Simplemente R.
Esta historia es la misma que ha escrito AMO RICARD con el
titulo de "Simplemente J." pero desde mi punto de vista. Desde el punto de vista
de J.
---
Siempre hab�a sido una persona m�s que razonable. Nunca hac�a
cosas locas ni tampoco me animaba a alg�n tipo de aventuras. Ten�a una vida
normal y hasta se podr�a decir que aburrida. Pero ahora le hab�a mandado esa
carta. No una carta cualquiera, ya le hab�a mandado muchas cartas antes, pero
esta vez era diferente. Esta vez le hab�a pedido que viniera a mi y hab�a dejado
bastante claro que tambi�n estaba dispuesta a mas. No s� que me llev� a escribir
semejante cosa y me sent� arrepentida inmediatamente despu�s de enviarla, pero
ya estaba enviada y ya no hab�a forma de cambiar eso. Nunca antes hab�a pedido
algo as� a nadie y menos a un hombre que casi ni conoc�a. Nos hab�amos
encontrado en Internet y nos hab�amos enviado algunas cartas y fotos hablando un
poco sobre nosotros, nuestras vidas, tambi�n sobre cosas m�s �ntimas.
Al principio fue solo por diversi�n. Me gusta conocer gente y
conversar con �l era una posibilidad excelente para mejorar el espa�ol que no es
mi lengua materna. As� poco a poco �bamos cogiendo mas y mas confianza. Me
gustaba como me hablaba, como me trataba. Siempre lo hac�a de forma muy
tranquila, irradiando seguridad. Creo que al final fue por causa de sus ojos que
le mand� esa carta. Se ve�an sinceros, no como los de alguien que solo jugaba.
Me daban confianza. Hab�a tenido novios antes, pero con ninguno hab�a llegado
mas all� de unos besos inocentes porque ninguno hab�a conseguido hacerme sentir
esa confianza y seguridad.
Una vez enviada la carta cre� morirme de verg�enza y esper�
que no aceptara lo que le ofrec�a. Por otro lado sent�a cada vez mas curiosidad
por saber como ser�a estar con �l, y no solo curiosidad sino una parte cada vez
mas grande de mi que lo estaba deseando, pidi�ndome a gritos estar cerca de ese
hombre, ver sus ojos ya no solo en una foto sino directamente frente de mi.
Experimentar todo lo que me pudiera hacer sentir.
Y lleg� su respuesta. Su respuesta afirmativa. Mi coraz�n
salt� como nunca antes al leer su respuesta, no me pod�a creer lo que estaba
haciendo.
Faltaban pocos d�as para que viniera pero cada uno de esos
d�as lo pas� muerta de nervios, imagin�ndome miles de cosas horribles que
pudiesen suceder. En realidad no conoc�a a esa persona que hab�a invitado, no
sab�a como era. Podr�a ser completamente diferente de lo que yo imaginaba.
Conforme iban pasando los d�as me sent� cada vez mas segura de estar cometiendo
el error mas grave de toda mi vida. Pero ya no pod�a dar un paso atr�s.
Y lleg� el d�a. Le hab�a indicado un bar en la ciudad donde
vivo para encontrarnos. Si me iba a caer mal desde el principio, sin m�s� lo
dejar�amos ah� para nunca volver a encontrarnos. No ten�a nada que perder. Dud�
unos momentos en la puerta pero entr�. Lo reconoc� inmediatamente, no fue
dif�cil pues no hab�a mas gente en el bar a esa hora. Sin embargo me qued� como
paralizada al verlo al final tan cerca, no sab�a qu� hacer. Se acerc�
sonri�ndome y me salud� d�ndome dos besos en las mejillas.
No estoy acostumbrada a esa forma de saludos pues aqu� no se
suele hacer, pero me sent�a bien. Me sent�a bien en su presencia y ya empec� a
sentirme un poco mas tranquila. Parec�a que todo iba bien y le propuse ir a
cenar algo. Por los nervios no pude comer mucho ni tampoco decir mucho. Contest�
sus preguntas pero no mucho m�s. El se pas� casi todo el tiempo charlando. Me
gustaba escuchar su voz sin fijarme demasiado en qu� dec�a. Me sent�a bien
escuch�ndolo y verle sonri�ndome. Simplemente me daba la impresi�n de ser la
persona correcta. Decid� invitarlo a mi casa a pasar la noche conmigo.
Cuando bajamos del coche sin decir nada m�s me tom� por la
cintura y empez� a besarme, ya no en las mejillas sino directamente en los
labios. Sent�a maravillosamente la presi�n de sus labios sobre los m�os y el
calor de su aliento en mi cara. Poco a poco fui abriendo mis labios para
permitirle a su lengua tocar la m�a. Junto a su lengua me invadi� un calor muy
grande. Me abrac� contra �l, cerr� los ojos y le dej� hacer. Sent� su lengua
recorrer mi boca, jugar con mi lengua y me di cuenta de que nunca antes hab�a
sentido nada tan bonito. Cuando se separ� de mi me sent� feliz como nunca. Le di
un beso suave en los labios y le dije que subi�ramos ya mismo a mi piso.
Despu�s de ense�arle un poco el lugar (en realidad no hay
mucho que ense�ar pues es un apartamento peque�o) volvi� a besarme otra vez. Me
sent� tan bien como la primera vez, pero me puse un poco m�s nerviosa al pensar
que ahora iba a ser algo mas serio, ya no era solo un beso sino el preludio para
algo m�s. Me dijo que fu�semos a la cama, a�adiendo que si algo ten�a que
suceder que sucediera, sin mas. Eso ya me hizo sentirme mas tranquila. Al menos
no me estaba presionando a nada que no quisiese.
Era raro desnudarse enfrente de un hombre, nunca antes lo
hab�a hecho. Pero hab�amos apagado la luz y as� me resultaba m�s f�cil. Me
acost� en la cama y �l se acomod� detr�s mio, rode�ndome con sus brazos. Me
sent�a bien siendo abrazada de esta forma, su cuerpo muy pegado al m�o, sus
manos en mi piel y su respiraci�n en mi nuca.
De vez en cuando me daba un peque�o beso en mis hombros. Yo
no hice nada, simplemente me dej� hacer. Me hubiera gustado quedarme as� todo el
resto de la noche y despertar a la ma�ana todav�a en sus brazos. Pero no iba a
ser as�. Not� como poco a poco una mano suya iba acerc�ndose a uno de mis pechos
y como mas abajo poco a poco algo iba creciendo detr�s de m�. Me excitaban esas
sensaciones pero al mismo tiempo me daban miedo. Ahora iba a suceder. Hoy era el
d�a, �sta era la noche. Iba a suceder. Me sent�a dispuesta. Lo quer�a. Aunque me
daba miedo. Pero lo quer�a. Y no solo lo quer�a sino que lo necesitaba.
Me mov� un poco para que pudiera acariciarme mejor. Tom�
completamente mi pecho acarici�ndolo suavemente, lentamente dej� pasar sus dedos
por el pez�n y not� como en mi iba creciendo la excitaci�n. De repente mi di
cuenta de que tambi�n su otra mano hab�a empezado a moverse e iba directamente
hacia abajo, camino a la parte mas intima de mi que nunca antes hab�an tocado
manos masculinas. Le dej� hacer pero temblando un poco por los nervios y el
miedo. El se hab�a dado cuenta porque empez� a besarme en el cuello y me dijo al
o�do una sola palabra: "Tranquila". En ese momento me pareci� como una palabra
m�gica porque efectivamente dej� de temblar y me tranquilic� un poco.
Sus manos eran suaves y otra vez una baj� camino a mi pubis,
jug� un poco con el vello, y sigui� su camino hacia abajo. Se par� entre mis
muslos buscando mi cl�toris y encontr�ndolo r�pidamente. En cuanto que empez� a
acariciarlo suavemente empec� a sentir esas oleadas de calor dentro de m� y
cerr� los ojos relaj�ndome para sentir esa sensaci�n mas maravillosa.
Lo hacia muy bien, se notaba su experiencia y esa experiencia
y seguridad me hac�an sentirme tranquila. Sus dedos iban describiendo circulitos
en ese punto m�s sensible de mi cuerpo, movi�ndose a veces r�pido a veces
despacito, alternando ritmo y velocidad. Sent�a cada vez mas y mas calor y cada
vez mas frecuentemente sent�a esas oleadas de placer anunciando un orgasmo.
Quer�a que siguiese as�, que no parara nunca, pero por otro lado quer�a que lo
disfrutase �l tambi�n. No me hab�a dicho nada pero algo hab�a estado creciendo
cada vez mas deseando ser acariciado por m�. As� que tom� su mano, la quit� y me
di la vuelta. Lo mir� pero por la oscuridad no pod�a ver mucho. Le indiqu� que
se acostara boca arriba y me acost� encima de �l. Poco a poco le iba besando
toda la cara, el cuello, el pecho con los pezones, el vientre con el ombligo,
toda su piel qued� llena de besos, pero siempre evitando tocar esa parte que mas
quer�a ser tocada. Me puse a su lado, empleando ahora mi mano. Dej� mis dedos
caminar sobre su vientre, bajando por una pierna, subiendo, bajar por la otra,
subiendo, todo muy lentamente, observando bien sus reacciones.
Estaba respirando m�s r�pido y parec�a cada vez mas inquieto.
Le pregunt� si le estaba gustando, y me dijo que s�. Pas� mucho rato jugando as�
hasta que de una vez lo tom� con mi mano y empec� a acariciarlo suavemente
subiendo y bajando lentamente. Al primer contacto con mi mano se retorci� y
empez� a respirar m�s profundamente. Segu� masturb�ndolo suave y lentamente y me
sent� feliz por ver que le pod�a excitar. Eso tambi�n me hizo sentirme mas
segura. Aunque probablemente aun no lo estaba haciendo demasiado bien, al menos
ten�a efecto. Me gustaba acariciarlo y en ese momento ese pene suyo que en mi
mano estaba creciendo, me pareci� la cosa m�s bonita que jam�s hab�a visto. Y me
sent�a incre�blemente feliz por saber que hab�a sido por mi que se hab�a
despertado y levantado. Me sent� tan feliz que empec� a darle peque�os besos,
primero en la punta y luego por todos lados. Ten�a un olor extra�o pero muy
excitante. Sin embargo no me anim� a dejarlo entrar en mi boca, ni tampoco me lo
pidi�. Simplemente me tom� por los hombros para darme otro beso suave en la boca
y para despu�s bajar besando lentamente todo mi cuerpo.
Me cre� morir cuando en un momento lleg� a mi entrepierna
qued�ndose ah�. No quer�a que me besase ah�, me daba verg�enza la idea, pero por
otro lado lo deseaba como nunca antes hab�a deseado nada. Abri� mis piernas para
tener mejor acceso, acerc� su cara y no pude evitar un peque�o gritito cuando
por primera vez sent� su lengua. Sent�a como una lucha dentro de mi porque por
una parte quer�a que siguiese para siempre pero por otra parte quer�a que parara
inmediatamente. Supongo que se hab�a dado cuenta porque en un momento par� para
hablar y me dijo: "Tranquila, simplemente d�jate llevar" Y as� lo hice.
Simplemente dej� de pensar para solo disfrutar de las sensaciones que estaba
experimentando. Abri� un poco los labios vaginales para permitir su lengua
entrar un poco m�s. Fue una sensaci�n indescriptible esa lengua tan suave y
caliente pasando por todos lados de mis m�s �ntimas partes, explorando cada
rinc�n. Me excitaba la idea de estar con las piernas abiertas y un hombre entre
ellas besando mi sexo suavemente. No pod�a ver nada por la oscuridad pero me
excitaba imagin�ndomelo. Su lengua se mov�a cada vez mas r�pida y mi cuerpo
tambi�n, intentando estar siempre muy cerca de �l para no dejar de sentir su
lengua.
Las oleadas de calor se apoderaron cada vez mas
frecuentemente de mi cuerpo. Sent�a calor en todo mi cuerpo. Ah� abajo donde
estaba su lengua empec� a sentir esos cosquilleos previos del orgasmo. Ya lo
pod�a sentir llegando, surgiendo en la entrepierna para luego provocar una
explosi�n en todo el cuerpo. Ya no me importaba nada, quer�a que siguiese y
siguiese y as� lo hizo. Creo que empec� a gemir de tanta excitaci�n y en un
estado as� ya no pod�a controlar nada. Sigui� lamiendo y llegu�. Fue una
explosi�n incre�ble de sensaciones. Mis m�sculos se iban relajando y contrayendo
y algo en mi me orden� �expulsa! y ya expuls� mi cuerpo unas gotitas de l�quido.
No me importaba en ese momento, ni se me ocurri� la idea de que le podr�an
llegar a la cara o resultarle desagradable. Estaba como volando mientras muy
suavemente segu�a acariciando mi cl�toris para que no se cortara el orgasmo
demasiado pronto.
Cuando hab�an terminado las �ltimas contracciones en mi me
sent� muy feliz y muy relajada aunque tambi�n un poco cansada. Se tumb� a mi
lado acarici�ndome la cara y el cabello y dici�ndome cosas bonitas al o�do
mientras poco a poco recuperaba un poco mis energ�as. Me sent�a completamente
feliz. Hab�a sido una noche perfecta, pero aun faltaba algo. Me lo record�
pregunt�ndome si quisiera ser penetrada esa noche. As� de directo. No supe que
contestarle. Me sent�a tan feliz, me hab�a hecho sentir las mejores sensaciones
de toda mi vida, pero sent�a miedo por lo que me estaba preguntando. Por eso
solo le contest� que no sab�a.
Efectivamente no sab�a si lo quer�a o no. Me sent� como tonta
contestar con "no s�" a una pregunta as� pero pareci� entenderme porque me dijo
que no me preocupase y nos quedamos abrazados un rato mas sintiendo nuestros
cuerpos pegado el uno contra el otro, escuchar el latido de los corazones,
sentir el calor del aliento del otro, disfrutar la felicidad completa. Mientras
est�bamos abrazados as�, con su cuerpo muy junto al m�o, al fin me decid�. Era
la noche perfecta, no iba a llegar otra mejor. Estaba con la persona perfecta
que me entend�a y que sab�a hacerlo de tal forma que resultar�a una experiencia
agradable para m�. No hab�a por que esperar mas. Solo ten�a que controlar el
miedo, y tambi�n en eso me iba a ayudar.
Le dije que s� lo quer�a. Pero con la luz encendida para
poder ver sus ojos. Estuvo de acuerdo. Al encender la luz nos quedamos unos
minutos solo mir�ndonos. Aun no hab�amos visto bien nuestros cuerpos desnudos.
Nos mir�bamos y sonre�amos sin decir nada. Me qued� fijada en su sexo. Ya se
hab�a dormido y algo me dijo que ya quer�a ser despertado. Y era yo la persona
que lo deber�a despertar. Acerqu� mi cabeza a �l y empec� a darle besitos por
todos lados. Lo tom� con la mano para poder mirarlo bien. Me gustaba su forma,
no demasiado grande y no demasiado peque�o. Sub� besando hasta la punta y la
lam� con la lengua.
Tambi�n me gustaba su sabor. Y parec�a que tambi�n le gustaba
mi lengua porque empez� a crecer otra vez. Dud� un momento pero me arm� con
valor y dej� entrar la punta en mi boca. Me gust� y le gust� a �l tambi�n. Me
indicaba c�mo hacerlo e intent� cumplir lo que me dec�a. Intent� emplear las
manos y la lengua tal como me dec�a y creo que lo hice bien pues segu�a
creciendo y creciendo mientras yo por primera vez experimentaba esa sensaci�n de
tener un sexo masculino en mi boca. Ahora s� empec� a dudar en cuanto a su
tama�o porque con todo lo que hab�a crecido ya me daba miedo pensar en lo que
iba a seguir ahora. Mientras mas duraba mas ganas sent�a por seguir y empec� a
probar varias cosas como pasar mi lengua desde la base hasta la punta varias
veces o tomarlo con la mano describiendo con mi lengua circulitos en su punta
para despu�s dejarlo entrar nuevamente por completo en mi boca chup�ndolo
mientras lo acariciaba con mi lengua. Siempre con mucho cuidado para no hacerle
da�o pues aun no sab�a bien como de sensible era esa parte de su cuerpo con la
que estaba jugando.
Despu�s de unos minutos se levant� de la cama para ir por un
preservativo. Mientras se lo colocaba yo pens� que era una situaci�n demasiado
irreal. Estaba desnuda tumbada en la cama con un hombre casi desconocido,
esperando a que terminase de colocarse un preservativo para luego penetrarme por
primera vez en mi vida. Nunca hab�a pensado que iba a ser as� mi primera vez.
Siempre me lo imaginaba como se lo imaginar�a cualquier chica de mi edad. Una
noche rom�ntica con su novio, los dos un poco nerviosos por ser la primera vez,
la primera vez como un regalo de amor. �Qu� estaba haciendo yo?
No ten�a tiempo para seguir pensando pues se acost� a mi lado
y empez� a besarme suavemente el cuello. Lo estaba haciendo con alguien que,
aunque no lo amaba, me hac�a sentirme tan bien como nunca antes y que estaba
regal�ndome las mejores sensaciones de toda mi vida. Me abri� las piernas
lentamente con su mano� mir�ndome� yo sonre� asintiendo con la cabeza. Lo
quer�a.
Se puso entre mis piernas y me dej� sentir la punta de su
pene en la entrada de mi vagina pero sin meterlo todav�a. Solo lo dej� ah�
frot�ndolo un poco contra m�. Pod�a sentir el calor que de �l sal�a. Era
agradable tenerlo ah�, sentirlo acarici�ndome y esto me pon�a cada vez mas
inquieta. Autom�ticamente mis caderas empezaron a moverse seg�n los movimientos
de �l para no dejar se sentir la presi�n de su pene en mi. Cada vez intentaba
acercarme m�s a �l para sentirlo mas y mas. Sent�a cada vez m�s calor en mi. En
un momento se acerc� a mi cara y me pregunt� al o�do: "Quieres que te la meta
ya?" Asent� con la cabeza, ya no me sent�a capaz de hablar. "No tengas miedo" me
dijo "yo s� que te doler� un poco al principio pero agu�ntalo, no te asustes.
Desaparecer�. Lo har� con todo el cuidado posible. Si quieres que pare en alg�n
momento d�melo."
Puso la punta de su pene directamente en la entrada, tom� mis
manos con las suyas y me empez� a besar mientras mov�a sus caderas
cuidadosamente, apretando suavemente. Me excitaba la situaci�n de tenerlo
acostado encima de mi, sentir el peso de su cuerpo sobre el m�o. Not� como poco
a poco se abr�a paso, como entraba poco a poco. Me sent�a rara, completamente
diferente a todo lo que hab�a sentido antes. Entraba poco a poco a poco, sin
parar. Pod�a sentir como me estaba llenando, llenando con su cuerpo. Me
molestaba un poco porque lo sent�a grande. En un momento pareci� que algo le
imped�a meterse mas adentro. Nos miramos a los ojos sabiendo perfectamente que
ahora era el momento. Me mir� a los ojos y con un solo empujo m�s lo rompi�.
Lanc� un grito por sorpresa y tambi�n por el dolor. Lo sent� muy dentro de mi.
Nunca antes hab�a sentido algo tan dentro de m�, casi tocando el alma. Poco a
poco me relaj� y el dolor fue disminuyendo.
Acerc� su boca a mi o�do, me dio un beso y me dijo:
"Tranquila, ya pas�. Lo hiciste bien." En ese momento sent� tanto alivio, tanta
felicidad, tantas tensiones desapareciendo, en fin tantas emociones que no pude
hacer otra cosa que empezar a llorar. Sal�an las l�grimas sin que pudiese hacer
nada para evitarlo. Me daba verg�enza que me viera as� llorando como una ni�a,
pero solo me sonri� y empez� a quitarme las l�grimas con su lengua. Entonces
comenz� a moverse muy suavemente. Despacito lo sac� un poco para luego volver a
meterlo. Me molestaba un poco tenerlo movi�ndose dentro de mi. Todav�a me dol�a
un poco. Pero se mov�a con sumo cuidado, mir�ndome fijamente. Observando mis
reacciones. Me sent�a tranquila con sus ojos en m� y empec� a relajarme un poco.
Casi ya no sent�a dolor, solo un sentimiento extra�o de tener algo dentro,
llen�ndome completamente. Algo que yo no controlaba, algo que se mov�a dentro de
mi cuerpo. Una sensaci�n extra�a pero al mismo tiempo muy excitante.
Cuando not� los cosquilleos cada vez mas fuertes dentro de mi
tom� su cabeza para que me mirara bien. Quer�a que lo viera. Que viera las
sensaciones que me daba el orgasmo que �l me estaba provocando. Quer�a que lo
viera en mis ojos. As� mir�ndole a los ojos explot� por segunda vez esa noche.
Se contra�an todos mis m�sculos y esta vez pod�a sentir como apretaban su pene
dentro de m�. Eso lo hizo explotar a �l tambi�n. Nos corrimos juntos, abrazado
el uno contra el otro hasta que nuestros cuerpos se tranquilizaron.
Nos dimos la vuelta para que quedara yo arriba, abrazados,
con mi cabeza descansando sobre su pecho. Recordamos lo sucedido y me sent�
completamente feliz. Pod�a o�r el latido de su coraz�n. Pod�a escuchar su
respiraci�n tranquiliz�ndose poco a poco.
Hab�a dejado de ser virgen.