenas disimuladas. Y no era para menos.

La bella pelirroja ten�a las piernas al descubierto, unas
piernas de ensue�o, perfectamente moldeadas y dibujadas, ligeramente musculosas,
nada gruesas pero tampoco nada flacas , completadas con unos pies que se
adivinaban maravillosamente bellos, embutidos en unos zapatos de medio tac�n que
los dejaba al aire por la parte superior. Llevaba una minifalda cortita y muy
ajustada que moldeaba y realzaba el perfil de su culo, con las apretadas nalgas
dibuj�ndose perfectamente bajo la tela de la m�nima prenda. Por encima, llevaba
una camiseta varias tallas m�s peque�a que la que le correspond�a, tan ajustada,
que se le ve�an perfectamente los pechos contorneados por la blanca tela , con
los pezones claramente definidos y transparentados. Sobre todo eso, llevaba la
sempiterna chaqueta oscura, abierta por completo, de la cual colgaba, en una
solapa, la tarjeta identificativa. Esta tarjeta ten�a su historia, pues no se
limitaba a presentar una foto tama�o carnet de la agente, sino que, debajo de su
nombre , Dana Scully, y de la identificaci�n como agente especial del FBI ,
luc�a una amplia fotograf�a de la pelirroja , de perfil , con una pierna
estirada sobre el colch�n y la otra alzada a la altura de la rodilla, tumbada
sobre una cama, completamente desnuda�

Despu�s de su trabajo en el pueblo misterioso, la agente
Scully hab�a pasado largos meses en misiones sin importancia. El departamento de
los expedientes muy x, del cual ella era la jefa y �nica agente, no era bien
visto por sus superiores y s�lo subsist�a gracias a la influencia de Skinner.
Dana sab�a muy bien lo que le costaba esa influencia. La bella agente le chupaba
regularmente la polla al director, varias veces por semana y, adem�s, de cuando
en cuando, tambi�n se ve�a obligada a follar con �l, si quer�a continuar
cobrando. No s�lo eso. Adem�s, Skinner ten�a la costumbre de presentarle a sus
colegas y a llevarsela con ellos de cuando en cuando, a sus escondidas caba�as
en los bosques�All�, la hermosa Dana serv�a como juguete sexual de sus
compa�eros de trabajo. Bueno, compa�eros�y compa�eras, pues Skinner, sabiendo la
debilidad de Scully por las mujeres guapas, le presentaba a veces a hermosas
compa�eras. Scully, sinti�ndose atra�da por aquellas bellezas, no pod�a evitar
caer en la trampa y siempre terminaba follando con ellas, mientras Skinner y sus
amigos lo ve�an todo a trav�s de oportunos agujeros practicados en las paredes
de las habitaciones.

Todo eso hab�a contribuido a cambiar la personalidad de
Scully, aunque claro, no de un modo completo. Ahora, era m�s desinhibida, le
gustaba m�s el sexo y lo practicaba con m�s asiduidad, tanto cuando Skinner se
lo ped�a, como cuando ella misma vislumbraba una oportunidad de echar un buen
polvo, sin importar si era con un hombre o una mujer.

Debido a todo lo anterior, Dana Scully gozaba ahora de una
extendida fama de mujer f�cil, de�dig�moslo ya claramente�de PUTA. Si; la bella
agente especial era ahora considerada entre sus compa�eros y compa�eras de
trabajo como una puta, como una zorra facilona, con la que cualquiera pod�a
acostarse sin muchos problemas.

La "agente puta" , con licencia para follar, la llamaban a
veces a sus espaldas y, a veces tambi�n, no tanto a sus espaldas.

Y ahora Scully, la bella Scully, avanzaba muy tiesa por el
pasillo, sabiendo que pon�a cachondos a todos los que se cruzaban con ella, que
no pod�an evitar mirarle las hermosas piernas y los perfectamente moldeados
pechos ni su bello y perfecto rostro.Y eso le gustaba y la pon�a, ciertamente,
un poco cachonda.

Lleg� a su destino. Toc� a la puerta y una voz femenina,
conocida, le dijo que pod�a pasar. Scully entr� y salud� a la secretaria de
Skinner, una deliciosa rubia de cuerpo escultural, con gafas, que sonri� al
verla.

-El director me espera, Wendy-dijo Scully, mir�ndola
directamente a los ojos.

-Oh, si�agente Scully, la espera, ya me lo ha dicho�puede
pasar�-le contest� Wendy, sin dejar de admirar las piernas de Dana. Scully
tambi�n sonri�. Se hab�a acostado con Wendy un par de veces, y no porque se lo
dijera Skinner , sino porque le gustaba follar con aquella chica. Ambas se
conoc�an muy bien�en el m�s amplio sentido de la palabra conocer.

El director Skinner no levant� la vista de los informes que
revisaba al oir el taconeo que la agente especial Scully, amortiguado por la
moqueta, produjo al entrar en la habitaci�n. Tampoco lo hizo cuando escuch� el
inconfundible chirrido de la c�moda silla tapizada de cuero negro al sentarse la
pelirroja en ella. Durante unos segundos permaneci� en silencio. Scully , que
conoc�a muy bien el modo de proceder de su jefe, decidi� romper el hielo.

-�Me llamaba , se�or?-inquiri�, con la voz m�s oficialista
que pudo emitir.

Skinner alz� ahora la vista. Y lo que vio le gust�.Y de qu�
manera. Ante �l, a pocos metros, estaba sentada la bella agente Scully, con las
piernas cruzadas una encima de la otra. La agente llevaba una minifalda tan
corta, que la totalidad de sus sublimes piernas quedaban al descubierto. Y no
s�lo eso. La falda era tan estrecha y le quedaba tan apretada a la agente, que
una amplia secci�n del perfil de su culo desnudo quedaba tambi�n a la vista.

La polla de Skinner se revolvi�, inquieta, hinch�ndose sin
paliativos , formando un mont�culo apreciable en sus pantalones.

-Si�-dijo Skinner, mirando fijamente a Dana- La he hecho
venir para encargarle su pr�xima misi�n, Scully.

-Espero, se�or, que no se trate de otra de esas est�pidas
misiones en las que tengo que acostarme con jovencitas y no tan jovencitas
ninf�manas para aplacar sus �mpetus sexuales y que luego mis compa�eros puedan
detenerlas.

Skinner observ� que los pezones de Scully estaban hinchados
bajo la camiseta.

-No, Scully�Aunque sus habilidades l�sbicas han sido tenidas
en cuenta y no dudo que ser� recompensada alg�n d�a por su�digamos�sacrificio�al
acostarse con otras mujeres por cumplimiento de su deber�No. En �sta ocasi�n, se
trata de colaborar con su antiguo compa�ero, Fox Mulder. �dijo Skinner, atento a
la reacci�n de Dana.

-�Mulder?-la sola menci�n de su antiguo compa�ero la puso en
tensi�n.-�De qu� se trata?...Extraterrestres, seguro�siempre anda con esas
tonter�as�

-Pues si.-dijo Skinner , admirando la incre�ble belleza de
las desnudas piernas de la agente Scully- De eso se trata. Tenemos un problema
en una zona campestre. No hay mucha poblaci�n all�, as� que , por ahora, tenemos
el tema controlado. Quiero decir, nada de periodistas ni temores infundados.

Scully descruz� las piernas lentamente y el director pudo
verle la entrepierna, cubierta por unas finas braguitas de encaje negro. La
agente, sonriendo, volvi� a cruzar las piernas, ahora del lado contrario.

-En definitiva, agente Scully. Tenemos un grupo de mujeres de
esa zona que afirman haber sido violadas por unos extraterrestres. Los
susodichos aliens las trasladan a su nave y all�bueno, las violan a placer
durante un largo tiempo. Luego, las devuelven a tierra.

Scully sinti� un leve inter�s en el asunto. Si Mulder iba a
ser su compa�ero, quizas tendr�a ocasi�n de follar con �l, puesto que
anteriormente nunca hab�a podido hacerlo debido a unas reticencias morales que
ahora se le antojaban est�pidas.

-Bien.-dijo Scully- As� que Mulder y yo, volveremos a estar
juntos y nos las veremos con este caso de presuntos extraterrestres
violadores�en fin�

-De eso se trata. Ma�ana, pres�ntese al agente Mulder en su
oficina. Luego, partir�n hacia la zona . Espero que solucionen este asunto
discretamente y que me digan si son de verdad extraterrestres o se trata de una
broma de mal gusto o�de algunos violadores terrestres disfrazados.

-De acuerdo, se�or.Si eso es todo�-dijo Scully, haciendo
adem�n de levantarse.

-En cuanto a la misi�n, si lo es. Pero no olvide, agente
Scully, que usted tiene otras obligaciones respecto a m�as� que�ya puede
empezar a quitarse la ropa.

Scully ni se inmut�. Ya hab�a pasado por esto varias veces,
as� que no la tom� por sorpresa. Se levant�, y, suspirando resignada, se quit�
la chaqueta, que tir� al suelo. Luego, se baj� la minifalda hasta dejarla
enredada en torno a sus pies�; acto seguido, se quit� la camiseta.

El director Skinner sonri� mientras se bajaba la cremallera.
Scully, ahora, estaba en ropa interior, mostrando toda su simpar belleza
cubierta s�lo por unas finas braguitas de encaje negro y un sujetador tambi�n
del mismo material. La agente dio un paso al frente y se deshizo de la
minifalda, que se enrollaba a sus pies. Luego, se quit� los zapatos, dejando al
descubierto sus hermosos pies , delgados y ligeramente alargados, con u�as
perfectamente recortadas y sin pintar.

-Negativo, agente�quiero verla desnuda�completamente
desnuda.-respondi� Skinner, sonriendo mal�volamente.

Scully, que ya se imaginaba la respuesta de su jefe, se quit�
el sujetador. Durante unos instantes se tap� las tetas con las manos, pero luego
desisti� y dej� que Skinner admirase sus bellos pechos desnudos. A decir verdad,
a la agente le gustaba en cierta forma ser el objeto del deseo de aquel
hombre�le gustaba sentirse deseada. Reconociendo que estaba ligeramente
cachonda, Dana separ� un poco sus labios, y, sacando la lengua, se relami� con
estudiada lentitud.

La polla del director Skinner estaba ya a punto : tiesa y
dura, fuera de los pantalones por completo. Scully desliz� las manos hasta coger
los bordes de sus bragas�luego, se demor� unos segundos antes de baj�rselas�

-Vamos, agente��a qu� espera?...�Qu�tese las bragas de una
maldita vez!-exclam� Skinner, que notaba como la verga se le pon�a a�n m�s dura
y reclamaba a gritos un buen orgasmo.

Scully sonri�. Lentamente, sin dejar de clavar la mirada de
sus bellos ojos grises en su jefe, se baj� las bragas hasta dejarlas echas un
ovillo en torno a sus pies desnudos.

-As� me gusta, Scully�muy bien�Ahora, ya sabe lo que tiene
que hacer�� no es as� , agente?-casi susurr� Skinner, que no hab�a podido evitar
agarrarse la polla con una mano y empezar a darse un buen masaje.

-Si, se�or, por supuesto.-respondi� Scully, sin abandonar una
cierta mirada y expresi�n c�nica en su rostro- Estoy completamente desnuda, pero
eso no le basta. Podr�a masturbarse aqu�, y dejarme en paz, pero no. No,
no�Usted no quiere s�lo eso. �Vamos, por qu� no se hace una paja mientras me
contoneo desnuda para usted, director Skinner?-

-C�llese, agente Scully�No olvide que si sigue trabajando
aqu� es por mi influencia. As� que, usted misma. Si quiere quedarse en el paro,
muy bien�V�yase, no se lo voy a impedir. Pero si quiere seguir ganando un buen
sueldo, con un buen trabajo, y, si adem�s, quiere seguir disfrutando de los
�digamos�pagos especiales que de vez en cuando le hago por sus molestias
�extralaborales�ya sabe lo que tiene que hacer, como ya le he dicho. Pero
dec�dase ya. No me haga perder el tiempo.

Scully suspir�. Le gustaba su trabajo, y , adem�s, le gustaba
el dinero. Y ganaba mucho, sobre todo con aquellos�extras, extras que recib�a
por realizar ciertos favores de �ndole sexual a Skinner y tambi�n a muchos de
sus amigos�

-Si. S� lo que tengo que hacer. Chuparle la polla.-dijo Dana,
mirando a los ojos al director.

-Exacto, querida. Muy bien. As� que�empiece de una vez, sea
buena chica. Ya la tengo m�s que dura.

La agente se puso de rodillas. Luego, se puso a cuatro
patas.La desnuda agente especial avanz� a gatas hacia su jefe, contoneandose y
arqueando al m�ximo su bello cuerpo . El pelo rojizo de la agente se le mov�a a
un lado y a otro de la cara mientras avanzaba, sus profundos ojos grises
brillaban de excitaci�n. Scully sac� la lengua y se relami� indecorosamente,
mojando con abundante saliva sus labios perfectos. Skinner disfrut� de la visi�n
de la boca de Dana Scully, una boca entreabierta y prometedora de los m�s
excelsos placeres mamatorios, que mostraba sin tapujos la preciosa lengua y una
fina y blanca hilera de dientes perfectos. El director se sac� la polla del
todo. Scully pod�a ver frente a ella la poderosa polla de su jefe, con un par de
grandes test�culos colgando, hinchados y tensos, listos y dispuestos para la
acci�n.

Al fin, Scully se meti� bajo la mesa.

La bella y desnuda agente especial Scully cogi� la polla de
su jefe con una mano y se la meti� en la boca. Los labios de la pelirroja se
cerraron sobre el tronco de la polla de Skinner. Un segundo m�s tarde, Dana
estaba chupando a fondo, como ella tan bien sab�a hacerlo.

-Aahhhh�siii�chupa�..chuuupaa�ahhh-gem�a Skinner, agarrando
la cabeza de Scully con una mano y mes�ndole los cabellos rojos y perfumados.

Y Dana chupaba. Primero, ensaliv� a conciencia la polla de su
jefe. Luego, se la sac� de la boca y empez� a lamerla, deslizando la lengua
suavemente por toda la rugosa superficie de la verga . Pero no par� ah� la cosa.
No. Scully sigui� lamiendo, hasta alcanzar con su lengua los huevos de Skinner.
Se los lami� por completo, no dej� ni un mil�metro sin lamer. Y , no contenta
con eso, se los meti� en la boca uno tras otro y los chup� con violencia,
degustando su sabor como una sibarita de la mamada.

Una vez hubo terminado a su gusto con los test�culos del
jefe, desliz� la lengua hacia arriba, en sentido inverso a como lo hab�a hecho
antes y empez� a lamer el glande de Skinner, poniendo especial �nfasis en la
delicada punta de la polla.

-��AAAhhh�puuutaaa�.!!-exclam� Skinner, gimiendo sin poder
contenerse.

Scully puso la lengua de perfil y la desliz� con sumo cuidado
por el delicado valle que coronaba la punta de la polla. Skinner tembl� y tuvo
que recurrir a todo su autocontrol para no correrse. As� y todo, Scully lami� y
trag� todo el jugo que sali� de aquella polla. Y, luego, dej� de lamer, apart�
la boca un poco y, cogiendo la polla con una mano, empez� a masajearla como si
le estuviera haciendo una paja.

-�AAhhh�siii�es maravilloso�ahhh�.siga, agente Scully�no se
pareee�ahhh!!-gem�a Skinner, tembloroso y sobreexcitado, mientras Dana le
estrujaba la polla con ambas manos, haci�ndole un magn�fico trabajito manual�

Al fin, Scully se cans� de jugar y solt� la polla de su jefe.
Unos segundos despu�s, abri� la boca y engull� la polla de Skinner. La bella y
desnuda agente especial Scully no tard� en ponerse a chupar.

-AAhh�ahhh�as�asii�ahhh�peque�a mamona�ahhh�no es m�s que
una chupapollas�� lo sab�a?...ahhh..siii�mmmm�.-gem�a el jadeante director
Skinner, con los ojos semicerrados, mientras Dana le hac�a una maravillosa
mamada.

La agente especial chupaba y chupaba, aplicando todo su
amplio saber como chupapollas. Porque la verdad era que �ltimamente hab�a
chupado muchas pollas y algo hab�a aprendido.

-Slurp�slap�mmm�slurp�sluuurp�ahhh�mmmmhhh�-gem�a Scully,
mientras chupaba poderosamente, succionando con violencia la verga de su jefe,
aplast�ndola contra su cavidad bucal, hiri�ndola con los dientes, envolvi�ndola
con la lengua, empap�ndola en saliva�

Skinner apret� el bot�n del interfono.

Acto seguido, Wendy entr� en el despacho.

La bella rubia, vestida con un traje chaqueta que dejaba a la
vista sus hermosas piernas, se excit� al ver la escena que se representaba ante
ella. La agente Scully estaba desnuda, de rodillas, bajo la mesa del director,
chup�ndole a �ste la polla. Wendy pod�a oir perfectamente el sonido que produc�a
la boca de Scully al succionar la verga de su jefe.

La secretaria sinti� que un intenso calor le recorr�a la
entrepierna. Sin embargo, consigui� serenarse. No era la primera vez que Skinner
la llamaba mientras Scully le estaba haciendo una mamada. El director utilizaba
a la bella pelirroja de los expedientes muy x con mucha frecuencia, para hacerle
mamadas y�otras cosas.

-�Me llamaba, se�or director?- pregunt� Wendy, con la voz m�s
neutra que pudo encontrar en su no muy amplio repertorio.

Scully ni siquiera volvi� la vista. Skinner ya le hab�a hecho
esto antes, muchas veces. Lo hac�a para avergonzarla, para humillarla. Y las dos
o tres primeras veces, ciertamente, Scully se sinti� muy mal, avergonzada, y ,
sobre todo, profundamente humillada. Pero la costumbre todo lo puede. Despu�s de
m�ltiples mamadas al director en su despacho, Scully ya estaba de vuelta de todo
y no le importaba que Wendy,- con la cual, dicho sea de paso, ya se hab�a
acostado varias veces � la viera desnuda y arrodillada, chup�ndole la polla a
Skinner.

-Ac�rquese, por favor, se�orita Wendy�ahhh�mmmm- dijo a duras
penas Skinner, pues Scully hab�a arreciado en sus embates bucales y ya ten�a la
polla del director a punto de caramelo.

Wendy se acerc�. Mientras lo hac�a, no pudo evitar admirar la
belleza de la desnuda agente especial. Primero, sus ojos se detuvieron en las
plantas de los pies de la pelirroja, ligeramente sonrosadas, con aquellas
deliciosas arruguitas en medio y sus deditos movi�ndose arriba y abajo, arriba y
abajo�Luego, su atenci�n se vio captada por el magn�fico culo de la agente
especial, un culo de perfectas dimensiones, excitantemente blanco, con el m�s
oscuro y prohibido agujero totalmente a la vista , debajo del cual se adivinaba
el conejo semidepilado de la agente. Despu�s, fue la espalda de la desnuda
agente la que encandil� a Wendy, una bella espalda perfectamente torneada,
mene�ndose a un lado y a otro conforme la pelirroja chupaba. Y, al fin, el pelo
rojizo de Scully, danzando a un lado y a otro, acompa�ando en su sensual baile a
la cabeza de la deliciosa agente especial.

A estas alturas, Wendy estaba ya realmente cachonda.

-Tome�ahhh�este expediente�y �ahhh�mmm�lo quiero terminado
para ma�ana�ahhh��AAAhhhh�!!...Eso�ohhh�es�todo�.ahhh�-gimi� Skinner.

Wendy cogi� el expediente que su jefe le tend�a tembloroso y
se dio media vuelta.

Mientras se iba lentamente, procurando que no se notara que
estaba cachonda, oy� perfectamente como Scully se pon�a a chupar m�s y m�s
deprisa. Y Wendy supo que Skinner no tardar�a en correrse.

En efecto. No bien se hubo cerrado la puerta tras Wendy, el
director Skinner perdi� la compostura y , con un gemido gutural, empez� a
correrse dentro de la boca de la agente especial Scully.

-��AAAHHHHGGGGHH�ME COORROO�AHHH�.PUUTAA..!!- exclam�. Wendy,
que escuchaba tras la puerta cerrada, pudo oir como llamaba puta a Dana, pudo
oir los gemidos del hombre mientras eyaculaba violentamente y casi pudo ver ,
con los ojos de la imaginaci�n, como la boca y la cara de la bella Scully se
llenaban de esperma.

Y mientras Wendy se bajaba las bragas y empezaba a
acariciarse el co�o , en el despacho de Skinner la agente Scully tragaba semen
en abundancia. La polla del director, fuera de control, bombeaba m�s y m�s semen
dentro de la boca de Scully. Abundantes regueros de esperma se escapaban de los
labios de la agente y empezaban su recorrido barbilla abajo. Scully trag� todo
lo que pudo. Cuando ya no pudo m�s, abri� la boca y dej� escapar la polla. El
endurecido miembro, como un depredador capturado que de pronto se ve libre,
empez� a danzar a un lado y a otro, lanzando chorros y m�s chorros de esperma
que se estrellaban contra la frente, contra los ojos, contra las mejillas y la
nariz de la pobre agente especial , que en estos momentos se sent�a como si
fuera una puta barata.

El semen resbalaba en m�ltiples regueros que se deslizaban
como riachuelos viscosos por toda la cara de la bella agente especial Scully.
Dana abri� la boca, una boca tambi�n llena de viscosas estalactitas y
estalagmitas blanquecinas , sac� la lengua y recibi� m�s cargamento de semen. La
agente bebi� con deleite el semen derramado por su jefe, que ya empezaba a
flaquear. En efecto, la polla, casi en las �ltimas, lanz� todav�a uno o dos
chorros de semen, que Scully se apresur� a tomar dentro de la boca y a tragar
sin pesta�ear. Luego, el nabo no lanz� nada m�s. La corrida hab�a terminado.

La desnuda agente se irgui�. Skinner disfrut� de la visi�n de
la cara de Scully totalmente llena de semen, de SU semen. Aquella zorra chupaba
bien, y estaba bien que terminara as�, con la cara chorreante de esperma, se
dijo el director.

Scully esper� unos minutos. Sab�a que Skinner disfrutaba
vi�ndola as�, llena de semen, humillada y mancillada � o al menos eso cre�a �l �
como una puta chupapollas cualquiera. Pero no era una puta cualquiera. Eso era
lo bueno. Era la agente Scully, la bella pelirroja encargada de los expedientes
muy x. Y eso era precisamente lo que la hac�a tan especial a los ojos de
Skinner.

Ya hab�a pasado el tiempo prudencial. Scully volvi� a meterse
bajo la mesa. Sac� la lengua y empez� a limpiar con diligencia la polla de su
jefe, hasta dejarla limpita y reluciente. Luego, la cogi� con una mano, se la
meti� dentro de los pantalones y subi� la cremallera. Por fin, surgi� de nuevo
de las profundidades, desnuda y todav�a con la cara chorreante de semen.
Skinner, ahora m�s tranquilo, pareci� verla por vez primera.

-Muy bien, agente�muy bien�No olvide ma�ana ir a ver a
Mulder.-

-De acuerdo, se�or,lo har�- dijo Dana, mientras empezaba a
recoger su ropa y a ponersela, no sin antes haberse limpiado la cara con el
dorso de la mano y lamer sus propios dedos hasta dejarlos limpios.

Una vez vestida, la agente simplemente se dio la vuelta y
abri� la puerta.

Scully no contest�. Sin mirarlo siquiera, sali� del despacho
y cerr� tras de s�.

-Lo ha hecho de nuevo�� no?- pregunt� t�midamente Wendy, que
ten�a la entrepierna mojada.

- Si. Ese cerdo me ha obligado otra vez a chuparle la
polla.En fin�� ya estoy acostumbrada!� Me he convertido en una puta
chupapollas!- dijo Scully.

- No digas eso�- dijo Wendy, mir�ndola con sincero cari�o-
Ejem�Scully�se me ocurre que�esta noche�la tengo libre�no tengo planes y�si
quieres�podemos�en fin�follar un poco.

-�Follar un poco contigo, Wendy?- contest� Scully, mir�ndola
a los ojos- �Pues claro que si, me encantar�, sobre todo despu�s de hacerle una
mamada a nuestro amado jefe!

Ambas mujeres rieron por lo bajo. Se despidieron con un
apasionado beso de amor, los labios apretados unos contra otros, las lenguas
enlazadas�

-Hasta la noche , Wendy�no hay nada como follar contigo.-
dijo Scully, que de pronto pensaba que la vida no estaba tan mal.

- Hasta la noche, Scully�follar contigo es un sue�o hecho
realidad.

Scully sonri� y se fue, contone�ndose, en beneficio de su
amiga , a la que apreciaba de verdad. ( CONTINUAR�)