Relato: Mis amores fraternales (10: La fiesta final)





Relato: Mis amores fraternales (10: La fiesta final)

La fiesta final


Las semanas previas a los ex�menes de febrero nos obligaron a
mi hermano y a m� a plantearnos nuestra fogosidad de otra manera, bueno la
verdad es que pr�cticamente anularon nuestra fogosidad. Demasiadas horas de
biblioteca, de estudio y de concentraci�n aparcaron, muy a mi pesar, nuestras
sesiones t�rridas incestuosas. Nuestra libido qued� un tanto mitigada.


Ocurri� otro hecho, o m�s bien dos, que no s� como
calificarlos. Y es que nuestros ex Marta y Carlos son compa�eros de nuestras
respectivas facultades. Es decir, Carlos estudia lo mismo que yo y Marta lo
mismo que David. Nuestra relaci�n hab�a sufrido un enfriamiento durante los
meses previos. No es que nos llev�ramos mal, pero ni David ni yo nos
plante�bamos en aquel momento volver con nuestras antiguas parejas. Pero el
destino siempre es incierto amigos.


Y es que el estudio une mucho. Los primeros fueron David y
Marta. Como mi hermano nunca ha sido de coger apuntes en clase, ni siquiera de
asistir a clase, recurri� a su ex novia para que le ayudara a preparar los
ex�menes. David y Marta iniciaron una relaci�n de biblioteca y eso supone
demasiadas horas juntos.


Algo parecido nos pas� a Carlos y a m�. �l me llam� una tarde
para que le pasara unos apuntes. Quedamos en mi casa y ya puestos se qued� a
estudiar y a charlar conmigo. Fue una extra�a sensaci�n. Hablando con �l me
entr� cierta nostalgia de nuestra relaci�n. Puede comprobar que entre nosotros
hab�a todav�a qu�mica. Ese d�a no pas� nada, al siguiente volvimos a quedar a
estudiar. Y al siguiente tambi�n, y poco a poco fuimos recuperando la confianza
perdida entre los dos. Lo m�s extra�o es que yo no sent�a ning�n cambio hacia mi
hermano. Mi mente comenz� a desear acostarse tanto con David como con Carlos, y
adem�s no me sent�a mal por ello. Qu� cosas me pasan. Y al final ocurri� lo que
ten�a que ocurrir.


El viernes que mi hermano realiz� su �ltimo examen yo todav�a
ten�a pendiente otro el lunes siguiente. Mi hermano, sensible �l, decidi�
celebrar su reci�n estrenado periodo de liberaci�n postex�menes fuera de casa
para no molestarme. Y esa noche Carlos me propuso estudiar juntos en mi casa
para preparar la prueba del lunes. Y claro cuando dos ex novios que est�n
empezando a recuperar su relaci�n se quedan solos en una casa por la noche pasa
lo que pasa. Y pas� lo que pas�, que echamos un polvo incre�ble, el t�pico de
una pareja en fase de reconciliaci�n que siempre da un puntito m�s de pasi�n y
morbo a la cosa.


Al d�a siguiente cuando nos despertamos, David todav�a estaba
dormido recuper�ndose de la fiesta de la noche anterior, debi� de ser fuerte.
Carlos desayun� y se march� y yo me qued� sola pensando que hacer con mi vida.
La primera decisi�n que tom� fue la l�gica en esos momentos, contarle a mi
hermano lo que hab�a tenido con Carlos.


El muy mam�n no se levant� hasta las cuatro de la tarde.
Entre que se duch� comi� y veget� la resaca, nos dieron las siete de la tarde y
yo todav�a no hab�a podido hablar con �l. Al final pens� que lo mejor ser�a
posponerlo al domingo, esperando que su mente estuviera m�s despejada. Di el
caso por perdido y me puse a estudiar el �ltimo de mis ex�menes.


El caso es que, al final, fue David quien vino a mi cuarto
con cara de tener que confesarme algo.


- �Qu� tal lo llevas?- Me pregunt� con un tono que denotaba
que en realidad no hab�a entrado en mi habitaci�n a interesase por mi estudio.


- Aqu� sigo a ver si acabo ya con este puto tema- dije yo sin
extenderme demasiado en innecesarias explicaciones.


- Pues s� a ver si terminas ya y nos vamos de fiesta.


- Hablando de fiesta, no me has contado nada de la tuya de
anoche.


- S�... bueno... estuvo bien.


- �S�lo eso?


- Bueno, en realidad, ven�a hablarte de algo que pas� anoche.


�Quer�a hablarme de algo que pas� anoche?, se supone que era
yo quien ten�a que hablar con �l de algo que a m� me pas� anoche, no a �l.


- A ver, cu�ntame...


- Mira es que yo... - musit� haciendo una pausa no s� si
valorativa o temerosa. Al final se decidi�- Mira que ayer me enroll� con Marta-
me dijo al final de sopet�n.


Me qued� muda. Eso si que no me lo esperaba. Era yo quien me
hab�a enrollado con Carlos. Est� claro que quer�a quitarme protagonismo. En
cualquier caso la noticia fue una mezcla de alivio, ya no me sent�a tan culpable
por haberme acostado con Carlos, y celos, el mam�n de mi hermano volv�a con su
novia.


- Pues que casualidad- dije yo- resulta que yo anoche tambi�n
me enroll� con Carlos.


- Ah. Vaya- dijo David, parco en palabras- Bueno pues que
bien �no? Hemos ligado los dos. �Y qu� vais a hacer, vais a retomar vuestra
relaci�n?


- No s�. La verdad es que todav�a no he pensado en eso �y
vosotros?


- Bueno ella me dijo que me echaba mucho de menos. Y yo
despu�s de tanto tiempo distanciado me alegr� de intimar otra vez.


Nos quedamos callados los dos y al final yo intent� pone un
punto de racionalidad a todo esto.


- Mira David, si lo que te inquieta es la relaci�n que tienes
conmigo y lo que yo pueda pensar, no debes preocuparte. Que nos hallamos
acostado otra vez los dos hermanitos no debe ser impedimento para que hagamos
una vida normal. Al fin y al cabo somos hermanos no un matrimonio. Si hemos
estado tres a�os sin follar podemos aguantarnos un poco m�s y enrollarnos con
otras personas �no? Adem�s esto ya lo hablamos la primera vez que nos acostamos
t� y yo.


- S� supongo que s�.


Para poner fin a este tema y tranquilizar a David, me levant�
y le di un besito en los morros mientras le tocaba el paquete.


- T� folla con quien quieras. Yo soy tu hermana y siempre voy
a estar cerca d�ndote el co�azo. As� que cuando quiera echar un polvo ya te lo
pedir� �vale?


- Bueno vale. �Y yo puedo ped�rtelo tambi�n?- me dijo con
cara de vicio. Este chaval es insaciable.


- T� puedes ped�rmelo cuando quieras.


Y con esta conversaci�n las aguas volvieron a su cauce. Al
menos aparentemente, porque yo, en el fondo, despu�s de tanto tiempo deseando a
David sent�a algo de celos por su vuelta con Marta. A m� tambi�n me hac�a
ilusi�n haberme arreglado con Carlos pero echaba algo en falta. No s�, quiz� un
fin de fiesta con mi hermano a la altura de las circunstancias.


Transcurri� un mes. David y Marta definitivamente volvieron a
convertirse en una pareja. Carlos y yo tambi�n aunque algo m�s sueltos que en la
primera parte de nuestra relaci�n, pero la cosa iba bien. Y mi hermano y yo,
dejamos de practicar sexo. Segu�amos bes�ndonos de vez en cuando y alg�n
toqueteo simp�tico, pero nada m�s. Alguna vez hablamos de la conveniencia de
echar un s�per polvo como broche de oro a la fogosa relaci�n mantenida durante
el mes de diciembre y enero pero no lo llegamos a poner en pr�ctica.


Hasta que lleg� la noche de los fuegos artificiales.


Fue un s�bado en el que quedamos para salir un grupo de
amistades comunes entre ellos Ana y Mar�a con Javi y Enrique, Marta y Carlos y
algunos otros amigos. La noche fue muy divertida hasta que el maravilloso mundo
de la pareja la ech� por tierra. Ana y Mar�a y sus novios nos pidieron las
llaves de nuestra casa para poder echar un polvete, con lo cual se fueron. Marta
y Carlos tampoco estaban excesivamente marchosos esa noche y tambi�n decidieron
irse a casa y el resto del grupo de amigos se fue disolviendo poco a poco. Total
que nos quedamos David y yo solos que segu�amos con ganas de fiesta a las cuatro
de la ma�ana.


A esa hora lo locales abiertos, gracias al Excelent�simo
Ayuntamiento de Madrid y su casposa pol�tica, son una especie en extinci�n
�D�nde qued� la famosa movida madrile�a? Con lo cual David y yo paseamos por las
calles del centro de Madrid buscando alg�n bar donde nos dieran brebajes para
seguir nuestra particular fiesta.


Al final encontramos un peque�o bar, bastante hortera. Pero
nos daba lo mismo. Decidimos adentrarnos en el mundo de la decadencia madrile�a.
El ambiente era ese precisamente, un tanto decadente. Cuarentones emparejados o
solteros maduros y ligones buscando una �ltima oportunidad en la noche para no
acostarse solos.


David y yo a esas alturas, est�bamos algo ebrios. Nos
quedamos en la barra y nos pedimos sendos cubatas. Nuestra conversaci�n animada
contrastaba con el ambiente apagado del local. Cotilleamos y nos re�mos de
nuestros amigos para luego pasar a contarnos alguna que otra intimidad de
pareja. Y claro nuestra conversaci�n deriv� en el sexo. Fue David quien me
pregunt�:


- Dime una cosa, �tienes alguna fantas�a sexual que no hayas
satisfecho todav�a?


Me qued� pensando la respuesta y la verdad es que s�. Ten�a
una fantas�a sexual pendiente.


- Ya que me lo preguntas te dir� que s�. Montarme un tr�o con
dos hombres, porque con mujeres, como bien sabes, tengo cierta experiencia- dije
recordando nuestras t�rridas noches en Cabo de Gata.


- Anda mira, y luego dicen que lo de los tr�os es s�lo una
fantas�a de hombres.


- S�, lo que pasa es que los t�os sois muy reacios a montaros
un tr�o con otro macho.


- Bueno, yo no soy reacio. Ser�a capaz, mientras no me toque
claro.


- Ay, qu� machos ten�is que ser siempre los t�os.


David no me contest� sino que levant� la mirada fij�ndose en
algo o alguien que hab�a a mi espalda. Le hice un gesto pregunt�ndole qu�
miraba.


- Creo que hablamos demasiado alto y hay un t�o detr�s de ti
que lo ha debido de escuchar todo. Pero no mires que se dar� cuenta- me inform�
David.


- Bueno d�jale. No nos conoce de nada.


- Oye tengo que ir al servicio que no aguanto m�s. Ten
cuidado y no ligues en mi ausencia- me dijo David gui��ndome un ojo mientras se
marchaba a orinar.


Me qued� sola y no pude reprimir la curiosidad de mirar quien
era el hombre que hab�a escuchado nuestra conversaci�n. Cuando gir�
disimuladamente la cabeza me encontr� con la mirada de un se�or maduro muy bien
conservado. El t�pico gal�n que deb�a triunfar hace un par de d�cadas. Estaba
solo, tom�ndose un whisky en la barra. Me sonri� levemente. El caso es que su
cara no me era desconocida. Animada por el alcohol que llevaba en el cuerpo me
atrev� a preguntarle.


- Perdone pero su cara me suena de algo. �Nos conocemos?


- No lo s�, creo que no nos conocemos de nada. Pero no me
llames de usted por favor no soy tan mayor.


- Ah lo siento- dije cortada- pues disculpe, te habr�
confundido con otra persona.


- Quiz� te suene mi cara de la televisi�n o del teatro. Soy
actor. Mi nombre es Bernardo Mill�n.


Bernardo Mill�n, el nombre me sonaba poco, pero ahora que me
hab�a informado de su profesi�n cre�a reconocer su rostro, s�. El t�pico
secundario de series baratas y actor de obras de teatro casposas de enredo. En
cualquier caso decid� exagerar mis conocimientos sobre su trayectoria.


- Claro, Bernardo Mill�n. Me encanta como actor, es usted muy
bueno.


- Gracias, mujer, ojal� los productores y directores tuvieran
tu misma opini�n.


En ese momento David lleg� del servicio. Sin que el tal
Mill�n le hubiera visto todav�a me pregunt� mediante un expresivo gesto qu� co�o
hac�a hablando con ese se�or.


- Mira David, es Bernardo Mill�n el actor. Bernardo este es
mi amigo David.- Dije amigo en lugar de hermano, casi inconscientemente, como
medida preventiva por si el actor hab�a escuchado nuestra conversaci�n sobre
sexo.


David estaba un poco sorprendido de la amistad que hab�a
entablado en su ausencia. El caso es que estuvimos hablando un rato con
Bernardo. Le hicimos preguntas de c�mo est� el mundo del teatro y del cine,
cotilleamos sobre famosos, nos cont� an�cdotas suyas. En fin, estuvo
entretenido, con lo cual nos pedimos otra ronda de copas para los tres.


Estuvimos un largo rato charlando los tres. Incluso David a
pesar de su insociabilidad natural se mostr� interesado en la conversaci�n. Y es
que Bernardo, pese a ser un actor de tercera ten�a un amplio conocimiento sobre
los trapos sucios del mundo del espect�culo. Pero el responsable del local puso
fin a nuestra tertulia. Eran las seis de la ma�ana y hab�a que cerrar. Acabamos
nuestras copas y nos salimos los tres con �nimo de despedirnos y dar por
terminada la noche, pero Bernardo propuso una variante.


- Chicos, yo vivo justo aqu� al lado, s� quer�is os invito a
una �ltima copa en casa.


- Uff, yo creo que ya nos vamos... -dijo mi hermano, pero no
le dej� acabar la frase


- Venga David, una copa m�s en casa de Bernardo y nos vamos.
No seas seta.- No quer�a perder la oportunidad de ver la casa de un actor,
aunque fuera s�lo un secundario.


Y adem�s segu�a teniendo ganas de fiesta. No es que un hombre
en torno a los 45 a�os fuera mi ideal de compa��a para pasar una noche fren�tica
pero me hab�a ca�do bien. Tampoco era ni mucho menos mi tipo, pero he de
reconocer que sus est�ticas canas y su cuerpo cuidado no me disgustaban.


Al final David accedi� y subimos al piso de Bernardo Mill�n.
Era una casa t�pica del Madrid de los Austrias, antigua pero restaurada y
decorada con gusto. Muy al estilo Zen minimalista. Me esperaba algo m�s cl�sico
y pasado, con las t�picas librer�as l�gubres llenas de fotograf�as de olvidados
momentos gloriosos. Bernardo prepar� unas copas para los tres y seguimos de
tertulia en su sal�n. Como el tema del espect�culo ya daba para poco m�s yo
aprovech� para curiosear sobre detalles m�s personales de nuestro anfitri�n.


- Y dime Bernardo �Eres soltero?


A mi pregunta respondi� que se hab�a divorciado en dos
ocasiones. Su primer matrimonio fue con una reputada actriz. Como no leo
revistas del coraz�n, desconoc�a hasta ese momento ese dato de su vida a pesar
de que esa primera esposa s� que est� estaba considerada como una de las grandes
de la pantalla espa�ola. Su segunda mujer fue otra actriz ca�da en el
alcoholismo tras varios fracasos profesionales consecutivos. Y tras sus
explicaciones �l contraatac�:


- �Y sobre vosotros qu� me dec�s? Me has comentado antes que
erais amigos pero seguro que hay algo m�s �no?


- Bueno, alguna vez nos hemos enrollado, pero no somos novios
s� es a eso a lo que te refieres- dije yo divertida por la situaci�n. �C�mo se
iba a imaginar que a pesar de nuestro parecido David y yo �ramos hermanos?


- Ya supon�a yo que entre vosotros dos hab�a habido algo


- �Y por qu� lo supon�as?- preguntamos David y yo a la vez.


- No os molest�is pero he escuchado toda la conversaci�n
sobre sexo que hab�is mantenido en el bar. La he escuchado yo y todos los que
est�bamos all� porque, la verdad, hablabais demasiado alto. El caso es que por
como os expresabais he notado que hab�a demasiada confianza entre vosotros para
ser simples amigos.


No pude evitar reaccionar con una carcajada. En otra
situaci�n me hubiera dado una verg�enza terrible. Pero ahora en casa de un actor
semiconocido y a las siete de la ma�ana me daba igual todo. Tal era mi estado de
desinhibici�n que me estaba incluso apeteciendo algo m�s fuerte. No s�, quiz�
ese esperado fin de fiesta sexual con mi hermano. No s� que papel tendr�a en
todo esto Bernardo Mill�n. Estaba por ver, pero al saber que el actor hab�a
escuchado cual era mi fantas�a er�tica por cumplir, ciertas ideas escabrosas me
pasaban por la cabeza. Y quiz� por ello no pude reprimir decirle a Bernardo:


- O sea que has escuchado que mi fantas�a sexual es
mont�rmelo con dos t�os a la vez.


- Bueno, tampoco me he quedado con todos los detalles de
vuestra conversaci�n.


- Ya claro, y creo que por eso nos has invitado a tu casa,
para ver si sacabas algo- le dije para apretarle definitivamente las tuercas al
actor.


David me miraba estupefacto. Creo que conoci�ndome como me
conoce y en el estado en el que me encontraba estaba algo asustado por lo que
pudiera estar planeando mi cerebro.


- Mirad chicos, ser� sincero. Lo de escuchar tus fantas�as me
ha dado morbo, pero no pens�is que os he invitado para intentar montar una
org�a- dijo en un tono que a m� me pareci� poco cre�ble.


Yo estaba ya decidida a terminar la noche y la relaci�n
sexual con mi hermano con fuegos artificiales y decid� no desperdiciar la
oportunidad que se me presentaba. Mis 21 a�os son una edad ideal para cometer
locuras.


- Pues a mi no me parece mala idea. Si os anim�is los dos yo
no tengo ning�n problema. No hay nada mejor que ver cumplida una fantas�a
er�tica- les propuse observando la cara de tremenda sorpresa de ambos, aunque la
de Mill�n no disimulaba tampoco su alegr�a y la de mi hermano su susto.


- Hombre tal y como lo planteas no suena mal- se apresur� a
responder nuestro �nclito actor.


Mir� a David que manten�a todav�a cierta cara de asustado. Al
final me dijo.


- Pero a ver Elena, piensa en Carlos.


- No te preocupes por Carlos. No se va enterar. Y adem�s t� y
yo nos merecemos un buen final de fiesta �no? Qu� mejor que con un actor.


Como vi que mi hermano no terminaba de decidirse, me levant�
de mi sill�n y me fui acercando al sof� donde Bernardo Mill�n permanec�a
aposentado.


- Bueno David yo me animo, t� nos observas y si te entran
ganas te unes- dije a sabiendas de que si yo daba el primer paso mi hermano
reaccionar�a como yo esperaba.


A ello me dispuse. Me acerqu� al actor y me coloqu� en su
regazo como una ni�a peque�a. Sin pausa le met� mi lengua en su boca. Nunca
hab�a besado a un se�or tan mayor. Su lengua era esponjosa y grande y no me
desagrad� en absoluto el beso. �l no tard� en colocar una de sus manos sobre mi
pecho. Iba al grano y yo le ayudar�a. Detuve el beso y me quit� el su�ter y la
camiseta que llevaba puestos y me qued� en sujetador. Le bes� otra vez mientras
le desabrochaba los botones de su camisa. �l se dejaba besar mientras le
desnudaba lentamente.


Con el rabillo del ojo mir� a mi hermano. Segu�a sentado pero
ya con una expresi�n menos asustada y m�s excitada. Creo que le estaba gustando
ver a su hermana desbocada.


Termin� de desabrochar la camisa a Bernardo. �l se levant�
para ayudarme a quit�rsela completamente. Una vez desnudo de cintura para arriba
me dediqu� a sus pezones, a mordisque�rselos con cierta delicadeza. Mientras, �l
no paraba de magrear mis tetas as� que yo tambi�n quise facilitarle las cosas y
termin� por quitarme el sujetador para ense��rselas sin tapujos.


Aquello fue un revulsivo para el actor, que parec�a que no
hab�a visto un pecho de mujer en siglos. Se levant� del sof� llev�ndome a m� en
brazos y elev�ndome con �l. Delicadamente me pos� otra vez en el div�n pero en
esta ocasi�n tumbada. Sin m�s dilaci�n se fue directo hacia mis pantalones: Me
los desabroch�, estir� y quit� llev�ndose con ellos mis braguitas, calzado y
calcetines. Me dej� completamente desnuda. El objetivo de todo aquello no era
otra cosa que iniciar un c�lido cunnilingus.


Y no lo hac�a nada mal. Su lengua recorr� h�bil y con
parsimonia mis labios exteriores para luego ir adentr�ndose en mi co�o. A estas
alturas de la vida mi excitaci�n estaba ya desatada. Cerr� los ojos y disfrut�
de la actuaci�n de Bernardo.


En ello estaba cuando percib� un miembro carnoso que me
rozaba la cara. Abr� los ojos y me encontr� el pene erecto de mi hermano
aproxim�ndolo a mi boca. �l estaba ya desnudo y preparado para sumarse a al
fiesta. Le sonre� y acog� con gusto su polla en mi boca. Realmente a quien
quer�a hacer el amor esa noche era a �l. Mill�n era un mero actor secundario
pese a lo bien que me estaba lamiendo el cl�toris.


Estuvimos en esta posici�n un tiempo considerable, yo
disfrutando de la habilidad de Bernardo al tiempo que mamaba el pene de mi
hermano. Pero el actor se levant� abandon� mi co�o y se alej� del lugar. Yo
aprovech� para centrarme todav�a m�s en la felaci�n a David. �l se manten�a de
pie, con los ojos cerrados y creo que muy excitado por el tr�o que est�bamos
montando. En un minuto Bernardo regres� con condones, le dio uno a David y el
otro, l�gicamente, se lo qued� �l. Mi hermano sac� su pene de mi boca para
colocarse el preservativo. El actor aprovech� para meterme en ese momento el
suyo todav�a, sin cubrir, en mi boca. Cuando Mill�n observ� que mi hermano
estaba listo, me ayud� a colocarme a cuatro patas como ofreci�ndome a David. No
tard� mi hermano en comenzar a penetrarme.


Estaba embriagada por la excitaci�n. Mi vulva era un torrente
de humedad y no s�lo por las lamidas recibidas sino por mis propios fluidos,
representantes de la calentura que recorr�a todo mi cuerpo. Estaba decidida a
dejarme hacer de todo por aquellos dos hombres tan diferentes.


Mientras David me penetraba, Bernardo coloc� otra vez su
polla en mi boca y agarr�ndome por la cabeza suavemente dirig�a el movimiento de
mis chupadas. Al rato se fue, dej�ndome sola con la penetraci�n de mi hermano
que me estaba llevando hacia un orgasmo irrefrenable. Pero �l tambi�n par�,
cuando volvi� la cabeza comprob� que aquel par�ntesis se deb�a a un cambio de
polla en mi co�o. Ahora ser�a Bernardo el que me penetrara con su miembro, por
cierto, bastante m�s grande que el de mi hermano.


Y vaya que s� notaba el tama�o en la penetraci�n, cubr�a todo
el espacio de mi vagina, d�ndome oleadas de intenso placer. De hecho estaba a
punto de correrme cuando Bernardo sac� otra vez su pene e hizo que me
incorporara al tiempo que �l se tumbaba en el sill�n. Una vez situados volvimos
con el coito, esta vez yo encima y �l debajo agarr�ndome con fuerza las nalgas.
Mi hermano aprovech� para meterme otra vez su verga, ya sin cond�n, en la boca.


Con tanto vaiv�n el orgasmo estuvo a punto de llegarme pero
Bernardo me distrajo pregunt�ndome:


- �Alguna vez has gozado de una doble penetraci�n?



Le dije no con la cabeza y sin sacar la polla de mi hermano
de la boca


- �Y eres virgen por atr�s?


S�, le dije otra vez con gestos


- Bueno no importa. �Quieres que lo intentemos?


Yo iba ya a por todas. Claro que quer�a pero con una
condici�n. Me saqu� el pene de mi hermano de la boca y dije:


- Vale pero que sea David quien me la meta por atr�s.


- Muy bien David. Escucha, en el armario del aseo hay aceite
hidratante, tr�etelo.


Se me hizo muy corto el tiempo que tard� David en regresar,
quiz� porque Bernardo, mientras, por fin me hab�a provocado el orgasmo con su
penetraci�n.


Me dejaron tumbada boca abajo en el sill�n. Sin mirar lo que
estaban haciendo. Lo primero que not� fue una lengua lami�ndome el ano. Mir�
hacia atr�s y vi que era David. �l tambi�n me miraba sonriendo. Aquello
definitivamente le estaba gustando. Decid� volver a cerrar los ojos y dejarme
llevar.


Al poco tiempo percib� que eran dos las lenguas que me
idolatraban el culo. Me excitaba la idea de que mi hermano llegara a juntar su
lengua con el actor en mi ano. Vaya desinhibici�n por parte de todos.


Estuvieron un buen rato lami�ndome mi parte de atr�s, luego
me echaron la crema aceitosa. Notaba sus dedos penetrar en mi culo, de vez en
cuando de forma excesiva. Yo respond�a con alg�n quejido leve y ellos aminoraban
la intensidad de la penetraci�n con sus dedos. Luego una mano se fue a mi co�o y
la otra prosigui� con mi culo. Estaba deseando ser ya penetrada otra vez. Estaba
muy caliente.


No tardaron demasiado en complacer mis deseos. Bernardo me
volvi� a levantar para ponerse �l debajo e iniciar un nuevo polvo. Antes le dio
las �ltimas instrucciones a David.


- Ve meti�ndola poco a poco. Y con cuidado.


Yo me dejaba hacer. Bernardo empez� a follarme lentamente
mientras notaba el pene de mi hermano husmear en la entrada de mi culo. Poco a
poco, como hab�a dicho el actor, me introdujo una puntita. Comenzaba a
intensificarse mi placer. David se mov�a poco, pero la sensaci�n de la doble
penetraci�n era deliciosa. Al menos al principio. El orgasmo no tardar�a en
llegar.


David se fue animando y logr� introducir una buena parte de
su polla. En este punto me doli� pero no fue desgarrador. El placer amortiguaba
mi desvirgamiento. Los dos terminaron acompasando sus movimientos y mi placer
emergi� con toda su fuerza. No pude para de gritar mientras me corr�a, al tiempo
que notaba la leche de mi hermano invadiendo mi culo. Tambi�n Bernardo se corri�
instantes despu�s.


David se apart� y se tumb� en el suelo. Yo me qued� extenuada
sobre Bernardo. Me hab�a encantado la doble penetraci�n. Hab�a merecido la pena
la locura.


Los tres tardamos unos minutos en recuperarnos, yo sobre
todo, realmente escocida por atr�s, por mi desvirgamiento, y por adelante, por
el tama�o del pene de Bernardo. El primero en reaccionar fue nuestro anfitri�n
que se ofreci� a hacernos el desayuno. David y yo nos quedamos solos en el
sal�n.


- �Te ha gustado tu fantas�a cumplida?


- Pues no ha estado mal, pero estoy un poco escocida la
verdad.


- Cada d�a est�s m�s loca- me dijo mi hermano mientras me
daba un beso en los morros.


- Bueno. Es que he pensado que un tr�o con un desconocido era
una buena manera de concluir nuestras pasiones sexuales. Si ahora vas a volver
con Marta y yo con Carlos, supongo que dejaremos de follar una temporada �no?


- Definitivamente est�s loca- concluy� mi hermano.


Nos tomamos un caf� en casa de Bernardo Mill�n, nos vestimos
y nos despedimos a eso de las 9 y media de la ma�ana. El actor me pidi� mi
tel�fono pero le dije que ya le buscar�a yo en caso de necesidad. No creo, la
verdad, que vuelva a recurrir a �l a pesar de que la sesi�n no se dio mal. Pero
no es mi tipo.


Aquella noche pasar�a a la historia sexual de mi vida y de la
de mi hermano. No tanto por llevar a cabo este extra�o tr�o o por mi
desvirgamiento anal, sino porque a d�a de hoy ha sido nuestro �ltimo encuentro
sexual.


Aquello ocurri� hace ya tres a�os. Y mucho ha llovido. Ambos
terminamos la carrera y nos pusimos a trabajar. Los dos salimos de casa de
nuestros padres y ahora vivimos cada uno en su propia piso. �l con su novia
Marta de quien sigue enamorado. Yo con Miguen mi novio desde hace dos a�os. Con
Carlos la cosa finalmente no sali� adelante. Somos felices con nuestras parejas,
y David y yo nos queremos m�s que nunca sin necesidad de seguir acost�ndonos.


Nunca nos hemos arrepentido de nuestra pasional relaci�n
sexual iniciada hace ya muchos a�os. Y hemos habado mucho de ello y lo
recordamos con cari�o. A menudo nos re�mos con nostalgia de aquellos d�as, a
veces junto con Ana y Mar�a, nuestras otras dos "hermanas" y las dos �nicas
personas que saben de nuestras experiencias filiales.


Eso s� �l siempre ser� mi hermano, el hombre de mi vida, y yo
su hermana, y por supuesto, la mujer de su vida.


FIN


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