Marcos paseaba por la orilla de la playa, eran las doce de la
noche, la luna dejaba ver perfectamente a lo lejos, su brillo iluminaba incluso
los pezones a trav�s de la sutil tela de un bikini bien colocado. En vera,
provincia de Almer�a hay una peque�a playa escondida para quien no conoce el
terreno, para quien no a o�do hablar de ella, incluso para los que la buscan
incansablemente, en la que todas las noches de verano diferentes personas se
agrupan para follar y ser follados, parejas, grupos de amigos, chicos que s�lo
quieren ver el espect�culo al igual que Marcos.
Llego a la playa, no sin antes haberse dado un paseo de al
menos tres cuartos de hora. Lleno de tierra, sudado por el calor sofocante
incluso de noche se sent� sobre una piedra mientras dos chicas le com�an la
polla a un chico. Estaba acostado en la arena, desnudo, con los brazos se
apoyaba para no dejar de mirar a las chicas, una de ellas, morena y bronceada
era su novia, con la que sol�a ir a la playa, la otra, rubia y blanca como s�lo
pod�an estar las turistas brit�nicas, era una completa desconocida que se hab�a
acercado a ellos mientras se enrollaban y que ahora le estaba chupando la polla
como una posesa, hac�a arriba y hac�a abajo, sin dejar de mover su lengua,
trag�ndosela por completo, jugando con sus labios y escupi�ndole encima para que
resbalara a�n m�s deprisa.
La novia del chico le com�a los huevos mientras masturbaba a
la inglesa, los tres estaban llenos de tierra pero eso les daba igual, no
paraban ni un segundo, sus ans�as parec�an interminables. Las chicas dejaron de
chupar para besarse, comerse las bocas y romperse las lenguas. El chico no
dejaba de sobarlas, les tocaba el culo, las tetas, met�a su polla entre sus
cuerpos y les tiraba del pelo hasta que volvieron a mamarsela.
Erecto, ese era el estado de Marcos, su polla estaba dura y
no pod�a evitar acariciarse por encima del ba�ador. Cerca de �l hab�a otros
chicos, m�s j�venes, m�s guapos, otros voyeur como �l. Uno de ellos se bajo los
pantalones y empez� a pajearse a lo bestia, lo hac�a acerc�ndose al tr�o y antes
de que cualquiera se diera cuenta se hab�a corrido sobre la cabeza de la inglesa
que se volvi�, agarro su polla y dejo al otro chico para hacerle una mamada a
este.
A unos diez metros de ellos una pareja de lesbianas hac�a un
69, al menos eso era lo que se pod�a distinguir ya que las rodeaban unas quince
personas que no perd�an detalle de lo ocurrido. Algunos llevaban c�maras
digitales, otros no dudaban en acariciar a las chicas como si fueran perras,
s�lo unos pocos se atrev�an a acercarles sus pollas a la boca, las chicas no
hac�an ni puto caso, iban a lo suyo.
Marcos se levanto de la piedra en la que estaba sentado y
paseo por entre los diferentes espect�culos. Una mujer alemana o inglesa,
entorno a unos cuarenta a�os, rubia y con el pelo rizado estaba acostada en una
tumbona, desnuda, con las piernas abiertas y recibiendo cualquier instrumento
que quisiera penetrarla. La mujer estaba completamente borracha pero no hab�a
muchos que la rechazaran por ello sino todo lo contrario ya que la cola era
enorme, la cantidad de los hombres que quer�an follarsela era incre�ble, viejos,
j�venes, mujeres.
Detr�s de unos arbustos, un chico de unos diecisiete a�os
hac�a lo mismo, con el culo en pompa, abierto a m�s no poder, por la boca y el
culo era penetrado, se lo follaban sin compasi�n y �l parec�a pedir m�s. Lo
hac�a a gritos, cuando no ten�a dos pollas en su cuerpo las buscaba
retorci�ndose, gimiendo y andando a cuatro patas, m�s tarde despertar�a cubierto
de leche en una colchoneta inflable deshinchada, en la puerta de una peque�a
casa de madera.
A Marcos se le sal�an los ojos de las orbitas, no sab�a a
donde mirar, por todas partes parejas, tr�os, org�as, gente masturb�ndose y todo
bajo su atenta mirada.
Encendi� un cigarrillo y una ni�ita, de tan joven que era la
chica, se le acerco.
-�Me das uno? �le pregunto sent�ndose a su lado sobre la
arena.
-Si, toma �le ofreci� �l.
-�T� no participas?
-No, yo vengo aqu� a mirar.
-Entonces c�mo yo, me encanta ver a toda esa gente
practicando el sexo, d�ndose mutuamente placer, si todo el mundo hiciera eso
apenas habr�a conflictos �r�o la chica.
-Bonita teor�a.
-A que s�. Yo llevo aqu� ya toda la noche y esta tarde estuve
tambi�n aqu�. Estoy ya un poquito harta, pero me encanta.
-Es muy dif�cil apartar la vista.
-T� me dir�s, esto es mejor que cualquier web porno y mejor
que cualquier peli. Una experiencia �nica aunque podr�as tenerla en cualquier
parque o en cualquier descanso de una autov�a, pero en la playa... es diferente.
-�Te masturbar�as para m�? �titubeo Marcos.
-S�lo si t� tambi�n lo haces.
Marcos se bajo el ba�ador y descubri� una polla tiesa y dura,
de unos catorce cent�metros, cubierta por una nube de pelo, sus huevos eran
grandes, rojos, ni caricias ni nada, se masturbaba a toda leche, no pod�a
aguantar m�s y menos cuando vio a su nueva amiga abrir sus piernas, introducir
sus dedos en su co�o depilado y tras mojar su bikini quit�rselo, casi
arranc�rselo.
Su co�o era p�lido, no hab�a visto la luz del sol en todo el
verano, tan s�lo se hab�a descubierto en noches como aquella, en la que la luna
reinaba por completo en su m�ximo esplendor. Marcos se acerco al co�o de la
chica y oli� su aroma, eso le excito a�n m�s, su paja se acelero y cuando vio la
cara de vicio, como se apretaba los pezones, los pellizcaba y los maltrataba
estuvo apunto de correrse.
-Correte sobre m�, correte sobre mi co�o.
As� lo hizo Marcos y se corri� mientras la chica segu�a
masturb�ndose, cay� su leche sobre sus dedos que no dejaban de moverse por un
instante, en c�rculos cada vez m�s grandes, entrando cada vez m�s profundo.
Gem�a la chica mientras se observaba hipn�tico, absorto en su peque�o bamboleo.
Acerco su lengua a su vagina y recibi� en ella la corrida de
la chica, su propia leche, uno de los dedos empapados de la chica.
Dieron las dos y las tres, a las cuatro se march� a casa
llev�ndose con �l a la chica.
-Natalia, me llamo Natalia �dijo ella al ponerse el cintur�n
en el coche.
-Yo soy Marcos, encantado de conocerte.
-�Tienes otro cigarro? Tengo unas ganas locas de fumar.
-Claro, toma �le dio otro cigarro y los dos se marcharon a
casa de Marcos. All� ella se duchar�a y �l le tomar�a fotos, la grabar�a en
video.