Las Chicas del Internado
Autor: Ricardo Erecto
El Bar�n Luciano Belcuore viv�a en un peque�o castillo en las
afueras de un pueblo de Italia. Era el due�o de la cadena de prost�bulos m�s
grande de la regi�n, pero �l no se ocupaba de los negocios directamente.
Solamente probaba las putas que luego trabajaban en sus prost�bulos.
En el castillo viv�a tambi�n Leticia Norman, su ayudante, que
tambi�n hab�a trabajado de puta. Ahora organizaba el movimiento de la casa, las
dos criadas que serv�an la mesa, las otras dos en la cocina y las putas que
pasaban por el castillo para ser probadas por el Bar�n. Cuando no hab�a putas en
la casa, Leticia o las criadas pon�an el culo para Luciano.
En la b�squeda de nuevas putas, Leticia pens� en hablar con
la directora del Colegio Internado Conchita Lacogida, prestigiosa instituci�n
distante unos 300 km del lugar. Le expuso lo que estaban buscando y la directora
qued� en seleccionar lo mejor del internado para que hicieran un curso de
perfeccionamiento con el Bar�n. As� seleccion� a nueve de sus m�s agraciadas
internas y las envi� al castillo, previo pago de una suma de dinero para
solventar gastos y sobornar a qui�n fuera necesario.
Cuando llegaron al castillo, Leticia fue la encargada de
darles la bienvenida y luego de compartir un refresco para aliviar el calor del
viaje, reuni� a las nueve j�venes en el saloncito que dispon�a de una camilla y
les indic� que ella misma se quitar�a toda la ropa e invitaba a las j�venes a
hacer lo mismo.
-Estamos entre mujeres y no debemos avergonzarnos de vernos
desnudas. Quiero revisar sus cuerpos y preparar un peque�o informe para el
Bar�n.-
Leticia ya desnuda, se acost� sobre la camilla y mostr� c�mo
deb�an separar las piernas para una buena inspecci�n de la vulva, darse vuelta y
separarse las nalgas, luego tomando los pezones con los dedos los mov�a en
distintas direcciones para poder apreciar la firmeza de las tetas.
-Laura, pasa t� primero y mu�strame todas tus cositas.-
La joven obedeci�. Se acost� en la camilla para que Leticia
la examinara, mientras tomaba algunas notas para el informe final que entregar�a
al Bar�n. Una especial revisi�n deb�a recibir el culo por la afici�n de sodom�a
del due�o de casa. Nunca cog�a a las mujeres que se destinar�an a sus casas de
putas por la vagina sino por el culo.
As� pasaron todas las j�venes por la camilla que fueron
examinadas cuidadosamente por Leticia. Cuando lleg� el turno de Liliana, Leticia
le prest� una especial atenci�n La joven ten�a una vulva muy estrecha y as�
ser�a su vagina. Entonces acerc�ndole la espuma y una m�quina de afeitar le
orden� que se quitara todo el pelo del pubis y la concha. Ser�a m�s higi�nico y
m�s c�modo. As� lo hizo, ayudada por Marita.
Al final de la revisi�n y mientras se vest�an les entreg� a
cada joven una copia del Reglamento del Castillo. En el rubro obligaciones
dec�a, entre otras:
El d�a que les corresponda guardia, permanecer�n desnudas y
se asegurar�n que el recto est� desocupado para ser penetrado por el Bar�n. Lo
seguir�n a todas partes y a menos que se le indique, no dejar�n de estar a su
lado.
Los d�as que no est�n de guardia estar�n vestidas pero
deber�n obedecer todas las �rdenes del Bar�n, ya sea desnudarse, ser penetradas
o poner su cuerpo para ser castigadas.
Solamente les est� permitido dar y recibir caricias del
Bar�n. Cualquier actitud sospechosa ser� castigada
Est� terminantemente prohibido masturbarse.
As� segu�an otras obligaciones. En la p�gina correspondiente
a Derechos dec�a NINGUNO.
Cuando terminaron de leer el reglamento comenzaron a temer
por su integridad f�sica y m�s precisamente por la integridad de sus conchas y
sus culos.
-Esto es casi como ser unas putas al servicio del Bar�n!.
Nosotras vinimos a un Curso de Perfeccionamiento- Dijo una de las j�venes
-Te dir�a mi querida ni�a que no es casi como ser sino que
ser�n unas verdaderas putas para lo que el Bar�n ordene. Justamente es un Curso
de Perfeccionamiento de Putas Sumisas- acot� Leticia, y continu�:
-Aqu� se entrenar�n y perfeccionar�n para trabajar como
rameras en los establecimientos que tiene el Bar�n. Siempre es bueno incorporar
carne fresca. Para eso est�n aqu�.-
-Ma�ana a las seis de la ma�ana, Liliana tomar� la Guardia.
Esta primera vez yo te acompa�ar� para que todo salga como el Bar�n quiere. Te
levantar�s temprano, desocupar�s tu intestino, te duchar�s y a las seis en punto
estar�s lista para entrar a la habitaci�n del Bar�n.-
-Se�ora Leticia, �Ma�ana el Bar�n me va a desvirgar?.-
-Eso le decide �l. Tu debes obedecer sus �rdenes, nada m�s.
Ahora prep�rense para la cena.-
Se dirigieron al Comedor. El asiento de la cabecera estaba
reservado para Luciano. A los costados, Leticia y las j�venes. Apenas entr� el
Bar�n y tom� asiento las criadas que serv�an la mesa (eran dos) aparecieron con
la fuente de la comida. Las dos criadas, Marina y Zulema, aparecieron totalmente
desnudas. Dejaron la fuente sobre la mesa y ubic�ndose a los costados del Bar�n
se inclinaron para mostrar su trasero, qui�n les dio sendas palmadas como gesto
de aprobaci�n.
Mientras com�an Leticia le explic� al Bar�n que las j�venes
hab�an sido tra�das de un internado para hacer un curso de perfeccionamiento.
Las j�venes nunca imaginaron, cuando salieron del Internado, que se trataba de
perfeccionarse como putas, pero ya hab�an sido informadas y convencidas de no
rebelarse o sufrir las consecuencias. El Bar�n acot�:
-Realmente son muy j�venes. Nunca he reclutado putas tan
chicas para que trabajen en las casas. De todas maneras deber�n obedecer mis
�rdenes porque no tendr� inconveniente de castigarlas a pesar de su juventud.
Pero saben que no quiero marcar sus cuerpos porque en ese caso valen menos.
Espero, Leticia, que no te hayas equivocado en la elecci�n de estas putitas.
-Bar�n, estoy segura que no. Ma�ana a las seis de la ma�ana
la primera estar� esperando en la puerta de su aposento para cubrir la guardia.
Obedecer� sus �rdenes y creo que podr� disfrutar de todas sus partes. Tiene un
culito hermoso.-
-A prop�sito chicas, quisiera contarles mi primera
experiencia cuando la recib� por el culo, coment� Leticia. No ten�a la edad
legar para trabajar en un prost�bulo pero me las arregl� para hacerlo. No hac�a
una semana que me hab�a iniciado cuando un cliente me eligi�. Nos dirigimos al
dormitorio y mientras camin�bamos, me acariciaba el culo debajo de la falda.-
-Luego de desnudarme comenz� a acariciarme todo el cuerpo,
para luego indicarme que me inclinara y separara los gl�teos. Por sumisi�n o por
verg�enza no me atrev� a decirle que no. Momentos despu�s sent�a como su picha
me abr�a el agujero de manera que parec�a me iba a desgarrar.-
-Una vez que la tuvo toda adentro comenz� a bombear y poco a
poco se endurec�a y se agrandaba m�s. Cuando finalmente acab� en mi interior, yo
sent�a un fuerte dolor en el agujero, aunque no fue algo pasajero. El dolor que
sent�a, aunque m�s suave, persisti� por dos o tres d�as. Luego me acostumbr� y
ahora disfruto tanto recibi�ndola por adelante o por atr�s.-
El Bar�n, dirigi�ndose a Zulema le dijo:
-Zulema, mu�strale a estas jovencitas c�mo te pones un
consolador en el culo y juegas con �l.-
Zulema fue en busca del aparato, Se puso de espaldas a la
mesa, se inclin� hacia adelante y comenz� a introducirse un grueso consolador
profundamente en el culo. Algunas de las j�venes miraban con horror el tama�o de
lo que se estaba metiendo por el agujero. Cuando ya lo ten�a totalmente metido,
Luciano le indic� que besara y lamiera la concha de Leticia. De inmediato
Zulema, manteniendo el consolador en el culo, se meti� debajo de la mesa y
comenz� con su tarea. Poco despu�s Leticia se calmaba con un profundo suspiro.
-Ahora, dijo Luciano, que cada una de ustedes le ponga y le
saque el consolador del culo de Zulema, para que vean c�mo es.-
Terminada la cena cada uno se dirigi� a su dormitorio. Las
nueve pupilas estaban conmocionadas. Ten�an la seguridad que nunca m�s volver�an
al Internado y que hab�an sido enga�adas para finalmente ser unas putas en un
prost�bulo. En realidad el futuro que les esperaba era un poco m�s riguroso que
ese.
Al d�a siguiente, a las seis en punto Liliana estaba frente a
la puerta del dormitorio del Bar�n, totalmente desnuda, esposada y con grilletes
en los tobillos. Estaba acompa�ada por Leticia qui�n golpe� la puerta. Desde el
interior el Bar�n indic� que pasaran.
-Esta es la puta Liliana que est� ansiosa por complacerlo y
mostrar lo obediente que es. Se me ha ocurrido que en esta oportunidad se
presentara ante Ud. encadenada para mostrar su sumisi�n. Tambi�n le he hecho
depilar la concha porque a pesar de que conozco sus gustos por sodomizar a las
j�venes, esta vagina puede satisfacerlo, especialmente porque es virgen. Hace
tiempo que no vienen por aqu� putas v�rgenes.-
-Sabes que me gusta penetrarlas por el culo pero probar�
met�rsela por adelante como sugieres. La vista de esta jovencita encadenada me
ha excitado. Leticia, puedes retirarte que voy a gozar de la puta Liliana.-
Por su parte Liliana no pudo contener las l�grimas. La
trataban como una puta sin la menor consideraci�n. Ser�a muy pronto desvirgada y
violada por el culo. Luciano le cambi� la posici�n de las esposas fij�ndole
ahora los brazos en la espalda. Le indic� que se acostara en el suelo. Le retir�
los grilletes de los tobillos.
La vista de esa conchita, tan peque�a y depilada lo excit�.
Luego de separarle las piernas le acarici� el cl�toris. Liliana, que en un
principio estaba temerosa y no pod�a contener las l�grimas, ahora sus ojos
brillaban pero de lujuria. Luciano continu� toc�ndola largo rato hasta observar
que todo el conducto vaginal estaba bien lubricado. Luego la penetr� y acab�
dentro de ella. Por su parte la joven no goz� de la penetraci�n. La rotura del
himen le result� m�s dolorosa de lo que pensaba.
Despu�s de tanto tiempo de coger por el culo a las j�venes
que pasaban por sus aposentos, redescubri� las bondades de una buena vagina. De
todas maneras hizo dar vuelta a Liliana para penetrarla tambi�n por el ano.
Liliana estaba tensa. Nunca se hubiera imaginado que un
hombre se la meter�a por el culo. No ten�a informaci�n pero supon�a que ser�a
doloroso.
Sinti� c�mo Luciano le lubricaba la entrada, le separaba las
nalgas y la glande apoyaba contra el ano. Intent� cerrar el culo pero un
pellizc�n del Bar�n en las tetas le hizo comprender que era mejor relajarse.
Poco despu�s sent�a el pene del Bar�n completamente adentro suyo.
El Bar�n m�s tarde comentar�a con Leticia lo agradable que le
hab�a resultado el polvo por la vagina, pero tambi�n por el culo, tan
apretadito, tan virgen, tan sumiso.
En la cena el Bar�n le indic� a Liliana que separ�ndose las
nalgas mostrara la entrada del culo a cada uno de los presentes. Comenzando por
�l mismo, siguiendo por Leticia, las criadas que serv�an la mesa y finalmente a
las ocho putas presentes. Deb�a adem�s indicarles c�mo hab�a sido desvirgada y
que la hab�a recibido por primera vez tambi�n, por el culo.
Con verg�enza y l�grimas en los ojos obedeci�, narrando con
detalles c�mo fue desvirgada y luego su culo debi� recibir tambi�n el pene del
Bar�n. Fue obligada a narrar todos los detalles.
Como era previsible Liliana cometi� algunos errores durante
el d�a y el Bar�n prometi� castigarla en la noche por las faltas cometidas. La
joven ya hab�a recibido algunos paletazos y golpes de fusta en el culo cuando
estaba en el Internado, pero supuso, adecuadamente, que Luciano ser�a m�s
riguroso con ella.
Luego de la cena Luciano condujo a la joven Liliana al �tico
del castillo. All� ser�a azotada. Le at� las mu�ecas con una cuerda que fij� a
una de las vigas del techo. Llam� a las dem�s pupilas que debieron sentarse en
el suelo alrededor de Liliana. Leticia tambi�n participar�a de la ceremonia, que
fue qui�n ley� la sentencia.
-�La puta Liliana es condenada a los azotes en el culo y la
espalda por los siguientes delitos cometidos en el d�a de hoy:
a)No haberse lavado el culo en horas de la tarde.
b)Haber sido reticente a succionar el pene del Bar�n luego
del almuerzo
c)Haber sollozado cuando estaba pr�xima a ser desvirgada y su
culo violado
d)No haber mostrado adecuadamente el culo durante la cena a
las dem�s putas presentes.
Recibir� diez azotes en el culo y ocho en la espalda.�
Acto seguido Luciano comenz� con una fusta descargando los
diez azotes en el culo. Cada uno de los mismos era acompa�ado por un gemido de
Liliana. Las dem�s putitas tomaban conciencia que eso mismo les pasar�a a ellas
en los pr�ximos d�as.
Luego tomando un l�tigo de cola de m�s de un metro aplic� los
ocho azotes en la espalda, tambi�n acompa�ada de gemidos e imploraciones de
perd�n. Al finalizar eran n�tidas las dieciocho marcas en el joven cuerpo.
La ma�ana siguiente estaba de guardia Laura, una joven t�mida
que temblaba como una hoja ante la sola idea de presentarse desnuda frente a un
hombre. Para colmo sus mu�ecas esposadas y con la parte central de las esposas
unidas a la parte posterior de un collar que rodeaba su cuello, la obligaba a
tener sus tetas erguidas y sin posibilidad de cubrir parte alguna de su cuerpo.
No hab�a sido depilada en su pubis. Cuando se cerr� la puerta tras ella se le
aflojaron las piernas, tanto era su miedo.
-Puta Laura, veo que est�s temblando. �No te gusta ser
violada por qui�n es el due�o de la casa de putas d�nde vas a trabajar?. No me
obligues a castigarte desde tan temprano. Adem�s espero que tengas el intestino
desocupado para clavarte en el culo.-
Laura se puso de espaldas esperando la entrada del pene.
Luciano le separ� las nalgas y comenz� a empujar. El virgen agujero trasero de
Laura comenzaba a dilatarse no sin un intenso dolor. Luego de algunos
movimientos de vaiv�n, cuando ya ten�a todo el pene introducido en el recto, lo
retir� y le orden� acostarse de espaldas en la cama, le separ� las piernas y
comenz� a penetrarla por vagina.
Las l�grimas brotaban de sus ojos sin cesar. El culo le hab�a
quedado dolorido y ahora la ruptura del himen tambi�n le causaba un intenso
dolor, que quiz�s fuera m�s ps�quico que f�sico. Luciano acab� en su interior.
La joven hab�a cuidado mucho su virginidad y acababa de perderla de la manera
m�s ignominiosa.
Al finalizar la cena se le orden� que mostrara con todo
detalle su concha a los presentes. Laura, muy avergonzada se inclin� hacia atr�s
y separ� los labios de la vulva para mostrarle sus intimidades primero al Bar�n,
luego a Leticia, las criadas y las dem�s j�venes. Tambi�n hab�a cometido algunas
faltas y ser�a castigada. Leticia ley� los cargos y la sentencia.
a)Por temblar cuando iba a ser violada
b)Tener abundante pelo que ocultaba su vulva
c)No mostrar adecuadamente la concha durante la cena
d)Haber dudado en aflojar sus nalgas para ser penetrada por
el culo
Recibir� diez azotes en el vientre mientras permanece colgada
de sus mu�ecas durante una hora.
Laura fue izada por sus mu�ecas, quedando su cuerpo
balance�ndose mientras Luciano fue en busca de una disciplinas con las que
comenz� a castigar el vientre de la joven. �sta gimoteaba y lloraba al recibir
cada azote, mientras sus compa�eras se angustiaban por el sufrimiento de la
joven. Luego de una hora la bajaron para dirigirse nuevamente al dormitorio de
Luciano hasta terminar su guardia.
En vista que al Bar�n le hab�a resultado satisfactoria la
introducci�n por vagina, orden� a Leticia que todas se depilaran ya que se las
coger�a por ese agujero.
-Debo confesarte Leticia que has tenido buen ojo en instarme
a que se la metiera por adelante. Tanto tiempo sodomizando a las putas que ya
casi me hab�a olvidado de sus conchitas. �Qui�n ser� la puta que viene ma�ana?.-
-Bar�n Luciano, ma�ana Anabel ser� la encargada de darle
placer. Estar� depilada como lo orden�. Le pido que dedique especial atenci�n a
sus tetas. Tiene unos pezones que sin duda le gustar�n y ser�n requerida cuando
la enviemos a trabajar a la casa de putas.-
-�Algo para comentar de su culo?-
-Nada especial. Tiene su culito virgen por lo que la
introducci�n de su miembro le resultar� doloroso. Pero no olvide jugar con su
cuerpo.-
-Bien Leticia, espero a Anabel. Prefiero que no sea tan
llorosa como Laura y asuma que ahora no es m�s que una puta que debe complacer
con alegr�a a sus due�os.-
-Creo que Anabel no es de las putitas llorosas. Luego que la
viole en la ma�ana conviene que la lleve a pasear fuera del castillo encadenada.
Le pondr� un collar con una correa para que la pueda conducirla mejor. All�
podr� apreciar cu�n resignada est� de su destino. Yo la instruir� que si no
obedece ser� muy duramente castigada.-
A la ma�ana siguiente se present� Anabel como estaba
previsto. Su conchita depilada llam� la atenci�n de Luciano que, como dijimos
antes, hab�a redescubierto ese �rgano femenino. Tambi�n sus pezones, que se
dedic� a acariciarlos, retorcerlos y masajearlos por lo que poco despu�s estaban
rozagantes y turgentes. Luego la acost� sobre las cama para violarla, pero la
puta tuvo una primera reacci�n de rebeld�a al cerrar sus piernas. Luciano las
separ� con fuerza y la viol�, acabando en su vagina.
Continu� jugando con sus tetas para luego indicarle que se
pusiera el pene en la boca hasta que adquiriera el tama�o necesario para
penetrarla por el culo. Anabel record� la historia de Leticia y el dolor que le
provoc� la primera penetraci�n anal. Sab�a que no ten�a alternativa por lo que
comenz� a pasar la lengua y chupar la pija hasta que se puso dura nuevamente.
Luciano le indic� que se pusiera en posici�n para la
penetraci�n anal. Anabel trat� de relajar el agujero todo lo posible, se separ�
las nalgas y aguard� la entrada que comenz� casi de inmediato. Quiz�s por las
prevenciones previas, por la relajaci�n lograda o por el tama�o del miembro de
Luciano, no le result� tan doloroso como esperaba.
Poco despu�s le orden� que se pusiera un vestido, de tela muy
fina, escotado y de falda corta, coloc� la correa en su collar y le indic� que
saldr�an a caminar. Anabel comprendi� que ser�a humillada en p�blico. No ten�a
ropa interior, con un vestido que parcialmente transparentaba su cuerpo y de
reducidas dimensiones y con un collar y correa. Esto superaba sus expectativas
m�s negativas pero las advertencias de Leticia le hizo desistir de cualquier
intento de resistencia. Salieron a la calle.
Obviamente Anabel era el centro de todas las miradas pero
todav�a sufrir�a alguna humillaci�n adicional. Entraron a un comercio de
art�culos de seguridad y Luciano, dirigi�ndose al vendedor, que ya conoc�a le
dijo:
-Giancarlo, dame unas esposas para esta perra. Tengo miedo
que se escape.-
El vendedor trajo un par que mostr� a Luciano. �ste, conforme
con el producto, le indic� a Anabel que se diera vuelta para coloc�rselas con
los brazos en la espalda. Una vez cerrada sobre sus mu�ecas coment�:
-Ahora est� mejor. No quer�a que se escapara. Es una puta
nueva y joven. Muchas veces son un poco rebeldes. No s� si colocarle tambi�n
cadenas en sus tobillos. Ser�a una buena manera de humillarla m�s.-
Giancarlo: -Parece que tiene un lindo cuerpo. Veo que sabe
elegir bien don Luciano. Por otra parte me parece que no necesita grilletes en
los tobillos. Ser�a demasiado para esta puta.-
Luciano: -S�, mira que lindo culo.- dijo mientras levantaba
la pollera mostrando el trasero desnudo de Anabel.
Giancarlo: Veo que no tiene bombacha. A ver, d�jeme mirar de
adelante. Ahhh! Est� depilada. Don Luciano, �Cu�ndo la manda a la casa de
putas?. Quiero ser uno de los primeros en cogerla.
-Ya te avisar� Giancarlo. Cuando la veas totalmente desnuda,
lista para coger, ver�s que no ser�s defraudado. Es un placer met�rsela tanto
por adelante como por atr�s. Pero ahora nos vamos. Quiero hacer otras compras.
Adi�s Giancarlo.-
Siguieron caminando. Ahora Anabel deb�a usar tambi�n las
esposas. Su verg�enza era indescriptible. Llegaron a otro comercio, una joyer�a.
-Quiero comprar unas anillas de oro para ponerle en la concha
a esta puta. �Qu� me pude ofrecer?-
-Primero debemos saber c�mo quiere las anillas. Que la puta
se acueste aqu� y abra las piernas para que Ud. me indique el tipo de anillo y
la ubicaci�n exacta.-
Anabel debi� acostarse, subirse la pollera y separar las
piernas. De su rajita asomaba un cl�toris duro, firme, rosado, hermoso. El
vendedor trajo una colecci�n de anillas y separando los labios de la concha de
Anabel comenz� probar el efecto de las distintas anillas. Finalmente Luciano
eligi� un par para colocar una en cada labio exterior.
-�Quiere que se los coloquemos ahora o prefiere hacerlo Ud.
Sr. Luciano?
-No, dejar� que lo haga Leticia. Es h�bil y quiero que cuando
se las ponga est�n presentes las otras putas.-
Se retiraron del local y se encaminaron nuevamente con rumbo
al castillo. Una vez all� y luego que se le retiraran las esposas, Anabel debi�
desnudarse nuevamente y no pudo contener el llanto por la amargura de lo que
acababa de vivir.
-Sab�as que si te pon�as a llorar, por la noche ser�s
castigada. Veo que te gusta recibir unos buenos paletazos en el culo.-
-Sr. Luciano. Me resulta dif�cil soportar tanta humillaci�n.
Habr� visto que me he comportado como Ud. esperaba durante el paseo, pero no
puedo contener mi angustia. �D�jeme llorar!.-
Durante la tarde Luciano penetr� dos veces a Anabel.
Realmente esta jovencita hab�a satisfecho muy bien todas sus fantas�as. Por la
noche ser�a anillada, cosa que coment� con Leticia qui�n ser�a la encargada de
hacerlo.
La cena transcurri� sin novedades y al finalizar la misma
Luciano anunci� que todos deb�an dirigirse al �tico
Tambi�n deb�an hacerlo las criadas Marina y Zulema y las dos
cocineras. Una vez en el lugar Anabel debi� acostarse en una mesa de madera a la
cual fueron fijadas por medio de correas sus mu�ecas, su cintura y sus tobillos,
cuidando que las piernas quedaban bien separadas y las vulva expuesta.
Leticia primero ley� los cargos y la sentencia.
a)resistirse a ser violada
b)por ser reticente a pasear por la calle esposada y llevada
con una correa de su cuello.
c)Llorar al regreso a la casa
Se le colocar�n pinzas cocodrilo en los pezones y en los
labios de la boca, que se dejar�n durante una hora. Adem�s recibir�a 20 azotes
en el vientre
Anabel se estremeci� pensando en las puntas que se clavar�an
en estas sensibles partes, pero hizo un verdadero esfuerzo para no quejarse por
temor a castigos m�s severos. Luciano procedi� a colocarle dos pinzas en cada
pez�n, tres en el labio superior y tres en el inferior de su boca. Los ojos de
Anabel se llenaron de l�grimas.
Luego tomando un l�tigo comenz� a descargar, lentamente, los
azotes sobre el vientre. Con cada golpe el cuerpo de Anabel se estremec�a pero
no se quejaba. Sucesivas marcas iban apareciendo en la delicada piel de la
joven.
-Ahora que he finalizado el castigo, Leticia proceder� a
colocarle una anilla en cada labio de la vulva. Esta anilla expresa la especial
consideraci�n que tendr� con Anabel. Leticia perforar� cada labio con una aguja
especial y luego de pasar la anilla lo cerrar� para siempre. Para sacarla ser�
necesario una pinza especial para cortarlo. Mi querida puta, deber�s soportar el
dolor de la perforaci�n ya que la haremos sin ning�n tipo de anestesia.-
Si bien Anabel sab�a que ser�a anillada esa noche, tuvo la
ilusi�n de que le aplicar�an alg�n calmante. Estaba claro que deber�a soportar
no solamente los cocodrilos en su boca y tetas sino que sufrir�a en la concha
tambi�n. Mientras estaba sumida en estos pensamientos sinti� el primer pinchazo.
No pudo contener un grito de dolor.
Leticia introdujo la anilla en la perforaci�n y la cerr�. De
id�ntica manera procedi� con el otro labio de la vulva. Las criadas ya hab�an
visto s�lo una vez anillar a una joven. Las dem�s chicas no pod�an imaginar
semejante cosa y el dolor que habr�a implicado para Anabel. Todas estaban
temerosas de su futuro.
Pasada la hora desde que se le hab�an puesto los cocodrilos
en su cuerpo, Luciano procedi� a retirarlos. Cada uno que secaba era un dolor
intenso que la puta experimentaba. Cuando retir� el �ltimo del pez�n derecho
sent�a un intenso dolor en la boca, la concha y las tetas. Estaba desolada.
Luego le afloj� las correas y como broche final de la noche
procedi� a penetrarla por el culo, �nico agujero que no hab�a sufrido ning�n
castigo. Por supuesto lo hizo en presencia de todas las mujeres de la casa. A
Leticia le llam� la atenci�n la naturalidad con que Anabel, cuando le fue
anunciado que ser�a enculada, se inclin� hacia delante y tomando sus gl�teos con
las manos los separ� para dejar el ano listo para ser usado.
All� mismo Leticia anunci� que la guardia del d�a siguiente
ser�a cubierta por Anita.
-Ya conoces las normas por cual ma�ana te presentar�s en el
dormitorio del Bar�n para ponerte a su disposici�n.-
Lo acontecido con Anita no defer�a de lo sucedido con las
otras putas que hab�an estado de guardia. Fue penetrada por sus tres agujeros
pero el Bar�n disfrut� en descargar su leche en la boca de Anita, cosa que le
produc�a una cierta repugnancia tener que tragarse el semen. Sin embargo no le
disgust� ser desvirgada. Tanto la primera penetraci�n por la vagina como la
primera por el culo, auque algo dolorosa, hab�an cubierto su cuota de ansiedad
de coger, estimulada, seguramente, de ver tantas penetraciones y tantas mujeres
desnudas, sumado a algunas historias que hab�a contado Leticia.
Comenz� a convencerse que estar�a muy a gusto en el
prost�bulo, cogiendo con cuanto cliente la eligiera. Ten�a la esperanza que no
le pidieran que chupara penes y que acabaran en su boca, pero si eventualmente
ten�a que hacerlo, esperaba estar compensada con una sucesi�n de penes
penetrando en un co�o.
No estaba, todav�a, muy convencida de que la penetraran por
el culo. Como se ha dicho, su reciente experiencia con el Bar�n hab�a sido un
poco dolorosa. Por la noche, como era casi inevitable, fue castigada delante de
las otras ex pupilas del internado.
Luego pasaron por el dormitorio del Bar�n, las putas Jimena,
(fue violada en la cama pero con las manos y pies atados a los extremos de la
misma). Carlota, ( Violada por sus tres agujeros en presencia de Leticia).
Graciela, (Violada mientras permanec�a con sus manos atadas a la rama de un
�rbol en el parque del castillo). Marita (cogida luego de recibir seis paletazos
en el culo como una colegiala rebelde) y Romina (violada mientras deb�a chupar
la concha de Marina, la criada). Siempre a raz�n de una por d�a, todas vieron
roto su himen, que tan cuidadosamente hab�an guardado. Al cabo de nueve d�as de
permanencia en el castillo las nueve j�venes hab�an sido penetradas por sus tres
agujeros. La �nica que debi� salir a la calle fue Anabel.
A partir del d�cimo d�a continuar�a una de guardia, siguiendo
la secuencia anterior y las otras ocho deber�an dedicarse al cultivo de las
flores y arreglo del gran jard�n que rodeaba el castillo. Permanecer�an desnudas
bajo la atenta mirada de Leticia. Un poco de sol y aire les vendr�a bien adem�s
de un poco de distracci�n.
Siempre hab�a por el parque algunos hombres que miraban con
lujuria los cuerpos desnudos de las j�venes. A pesar que era una experiencia por
la cual hab�an pasado muchas veces, esos trabajadores siempre ten�an una
erecci�n al verlas.
Justamente luego del almuerzo del d�cimo d�a (estaba de
guardia Liliana), Leticia pregunt� a Luciano qu� le hab�a parecido la
experiencia de estos �ltimos d�as.
-Nunca pens� Leticia que lo iba a disfrutar tanto. Estas
putitas me han dado muchas satisfacciones. No s�lo esos culitos v�rgenes, tan
cerrados sino tambi�n esas conchitas v�rgenes depiladas. Ha sido una excelente
decisi�n la tuya de buscar j�venes en el internado. Ver� de cogerlas unas veces
m�s y luego las empezaremos a enviar a las distintas casas que necesitan putas.
A Anabel la dejar� �ltima porque estoy pensando en algo que cuando lo tenga
decidido te lo contar�.-
-Me gust� mucho eso de que fuera anillada. Es posible que la
pr�xima vez que est� de guardia la saque a pasear nuevamente, pero esta vez s�lo
cubierta por un vestido algo m�s transparente que el anterior, esposada y con
grilletes en los tobillos. Ser� una buena humillaci�n para ella.-
-Bar�n, creo que podr� educarla bien de esa manera. �No le
parece conveniente no enviarla de inmediato como puta a alguno de los
prost�bulos para que se quede aqu� un poco m�s de tiempo? Podr�a cogerla por el
culo y la concha y realizar todas sus fantas�as y continuar disfrutando de ese
cuerpo joven.
-Es una posibilidad. Me has robado mi pensamiento. Te
adelanto que estaba pensando en retenerla para castigarla un poco m�s. No
solamente sacarla a la calle para humillarla sino tambi�n torturarla aunque
quede marcada. Pero ahora quiero volver a mi dormitorio para divertirme con
Liliana.-
Las nueve j�venes se estaban resignando r�pidamente a su
nueva condici�n de putas. Sab�an que pronto ser�an enviadas a los prost�bulos
del Bar�n, aunque mientras tanto si bien deb�an coger una vez cada diez d�as
casi a diario varias de ellas recib�an alg�n castigo por faltas reales o
imaginarias que hab�an cometido. En cualquier caso se evitaba que quedaran
marcas permanentes.
As� era que deb�an soportar vibradores en el culo o la
concha, permanecer atadas a postes, columnas o �rboles, encadenadas, atadas o
colgadas u otras t�cnicas de �bondage�.
Si bien cuando llegaron al castillo no imaginaban lo que les
aguardaba, ahora despu�s del tiempo transcurrido estaban felices de convertirse
en putas. Despu�s de todo desde hac�a tiempo ten�a unos deseos enormes de coger
y se aproximaba la posibilidad de tener sus conchas ocupadas muchas horas por
d�a. �Qu� m�s pod�an pedir?. Alguna de ellas, a pesar de su rechazo inicial,
hab�an descubierto que les resultaba gratificante tener una picha en la boca y
acariciarla con la lengua, para luego sentir la leche caliente llegar a sus
gargantas
Hab�a pasado algo m�s de un mes y medio desde la llegada de
las j�venes al castillo cuando el Bar�n decidi� enviar a dos de ellas a una de
las casas de putas. Las elegidas eran Anita y Graciela.
Reuni� a las nueve j�venes una ma�ana y solemnemente anunci�:
-He decidido que las putas Anita y Graciela sean trasladadas
a La Fiorella, uno de mis prost�bulos. Comenzar�n a trabajar para ganarse el
sustento. Son putas j�venes y atraer�n muchos clientes. Espero no tener la menor
queja de los clientes, porque en caso contrario regresar�n a este castillo donde
se les aplicar� el castigo que merecen. Ninguna de ustedes conoce todav�a las
celdas del castillo. Si debo alojarlas all�, no la pasar�n bien. Ahora voy a
interrogarlas. Imaginen que ya est�n en La Fiorella. Anita, t� responder�s a mis
preguntas.-
-Puta, �Qu� tienes para darme?-
-Mis tres agujeros y todo mi cuerpo.-
-�Te gusta que te la meta por el culo?.-
-Si el se�or quiere met�rmela por el culo, yo lo complacer�
con gusto.
-�Te gustar�a que te azote?-
-Ya le he dicho que tiene todo mi cuerpo para hacerle lo que
guste. Mientras Ud. pague al encargado del prost�bulo lo que corresponda, puede
hacerme lo que quiera.
-�Te gustar�a que te torture en la concha?.-
-Seguro que s�. Es una de mis partes m�s sensibles y la m�s
cara de mi cuerpo. Ser� un negocio extra para el due�o de esta casa.-
-�Te han meado alguna vez en la cara?.-
-No se�or, pero si es gustoso de mearme en la cara, h�galo.-
-�Te has metido consoladores o vibradores en la raja o el
culo?-
-Tenemos prohibido satisfacernos de alguna manera. S�lo
debemos satisfacer a nuestros clientes y que descarguen su leche. Nosotras somos
putas para complacerlos en todo. Nuestros deseos o gustos no cuentan.-
-Bien Anita. Graciela, ahora t� responder�s mis preguntas.
�Te gusta tragar la leche de los clientes?-
-Se�or, siempre que me lo permiten trago el semen de mis
clientes. Me gusta mucho.-
-�Por qu� tienes la concha depilada?-
-Es una norma de la casa por higiene y para ser penetrada m�s
f�cilmente.-
-�Te gusta trabajar de puta?.-
-Por supuesto. Desde muy chica quise ser puta y este lugar me
permite cumplir mis deseos.-
-�Otros miembros de tu familia tambi�n son putas?.-
-No se�or. La �nica puta soy yo. Es una l�stima que mis
hermanas y primas no sean putas. No saben lo que se pierden. Les he insistido
pero aun no se han decidido.-
-�Quieres que me queje de tu comportamiento al Bar�n?-
-El Bar�n me castigar�a sin piedad, pero si Ud. goza pensando
que ser� torturada, qu�jese al Bar�n. Quiz�s le permita, a un costo extra,
asistir cuando reciba el duro castigo que me impondr� o participar Ud. mismo
tortur�ndome.-
-�Te han torturado en concha alguna vez?.-
-No se�or. Nunca fui torturada en la concha, pero si alg�n
cliente lo desea, no me negar�. Estoy aqu� para complacer todo lo que los
hombres quieran hacerme.-
-�Has trabajado de puta antes de hacerlo aqu�?-
-No se�or, Este mi primer trabajo. El due�o y amo de este
lugar me ha ense�ado los secretos de la profesi�n. He aprendido muchas cosas
pero seguramente deber� aprender m�s. Aspiro a ser la mejor puta del
prost�bulo.-
-Bien, se han comportado como verdaderas putas sumisas.
Estaba seguro que ya estaban en condiciones de comenzar a trabajar. Ahora les
colocar� un cadena en el cuello con el nombre grabado. Anita Mast�ngelo ser� de
ahora en m�s Marilina, sin apellido. Has perdido tu nombre original y tu
apellido Ser�s simplemente la puta Marilina. En cuanto a Graciela Leone, ser�s
la puta Bettina, y nada m�s. Esos ser�n los nombres con los que se identificar�n
en el trabajo. Tienen terminantemente prohibido volver a usar los nombres
originales.-
-Las llevar�n un auto a la casa de putas. Por seguridad
tendr�n los tobillos atados y en los muslos dos medias lunas que se traban entre
s� para que se ajusten a sus piernas. Estos grilletes de los muslos tienen fijo
en la parte superior un juego de esposas que se ajustar�n a sus mu�ecas. As�
estar�n sin posibilidades de moverse.-
-Espero no tener que volver a verlas en este castillo, porque
eso implicar�a que no se han portado bien y eso me pone furioso. Una sola vez me
ocurri� y luego de aplicarle yo los castigos que consider� convenientes, la
entregu� a un torturador profesional para que se encargara de ella. Luego no
pudo m�s ejercer la prostituci�n. Pueden imaginarse el estado en que qued�.-
-Antes de retirarse quiero que muestren sus conchas a todos
los de la casa. Las dem�s chicas quiero que besen esas rajitas a modo de
despedida.-
Luego de la despedida, se acercaron al auto y luego de
ubicarse en los asientos se le colocaron las restricciones y partieron rumbo a
su nuevo destino. De regreso en la casa, el Bar�n se reuni� a las siete
restantes.
-Ya hemos ubicado a dos de las putitas que tenemos.
Continuaremos con Uds. envi�ndolas a otros prost�bulos de mi propiedad. Sus
familiares no sabr�n nunca m�s d�nde est�n, de manera que la �nica opci�n ser�
trabajar de putas para m�. Ha sido una buena idea la de Leticia de conseguir
material en el Internado. Hac�a tiempo que no lograba hacer trabajar a putas as�
j�venes. Supongo que ser�n d�ciles y seguir�n las indicaciones de la encargada
de las casas donde ser�n enviadas. Caso contrario ya saben lo que les esperan.-
Todas callaron. Carlota estaba de guardia y las dem�s se
dirigieron a sus tareas. Mientras tanto adem�s de continuar sufriendo algunos
castigos, tomaban plena conciencia del futuro que les aguardaba. La semana
siguiente fue el turno, para ser transferidas, de Laura y Marita, las que
tambi�n fueron interrogadas y m�s tarde encadenadas para dirigirse a otro de los
establecimientos del Bar�n.
-Laura ser� ahora la puta Yvette y Marita la puta Ingrid. Voy
a interrogarlas, primero Yvette.-
-�Qu� has aprendido en el Castillo?.-
-A ser una puta complaciente y sumisa.-
-�Le entregas tambi�n el culo a qui�n lo solicita?.-
-Por supuesto. Todos mis agujeros est�n dispuestos para el
uso que quiera darle qui�n me elija.-
-�C�mo aprendiste tu profesi�n?.-
-De muy peque�a fantaseaba con trabajar en una casa de putas.
Por fortuna el Se�or Bar�n me ense�� muchas cosas de esta profesi�n, pero quiz�s
la m�s importante fue saber ser completamente complaciente con mis clientes.-
Ahora que conoces un poco m�s la vida de las putas,�no te
gustar�a dedicarte a otra cosa?.-
-La vida de puta me atrae. Solamente dejar�a esto para ser
una esclava sumisa de alg�n amo muy riguroso.-
-Bien, ahora pasemos a la puta Ingrid. Cuando fuiste violada
por primera vez por el culo, �te gust�?.-
-No se�or, porque no ten�a experiencia. Esa vez tuve miedo
como una tonta. Ahora que estoy acostumbrada a recibirla por todos lados me
gusta que me cojan, especialmente por el culo.-
-�Te han azotado en el culo alguna vez?-
-Muy pocas veces. Por eso estar� gustosa si su cintur�n
impacta en mis nalgas.-
-�Qu� tal eres con la pija en la boca?.-
-Dicen que soy muy buena chup�ndola y acarici�ndola con la
lengua. Me apasiona el sabor de las primeras gotas de semen.-
-Si te dan una propina por tu comportamiento, �Qu� haces?.-
-Todo lo que gano no es para m� sino para el due�o de la
casa. Por lo tanto entrego todo al administrador. Yo soy s�lo una puta que debe
servir a los clientes.-
-Bien, ambas est�n en condiciones de trabajar. Encad�nenlas y
s�balas al auto para llevarlas al lugar de trabajo, luego que las dem�s besen
las conchitas de estas rameras.-
Una semana m�s debieron esperar Carlota y Liliana. El Bar�n
ten�a previsto enviarlas el mi�rcoles, por lo que el d�a martes, m�s all� de la
que estaba de guardia, castig� severamente a ambas, simplemente por gusto. Al
d�a siguiente luego de ser encadenadas como las anteriores, las envi� a otra de
las casas de putas.
Jimena y Romina debieron soportar otras vejaciones, como
permanecer desnudas en el parque mientras los jardineros arreglan el jard�n u
otros hombres hac�an tareas de mantenimiento, pregunt�ndoles a cada uno, luego
de mostrarle sus intimidades, cu�nto pagar�an para disponer de sus cuerpos,
etc., antes de ser remitidas a su destino final. Finalmente quedaba s�lo Anabel,
qui�n vi�ndose que no era enviada con la �ltima remesa, se atrevi� a preguntarle
a Leticia qu� har�an con ella.
-El Bar�n quiere tenerte unos d�as para torturarte. Ma�ana
entregar�n nuevos muebles e instrumentos especialmente dise�ados para el castigo
de mujeres. Hasta ahora hab�a s�lo celdas para alojar a las putas para castigar,
pero por suerte ahora tendremos m�s cosas.-
-Luciano tiene especial inter�s en o�r tus s�plicas, gemidos
y sollozos mientras te tortura. Ser�s sometida a algunos experimentos que ha
ideado. Espero que no arruinen tu cuerpo como para que nunca m�s puedas trabajar
de puta, pero no aseguro que no queden con marcas que muestren las torturas
inflingidas. Quiz�s m�s adelante te env�e a alg�n prost�bulo o te entregue como
esclava.-
Anabel qued� desolada. Ya le hab�a costado aceptar ser una
puta pero ahora ser una esclava para ser torturada por el Bar�n, sobrepasaba
todo lo que pod�a imaginar. Tuvo miedo pero no pudo meditarlo demasiado. Se
acercaba el Bar�n con unas cuerdas y un l�tigo en la mano.
-Te llevar� al parque para atarte a un �rbol y azotarte. Este
l�tigo que he conseguido creo que te resultar� doloroso. Por suerte ma�ana ya
tendremos otros elementos para torturarte en la concha.-
Ambos se encaminaron hacia un a�oso �rbol a una de cuyas
ramas fueron atadas las manos de Anabel, muy por encima de su cabeza. Ahora
estaba desnuda, con los brazos en alto y todo su cuerpo a merced del Bar�n que
bland�a un temible instrumento. Levant� su brazo para descargar un sonoro golpe
con el l�tigo en el culo de la muchacha. Siguieron muchos m�s mientras
desesperada ped�a que cesara el castigo.
Mientras tanto Leticia estaba en comunicaci�n con otras
instituciones que pudieran suministrarles j�venes para el Bar�n. Se puso en
contacto con la Directora de �J�venes Desorientadas�, una entidad que ayudaba a
las j�venes hu�rfanas a encontrar su camino. Leticia le explic� detalladamente
para qu� el Bar�n quer�a las chicas y la directora qued� en seleccionarle
algunas.
Aguardando que llegara la nueva carga de carne fresca, el
Bar�n se entreten�a con Anabel. Aparte de las torturas que aplicaba en todo su
cuerpo, que hac�an gemir a la muchacha con desesperaci�n, una tarde salieron del
castillo, caminando por el pueblo. En esta oportunidad Anabel vest�a solamente
un vestido de reducidas dimensiones, sin ropa interior, Un collar rodeaba su
cuello, del cual pend�a una peque�a campanita que tintineaba al caminar, esposas
en sus mu�ecas, grilletes en sus tobillos y una cadena que luego de rodear la
cintura, pasaba entre sus piernas, hundi�ndose en la vulva.
Debido a lo corto del vestido, que dejaba parte de su culo a
la vista, tambi�n pod�a observarse, tanto de frente como de atr�s, la cadena que
pasaba entre sus piernas, pero la mayor humillaci�n la sinti� cuando el Bar�n le
indic� que entraran a un bar porque �l quer�a tomar una gaseosa. S sentaron en
una mesa, mientras Anabel continuaba esposada. Al sentarse se levant�
parcialmente la falda, dejando al descubierto parte del culo desnudo con la
cadena pasando entre los gl�teos.
Como sus brazos estaban esposados en la espalda no pod�a
arreglarse la falda en la parte delantera, por lo que el Bar�n pidi� a qui�n les
serv�a, que le levantara la pollera para que quedara a la vista la cadena que
pasaba entre las piernas de la joven y, por supuesto, tambi�n su concha
depilada. El mozo que los atend�a no pudo menos que dejar escapar una
exclamaci�n cuando observ� a la joven sin bragas y con la cadena en los labios
de su co�o.
-Don Luciano �c�mo tiene dominada a esta puta! �La enviar� a
una de sus casas?-
-Posiblemente. Por lo que veo tienes ganas de cog�rtela, pero
debes esperar a que trabaje en alguna de mis casas.-
El bar�n bebi� lentamente su gaseosa mientras todas las
miradas de los parroquianos se fijaban en Anabel, que trataba de ocultar su
rostro, rojo de verg�enza. Luego de unos minutos, se levantaron para continuar
la caminata de regreso al castillo. Hab�a sido una experiencia m�s de las
humillaciones a que deber�a acostumbrarse. Por otra parte el roce de la cadena
en los labios irritaban cada vez m�s su concha.
Llegado al castillo y luego de quitarle el vestido acerc� a
Anabel a un poste que ten�a una argolla fija a unos 70 cent�metros del suelo,
altura que coincid�a con las anillas que ten�a colocadas en la vulva. La acerc�
al poste y pasando en candado entre las anillas y la argolla, lo cerr�. Ahora
Anabel estaba imposibilitada de moverse porque si lo hac�a, sent�a el tir�n de
su concha.
Luciano le quit� las esposas para atarle los brazos cruzados
en la espalda de manera tal que dejara su culo libre de todo obst�culo. En esta
posici�n, tomando una fusta comenz� a descargar sucesivos azotes en las carnosas
nalgas de la puta, que gem�a y no pod�a evitar algunos movimientos que se hac�an
sentir en su concha.
En otra oportunidad debi� desplazarse encadenada hasta un
�rbol del parque del castillo que su tronco y ramas formaban una Y. Sus brazos
fueron atados a las ramas superiores mientras que su cuerpo era firmemente
amarrado al tronco. Una vez inmovilizada el bar�n descarg�, reiteradamente, una
rama flexible cortada del mismo �rbol, varios azotes sobre el cuerpo de la joven
Anabel imploraba y sollozaba por el castigo que recib�a
mientras, infructuosamente, trataba de soltarse de las ligaduras. Una vez que
todo su cuerpo estuvo bien marcado, Luciano le separ� las piernas penetr�ndola y
acabando en su vagina. Rato despu�s, nuevamente encadenada regresaba a la celda
del s�tano del castillo.
Pocos d�as despu�s arribaba al castillo una camioneta con
seis jovencitas, dos de ellas hermanas entre s�. Una vez que Leticia las revis�,
complet� la ficha y les permiti� vestirse nuevamente, puso a todas las mujeres
en fila y llam� al Bar�n. �ste pas� revista a las seis observando a las dos
hermanas. Sin hesitar les dijo:
-Han venido aqu� para que muy pronto puedan trabajar de putas
en mis prost�bulos. Han sido enviadas aqu� del Instituto J�venes Desorientadas
para que les demos una profesi�n y aseguremos su futuro. Quiero ser franco desde
el principio para que no haya malos entendidos. Personalmente las voy a violar a
todas para conocer el comportamiento sexual de cada una, les aplicar� algunos
castigos en los d�as sucesivos y luego tendr�n que trabajar para m�. Ahora
quiero que se desnuden completamente para inspeccionar esos cuerpos.-
Las seis j�venes no pensaban que ese ser�a su destino.
Estaban desorientadas cuando llegaron al Instituto pero no pensaban orientarse
como putas, pero las cosas no pod�an detenerse. T�midamente, entre la verg�enza
y el temor, comenzaron a quitarse la ropa.
-Lo primero que har�n cuando terminemos ser� depilarse esas
conchas. No quiero ver ni un pelo en ellas. Una puta debe ser extremadamente
higi�nica y los pelos rodeando la concha dificulta la limpieza. Pero ahora voy a
violar a las hermanas para que las dem�s entiendan que me deben obedecer. �Cu�l
es la menor?�Las dos son v�rgenes?-
-Yo soy la menor y soy virgen, igual que mi hermana, pero por
favor si va a violarme, deshonrarme y castigarme, que no sea en p�blico. Estoy
avergonzada de tener que presentarme desnuda frente a un hombre.-
-No ser� en p�blico, ser� delante de estas otras putas,
incluyendo a tu hermana. Separa las piernas que voy a penetrarte. Debes poner
tus manos en la nuca para dejar tu cuerpo libre y no te muevas.-
Comenz� a masajear la concha de la joven y dirigi�ndose a la
mayor le dijo: -�Ves t� como la manoseo y le tiro de los pezones para luego
met�rsela bien adentro a tu hermanita?. Luego ser� tu turno.-
-Se�or, por favor respete a mi hermanita. �No la viole!-
-No seas boluda y c�llate la boca. Est�n aqu� para ser
violadas, castigadas y humilladas. Si vuelves a abrir la boca recibir�s un buen
castigo en esas tetas.-
Luego de romper el himen de la menor y antes de descargar su
semen, fue en busca de su hermana mayor.
-Ahora te toca a ti. Vamos, prepara tu vagina.- Ante la
inminencia de ser violada y la impotencia para poder defenderse, separ� sus
piernas dejando el camino libre para ser desvirgada. Sin cuidado alguna la
penetr�, con el consiguiente dolor para la joven. Tampoco aqu� descarg� su leche
ya que volvi� sobre la menor, la penetr� nuevamente y all� s� acab�.
-Acab� en la concha de mi hermana, �va a quedar embarazada!.-
-No te preocupes que tenemos una soluci�n para eso. Leticia,
alc�nzame la picana. Una buenas descargas en la concha evitar�n el embarazo y
as� la mayor se quedar� tranquila.-
La joven fue acostada en el piso y mientras Leticia se sent�
en su vientre para evitar que se moviera, el Bar�n le separ� las piernas y le
introdujo un consolador met�lico. Movi� las perillas del aparato y comenzaron
las descargas. Sus gemidos llenaron la habitaci�n.
Dirigi�ndose a la hermana mayor le dijo: -Descargu� la leche
en tu hermanita, y le apliqu� un peque�o castigo en la conchita, as� se va
acostumbrando a comportarse como una verdadera putita. A todas ustedes les
pasar� algo parecido.- y dirigi�ndose a la mayor le dijo: -Me gust� la conchita
apretada de tu hermanita. Espero que atraiga muchos clientes. Tambi�n tiene un
culito firme que gustar� a los clientes.-
No pens� en sodomizarlas, por lo menos por el momento. Esas
vaginas apretadas lo satisfac�an mucho. Ya habr�a tiempo para cogerlas por el
culo. Luego dirigi�ndose a Leticia le pidi� que trajera el l�tigo que quer�a
azotar algunas partes de esta carne fresca reci�n llegada. Leticia trajo lo
pedido.
-Comenzaremos contigo.- dijo dirigi�ndose a una de ellas.
-Ag�chate y deja el culo arriba para que te azote.-
La joven, temerosa obedeci�. Descarg� tres fuertes latigazos
que dejaron sendas marcas en su trasero. -Ahora t�, pero los azotes van a las
tetas.- As� sigui� hasta haber castigado a las seis. -Ahora a ba�arse y
depilarse bien esas conchas, que las volver� a usar dentro de un rato.-
Terminado el ba�o y la depilaci�n debieron presentarse
desnudas ante el Bar�n que se dispuso a vejarlas nuevamente. Parec�a que hab�a
redescubierto sus inclinaciones por el sadomasoquismo. Fueron humilladas de
todas las formas posibles, adem�s de recibir algunos castigos.
Las informaciones llegadas de los prost�bulos que hab�an
recibido las �ltimas putas enviadas no pod�an ser m�s alentadoras. Las nuevas
rameras atra�an muchos clientes y hab�an resultado d�ciles. Casi no ten�an
tiempo para dormir, siempre ocupadas con alg�n cliente.
El Bar�n orden� la apertura de un nuevo establecimiento, que
se llamar�a �La Encadenada� en el cual adem�s de las pr�cticas prostibularias
normales, se iba a introducir la posibilidad que los clientes llevaran a cabo
pr�cticas sadomasoquistas.
Las dos hermanas ten�an la especial atenci�n del Bar�n que
las castigaba una y otra vez. �Por qu� especialmente con ellas? No lo sabemos.
Simplemente era as�. La mayor�a de las veces una era torturada en presencia de
la otra. La que era castigada nunca estaba amordazada para que pudiera gemir
mientras que la otra, que presenciaba las torturas, permanec�a con su boca bien
sellada.
Seis semanas m�s tarde sal�an las primeras tres putas de este
contingente de J�venes Desorientadas para sus respectivos lugares de trabajo.
Dos eran enviadas a La Fiorella y otra a El Co�o Agraciado. La semana siguiente
una era enviada a El Polvito Juguet�n (otro de los prost�bulos del Bar�n) y
luego dos a La Concha de Oro. Todas hab�a saboreado el semen del Bar�n, la
hab�an recibido por el culo y hab�an tenido que soportar algunos castigos.
Espec�ficamente las hermanas fueron destinadas a prost�bulos diferentes sin
saber cada una d�nde estaba la otra. La menor a La Fiorella y la mayor a El
Polvito Juguet�n. Por sus nombres cambiados y la distancia entre los destinos
aseguraban que, probablemente, nunca se volvieran a encontrar.
Mientras tanto Anabel continuaba en el castillo dando
satisfacci�n a las perversiones del Bar�n, luciendo cada d�a una nueva marca
producto de las torturas que recib�a, no solamente por parte del Bar�n sino
tambi�n de Leticia. Hab�an tra�do gran cantidad de aparatos de tortura, que
usaban una y otra vez sobre Anabel. Ahora el Bar�n estaba todo el tiempo
ocupado, ya fuera con un nuevo contingente de putas que preparaba para �La
Encadenada� o con esta esclava que tanto lo excitaba mientras la castigaba para
luego echarse un polvazo.
Justamente el nuevo contingente estaba integrado por diez
j�venes entre 18 y 22 a�os provenientes una instituci�n de bien p�blico, llamada
Ayuda a la Joven Solitaria. De las diez, solamente dos hab�an arribado v�rgenes.
Ahora estaban siendo entrenadas para integrar el plantel de La Encadenada, casa
pr�xima a ser inaugurada. Nunca sus cuerpos hab�an recibido tanta atenci�n de
persona alguna como ocurr�a desde la llegada al castillo.
El bar�n cuidaba que las diez fueran castigadas a diario para
lograr un r�pido y efectivo entrenamiento. Sus cuerpos estaban cubiertos de las
marcas que dejaban los l�tigos.