Sin conocerlo de nada casi me enroll� con �l en las fiestas
de un pueblo, pero la cosa no llego a cuajar, no s�, tal vez yo iba demasiado
bebida y la verdad es que cuando estoy as� no me doy cuenta de nada y prefiero
pasar de todo. Cada vez que nos ve�amos nos salud�bamos, al poco ten�amos
nuestros tel�fonos, luego empezamos a salir con la misma gente, casi por
casualidad.
A V�ctor le conoc� algo m�s tarde, �l no ten�a apodo, tampoco
le puse ninguno, la primera vez que le vi cre� que era un guerrero, un caballero
medieval pero vestido acorde con nuestra �poca, cre� eso por que parec�a que
llevaba una armadura, m�s chulo que un ocho va siempre con camisetas sin mangas,
mal cortadas, todas le hacen un pecho enorme como si fuera un culturista
apretado con ropa ajustada o como si llevara una armadura. En su camiseta hab�a
un dibujo de unos punk bebiendo y en letras negras, en may�sculas, PUNKORREO,
me gusto mucho, su camiseta y �l mismo, los dos son unos putos punk que
disfrutan de m�sica violenta que habla de manifestaciones, de libertades
recortadas y de t�os a los que habr�a que matar, borrachos como perros, babeando
ante cualquier mini falda que se acercar� lo m�s m�nimo, su est�tica me
encantaba y sus piercing en las cejas me volv�an loca, sus vaqueros estaban
rotos y a la altura de su rodilla se le ve�a todo el pelo que le cubr�a las
piernas, fue en ese preciso instante donde me sent� excitada a m�s no poder, sus
patillas enormes, su creciente barba, su pelo que ped�a a gritos un peluquero.
Hoy en d�a se lleva mucho eso que llaman metrosexualidad pero en �l me
atra�a todo lo contrario, su brutalidad, su bestialidad, el echo de no haber
evolucionado, deseaba tenerlo entre mis piernas y comprobar por mi misma lo
macho que era.
Cuando los vi juntos sent� la necesidad de hacer un tr�o con
los dos y vi la oportunidad cuando supe que los dos iban detr�s de m�, vamos,
que los dos me follarian y yo encantada de hac�rmelo con alguno de los dos.
En la �ltima feria estaba tirada en un parque, sobre el
c�sped, estaba muy mojada, a esas alturas ya no dominaba el arte de la bota y
ten�a m�s vino recorriendo mi cuerpo que en mi est�mago. Los dos se sentaron a
mi lado y empezamos a hablar de nader�as. El Botox me dio un beso en la mano,
tan pegajosa que sent� que sus labios jam�s se separar�an de mi piel, aunque
apenas me percate de lo que estaba haciendo. S�lo sent�a el c�sped clav�ndose en
mi cuerpo, tan puntiagudo, tan bien recortado, jugaba con �l entre mis dedos
cuando los dos se marcharon para volver al rato con otra bota.
-Abre la boca �me dijo V�ctor mientras cog�a la bota y la
pon�a encima de m�. Le hice caso y me lleno hasta desbordarme, el n�ctar se
escapaba de mis labios, recorr�a mis mejillas y acababa mojando mi cuello, la
tierra donde yo yac�a. �Que dulce lo trague!.
Mi madre me llam� por tel�fono e intente levantarme para ir a
casa. Ellos me ayudaron y cada uno encarg�ndose de una mano, me llevaron para la
salida entre el mogoll�n de gente que hab�a en el parque, apost�ndose a las
barras de los chiringuitos, pidiendo bebida, fumando y baliando al ritmo de la
ensordecedora m�sica del verano.
Estaba bastante desconcertada y no dejaba de re�r por todo,
V�ctor iba detr�s de m�, los tres form�bamos una serpiente que se retorc�a entre
la multitud, se estira pero no se rompe, El Botox es la cabeza, V�ctor la cola y
yo el cuerpo. Mi brazo se alargo, mi mano fue apretada suavemente, sent� como
unos dientes se hincaban sobre ella, como una lengua la recorr�a, unos labios se
apoderaban de toda su anchura, fue muy babosa y me gusto. Ni gire la cara, ni me
volv�, le deje hacer y me fui cuando llegamos a la salida.
Otra vez bailando, hicieron un s�ndwich, un emparedado de mi,
ellos eran el pan y yo la carne. Una carne que poco a poco se fund�a como el
queso me derret�a al sentir el calor que se produc�a en las zonas tropicales,
ecuatoriales del ser humano. Las palmeras crec�an, los cocos se endurec�an,
todos pegados a mi, muy apretados, subiendo y bajando, restreg�ndose contra mi.
Hago lo f�cil dif�cil, me gusta parecer tonta, la inocencia no tiene nada que
ver con la inteligencia. Fue tan s�lo un instante, el del baile, como van a
bailar m�sica dance unos punk�s, yo lo consegu�, los lleve a mi terreno y all�
parec�an bichos raros entre tanto chico con camisa de marca, pero val�a la pena
aunque donde m�s c�modos est�bamos era en el bar de siempre, en su terraza, yo
con las piernas encima de cualquiera de los dos y ech�ndonos el humo unos a los
otros, en realidad ellos dos a mi.
Un d�a est�bamos los tres tirados en el parque, las hojas
ca�an y el humo negro que produc�amos se iba alejando en peque�as nubes. Los
tres ten�amos un porro en la boca, ninguno hablaba cuando apoye mi cabeza en el
muslo de V�ctor, m�s tarde har�a lo mismo El Botox, s�lo que �l sobre mi pecho,
le alborote el flequillo y a V�ctor le acaricie una pierna.
-�Por qu� no hacemos un tr�o? �les pregunte.
-Bueno �dijo V�ctor.
-Yo preferir�a que no �corto El Botox.
-Ok, entonces vamonos a follar t� y yo V�ctor.
-�Y luego yo? �pregunto El Botox.
-No �le dije muy secante. Me levante y V�ctor me cogi� de la
cintura, me clavo un beso sin que me diera tiempo a girar la cara. Yo fui
directa a su culo, lo apret� con las manos abiertas, apretado, tan fortificado.
-Esperadme �dijo El botox que tambi�n me agarro, echo su mano
por encima de mis hombros y cuando deje de besar a V�ctor le bese a �l, me
succionaba, recog�a las babas que V�ctor hab�a dejado en mi.
-�T� has hecho un tr�o alguna vez Botox? �le pregunto V�ctor.
-No.
-Yo tampoco.
-Tranquilidad en las masas, yo me encargo de todo.
Los hombres son diferentes, no son iguales. Desnudos,
cohibidos, nerviosos y cortados, las diferencias se acent�an. V�ctor estaba
tremendamente empalmado, su polla era m�s gorda que la de Botox y su cuerpo se
hab�a trasformado en un bosque, en una pradera llena de vello. Supongo que al
ver a Botox, con una polla m�s larga que la suya aunque todav�a por empalmar,
con un cuerpo totalmente libre de vello le tuvo que intimidar, por eso me
desnude delante de �l, por eso cay� mi ropa ante sus ojos y pude comprobar como
su m�stil se endurec�a todav�a m�s, se engordaba y su coraz�n bombeaba sangre
como si estuviera corriendo marat�n.
Me arrodille y le hice levantarse de mi cama. Acaricie sus
nalgas, masturbe su polla, agarre sus huevos y los lam�, los apretaba con los
labios e intente metermelos en la boca, con los dientes los acariciaba, sin
pasarme, los mord�a, me gusta ese equilibrio, el tener la fuerza de la
destrucci�n y la sensibilidad de la creaci�n, en un instante un placer m�ximo o
el m�s incre�ble de los dolores. De abajo a arriba le recorr�a con mi lengua,
como si fuera un pilar cruciforme, me costaba tragar su instrumento, no pasar�a
los 15 pero era gordo como �l solo.
Botox se acerco y puso su fl�cido instrumento muy cerca del
de V�ctor, lo agarre con la mano izquierda y comenc� a hacerle una paja, en poco
se puso muy duro pero todav�a maleable, alcanz� los 18 con facilidad y era tan
delgado que con dos dedos abiertos era capaz de masturbarlo. Con V�ctor tragaba,
sacaba y volv�a a meter en mi boca, me llenaba de pelo, acerque la de Botox y
s�lo con rozar su punta con la punta de mi lengua pude comprobar que eran pollas
muy diferentes, el sabor, el tama�o, el olor, el grosor. Supongo que El Botox no
me dijo nada por que sab�a perfectamente que pod�a dejarle sin nada, pero cada
vez acercaba m�s su polla a mi boca, rozaba a la de V�ctor, no s� si eso les
incomodaba, pero las dos pollas estaban tiesas sin cohibirse ni un instante.
Chupaba la de V�ctor y luego la del Botox, las dos a la vez,
una primero y otra despu�s, en un instante las met� las dos en mi boca, pero eso
es algo m�s visual que placentero, con Botox no me quedaban pelos en la boca
aunque le pasaba los de V�ctor.
Los huevos de V�ctor se apretaron y pronto se correr�a,
estaba extasiado y no produc�a ning�n sonido, tuve que intuirlo y dejar de
mamarsela al Botox para chupar s�lo la cabeza de la polla de V�ctor, esperaba su
leche caliente en mi boca, sobre mi lengua sus espermatozoides, as� fue y en
tres trallazos se corri� entre gemidos. Me lo trague y volv� a com�rsela al
Botox. Se hab�a sentado sobre la cama, acostado, con las manos apoyadas en la
cabeza. V�ctor no dejaba de tocarme las tetas, el culo, me hac�a cosquillas en
los pies, quiso masturbarme y lo consigui�, con dos dedos me acariciaba el
cl�toris, lo masajeaba y luego empez� a hacerlo con la punta de su lengua, lo
hac�a en c�rculos para despu�s rozarme con toda ella, estaba �spera, me hac�a
cosquillas, me volv�a poco a poco loca.
-Me corro �dijo El Botox. No lo esperaba, estaba demasiado
centrada en la lengua de V�ctor, me costo tragarlo, bastante m�s que antes, m�s
dulce, m�s espeso, me gusto. Mire de reojo la cara del Botox y sus labios me
parecieron monstruosos, con la boca abierta y los ojos cerrados, los mov�a de un
lado para otro sin ning�n control como si despu�s de una borrachera mortal se
hubiera metido una raya para intentar espabilar, en ese momento hubiera deseado
que V�ctor entremezclara sus labios con los del Botox, aquello hubiera acabado
de calentarme...
Levante mi cara y con ella todo mi cuerpo. Me ergu� sin
moverme de cintura para abajo. Acariciaba mis tetas, apretaba mis pezones, luego
lo hizo Botox y yo me quede embelesada por sus ojos azules, nos besamos,
mov�amos nuestras cabezas sin control, un tornillo impresionante, saque mi
lengua y ella atrajo a la del Botox, ellas si se retorc�an en el aire, como dos
serpientes que se enroscan para estrangularse la una a la otra. La m�a sab�a a
su semen, la suya pronto tambi�n. Mord� sus labios hasta el dolor, prob� una vez
m�s la sangre fresca y me gusto, cuan jugosos pueden ser unos labios. Catarlos
tiene triple sentido, el arcaico, el actual y el m�o. Verlos, probarlos y
morderlos. Uno a uno le limpie todos sus dientes, sus enc�as fueron m�as y al
tocarme la entrepierna engomine su flequillo hac�a atr�s.
Me levante, me estire y saque la lengua de V�ctor de mi
cuerpo sin que �l se lo esperara, se quedo con la cara hac�a arriba, con la
lengua fuera y sin dejar de mover los labios. Mis brazos se levantaban hasta lo
m�s alto, mi cabeza giro sin que yo me percatara, todo cambio y la oscuridad se
cerni� sobre mis ojos.
Al volver a la normalidad estaba yo subida sobre El Botox, el
acostado, yo encima d�ndole la espalda, subiendo y bajando, ayud�ndome con mis
manos y mis pies, mis brazos y mis piernas. V�ctor se hab�a corrido al hacerse
una paja, lo hab�a echo sobre m� y entera estaba cubierta de su leche. Me lam�a
mientras me follaba al Botox, desde mis pechos hasta mi co�o depilado, su lengua
se mov�a sin parar, tal vez un tic nervioso o el gusto por su propia leche. Los
18 cent�metros del Botox no me hac�an da�o aunque si lo hizo V�ctor al echarse
encima de m�, enloquecido por poseerme se tiro encima, su cuerpo rozaba el m�o,
sus pezones los m�os, su vientre cubierto de vello el m�o. Le puse un cond�n y
abr� al m�ximo mi co�o, poco a poco fue entrando y los dos me penetraron, El
Botox ten�a toda su polla dentro de mi, V�ctor s�lo la punta, tuvo que hacerse
da�o, ninguna de las dos se mov�a, s�lo yo y dif�cilmente, me hac�a da�o pero me
gustaba demasiado sentirme penetrada por dos hombres a la vez, en el mismo
lugar. Los tres follabamos con la m�sica de Soziedad Alkoholika de fondo, sus
canciones formar�an nuestra banda sonora.
Sus pollas se tocaban, sus huevos se rozaban, estaba a mil yo
como ellos. La cara de V�ctor era todo un mapa mientras que no pod�a ver la del
Botox.
Yo me corr� antes que ellos, sus corridas fueron
desbordamientos de r�os, tal vez esa comparaci�n sea demasiado pero en ese
momento es lo que a mi me pareci� al sentir sus corridas a la vez dentro de mi.
Cansada y sudada me eche sobre el cuerpo inm�vil del Botox, respirando
agitadamente, V�ctor, tambi�n se echo sobre mi, m�s sudado que ninguno, a�n as�
ol�a bien.
-Haceros un porro �dijo El Botox. Ninguno de los dos le
respondimos, yo abrazaba a V�ctor, le acariciaba el pelo, sus cejas, apretaba su
culo contra mi y nos bes�bamos. Botox tuvo que hacer malabarismos para poder
salir y hacerse el porro. Los dos descansamos mejor cuando �l se fue. Le estuve
pajeando durante un rato y cuando su polla volvi� a levantarse me la clave como
un asta en mi co�o, no me mov�a, no apretaba, no hac�a nada salvo estar
soport�ndola dentro de mi, quer�a sentirlo all� s�lo, saber como ser�a tenerla
toda dentro de mi, sin tener cerca la del Botox.
�l llego con el porro terminado, le dio una calada y me paso
el humo con un beso.